Desastre y reconstrucción. Puerto Príncipe seis años después del terremoto

Por: Laura Moreno Segura1

El 12 de enero del 2010 Haití fue sacudido por un fuerte temblor de tierra que parecía ser el fin del mundo, al menos, del mundo de los haitianos. A partir de ese momento, aquel inolvidable evento fue conocido en Haití como Goudou Goudou, emulando el sonido que hacía la tierra mientras se movía. Pero el lenguaje siempre vivo ha permitido que está onomatopeya se enriquezca de significados, siendo hoy también entendida como «cuando el tiempo se fractura», aludiendo con ello a que la oscuridad que se produjo bajo los escombros sigue presente en la vida de los haitianos. Así, la tragedia de aquel día no ha dejado de producir ecos en la vida de los habitantes de Puerto Príncipe, ni en sus instituciones, ni en su ciudad.

De las ruinas a los campamentos

El shock y la conmoción que siguieron al terremoto no impidieron que los sobrevivientes rápidamente comenzaran a refugiarse en improvisados campamentos, para protegerse colectivamente de la muerte y de las réplicas del goudou goudou. La cooperación internacional, por su parte, respondió a la emergencia ampliando el número de campamentos de refugiados a través de la entrega de material para la construcción de tiendas de campaña, la entrega de agua y alimentos. Se calcula que en los campamentos llegaron a vivir 1.536.447 personas que se quedaron sin techo (CCCM, 2010, p. 1) Dicha estrategia primó durante el primer año y medio después del terremoto e impulsó la proliferación de campamentos de refugiados sin acceso a servicios básicos, viviendo en condiciones de seguridad física y humana cuestionables, mientras que los escombros, extendidos por doquier, aparecían como los nuevos ocupantes de la ciudad, dejando poco espacio disponible para que el levantamiento de alojamientos pudiese realizarse.

Un estudio de Lawyer’s Earthquake Response Network (2010, p. 8) muestra la inadecuada estructura que poseían las tiendas donadas y cómo se instalaron en territorios densamente poblados. La posesión de un abrigo transitorio no aliviaba significativamente la miseria en la que vivían sus habitantes, quienes debían soportar el calor que se acumulaba en las tiendas que medían sólo 6 pies de altura -siendo el tamaño medio de las familias entre 6 y 12 miembros- la falta de privacidad, las moscas y los hedores producto de la mala gestión de las letrinas y los desechos.

Viviendas transitorias y retorno a los barrios

Las ONGs propusieron soluciones transitorias de vivienda, mediante la entrega de refugios temporales (t-shelters) que se suponía mejorarían las condiciones de vida de sus beneficiarios. Éstos se instalaron sin seguir ninguna política de planificación del territorio, ni gestión del riesgo. Los t-shelters fueron construidos con lona o madera, sin cimientos –para que pudieran removerse fácilmente, suponiendo que serían temporales- y sin instalación de redes de servicios públicos. La mayoría de t-shelters fueron ubicados en los lugares en los que vivían las familias antes del sismo, es decir, justo allí donde el terremoto y la inadecuada construcción habían reducido a escombros todo el entorno construido. A pesar de las limitaciones y los efectos perversos de este programa de ayuda, la mayoría de los fondos de la comunidad internacional se destinaron a la entrega de shelters y viviendas transitorias: en octubre de 2011 se completó la construcción de 96.000 abrigos transitorios, 4.600 viviendas nuevas y sólo se repararon 6.600 cuando el sismo destruyó 250.000”. (Cohen, 2012, p. 6). Esta política post-desastre definitivamente no permitía “reconstruir mejor”, tal como lo había prometido insistentemente el Enviado Especial de las Naciones Unidas en Haití, Bill Clinton, sino que más bien deja una amalgama de construcciones en los barrios que no atienden a ningún parámetro de planificación, exponiendo a sus habitantes a todos los riesgos (deslizamientos, inundaciones, colapso de las estructuras, etc) que derivan en catástrofes.

Mientras tanto, la autoconstrucción y autoreparación de viviendas no se hacían esperar, pues los habitantes de los campamentos, extenuados de vivir en tal precariedad, decidían emprender el camino de vuelta a casa aunque no tuvieran los materiales, ni el dinero, ni los conocimientos técnicos para hacerlo. Si ya habían autoconstruido antes prácticamente la totalidad de la ciudad, por qué no iban a poder hacerlo de nuevo.

La presión de la comunidad internacional que demandaba el cierre definitivo de los campamentos de refugiados también generó respuestas por parte de los principales donantes y el gobierno haitiano. De allí surge el programa de relocalización de habitantes de los campamentos hacia los barrios mediante la entrega de subsidios de alquiler, la ayuda en la reparación de viviendas y el mejoramiento de los barrios. El programa recibió el nombre de 16/6, en tanto que se proponía reubicar a los habitantes de 6 campamentos en 16 barrios. Curiosamente, los barrios elegidos para la reubicación fueron clasificados por diversos estudios como zonas de alto riesgo.

Mapa 1. Yuxtaposición de barrios del 16/6 y zonas de riesgo en la ciudad.  Delimitación de zonas de alto riesgo sísmico 16 barrios objeto de intervención por el Programa del 16/6 Zonas de alto riesgo de deslizamiento Fuente: Elaboración propia con base en los datos de: IASC, 2011 y Bertil, Roullé, Belvaux, Terrier, Noury, 2010.
Mapa 1. Yuxtaposición de barrios del 16/6 y zonas de riesgo en la ciudad. Delimitación de zonas de alto riesgo sísmico 16 barrios objeto de intervención por el Programa del 16/6 Zonas de alto riesgo de deslizamiento Fuente: Elaboración propia con base en los datos de: IASC, 2011 y Bertil, Roullé, Belvaux, Terrier, Noury, 2010.

El subsidio de alquiler fue la opción mayoritariamente elegida por los beneficiarios, pero sin la debida ampliación del parque inmobiliario, impulsó la densificación de espacios –en una habitación donde antes del sismo vivían 4 personas ahora viven 6-, el incremento de los precios del alquiler, el aumento de la autoconstrucción en zonas de alto riesgo –utilizando la mitad del dinero para comprar materiales y la otra mitad para el alquiler de un terreno en las zonas altas de las montañas- y la ampliación de la mancha urbana de la capital. La precariedad en la que se han relocalizado muchas de las familias que antes habitaron los campamentos ha inspirado a miembros de los equipos de protección que trabajan en Haití a sugerir que la relocalización, tal como se ha implementado en Puerto Príncipe, puede constituir una forma más sofisticada de desalojo forzado.

Según Amnistía Internacional, de las 37.000 viviendas que se han construido en Haití después del terremoto, menos del 20% son realmente duraderas. Así, el 16/6 ha servido para cerrar campamentos pero no para ofrecer soluciones de vivienda durable y sostenible. El relator especial de las Naciones Unidas sobre los derechos de las personas desplazadas, señalaba en febrero de 2014 que “la política de subsidios de alquiler es una medida transitoria para descongestionar los campamentos. Para ser sostenible, esta política debe estar vinculada a los medios de vida y actividades de generación de ingresos y beneficiar a toda la comunidad en la que se establecieron los desplazados internos, en particular mediante un mayor acceso a los servicios básicos.» (OHCHR, 2014). A la fecha, noviembre de 2015, los pocos programas que continúan en operación siguen concentrándose en la ayuda humanitaria y no en el desarrollo sostenible.

De este modo, no resulta extraño que en el año 2013, el Comité Interministériel d’Aménagement du Territoire (CIAT), haya declarado que la ciudad se enfrentaba a mayores riesgos que antes del terremoto. Una conclusión similar ofrece el grupo de investigación “Sismología-riesgo sísmico y procesado de la señal en fenómenos naturales”, quienes en un estudio publicado en septiembre del 2015, afirman que tras cinco años y quince billones de dólares gastados en la reconstrucción, Puerto Príncipe sigue sin estar preparada para hacer frente a fenómenos naturales, pues un nuevo terremoto dejaría 30.000 viviendas inhabitables. Así, las malas prácticas de construcción, la habitación de zonas de alto riesgo, la inexistencia de un una red sísmica en el país, y un proceso de reconstrucción descoordinado y dirigido hacia soluciones temporales dejan, seis años después, una ciudad de formas abigarradas, inestable, frágil, sostenida por el ingenio de sus habitantes y construida por actores con dislocados intereses.

Para mayor información:

MORENO SEGURA, Laura Natalia. “Puerto Príncipe y el Desastre. Siguiendo las huellas de una reconstrucción difusa”. Directores: Tomeu Vidal y João Pedro Costa. Universidad de Barcelona, Doctorado en Espacio Público y Regeneración Urbana, 2015.

1Doctora en Espacio Público y Regeneración Urbana de la Universidad de Barcelona. M.A en Estudios Políticos y Relaciones Internacionales. Experta en cooperación internacional, regeneración y reconstrucción urbanas.

