La satisfacción y toma de decisiones de las actividades turísticas a través del marketing móvil

La democratización del medio digital en las polis turísticas, ha hecho que los humanos se transformen en personas bifuncionales (Humano-smartphone), estos dispositivos han cambiando el paradigma en la toma de decisiones de las actividades turísticas cuando viajamos y, por ende, condicionan al turista su nivel de satisfacción global de su entorno más inmediato.

Los organismos de marketing de destinos, denominados comúnmente OMD, tienen que gestionar y planificar al detalle las estrategias y actividades de promoción del destino, en función de los factores demográficos de sus flujos de llegadas de turistas. Cuando hablamos de factores demográficos, hacemos referencia a los atributos biológicos del individuo, su situación familiar y su localización demográficas, como por ejemplo: edad, sexo, estado civil, posición familiar, residencia, entre otros.

Es evidente que cuando se toman decisiones de compra a través de los dispositivos móviles u otros soportes tecnológicos, está condicionado por multitud de variables, entre las que se encuentran: experiencia del cliente a la hora de comprar a través del teléfono móvil, la seguridad del pago electrónico, la ubicuidad, una buena conexión a internet, expectativas del cliente, la interoperabilidad entre los principales actores que ofrecen todo el proceso de compra, etc., a todas estas variables la denominaremos factores situacionales.

Ofrecer una gama de productos y servicios personalizados a la alcance de la mano del turista a través de la herramienta marketing móvil, es vital en los planes de marketing de las OMD.

Asimismo, la compra y consumo de los productos y servicios turísticos, es una manifestación del comportamiento del turista, que viene determinado por una necesidad, actitud y una motivación emocional que previamente ya ha pensado y adoptado, hasta que la transforma en realidad. Es muy importante la actitud de la persona, ya que ésta la conforma los valores del individuo, es decir, la personas piensan sobre situaciones, productos, marcas, destinos turísticos, gastronomía, etc., en función de los valores que ha adquirido.

Para escenificar lo anteriormente comentado, exponemos un ejemplo: para la mayoría de la gente, un viaje a Bora Bora y descansar una semana en sus playas paradisíacas es una ilusión, sin embargo, a la mayoría de los turistas chinos no les gusta la playa, a muchos de ellos le resulta incómodo el sol e incluso hay una cierta cultura de mantener la piel lo más blanca posible. Esas actitudes tienen unos impactos en los comportamientos, en las intenciones de compra, en la frecuencia de consumo o en la repetición de la compra. Son dinámicas, y experimentan cambios de forma más rápida que los valores.

No obstante, los organismos de destinos tienen que medir las experiencias de los turistas a través de cuestionarios de satisfacción, en el cual incluyan indicadores demográficos y situacionales para alcanzar un mayor grado de análisis a la hora de tomar conclusiones, en función de los resultados obtenidos.

Los turistas perciben su satisfacción a través del teléfono móvil, con una mirada global y acumulada de la experiencia de consumo del producto o servicio. En la siguiente figura, exponemos un ejemplo de como influye las características demográficas y situacionales en la satisfacción y toma de decisión del turista a través de los dispositvos móviles.

Influencia de las características demográficas y situacionales en la satisfacción y toma de decisión del turista

Fuente: Elaboración propia
Influencia de las características demográficas y situacionales en la satisfacción y toma de decisión del turista
Fuente: Elaboración propia

Por todo ello, no podemos tratar a todos los clientes por igual, el objetivo principal es que los organismos de marketing de destinos, analicen mejor las oportunidades de este nuevo entorno, e implementen las nuevas tecnologías como el marketing móvil, con la finalidad de ofrecer servicios personalizados a los turistas y fortalezcan los vínculos de valor de relación con el cliente. No contemplar las nuevas tecnologías en esta nueva era digital es un fracaso rotundo.

En definitiva, la atomización del sector turístico, ha provocado que tantos las instituciones públicas y empresas privadas, personalicen la oferta en función de las características demográficas y situacionales a través de los dispositivos móviles, para mejorar la experiencia y satisfacción del turista.

Para mayor información:

Florido-Benítez, L. (2016). Influencia de las características demográficas y situaciones en la satisfacción y toma de decisiones de las actividades turísticas a través del Mobile Marketing. Cuadernos de Turismo, 38, 143-165. Disponible en:

http://revistas.um.es/turismo/article/view/271391/199751

Lázaro Florido-Benítez, es Doctor e investigador de la Universidad de Málaga y consultor turístico y marketing aeroportuario.