«Hoy me anuncian que la revolución de Portugal será mañana»: O exílio de Jaime Cortesão na Espanha republicana

Francisco Roque de Oliveira

Nos copiosos diários escritos durante os primeiros anos da II República Espanhola, Manuel Azaña deixa algumas anotações mais ou menos crípticas a respeito daquilo que denomina de «asunto portugués». Na generalidade desses apontamentos de 1931 a 1933, o interlocutor do ministro da Guerra e presidente do Conselho é «Corteçao» (sic). Azaña referia-se a Jaime Zuzarte Cortesão (1884-1960), que descreve como um homem alto, solene, de olhar duro e barba ruiva, falando devagar e com manifesta dificuldade o castelhano, o que aumentava a sua solenidade. Invariavelmente, o assunto em causa correspondeu a uma das mais delicadas conspirações urdidas entre o governo republicano espanhol e a liderança da oposição democrática portuguesa radicada em Espanha depois da proclamação da II República, em Abril de 1931, e aqui representada por Cortesão. Tratava-se do fornecimento de dinheiro para a compra de armas destinadas a sustentar uma revolução que levasse à queda da ditadura em Portugal.

O enredo desta história teve o seu primeiro acto num rocambolesco plano para subtrair material de guerra do aeródromo murciano de Los Alcázares, concretizado por via de Ramón Franco, ao tempo director-geral da Aeronáutica Militar, parte do qual acabou usado no fracassado pronunciamento militar de 26 de Agosto de 1931, em Lisboa, durante o qual os revolucionários bombardearam a capital portuguesa, tomando depois o caminho da fuga para os aeródromos de Sevilha e Huelva. Se esta acção veio oferecer preciosos argumentos à ditadura de Salazar e Carmona para qualificarem a República espanhola como uma ameaça objectiva à independência nacional, em nada beliscou o grande desígnio de repintes iberistas que Azaña parece ter acalentado por interpostos expatriados portugueses.

Enquanto o mexicano Martín Luis Guzmán, director do El Sol e ex-lugar tenente de Pancho Villa, assegurava a ligação directa entre Cortesão e Azaña, este intercedeu pelos portugueses junto do industrial basco Horacio Echevarrieta. Alegadamente a braços com a iminente insolvência dos seus negócios de construção de navios de guerra, Echevarrieta acabaria enredando o Consorcio de Industrias Militares, conhecida criação azañista. Viriam também à tona conivências mais ou menos claras de personalidades como Indalecio Prieto, ministro da Fazenda, Luis Rodríguez de Viguri, director do Banco de Crédito Industrial, ou o empresário Juan March. Por tortuosas linhas nunca explicadas por completo, toda esta trama viria a desembocar no famoso episódio do vapor Turquesa, apreendido no porto asturiano de San Esteban de Pravia com um nutrido carregamento de armas nas vésperas da fracassada insurreição das Astúrias, de Outubro de 1934. Como também se sabe, este constituiu o pretexto mais imediato para o processo parlamentar com que a Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA) de Gil Robles quis crucificar Azaña nos meses seguintes.

Jaime Cortesão emerge como o principal personagem português desta série de incidentes. Médico, poeta e dramaturgo, herói da Grande Guerra na frente da Flandres, em 1918, Cortesão fora director da Biblioteca Nacional de Lisboa entre 1919 e 1927 e um dos mais destacados ideólogos e publicistas da infausta I República Portuguesa (1910-1926). Em 1922, viu publicada A Expedição de Pedro Álvares Cabral e o Descobrimento do Brasil, a sua obra de estreia como historiador, actividade que o tempo e as circunstâncias viriam a confirmar como a sua inapelável vocação. Exilara-se em França na sequência da destacada participação que tivera na Junta Revolucionária do Porto, de 3 de Fevereiro de 1927, que constituiu a última tentativa séria de derrube da ditadura militar instaurada em Portugal em Maio de 1926. Em Paris, Cortesão integrou a denominada «Liga de Defesa da República», que reunia as principais lideranças republicanas depostas, tendo passado a Espanha em 1931, quando os novos ventos da República espanhola fizeram crer a muitos exilados políticos ser chegada a hora de alinhar os dois governos da Península em torno de um projecto democrático e progressista fraterno.

Cortesão passou então a actuar como putativo embaixador dos interesses do destituído poder republicano português junto do governo de Madrid, conforme se lê nos documentos que relatam as conclusões da Conferência realizada em Novembro de 1931, em Bayonne, em torno da figura tutelar do velho Bernardino Machado, que fora o último presidente da I República Portuguesa. Apesar dos sucessivos desaires e da extrema dificuldade por que passavam os revolucionários acoitados em Espanha, Cortesão impôs-se como uma das raras figuras capazes de congregar boa parte das sensibilidades do exílio português, pródigas em estéreis quezílias intestinas, mas sobretudo muito vulneráveis por força de um desterro que se eternizava.

Entre os telegramas cifrados da Embaixada de Portugal em Madrid, os relatórios dos agentes da polícia secreta portuguesa infiltrados entre os exilados, passando pelas citadas memórias da Azaña, sobram-nos os indícios das conspirações de Jaime Cortesão e do seu grupo, que faziam do Ateneo de Madrid, na Calle del Prado, ponto de reunião frequente. Quando alguns dirigentes e operacionais portugueses foram presos após a repressão da revolução das Astúrias, Cortesão retomou o refúgio francês, só regressando a Espanha depois da vitória eleitoral da Frente Popular, em Fevereiro de 1936. A partir de então, reforça-se o auxílio do governo espanhol à causa dos exilados portugueses, ao mesmo tempo que estes se empenham em denunciar publicamente a cumplicidade de Salazar e do Estado Novo português com os militares espanhóis insurrectos a 18 de Julho.

Já com a Guerra Civil em pano de fundo, Cortesão falará em nome da recém-constituída Frente Popular Portuguesa em duas das sessões do II Congresso Internacional de Escritores para a Defesa da Cultura, reunido em Valência, Madrid e Barcelona na primeira quinzena de Julho de 1937, e que encerrou em Paris a 18 desse mês. Citando diversos exemplos da solidariedade da resistência portuguesa para com a República espanhola, Cortesão remata a segunda das suas intervenções nesse Congresso, feita em Valência a 10 de Julho, com o comovente testemunho de André Malraux sobre a sabotagem de centenas de bombas alemãs chegadas pela via de Portugal e largadas pela aviação nacionalista em Talavera de la Reina (Toledo), sem que tivessem explodido. «Os portugueses sabem que a sua liberdade e a dos demais povos está ligada à sorte da guerra de Espanha» – diz Cortesão –, ao mesmo tempo que sublinha que a união tácita entre um Portugal e uma Espanha democráticos tem como condição de sucesso «que na Espanha saibam prever todas as reacções da sensibilidade política de um povo, que tem oito séculos de independência, interrompidos apenas por sessenta anos de cativeiro filipino». Era uma resposta objectiva à propaganda de Salazar, que acusava os exilados portugueses de traição à pátria. Mas também é difícil não ler aqui uma advertência do historiador em relação aos pensamentos que Azaña confiava ao seu diário quando escrevia que a solução do assunto dos portugueses «colmaría todas mis ambiciones, y ya podría decir que había hecho un gran servicio a España». Melhor do que ninguém, Cortesão conheceria bem o sentido pleno desta ambição e precavia-se dela.

O Plano L – nome de cifra para o chamado Plano Lusitânia – representaria a derradeira esperança dos exilados portugueses encabeçados por Cortesão e o seu círculo mais próximo numa intervenção armada, ancorada em Espanha, que levasse à queda da ditadura em Portugal. Com diversas ramificações em Inglaterra e França, este projecto foi sendo gizado desde 1937 e previa um desembarque em três pontos da costa portuguesa, realizado simultaneamente a uma vasta operação terrestre que cortasse as linhas nacionalistas até à fronteira de Portugal com a Extremadura espanhola. Apoiava-se nas várias centenas de portugueses que lutavam ao lado dos republicanos espanhóis, parte dos quais foram selecionados e reagrupados em dois aquartelamentos portugueses na Catalunha – em Els Hostalets de Balenyà e Sant Joan de les Abadesses – a partir do segundo semestre de 1938.

Em finais desse ano, a ofensiva das tropas nacionalistas sobre a Catalunha cortaria cerce qualquer possibilidade de realização do Plano L. Nos últimos dias de 1939, Cortesão e a sua família iniciam a fuga em direcção à fronteira francesa juntamente com a restante cúpula dos exilados portugueses, entretanto transferida para Barcelona. A crónica impressiva dessa travessia dos Pirenéus deixou-a Cortesão num dos raros textos autobiográficos que nos legou. Intitula-se No desfecho da Guerra de Espanha e foi escrito escassos dias depois de ter atravessado a fronteira para o lado francês pelo Coll d’Ares, acompanhando uma coluna de portugueses que abandonava apressadamente os seus aquartelamentos catalães. A sua homenagem a Barcelona ficaria fixada no poema A agonia da urbe, que os azares de uma vida tumultuosa deixariam inédito até pouco depois da sua morte – «À noite, a angústia aumenta na cidade. / O incêndio alastra. / O Céu é de fornalha. / A cada instante, num crescendo, / Galga a maré: trovão horrendo, / Ruge mais próxima a batalha…»

Os anos de Jaime Cortesão na Espanha republicana decorreram na permanente expectativa de uma reviravolta na situação interna portuguesa que nunca chegou a ver. «Hoy me anuncian que la revolución de Portugal será mañana», escrevera Azaña no já longínquo Verão de 1931, registando uma das várias informações recebidas da parte de Cortesão, que – como sempre – os factos acabariam por desmentir no dia seguinte. A debilidade dos meios do exílio político português e as suas consabidas dissensões internas, a institucionalização do Estado Novo salazarista e o encaminhamento final da Guerra Civil espanhola, encarregar-se-iam de minar todas as acções sucessivamente pensadas ou executadas pelos exilados portugueses e seus aliados republicanos em Madrid, Valência ou Barcelona. Ora, se assim sucedeu no que respeita à dimensão política da presença de Cortesão em Espanha entre 1931 e 1939, bem diferente foi o fecundo resultado do seu trabalho historiográfico no país vizinho.

«Se puede hacer más historia en Madrid que en Lisboa», terá dito Jaime Cortesão a Manuel Azaña, numa noite de 1931 em que ambos conspiraram longamente em casa de Martín Luis Guzmán sobre os destinos da Península Ibérica. De facto, neste particular, Cortesão conseguiu cumprir a expectativa que tinha sobre si próprio. Entre um curso sobre navegações atlânticas ministrado no Centro de Estudios de Historia de América da Universidade de Sevilha a convite de José María Ots Capdequí e investigações inéditas nos fundos da Biblioteca Nacional de Madrid e no Archivo de Indias, durante os seus anos espanhóis Cortesão logrou dar um impulso decisivo à obra que o consolidará como um dos primeiros historiadores portugueses do século XX. Nestes anos virá a lume a extensa colaboração emprestada à História de Portugal dirigida por Damião Peres, que constituiu a sua primeira grande síntese sobre a temática dos descobrimentos, assim como algumas das suas controversas teses sobre o descobrimento pré-colombino da América pelos portugueses. Anunciando uma das linhas mais originais do seu pensamento, divulga também o primeiro dos textos em que reflecte sobre os pressupostos ideológicos da expansão portuguesa e lhes rastreia uma inspiração joaquimita: «O franciscanismo e a mística dos descobrimentos», publicado pela Unión Ibero-Americana na Revista de las Españas, em 1932.

Em Agosto de 1933, residindo Cortesão na Calle de Ayala, em Madrid, assinou um importante contrato com a Editorial Salvat, de Barcelona, para a preparação de dois textos de fôlego sobre os primórdios da expansão marítima portuguesa e a colonização do Brasil que integrariam a Historia de América y de los pueblos americanos dirigida por Antonio Ballesteros Beretta. As convulsões da Guerra Civil de Espanha – seguidas da prisão de Cortesão em Portugal, em Junho de 1940, e, finalmente, do seu banimento para o Brasil por ordem de Salazar, em Outubro desse ano – ditaram o sucessivo protelamento desta empresa editorial, que acabou por ser publicada entre 1947 e 1956, quando Cortesão já trabalhava ao serviço do Ministério das Relações Exteriores brasileiro, onde se notabilizou como especialista de história da cartografia e da formação territorial do Brasil nos séculos XVII e XVIII e professor do Instituto Rio Branco. Tal como antes em Madrid, era agora no Rio de Janeiro que Cortesão encontrava meios para cumprir a melancólica profecia de que sempre poderia fazer mais ciência no exílio do que em Lisboa.

Os anos de Jaime Cortesão na Espanha republicana decorreram na permanente expectativa de uma reviravolta na situação interna portuguesa que nunca chegou a ver. «Hoy me anuncian que la revolución de Portugal será mañana», escrevera Azaña no já longínquo Verão de 1931, registando uma das várias informações recebidas da parte de Cortesão, que – como sempre – os factos acabariam por desmentir no dia seguinte.

Jaime Cortesão no Escorial, durante o seu exílio em Espanha (ca. 1936)
Jaime Cortesão no Escorial, durante o seu exílio em Espanha (ca. 1936)

(Fonte: Jaime Cortesão / Raul Proença. Catálogo da Exposição Comemorativa do Primeiro Centenário (1884-1984). Lisboa: Biblioteca Nacional, 1985)

Para mais informação:

OLIVEIRA, Francisco Roque de. Jaime Cortesão (1884-1960). En OLIVEIRA, F. R. (ed.). Leitores de mapas: dois séculos de história da cartografia em Portugal. Lisboa: Biblioteca Nacional de Portugal; Centro de Estudos Geográficos da Universidade de Lisboa; Centro de História de Além-Mar da Universidade Nova de Lisboa e da Universidade dos Açores, 2012, p. 125-135. ISBN: 9789725654811 [também em versão ebook]

Francisco Roque de Oliveira é investigador do Centro de Estudos Geográficos da Universidade de Lisboa, Professor no Instituto de Geografia e Ordenamento do Território da Universidade de Lisboa e Doutorado em Geografia Humana pela Universitat Autònoma de Barcelona (2003).

Ficha biblio­grá­fica:

OLIVEIRA, Francisco Roque de. Jaime Cortesão no Itamaraty: os Cursos de História da Cartografia e da Formação Territorial do Brasil de 1944-1950. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales. [En línea]. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de enero de 2014, vol. XVIII, nº 463. <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-463.htm>. ISSN: 1138-9788.

Investigador do Centro de Estudos Geográficos da Universidade de Lisboa, Professor no Instituto de Geografia e Ordenamento do Território da Universidade de Lisboa e Doutorado em Geografia Humana pela Universitat Autònoma de Barcelona (2003).

La Habana del deshielo: por un urbanismo social y mestizo

Carles Crosas Armengol*

La escenificación del reencuentro entre Washington y La Habana inunda portadas de medio planeta y crea grandes expectativas a muchos niveles. En la esfera urbanística, se abren interrogantes sobre cómo el deshielo comunista va a gestionar el futuro de este extraordinario territorio y sus ciudades. Será bueno en cualquier caso, que la ilusión para alcanzar los cambios que se dibujan en el horizonte, no minimice el tiempo necesario de una reflexión abierta y poliédrica sobre las estrategias más convenientes, de continuidad o de ruptura, en relación a las políticas de vivienda, ecología, urbanismo y ordenación del territorio.

En este contexto, La Habana mira al futuro desde la encrucijada de las muchas ciudades que fue en su pasado: “perla del Caribe”, “Niza de las Américas”, “Llave del nuevo mundo”, moderna capital socialista…. Como pocas otras ciudades, La Habana supo transformarse en modelo de vanguardia y de progreso en contextos y condiciones muy distintas ¿En que espejo debiera mirarse hoy, para mantener esta misma estela? Poco útiles parecen los referentes de transformación urbana de las principales ciudades de países tardocomunistas y menos aún, las “actualizaciones” de sus capitales vecinas en el mar del Caribe. Así pues, ¿cuáles deberían ser los argumentos sobre los que asentar las bases de su transformación urbana?

1 – En primer lugar, la regeneración urbana en La Habana debería plantearse con un marcado carácter social. Si muchos creemos aún en las capacidades del urbanismo para construir una sociedad más cohesionada, rica y equilibrada, el sueño socialista que anestesió la isla debiera ser ahora el mayor garante para conseguir este objetivo. Algo que por natural no es nada obvio, a la vista de las tremendas experiencias de la China post-comunista y de las dificultades que vive este tipo de urbanismo, incluso en los países con la mejor tradición.

Existen razones para el optimismo, fundamentadas en una tradición local que guió iniciativas tan notables como la ya lejana creación en 1988 del GDIC-Grupo para el Desarrollo Integral de la Capital que promovió los Talleres Integrales de Transformación del Barrio, una temprana iniciativa (son más de 25 años) liderada por destacados arquitectos como Gina Rey y Mario Coyula. Aún así, los años de letargia obligada por la escasez de recursos y el bloqueo internacional obligan ahora a remuscular la maquinaria para la comprensión, decisión y gestión de una ciudad sometida a nuevas dinámicas.

Son muy pocas las intervenciones urbanas recientes en la capital y su dimensión y resultado insuficientes para adivinar como se afrontarán algunos riesgos globales: la territorialización de la pobreza, la “parquetematización” de los centros históricos o la dualización creciente entre espacios del turista y del ciudadano. La salvaguarda de La Habana Vieja, en manos de la Oficina del Historiador de la Ciudad, es el ejemplo más paradigmático: meritorio en tanto que está consiguiendo “salvar” los edificios del que es probablemente el mejor casco antiguo colonial, pero no ajeno a algunas de las controversias que planean sobre las maneras de recuperar los centros históricos.