Las telecomunicaciones en la era de la revolución digital

Ángel Calvo (UB)

Nos ha tocado vivir en un mundo donde ‘todo’ está digitalizado. Parafraseando a Gidion (1948) cuando hablaba de la mecanización, podríamos decir que ‘la digitalización toca a rebato’.

Entendemos la digitalización como la capacidad de utilizar tecnologías digitales para generar, compartir y procesar información. Para que tenga un impacto significativo, debe ser ampliamente adoptada en la sociedad, integrada en el proceso de entrega de bienes y servicios y también basada en la prestación de servicios públicos.

Parece universalmente admitido que la revolución digital influye por partida triple en la economía, la sociedad y los poderes públicos. Afecta a la economía en todos sus sectores y en sus facetas de crecimiento del PIB, del empleo y de la innovación. Atañe a la sociedad en los aspectos de inclusión e igualdad social, excedente del consumidor, acceso a la información y a servicios básicos y participación política. Finalmente, concierne a los gobiernos en lo tocante a la calidad y el hecho de la educación, calidad y producción de salud, la eficiencia de la administración pública y la entrega de información pública a los ciudadanos (Katz, 2016, págs. 4-5).

En la era de la globalización, el sector de las telecomunicaciones no podía escapar a estos choques de la digitalización y a transformaciones en profundidad. Precisamente, en el año 2016, el Foro Económico Mundial abordó la forma en que las telecomunicaciones afrontan estos cambios y elaboró el Libro Blanco que se centraba en las siguientes áreas: modelos de negocio digitales; modelos digitales de funcionamiento; talento digital y competencias y métricas de tracción digital. El informe atribuye a la industria de telecomunicaciones un papel crítico en las transformaciones en nuestra forma de vivir, trabajar e interactuar que trae consigo la fusión de tecnologías que está borrando las líneas entre las esferas biológicas, físicas y digitales en lo que se ha denominado la cuarta Revolución Industrial (World Economic Forum, 2017, p. 4; Schwab, 2016).

¿Pero qué hay de la desigualdad geográfica y social con que estos fenómenos se plasman? ¿Qué valoración merece esa cuarta Revolución Industrial a los millones de hambrientos en el mundo de hoy, a esos millones de refugiados que carecen de lo necesario?

Esas capas desfavorecidas de la población mundial pechan con los efectos de los errores de malas políticas aplicadas y de decisiones empresariales equivocadas. El pasado pasa factura de forma ineludible. Por tanto, el pasado es un componente obligatorio que conviene analizar para explicarse el mundo de hoy y encontrar posibles elementos de respuesta a la situación presente en sus más agudos contrastes.

Si centramos la atención en uno de los grandes conjuntos regionales del mundo, apreciamos que los países de América Latina presentan un comportamiento variopinto en el nivel individual de digitalización, el llamado índice de digitalización: muchos países se sitúan en la etapa avanzada y otros en las etapas limitadas o emergentes. Planes nacionales lanzados entre 2008 y 2011 en diversos países hicieron crecer de forma notable el índice de digitalización. Así sucedió en Chile con la Agenda Digital (2008), en Uruguay con el Plan Ceibal (2009), en Colombia con la creación de MinTIC y el lanzamiento del Plan Vive Digital (2011) y en Brasil, con el Plan Nacional de banda ancha (2011).

De la misma manera, el ritmo de la digitalización varía notablemente, como también lo hace la forma en que se vinculan la digitalización y el desarrollo económico. En los países del área conviven el crecimiento simultáneo con la digitalización y el desarrollo económico, la fuerte incidencia de la digitalización sobre el desarrollo económico y el nulo peso del crecimiento económico sobre la digitalización.

Si nos preguntamos por las razones de ese panorama variopinto, intuitivamente pensamos en factores diversos. Especialistas en la materia señalan como componente clave la política y las instituciones (Katz, 2016, págs. 4-5). Política e instituciones nos remiten a procesos desarrollados a lo largo del tiempo en un sector considerado, además, como de trayectoria dependiente, un concepto muy caro a la economía evolutiva, encabezada por Nelson y Winter (1982). Ambas apuntan, igualmente, al marco nacional en que desarrollan los procesos y al mundo de la empresa donde se definen las estrategias orientadas a una conquista del mercado mundial. Nos situamos, así, en el terreno de las obras que han servido de punto de partida a esos comentarios y apelamos a las telecomunicaciones en un mundo global y al comportamiento empresarial.