2- Pero además de socialmente solidaria, La Habana del siglo XXI debiera transformarse con una arquitectura y un urbanismo a la altura del patrimonio de la ciudad, evitando convertirse ni en un museo de nostalgia, ni en un teatro de arquitecturas-piel historicistas, ni en la enésima amalgama de arquitecturas espectáculo, estilo “nuevo ricos”.

A mitades de siglo XIX La Habana fue la primera capital española en implementar los modernos sistemas de movilidad y reordenar ejemplarmente el espacio de las antiguas murallas, más con la ambición de Viena que con el pragmatismo de Barcelona. Prontamente introdujo el modelo de ciudad jardín en la moderna retícula de El Vedado, un caso paradigmático a nivel internacional. Durante el siglo XX, cambió sus edificios y sus calles, adaptándolas a la modernidad en cada momento (el tranvía, el coche, la arquitectura funcionalista, etc.) consiguiendo no hacer nunca tabula rasa de su pasado, sino añadiendo unas capas encima de las otras.

Todo ello contribuyó a su particular constitución, la de una ciudad “europea” a solo 60 leguas del gigante americano, ejemplo de una privilegiada transculturalidad aliñada con una pocas dosis de cultura eslava y un sólido sustrato de cultura negra, la que dio el “color cubano” el que reivindicaba Nicolás Guillén en sus versos: “ni blanco ni negro: mestizo”.

Las respuestas a los retos urbanos contemporáneos (a la resiliencia, la movilidad eficiente, la sostenibilidad, etc.) podrán encontrarse en el paralelismo con otras experiencias contemporáneas en otras ciudades. Pero la transformación de La Habana debiera formularse siempre a partir de su propio ADN. Anteponer su carácter genuino a los “códigos” que “receta” el urbanismo más canónico. Diseñar la metrópolis de las próximas décadas desde un renovado masterplan y a la vez, desde una serie de proyectos específicos, cambiando las antiguas herramientas del “zoning” por nuevos instrumentos flexibles y adaptables a escalas, tiempos y demandas concretas.

Los estudios y reflexiones que durante años hemos dedicado un grupo de profesores del Laboratorio de Urbanismo de Barcelona – LUB con la guía de algunos colegas de la CUJAE a El Vedado, futuro distrito central de la metrópolis habanera, intentan avanzar sobre alguna de las ideas que aquí se apuntan.

A Mario Coyula (1935-2014), in memoriam

Para más información: Ver el epílogo de la Tesis Doctoral Crosas, C. Variaciones sobre la regularidad. El Proyecto de El Vedado en la formación de La Habana metropolitana. Noviembre 2009. UPC-DUOT. Xavier Eizaguirre, Director. http://www.tdx.cat/handle/10803/78009

Solà-Morales, M., Crosas, C. El Vedado, “La Habana. Ciudad jardín, ciudad central”. Quaderns d’arquitectura i urbanisme (Ed. trilingue), Diciembre 2009, no. 259, p. 71-79

Carles Crosas es Dr. Arquitecto, Profesor e investigador en el Laboratorio de Urbanismo de la Escuela de Arquitectura de Barcelona, DUOT-UPC

“Herencia”, 160 x 190 cm, mixta/lienzo, 2005

Maikel Menéndez (artista cubano asentado en Barcelona desde 2006)
Herencia”, 160 x 190 cm, mixta/lienzo, 2005
Maikel Menéndez (artista cubano asentado en Barcelona desde 2006)

La vicenda della difficile riconversione del patrimonio immobiliare pubblico e militare abbandonato in Italia

Por Francesco Gastaldi [1] y Federico Camerin [2]

Il tema della riconversione del patrimonio pubblico immobiliare in Italia (tra cui quello militare) fa ormai parte del dibattito politico-amministrativo da molti anni, ma è prevalentemente tematizzato secondo questioni di natura contabile e come possibile mezzo per la riduzione del debito pubblico, spostando in secondo piano altri aspetti legati alla pianificazione, alla gestione urbana, ai processi di valorizzazione culturale e alla promozione del territorio. Il contributo intende ricostruire brevemente tale vicenda, delineandone inerzialità e opportunità caratterizzanti il processo di riuso dei beni, soprattutto le ultimè novità per quelli ex militari.

Le difficoltà di attuazione per la riconversione del patrimonio pubblico immobiliare hanno avuto ripercussioni negative sulle città italiane, sia in termini di vivibilità degli spazi urbani interessati, sia perché ostacola i possibili progetti di riqualificazione che potrebbero innescare processi di sviluppo e rigenerazione. Le caserme e gli edifici pubblici in genere erano sedi di attività che generavano un indotto sull’economia locale, spesso grazie a trasferimenti statali. La loro chiusura (o ricollocazione) ha prodotto effetti negativi anche sul piano occupazionale, perché spesso non sono stati sostituiti da altre attività in grado di fornire redditi.

L’immobilismo che caratterizza questo tema è in forte contrapposizione con la velocità estrema con cui il mondo politico ha cambiato e sovrapposto numerose disposizioni legislative. Le norme sono state emanate senza affrontare il vero nocciolo della questione che dovrebbe stare alla base di ogni programma e strategia politica, ossia la conoscenza e le relazioni con il territorio al quale i cespiti appartengono. I processi di dismissione e di riuso del patrimonio immobiliare pubblico (spesso edifici molto grandi, situati in aree già dotate di infrastrutture e dotati di ampie superfici di spazio aperto) hanno riflessi e impatti rilevanti su molte questioni che riguardano le politiche di governo del territorio degli enti locali.

È prevalente la circostanza per cui i comuni italiani non riescono ad utilizzare gli ex beni pubblici come occasione di rigenerazione e di sviluppo urbano e territoriale e gli impatti derivano, in negativo, dalle occasioni perdute. Il continuo cambiamento di obiettivi e strumenti, introdotto dalle norme statali, hanno reso il tema così complesso che nella maggior parte dei casi le amministrazioni locali non sono state in condizione di tenere sotto controllo gli iter procedurali, generando perciò illusioni e frustrazioni negli attori sociali ed economici e causando uno stato di perenne indeterminazione.

Un cuartel abandonado en Treviso. Foto por Federico Camerin, 2014.
Un cuartel abandonado en Treviso. Foto por Federico Camerin, 2014.

Considerando le esigenze di razionalizzazione dello Stato e della condivisione degli scenari di rifunzionalizzazione del proprio patrimonio immobiliare, a partire dal 2014 il Ministero della Difesa ha istituito una “Task Force con l’Agenzia del Demanio (l’ente pubblico incaricato della gestione efficace ed efficiente del patrimonio pubblico dello Stato italiano) con il compito di velocizzare gli iter di riconversione del patrimonio non più utile alle esigenze militari attraverso la stipula di accordi interistituzionali, denominati “protocolli d’intesa”. Tra 2014 e 2015 sono stati firmati vari protocolli volti alla riqualificazione di molte aree militari abbandonate presenti nelle maggiori città italiane, tra cui Firenze, Milano, Roma e Torino. In questa maniera ogni Comune si impegna, entro un anno dalla stipula del protocollo, a sottoscrivere le attività per la valorizzazione dei beni conformando le nuove destinazioni urbanistiche, in coerenza con gli indirizzi del relativo piano regolatore o promuovendo accordi di programma per la variazione degli strumenti di programmazione e pianificazione urbanistica. La validità dell’accordo potrebbe essere soggetta a variazioni temporali se verrà concordato un nuovo termine fornendo adeguate motivazioni.

Sembra quasi scontato sottolineare che l’appetibilità del patrimonio pubblico immobiliare abbandonato dipenda dalle attività che vi si potranno svolgere. Se alla definizione di queste ultime non si può giungere prima delle procedure di alienazione per l’assenza di un accordo tra lo Stato proprietario ed il comune gestore del territorio, o vi si giunge in tempi tanto lunghi, non vi è dubbio che le possibilità di successo dei processi di riconversione si riducano sensibilmente. Nei vari provvedimenti legislativi che si sono susseguiti negli ultimi anni sono stati sempre inseriti quanti più soggetti possibili, con la conseguenza di aver continuamente ridotto la capacità di riuscire a realizzare processi dinamici.

Con le novità introdotte dagli ultimi provvedimenti legislativi sembrano intravvedersi elementi virtuosi che potrebbero portare ad esiti reali per processi che si trascinano nel tempo da molti anni. In questo contesto appare fondamentale il ruolo affidato all’Agenzia del Demanio che, dopo un periodo di rapporto instabile ed incerto con il Ministero della Difesa, sembra ora affidataria del ruolo e delle competenze per gestire in modo più efficace i procedimenti. Gli esiti degli interventi dovrebbero essere indirizzati verso il riuso, in particolare le dimensioni e l’ubicazione delle caserme dovrebbe consente di mobilitare capitali pubblici e privati, per costruire partnership essenziali in questo momento di crisi economica.

[1] Francesco Gastaldi es profesor asociado en el Dep.to de Progettazione e Pianificazione in Ambienti Complessi, universidad IUAV de Venecia

[2] Federico Camerin es becario de investigación en el Dep.to de Progettazione e Pianificazione in Ambienti Complessi, universidad IUAV de Venecia

Para mayor información:

GASTALDI Francesco, CAMERIN Federico. La rigenerazione urbana e i processi di dismissione del patrimonio immobiliare pubblico e militare in Italia. TRIA. Territorio della Ricerca su Insediamenti Territoriali, núm. 14, 2015, pp. 45-58, [ISSN 1974-6849]. <http://www.tria.unina.it/index.php/tria/article/download/3014/3208>

Nueva mirada, nueva ciudad. (Re)descubriendo Barcelona.

*Inmaculada DIAZ-SORIA

Descubrimos cosas de nuestra ciudad que no sabíamos” o “La magia de descubrir Barcelona con otros ojos” son algunas reacciones a unas rutas que acercan a los habitantes a su propia ciudad y que se desarrollan en Barcelona (España) desde hace casi una década. Todo esto en un contexto globalizado en el que viajar lejos resulta relativamente accesible y en el que algunos autores se preguntan cómo viajaremos cuando ya no haya petróleo y se plantean cómo hacer atractivos los destinos cercanos. Este artículo explora las rutas culturales propuestas en Barcelona a un público de proximidad con el objetivo de reflexionar sobre la puesta en valor de los lugares ordinarios.

Los turistas vienen y conocen nuestra ciudad mejor que nosotros” decía un participante barcelonés entrevistado. Esta oportunidad ha sido detectada por un sector turístico con necesidad de diversificarse, para el cual los habitantes se han convertido en un nuevo nicho de mercado. En este sentido pequeñas empresas proponen rutas de pago (entre 10 y 20€) por Barcelona con diferentes temáticas culturales (históricas, insólitas, gastronómicas, literarias, etc.). Estas rutas están abiertas a públicos de cualquier procedencia pero parecen tener más éxito con un público de proximidad. Las empresas organizadoras pagan el IVA turístico y los guías que utilizan son turísticos, ya que “un carnet de guía cultural no existe”, como afirma uno de los emprendedores. Otra organizadora de visitas afirma “No [ser] del sector turístico […]. Nuestros itinerarios están muy documentados […], no [son] demasiado turísticos”.

En una ciudad que recibió más de 7,5 millones de turistas en 2013, donde el turismo es fuente de tensiones por la gran presión sufrida en determinadas zonas, especialmente Ciutat Vella, es curioso ver este fenómeno florecer. Resulta sorprendente que Ciutat Vella, el distrito más turístico, sea la zona más visitada por estas rutas que se venden por salir de los itinerarios turísticos. Sin embargo, como afirma una organizadora, “[cuando la empresa se puso en marcha] fue muy tranquilo, intentamos no hacer Ciutat Vella, pero finalmente tuvimos que hacerlo porque la gente lo pedía”. Es decir, esta zona es el atractivo principal también para el público de proximidad, a pesar de la voluntad del Ayuntamiento por descongestionar el centro de la ciudad de los intensos flujos turísticos. La diferencia entre las rutas culturales tratadas en este artículo y las visitas tradicionalmente turísticas se encontraría, por lo tanto, más bien en el discurso que en los espacios recorridos. Aun así, encontramos participantes procedentes de otras partes del Estado español o del extranjero, sobre todo cuando las visitas son en castellano en vez de en catalán. La razón principal es que estas actividades se venden principalmente por internet y son, por lo tanto, accesibles a todos los públicos.

Por otro lado, para poder comprender el perfil de estos participantes, se han planteado dos cuestiones que responden a dos dimensiones de la proximidad únicas para cada individuo y que condicionan su forma de experimentar la actividad.

¿Cuál es el punto de origen del trayecto emprendido por estos turistas?

Para analizar la dimensión geográfica de la experiencia, se han puesto en relación el código postal de los 107 participantes analizados con la zona visitada por cada uno en 19 rutas diferentes. El resultado confirma que la mayoría de los participantes reside en un perímetro de 40 km alrededor de Barcelona. Sin embargo, el criterio puramente geográfico es insuficiente para determinar el posicionamiento del participante respecto a la actividad turística de proximidad. Este dato no nos indica su grado de conocimiento de la zona visitada, qué es lo que conoce realmente y qué le es desconocido, qué temática puede interesarle y sobre qué espacios le gustaría saber más. En definitiva, no revela si el espacio visitado le es familiar o no.

¿En qué sentido estas rutas permiten al turista acceder a lo desconocido?

Para poder comprender mejor la relación de familiaridad entre los participantes y la zona recorrida, se han tenido en cuenta sus prácticas en la zona y sus vivencias personales ya que éstas condicionan de forma directa cómo el individuo experimenta y da sentido al territorio. En este sentido, la mayoría de los participantes había pasado ya por la zona visitada, especialmente de paseo o de compras. Existe, por lo tanto, un vínculo de proximidad entre el territorio recorrido y los participantes más allá del domicilio. Algunos tienen anécdotas personales en relación con los lugares recorridos que confirman que la proximidad con el territorio no es solamente física y práctica, sino también emocional. Podríamos hablar de tres niveles de acceso al territorio: geográfico (la facilidad de acceso), práctico (a partir de los usos, de la experiencia vivida) y emocional (lo que queda en el individuo tras la experiencia vivida o imaginada). Lo que hace extraordinarias estas actividades es que acercan al individuo a elementos desconocidos aunque estos estén situados en espacios a priori, accesibles y conocidos por las prácticas realizadas o por ser el marco de sus emociones.

En conclusión, si el turismo se entiende como una actividad que permite acceder al otro, en un contexto globalizado, lo desconocido puede estar situado en la proximidad. Actividades para (re)descubrir la propia ciudad son por lo tanto en cierto modo turísticas ya que proponen una ruptura con la esfera cotidiana aunque esta ruptura no sea espacial. Un individuo puede recorrer una calle por la cual pasa cada día con otro ritmo y otra mirada y ver la ciudad como algo nuevo, de la misma forma que lo hace un turista. Este punto de vista abre perspectivas sobre los recursos a desarrollar como atractivo para la población local y sobre la utilización del punto de vista del turista como herramienta de desarrollo turístico.

“Un individuo puede recorrer una calle por la cual pasa cada día con otro ritmo y otra mirada y ver la ciudad como algo nuevo.”

Para ampliar la información:

DIAZ-SORIA, Inmaculada. “(Re)descubrir la propia ciudad: reflexiones sobre las visitas guiadas en Barcelona”. Documents d’anàlisi geográfica. 2015, vol 61, núm. 3, p. 539-561.

*Inmaculada Diaz-Soria es doctoranda en geografía de la Universidad de Toulouse-Jean Jaurès.

A inserção funcional de pequenos municípios metropolitanos

o caso da RMBH (Região Metropolitana de Belo Horizonte/MG, Brasil)

O Estado de Minas Gerais/Brasil se notabiliza, entre outras dimensões, por possuir um grande número de pequenos municípios, aqui considerados como aqueles que possuem população total de até 20.000 habitantes em 2010. São pequenos 73% dos 5570 municípios brasileiros e em Minas Gerais, 79,5% dos 853 municípios.

A pouca literatura existente sobre os pequenos municípios é notória, o que pode conduzir aos problemas conceituais. Enquanto para o Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística (IBGE), o limite é de 100 mil habitantes, Corrêa (2011) sugere que o limite entre 20 e 30 mil habitantes seria o ideal para iniciar uma reflexão conceitual adequada à problemática. Na verdade, o critério demográfico não expressa fiel e completamente a problemática complexa das funcionalidades urbanas, tema aqui em tela, que trata da inserção funcional dos pequenos municípios (PM) da Região Metropolitana de Belo Horizonte (RMBH), a terceira mais importante do Brasil.

A RMBH é composta por 34 municípios, dos quais 14 são PM, com menor importância populacional, mas que configuram um quadro geoeconômico singular. (Mapa 1)

Mapa 1 – Distribuição territorial das pequenas cidades na RMBH.

Fonte: Extraído de FARIAS (2013)
Fonte: Extraído de FARIAS (2013)

A dimensão demográfica e social dos PM na RMBH

Considerando que a taxa geométrica de crescimento anual (TGa) da população brasileira entre 2000/2010, foi de 1,17% e que a metropolitana foi de 1,15%, é importante notar que apenas cinco PM – Itaguara, Nova União, Raposos, Taquaraçú de Minas e Baldim estão abaixo das referidas médias, este último, com taxa negativa. O restante, (9 PM), apresentou taxas acima das brasileira e metropolitana, ou seja, a maioria dos PM metropolitanos da RMBH apresentou, no período, crescimento populacional significativo. Por outro lado, com relação aos fluxos migratórios, importa destacar, que no que tange a metrópole, todos os 14 PM apresentaram saldo migratório negativo em 2010. Tais municípios se encontram na lista dos que possuem os maiores saldos migratórios negativos na REGIC 2007 – Região de Influência de Belo Horizonte, sendo 11 deles com valores acima de 100 habitantes. (Comini, Nogueira, Lobo e Garcia, 2014).