En España, el vertiginoso cambio tecnológico, la transformación del marco regulatorio y la apertura de los mercados han ido acompañados de una metamorfosis de gran calibre en la empresa por antonomasia de las telecomunicaciones. El monopolio semipúblico de las telecomunicaciones, antaño filial del gigante norteamericano IT&T, inició una trepidante carrera internacional al integrarse en numerosas organizaciones del sector, insertándose como titular de un holding industrial en el mercado mundial de equipo y fraguando acuerdos estratégicos con multinacionales hasta convertirse en una empresa global “multidoméstica” que prestaba el servicio telefónico en numerosos países. Latinoamérica fue el escenario privilegiado de esa expansión internacional. A su vez, Telefónica dejó de ser un monopolio semipúblico para convertirse en una empresa privada que operaba en un mercado en competencia. Esa aventura de la internacionalización, una historia de éxito no exenta de gran riesgo, solo posible gracias a una conjunción de factores geopolíticos, técnicos y humanos.

Referencias

Katz, Raul, “Digital Prosperity, A Global View”, 2016 Strategic Innovation Symposium Digital Life in Latin American Cities, Technology and Entrepreneurship Center, Harvard, 2016, pp. 4-5.

Lanuza, María José, “Lessons from Davos: digitalization is all around”, Public Policy Newsletter, 1/2/2017.

World Economic Forum, White Paper on Digital Transformation Initiative–Telecommunications Industry, 2017.

Schwab, Klaus, The Fourth Industrial Revolution, World Economic Forum, Ginebra, 2016.

Para mayor información:

CALVO, A., Historia de Telefónica: 1976-2000. Las telecomunicaciones en la España democrática, Ariel/Fundación Telefónica, Barcelona, 2016.

Dis­po­ni­ble en:

http://www.fundaciontelefonica.com/arte_cultura/publicaciones-listado/pagina-item-publicaciones/itempubli/560/

CALVO, A., Telecomunicaciones y el nuevo mundo digital en. España: la aportación de Standard Eléctrica, Ariel / Fundación Telefónica Barcelona-Madrid, 2014.

Dis­po­ni­ble en:

http://www.fundaciontelefonica.com/arte_cultura/publicaciones-listado/pagina-item-publicaciones/itempubli/266/

La deficitaria información geográfica en las páginas web de los destinos turísticos de España

Gersón Beltrán López*

El turismo es una actividad que se basa en el territorio, conformado por la combinación entre el mundo físico y el mundo online. Los recursos turísticos, las rutas y las empresas se encuentran en un lugar concreto donde los turistas disfrutan de diversas experiencias y las comparten en las redes sociales.

Los portales web han evolucionado, de modo que, cuando ofrecen información geográfica no sólo la geolocalizan sobre un mapa sino que se transforman en geoportales, una herramienta de comunicación entre el turista y el destino que le permite conocerlo durante todas las fases de viaje: antes de acudir a él, durante su estancia en el destino a través de dispositivos móviles y compartiendo la experiencia a posteriori. Todo ello teniendo en cuenta la importancia creciente de los datos (big data) en un entorno de destinos turísticos inteligentes (smart destinations).

Es interesante el análisis de la estructura y funcionalidad de la información geográfica online en los destinos turísticos de España a través del análisis de sus páginas web. El resultado es una visión de la situación actual, con un listado de propuestas innovadoras para la implementación de geoportales en las webs de destino de España y que ayuden a los destinos a mejorar la forma en que ofrecen información geolocalizada a los turistas mediante el uso de las nuevas tecnologías.

Existen portales turísticos de las 17 Comunidades Autónomas (CC.AA.) y de las 2 ciudades autónomas de España. Los datos obtenidos en el mes de noviembre de 2015 permiten identificarlos.