No que diz respeito ao Índice de Desenvolvimento Humano Municipal (IDHM), cerca de 71% das pequenas cidades da RMBH possuem IDHM médio, com destaque para Confins, Florestal, Raposos e São José da Lapa com índices mais elevados. O indicador de longevidade é o que se destaca com valores mais altos, ao passo que indicador de educação é o destaque negativo das pequenas cidades, com índices baixos, sendo os menos expressivos, os municípios de Rio Manso e Rio Acima. (Tabela 1)

Tabela 1 – Pequenos Municípios da RMBH – IDHM – 2010

MunicípiosIDHMIDHM RendaIDHM LongevidadeIDHM Educação
Baldim0.6710.6500.7870.590
Capim Branco0.6950.6640.8370.604
Confins0.7470.7060.8300.711
Florestal0.7240.7280.8450.617
Itaguara0.6910.6970.8360.567
Itatiaiuçu0.6770.6610.8330.563
Jaboticatubas0.6810.6940.8370.543
Mário Campos0.6990.6800.8330.604
Nova União0.6620.6240.8180.568
Raposos0.7300.7060.8320.661
Rio Acima0.6730.6890.8700.508
Rio Manso0.6480.6760.8020.501
São José da Lapa0.7290.6770.8440.679
Taquaraçú de Minas0.6510.6430.8180.525
Belo Horizonte0.8100.8410.8560.737

Fonte: Atlas do desenvolvimento humano, 2013. (adaptado)

A ausência de autonomia dos PM metropolitanos da RMBH

A maioria dos 14 PM metropolitanos encontra na agropecuária sua principal atividade econômica, sobretudo na criação de bovinos. Itaguara e Jaboticatubas são os destaques nesta atividade. A suinocultura também merece destaque, pois a maioria dos pequenos municípios da RMBH possui esta atividade, com destaque para São José da Lapa. A cana de açúcar é outro produto que merece atenção, com destaque para Jaboticatubas, Baldim, Itaguara e Nova União, bem mais distantes, também, merecem atenção. Mário Campos encontra sua especificidade na produção granjeira com destaque na produção de ovos de galinha. Dentre os 14 PM, Raposos demonstrou ter uma economia mais debilitada, em função da decadência da atividade mineradora. De forma geral, os PM da RMBH possuem atividades econômicas pouco diversas, ficando os municípios de Rio Acima e, sobretudo, Raposos com economias mais debilitadas ainda, em decorrência do fim das atividades minerárias. Os municípios com maiores diversidades de produção agropecuária se concentram nos extremos da região metropolitana: Baldim, Jaboticatubas, Taquaraçú de Minas e Nova União a norte-nordeste e Itaguara, Itatiaiuçú e Rio Manso a sudeste da metrópole. Florestal, a oeste e Capim Branco a noroeste também possuem alguma diversidade econômica.

O pequeno e pouco expressivo setor terciário dos PM, associado à quase inexistente oferta de empregos faz destes núcleos urbanos um conjunto de localidades muito dependentes das demandas da metrópole, por isto, nada autônomas. Afirma-se que, não obstante a “opção” do emprego no serviço público municipal, nota-se uma grande mobilidade, sobretudo de população de jovens, à procura de empregos não só na metrópole, como também em outras cidades metropolitanas.

Finalmente, em função de uma série de fatores, percebe-se a expansão da especulação imobiliária nos PM metropolitanos, por meio do crescimento de empreendimentos imobiliários e do comércio de chácaras e sítios. A conseqüência imediata é o aumento do valor da terra. Um fenômeno universal, que caracteriza as regiões metropolitanas brasileiras. Demonstra, por isso, a ausência de autonomia destes PM cuja inserção funcional na RMBH, tem sua grande expressão no atendimento das demandas da grande metrópole mineira.

Para maiores informações:

FARIAS, Klécia Gonçalves de Paiva, NOGUEIRA, Marly. A dinâmica funcional das pequenas cidades na Região Metropolitana de Belo Horizonte (RMBH) Minas Gerais – Brasil. XV Encuentro de Geógrafos de América latina. Anais… Havana, Cuba. Abril de 2015. (Eixo 8: Estructura y dinâmica de los sistemas urbanos), p. 1-13.

COMINI, L., NOGUEIRA, M, LOBO, C. GARCIA, R.. Dispersão espacial da população na Região de influência de Belo Horizonte – análise dos municípios de pequeno porte. XIX Encontro nacional de estudos populacionais.. Anais…. São Pedro/SP p. 415-437.

Marly Nogueira é professora associada e pesquisadora do Departamento de Geografia da Universidade Federal de Minas Gerais, Brasil. Supervisora do curso de bacharelado em Geografia – EaD/UAB

Ficha bibliográfica:

NOGUEIRA, Marly. A inserção funcional de pequenos municípios metropolitanos – o caso da RMBH (Região Metropolitana de Belo Horizonte/MG, Brasil) …..

Un trauma de raíz: los efectos profundos de los desplazamientos urbanos

Stefano Portelli*

En un panorama en el qué las universidades de Estados Unidos se alinean cada vez más con las posiciones de su gobierno, es raro encontrar trabajos críticos como el libro Root Shock de la doctora Mindy Fullilove, psiquiatray profesora de Columbia University. Escrito cuatro años antes de la crisis financiaria, que en Estados Unidos dejó a decenas de miles de familias sin vivienda, es un texto divulgativo que concluye un largo recorrido investigativo en busca de los rastros de los barrios afroaméricanos demolidos por los proyectos de renovación urbana. Al centro está el problema del displacement: los desplazamientos forzados que empezaron con el Housing Act, ley federal de 1949 para la renovación urbana. Fullilove calcula que más de 1,600 barrios fueron demolidos en todo el país a partir de los años 50.

A caer fueron sobre todo los barrios que los afroaméricanos habían poblado a principios del siglo XX, con las grandes migraciones de las plantaciones del Sur a las metrópolis del Norte. A través de la construcción de redes de vecindario, del activismo social, de la religión, estas comunidades protagonizaron un proyecto de emancipación colectiva que permitió a muchas generaciones de superar los traumas de la esclavitud y de la opresión racista del siglo XIX. Si bien estigmatizados y considerados unos ghettos, estos barrios eran atravesados por un anhelo de libertad y justicia, las tensiones vitales que en los años 20 dieron orígen al jazz, y en los 50 estuvieron a la base del movimiento de los derechos civiles. Para entonces, sin embargo, ya se había planificado su destrucción: las excavadoras llegaron entre los años 1960 y 70, desplazando a cientos de miles de familias hacia la periferia.

Fullilove reconstruye decenas de las historias personales de los antiguos habitantes, en lugares como Roanoke, Pittsburgh, Newark. Para quién haya trabajado con desalojados, las voces de los afectados son sorprendentemente familiares: ‘Podían haber hecho cosas maravillosas con esos barrios – dice una mujer desplazada –. Pero nadie lo vió. Sólo veían unas barracas’. Otro hombre, que Fullilove transcribe en versos: ‘Cuatro o cinco de ellos murieron luchando / De infarto, diría / O de la depresión por lo que habían perdido.’ La grandeza de su trabajo es que, a partir del nivel psicológico, que domina profesionalmente, consigue alargar la visión hacia no sólo el nivel comunitario o social, sino incluso al nivel histórico, a la larga duración de los procesos de transformación urbana. La metáfora es la del ‘trauma de raíz’: una planta, trasplantada la primera vez, sobrevive, pero al segundo trasplante muere. Esta imágen se entiende poniendo en relación los efectos sobre las personas con la historia global del país.

Trabajando con realojados en Barcelona entendí que las demoliciones despertaban fantasmas del pasado: las casas derribadas recordaban los bombardeos de la guerra, los desalojos resonaban de la violencia de la dictadura; además, en esos barrios vivían muchos migrantes del Sur, que se habían adaptado con gran esfuerzo a la sociedad catalana. De forma parecida, en los ghettos demolidos de los afroaméricanos se interrumpió un proceso de emancipación que había empeñado ya a varias generaciones. No cayeron sólo unas viejas casas, sino una compleja trama geográfica, producto de un proceso histórico: espacios que sustentaban identidades individuales basadas en el reconocimiento colectivo del lugar fisico de cada uno, producto de la historia de cada familia.

Hoy, cuando la nueva ola de desalojos azota los barrios pobres de EEUU como los de Barcelona, Madrid o Atenas, es imprescindible construir una comprensión global de estos fenómenos y de sus efectos. Fullilove pone en relación el trauma del traslado con la explosión de violencia urbana de los 90, que empezó justamente en los barrios afroaméricanos de las periferias: así como en Europa, por ejemplo, las revueltas de Gezi Park en Istanbul explotaron de una reivindicación sobre el espacio urbano, en una ciudad dónde entre 2004 y 2010 hubo más de un millón de desalojos. Con la crisis, en EEUU se están expulsando, a parte de los afroaméricanas, un sinnúmero de dominicanos, salvadoreños, haitianos, gente que ya luchó para alcanzar el país y para ser aceptada. Grupos como City Life – Vida Urbanaen Boston cotidianamente trabajan para crear nuevos vínculos entre ellos, resistiendo colectivamente a los desalojos y socializando su sufrimiento. Estas luchas pueden producir una nueva comprensión de este fenómeno global, en ambos lados del Atlántico, para contrastar la falta de atención que se ha dado históricamente a los desplazamientos. Como dice un afectado de Roanoke, Virginia: ‘Nuestros paisajes se fueron / ninguna descripción de lo que ha pasado. / A nadie le importa, ahora que han conseguido su objetivo.’

Para mayor información: FULLILOVE, Mindy. Root Shock: How Tearing Up City Neighborhoods Hurts America, and What We Can Do About It. New York: Ballantine Books, 2004. 292 p. ISBN 0-345-45423-5

* Stefano Portelli es antropólogo cultural, trabaja en la Universidad La Sapienza de Roma, después de una larga permanencia en Barcelona, donde investigó por varios años en el barrio de las casas baratas de Bon Pastor. Es miembro del Instituto Catalán de Antropología (ICA), de la Red Internacional de Investigación y Acción Urbana (INURA), y de la Sociedad Italiana de Antropología Aplicada (SIAA). Actualmente es ‘visiting fellow’ en el Departamento de antropología de la Universidad de Harvard.

Tras las huellas de los turistas. Visitantes con GPS en el Valle de Boí

Núria Galí, José A. Donaire, Marcelo Royo*

Este artículo presenta los resultados de un estudio que analiza el comportamiento de los turistas que visitan el Valle de Boí (España) a través del uso de GPS.

Los turistas que visitan el Valle de Boí (situado e¡en los pirineos catalanes) recorren itinerarios muy amplios en un periodo muy corto de tiempo, convirtiendo así lugares muy transitados en recorridos icónicos. Esta es la principal conclusión que se desprende de un estudio elaborado por la Universidad de Girona, que ha dotado de GPS a los turistas del mítico valle leridano para comprobar realmente qué visitan estos turistas a partir de los datos recogidos por los dispositivos de localización.

La Oficina de Turismo del Valle de Boí distribuyó durante los meses de julio a octubre de 2012 un total de 87 GPS a los turistas que se interesaron por visitar la zona. Los GPS recogían datos muy precisos sobre itinerarios, lugares visitados, tiempos de visita y el tiempo total de recorrido, se han obtenido unos registros que nos ofrecen una información muy exacta y de altísimo valor para el estudio del comportamiento real de los turistas.

Es importante destacar que el uso de los GPS corrige uno de los problemas habituales de la mayoría de estudios sobre comportamiento, ya que éstos se basan mayormente en lo declarado por los turistas, en cambio el rastreo del GPS proporciona información de lo que realmente hacen estos turistas (no lo qué dicen haber hecho).

Este estudio científico ha permitido detectar, por primera vez y de forma objetiva, cuáles son las tendencias de los turistas en sus recorridos por este entorno natural y patrimonial. Así los turistas tienden a visitar un número muy elevado de lugares de interés, tanto culturales, como naturales y/o lúdicos. El turista medio visita varios núcleos urbanos del valle, el parque nacional y algunas iglesias románicas.

En segundo lugar, la visita es extremadamente efímera, muy fugaz. Los visitantes recorren un itinerario muy amplio en un período de tiempo muy reducido, el tiempo medio de visita en cada espacio de atracción es muy bajo. El turista estándar tiende a realizar una visita rápida y superficial, acaba visitando el máximo de lugares en el mínimo tiempo posible.

Finalmente, también se pone de manifiesto que los elementos visitados se organizan de forma jerárquica, de modo que unos pocos elementos son los más visitados, por este motivo, son una constante en el conjunto de los recorridos y se convierten en los más icónicos y representativos. Solo a medida que se amplía el tiempo de visita, se accede a otros elementos del valle. Por tanto, el comportamiento de los visitantes se homogeneiza y tiende a reproducir unas pautas de consumo muy previsibles.

El Valle de Boí es un municipio situado en los altos Pirineos, en la región de Cataluña (España). El valle, formado por nueve núcleos urbanos, contiene sitios de gran valor cultural y natural. De hecho, uno de sus grandes atractivos culturales es un grupo de nueve iglesias románicas declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2000. Además, este valle es un punto de entrada al Parque Nacional de Aigüestortes y Lago de Sant Maurici, uno de los 15 parques nacionales de España, y el único en Cataluña.

En definitiva, el uso de GPS permite un conocimiento muy pormenorizado del comportamiento real de los turistas, ya que se puede conocer con detalle desde el uso de los atractivos del espacio turístico, a la secuencia espacio-temporal de la visita y el grado de intensidad de uso de cada nodo. La explotación de esta información contribuye a la mejora de la gestión turística de un destino y permite renovar las estrategias de marketing.

Para mayor información:

DONAIRE, José A., GALÍ, Núria, ROYO, Marcelo. “El uso de GPS para el análisis del comportamiento espacio-temporal de los turistas. Pre-test en el Valle de Boí”. Cuadernos de Turismo. 2015, núm. 35, pp.117-131.

http://revistas.um.es/turismo/article/view/221541/172991

EL NUDO GORDIANO DE LA REGENERACIÓN URBANA

Fernando Gaja i Díaz*

No hay tema más manido, ni tópico más repetido, que afirmar que la salida a la crisis del sector de la edificación se encuentra en la rehabilitación, opción a la que desde la aprobación en 2013 de la ley que la pretende impulsar se ha añadido las de la Regeneración y la Renovación Urbana (Ley 8/2013, de Rehabilitación, Regeneración y Renovación urbanas). ¿Por qué si todos los expertos, reales o intitulados, están de acuerdo en presentar esta estrategia como el bálsamo de fierabrás para la recuperación de la actividad en el sector de la construcción, no acaba de arrancar? En mi opinión, porque no se ha resuelto lo que constituye un auténtico nudo gordiano que la atenaza: la financiación.

El consenso acerca de las virtudes y milagrosos efectos de las actuaciones de Rehabilitación, Regeneración y Renovación urbanas es algo insólito. Con independencia de su posicionamiento político e ideológico todos los agentes sociales, empresariales, sindicales, académicos,… están de acuerdo en reclamarla. Parecía que la norma aprobada por el parlamento estatal, invadiendo por cierto una competencia exclusiva de las comunidades autónomas, iba, por fin, a permitir el desarrollo de un subsector que goza de una muy escasa implantación, en un campo dominado por las obras de Nueva Planta. Saludado como el momento de la verdad, iba definitivamente a permitir el lanzamiento de una actividad, que invariablemente es presentada como generadora de empleo, de bajo impacto ecológico y paisajístico, contribuidora neta a la mejora del medio urbano,… Pero, no ha sido así, y cabe preguntarse, ¿dónde está el problema para que todas las expectativas no se estén cumpliendo? El principal desafío, el nudo gordiano que la Ley de Rehabilitación, Regeneración y Renovación urbanas no ha sabido cortar1, el que ata e impide el desarrollo de estas operaciones, es la cuestión no resuelta de su financiación, ¿quién va a pagar la regeneración de los barrios que más lo necesitan?

La Ley de Rehabilitación, Regeneración y Renovación urbanas se inscribe plenamente en una línea de pensamiento y acción, en una ideología urbanística, que podemos describir y etiquetar bajo la denominación de Urbanismo Concesional. En esencia consiste en la privatización de la actividad urbanística mediante el otorgamiento de concesiones, un modelo que se ha consolidado en este Estado tras la aprobación y el empleo masivo de la figura del agente urbanizador, instituido por la LRAU valenciana (Ley 6/1994 de Reguladora de la Actividad Urbanística, de la Generalitat Valenciana,), y que ahora la nueva Ley de Rehabilitación, Regeneración y Renovación urbanas la amplía a las operaciones de transformación de la ciudad consolidada, mediante la creación de una figura paralela al agente urbanizador que he dado en llamar el agente R3.

Pero si los resultados de la aplicación de la concesión para la producción de suelo urbanizable, por medio del agente urbanizador, pueden considerarse desde el punto puramente cuantitativo como un éxito sin precedentes, sin entrar en la crítica y valoración de la larga estela de casos de corrupción, de abusos de todo tipo sobre los propietarios fundiarios, de los impactos negativos ambientales, paisajísticos, financieros, administrativos, sociales,… en el caso que nos ocupa, las perspectivas de actuación del agente R3 son mucho más sombrías. Una afirmación que trataré de argumentar sucintamente.