GEOPORTALESAccesibilidad
Andalucíahttp://www.andalucia.org/es/
Aragónhttp://www.turismodearagon.com/es/
Asturiashttps://www.turismoasturias.es/
Cantabriahttps://www.turismodecantabria.com/inicio
Castilla La Manchahttp://www.turismocastillalamancha.es/
Castilla y Leónhttp://www.turismocastillayleon.com/
Catalunyahttp://www.catalunya.com/
Ceutahttp://www.ceuta.si/
Comunitat Valencianahttp://comunitatvalenciana.com/
Extremadurahttp://www.turismoextremadura.com/
Galiciahttp://www.turismo.gal/portada?langId=es_ES
Islas Baleareshttp://www.illesbalears.travel/beta/html/mapa.html
Islas Canariashttp://www.holaislascanarias.com/
La Riojahttp://lariojaturismo.com/comunidad/larioja
Madridhttp://turismomadrid.es/
Melillahttp://www.melillaturismo.com/
Murciahttp://www.murciaturistica.es/
Navarrahttp://www.turismo.navarra.es/esp/home/
País Vascohttp://turismo.euskadi.eus/es/

Los resultados de su análisis son muy interesantes:

Accesibilidad del mapa: las únicas regiones que tienen el mapa turístico “embebido” en la página principal de la web y por tanto un acceso directo a la información son Cataluña y Andalucía. Después hay 8 CC.AA. que tienen la información en un banner a un solo click de acceso, 7 que tienen el acceso a más de 2 clicks y 2 CC.AA. que no tienen mapa turístico (Castilla La Mancha y Ceuta).

Base mapa: destaca el predominio casi absoluto de Google Maps como base cartográfica, con la única excepción de Castilla La Mancha, que tiene una imagen en formato jpeg; Ceuta, que no tiene ningún mapa y Melilla que utiliza un visor GIS (Sistema de Información Geográfica).

Leyenda del mapa: la media de capas de información en la leyenda de los geoportales es de 10,3; lo que supone una subdivisión bastante elevada si tenemos en cuenta que el turista debe seleccionar entre esas diez opciones y a su vez las divisiones que éstas tengan. Los extremos los encontramos en las 24 categorías de Cataluña frente a las 3 de La Rioja.

Otras funciones: destacan la función de buscar, imprimir y zoom, presentes en bastantes regiones. Hay que anotar que las islas (Baleares y Canarias) tienen las funciones por separado en cada una de las islas, no pudiendo usar estas funciones de forma global en los archipiélagos.

Ficha del elemento: en general destacan textos con datos básicos y fotos, así como la función de cómo llegar. En varias ocasiones se ofrece la opción de acceder a más información ampliando las fichas.

App móvil publicitada: sólo hay 5 regiones que incluyen publicidad de sus aplicaciones móviles (apps) en la web: Asturias, Cantabria, Comunitat Valenciana, Melilla y Navarra.

Ejemplo base Google Maps Fuente: Comunitat Valenciana http://comunitatvalenciana.com/geoportal
Ejemplo base Google Maps Fuente: Comunitat Valenciana http://comunitatvalenciana.com/geoportal
Ejemplo base Google Earth Fuente: Islas Baleares http://www.illesbalears.travel/beta/html/mapa.html
Ejemplo base Google Earth Fuente: Islas Baleares http://www.illesbalears.travel/beta/html/mapa.html

Ejemplo base Visor GIS Fuente: Melilla http://www.visorturismomelilla.co
Ejemplo base Visor GIS Fuente: Melilla http://www.visorturismomelilla.com

A partir de este análisis podemos identificar una serie de déficits importantes a nivel general:

– No hay ninguna integración de los portales analizados en las nuevas herramientas como Apple Watch, Google Cadboard, Realidad Aumentada, Google Glass, etc., todas ellas basadas en la localización del usuario a la hora de integrar la información desde Internet.

– No hay ninguna integración con Google My Business, una herramienta básica para el turismo hoy en día, ya que permite a negocios y recursos estar presentes en Google Maps y bien posicionados de forma natural en el buscador Google.

– Todos los mapas analizados utilizan la base de Google Maps y en ningún caso se aprecia el uso de las Infraestructuras de Datos Espaciales (IDE), que son mapas oficiales de los distintos organismos en un lenguaje homogéneo, ni de mapas colaborativos como Openstreetmap.