Las competencias y capacidades atribuidas al agente urbanizador suponen un cambio de hegemonía en la acción urbanística, traspasada desde los propietarios del suelo a los promotores (asociados o vinculados con el capital financiero). Las plusvalías, que antes se apropiaban los dueños de los terrenos rústicos en su proceso de transformación urbana (los especuladores clásicos, quienes accedían a una riqueza que era escasamente el resultado de su actividad), pasaron, merced a estos cambios en las reglas del juego, a manos de los promotores, estrechamente ligados a bancos y cajas. En suma, este instrumento permitió e impulsó un cambio de agente hegemónico, de modo que la apropiación de las plusvalías urbanísticas se transfirió de los propietarios fundiarios a la alianza capital-promotores, aunque el adquirente de vivienda siguió pagando el peaje de la especulación, sin que su precio final se redujera.

Ilustración 1. Cartel anunciador de la operación de Regeneración Urbana del barrio de Russafa (València)
Ilustración 1. Cartel anunciador de la operación de Regeneración Urbana del barrio de Russafa (València)

Fuente: http://www.actuacionesrussafa.com/descargas/archivos/diptico%20Jornada.pdf

En el caso que nos ocupa, en las actuaciones de Rehabilitación, Regeneración y Renovación urbanas, la situación es bien distinta. No hay generación de plusvalías urbanísticas por efecto de la reclasificación de los terrenos, no hay incremento de valor de suelos rústicos transmutados en urbanos, de modo que el agente R3 sólo podrá obtener su plusvalías, su beneficio, sin la que no tiene sentido su intervención, extrayéndola de los propietarios-vecinos residentes en la zona de intervención, en el coto que se le haya concedido. Y aquí radica la dificultad insalvable.

Si tenemos en cuenta la estructura de la propiedad de la vivienda, y la ponemos en relación con la necesidad de operaciones de Rehabilitación, Regeneración y Renovación urbanas, llegaremos a una conclusión obvia: los barrios más necesitados, los peor dotados, los que cuentan con un parque edilicio más deteriorado, en definitiva aquellos donde este tipo de operaciones son más necesarias, son los que tienen una población más insolvente, a la que se va a obligar manu militari (así lo establece la Ley 8/2013 ampliando las obligaciones derivadas del deber de conservación) a pagar unas abultadas cuotas en concepto de transformación, sean de regeneración, rehabilitación o renovación. Y si no lo hacen en metálico, la veda esta abierta para que lo hagan en especie, con su vivienda. Un polvorín social y un agente R3 al que se le ha concedido la posibilidad de detonarlo.

Corolario. Como norma general es poco probable que la alianza promotores-financieros, los agentes R3, vayan a entrar en operaciones de alto riesgo y conflictividad social, y con escasas perspectivas de negocio, de modo que este tipo de actuaciones quedarán en la práctica limitadas a los barrios de mayor poder adquisitivo, donde la población sí puede abordar operaciones de mejora, o a los ámbitos con expectativas de elitización (gentrification), en actuaciones que adicionalmente serán subvencionadas por una Administracion deseosa de impulsarlas. Una Administracion que acabará, por tanto haciendo lo que ha hecho tradicionalmente: subvencionar y desgravar a quienes menos lo necesitan, abandonando a su suerte a los ciudadanos que no pueden hacer frente a unos pagos previsiblemente altos, en un contexto, no lo olvidemos, de gravísima crisis social y económica, con altísimos niveles de desempleo, precariedad y descenso del poder adquisitivo. Unas operaciones, que declaraciones retóricas al margen, no harán sino aumentar las desigualdades urbanas.

Para mayor información:

GAJA i DÍAZ, Fernando. La regeneración urbana en la encrucijada. Arquitectura, Ciudad y Entorno. Vol. 9, núm. 27, p. 11-26, 19 de febrero de 2015.  http://hdl.handle.net/2099/16070

1 En el número de 27 de la revista ACE publiqué en 2015 n el artículo (“La regeneración urbana en la encrucijada”), señalaba la gran falla de esta iniciativa

La reforma del Water Front de Rio de Janeiro

Verena Andreatta *

El pasado 6 de septiembre fue inaugurada la reforma de la plaza Mauá en el entorno del viejo puerto de Rio de Janeiro. La plaza está situada en el extremo oriental de la zona objeto del proyecto de remodelación del frente portuario de la ciudad, denominado Porto Maravilha, y su reforma tiene un valor simbólico, además de estratégico, en el desarrollo de esa operación.

Con esa plaza se inició la operación de apertura de la avenida Rio Branco en la que el alcalde Pereira Pasos depositó casi todo el impulso de su modernización del Centro de la ciudad en el periodo republicano. En 1910 recibió una estatua dedicada al Barón de Mauá, el gran empresario del imperio muerto precisamente el año de advenimiento de la República (1889), y adoptó su nombre.

El pier construido en su frente fue terminal de pasajeros y cruceros durante mucho tiempo, y la plaza albergó una estación terminal de autobuses. Quizás por ese motivo, acabó por constituir un espacio caótico, atiborrado de vehículos de todo tipo. La construcción en 1962 de un viaducto por el frente urbano, separando el puerto de la ciudad, contribuyó a su deterioro.

La operación Porto Maravillha trajo como consecuencia el ansiado derribo de ese viaducto (o Perimetral do Porto) lo que parecía indispensable para incorporar el frente portuario a la ciudad. Hoy en día en el espacio recuperado por ese derribo se está construyendo un paseo ajardinado, dedicado al arquitecto y ex-alcalde de la ciudad Luiz Paulo Conde, de 3 km de extensión por el que trascurrirá un tranvía (VLT) que unirá el nuevo frente marítimo con el aeropuerto Santos Dumont, la bahía de Gloria y la Terminal de barcas de la Plaza XV; es decir con gran parte de los lugares más usados del Centro de la ciudad.

La primera parte de la reforma de la Plaza Mauá consistió en la construcción del nuevo Museo de Arte (MAR, que integró los edificios remodelados de la antigua estación de autobuses, de una sede de la policía y de un palacio de João VI. El bello proyecto de los arquitectos Bernades y Jacobsen fue inaugurado el 1 de marzo del 2013 y se muestra en la fotografía. Se sitúa en frente del edificio A noite del arquitecto Gire, que construido en 1929, fue record de altura en América Latina (102 m) e inicio la larga serie de rascacielos que puebla hoy el Centro de la ciudad.

Museo de Arte de Rio de Janeiro (MAR), arquitectos Jacobsen y Bernandes
Museo de Arte de Rio de Janeiro (MAR), arquitectos Jacobsen y Bernandes

Como se apuntó al inicio, el 6 de Septiembre se inauguró, tras cuatro años de obras, la remodelación de la plaza, que ha urbanizado 25.000 m2, y que remata en un atrevido edificio de Santiago Calatrava, construido en el pier Mauá y que albergará el «Museo do Amanha». Cercano a él, se está remodelando un viejo almacén portuario para albergar un nuevo Acuario de la ciudad.

Nueva urbanización de la Plaza Mauá, con el Museo do Amnahá sobre el pier
Nueva urbanización de la Plaza Mauá, con el Museo do Amnahá sobre el pier

Son pues, todas ellas, buenas noticias, que auguran un cierto éxito de la tan controvertida operación Porto Maravilha. Controvertida por su modo de gestión, en el que se ha cedido gran parte de las decisiones al conjunto de empresas privadas concesionarias de la denominada Operação Urbana Consorciada, y porque el Plan Director de la operación no contiene ninguna definición volumétrica del conjunto a edificar, utilizándose como instrumento urbanístico tan solo una adjudicación de edificabilidad (excesiva, a juicio de los expertos) a cada lote de terreno. Los primeros edificios, en construcción, muestran ya los desastrosos efectos de esa política.

Para mejor comprender las semejanzas, y sobre todo las diferencias, con otras operaciones urbanas de recuperación de frentes portuarios, se recomienda la lectura del libro de mi autoría que cito, en el que se contienen datos técnicos y de gestión de seis operaciones de la misma índole, ya casi concluidas (Boston, Hong Kong; Ciudad del Cabo, Barcelona, Rotterdam y Buenos Aires). A los comentarios allá expresados me remito.

*Verena Andreatta el arquitecta urbanísta

Para mayor información : ANDEATTA, Verena «Porto Maravilha e o Rio de janeiro + seis casos de sucesso de revitalização portuária» Rio de Janeiro. Ed. Casa da palavra, 2010. (ISBN 978-85-7734-168-9)

FRASES

LA RECUPERACION DE LA PLAZA Y PIER MAUA DE RIO DE JANEIRO, ÉXITO DE LA OPERACIÓN PORTO MARAVILHA

LÁSTIMA QUE AL ALEJARSE DE LA PLAZA EL CAOS COMIENCE A SUSTITUIR AL ORDEN EN LA NUEVA FACHADA MARÍTIMA