– Estos portales siempre analizan el territorio desde el lado de la oferta del destino y no de la demanda, para lo que se aconseja el uso de la metodología de proceso de viaje del turista, que habla de tres fases principales en el proceso de viaje del turista de forma cronológica: antes del mismo, durante el viaje y después del viaje.

Por tanto los aspectos clave de cara al futuro de los geoportales turísticos son:

  • La importancia de disponer de una base de datos que los organice para poder gestionarlos luego como parte del big data
  • El uso de sensores para el Internet de las cosas
  • El uso de bases de datos de código abierto
  • Los servicios de mensajería instantánea
  • La interacción con entornos 360 de realidad virtual

En definitiva, queda mucho por hacer en este sentido; pero la solución no pasa tanto por costosos y complejos sistemas sino por la identificación de las soluciones ya existentes en el mercado y su integración en nuevas webs flexibles y dinámicas que se adapten a un entorno cambiante con información geográfica de gran complejidad. La verdadera innovación parte de la integración de soluciones en el mercado y del análisis del comportamiento de la demanda en su paso de un entorno online en el que decide su viaje al consumo físico del destino pero siempre como un turista conectado.

Para mayor información:

BELTRÁN, Gersón. La información geográfica en las páginas web de los destinos turísticos de España: de la geolocalización online a los geoportales. Aplicaciones geotecnológicas para el desarrollo económico sostenible, XVII Congreso Nacional de Tecnologías de la Información Geográfica (ISBN- 13: 978-84-940784-9-1) http://congresotig2016.com/downloads/separadas/lt2/Beltra%CC%81n-Lo%CC%81pez.pdf

* Gersón Beltrán es Profesor Asociado del Dpto. Geografía de la Universitat de València y consultor en Geoturismo SLU y Marketingeo. www.gersonbeltran.com

Geolocalización online, la importancia del dónde

Gersón Beltrán López *

El mundo digital es social, local y móvil (SoLoMo): se genera información local que se comparte en las redes sociales a través del móvil, lo que transforma completamente la relación entre el territorio, las personas y las organizaciones.

La geolocalización indica la posición de una persona u objeto en el espacio; con la aparición de Internet se ha convertido en una herramienta de comunicación entre lo local y lo global a través de la nube. En este libro de reciente publicación se encuentran las claves para aplicarla tanto a nivel personal como de estrategia de negocio, ofreciendo una nueva visión de la nueva geografía, con sus usos y herramientas, que integran el mundo físico con el mundo online a través de la importancia del dónde.

La geolocalización online es un término que ha cobrado gran importancia a partir de la aparición de Internet y que se ha convertido en un negocio. Los GPS fueron desarrollados el siglo pasado para usos militares, aunque posteriormente se utilizaron para usos civiles. Paralelamente, Internet seguía el mismo camino hasta su popularización a comienzos de este siglo XXI; las Nuevas Tecnologías de Información son las herramientas que han hecho posible este fenómeno. Actualmente todos los medios sociales usan la geolocalización online e incluso desarrollan aplicaciones específicas, formando parte del concepto de “long tail” o “larga cola” y participando de los mismos modelos de negocio que el resto de aplicaciones de Internet.

Internet genera una nueva visión del mundo denominado online o conectado, creando posiblemente el sistema de comunicación global más importante en la historia de la humanidad y la geolocalización online se convierte en una herramienta de comunicación entre el mundo físico y el mundo online.

Otro hito básico para entender este fenómeno es la aparición de los dispositivos móviles conectados a Internet y que, gracias al sistema de localización que llevan incorporado, permiten mostrar la ubicación de una persona u objeto en el espacio. Este hecho, unido al desarrollo de los medios sociales, convierte a cada persona en un nodo de información, en un elemento que genera información y la comparte de forma global desde cualquier lugar del mundo con su dispositivo móvil.

Las herramientas son los medios gracias a los cuales se puede utilizar la geolocalización y como tales están en constante evolución. Se trata de empresas y negocios que evolucionan con una gran celeridad, de modo que en pocos años pueden aparecer y desaparecer. Las aplicaciones más importantes en estos momentos de geolocalización online están alrededor de tres grandes grupos: la web geoespacial que se usa para localizar, los medios sociales que se usan para informar y los códigos QR y la realidad aumentada como dos complementos interesantes.

En ocasiones se tiende a generalizar y a hablar de geolocalización online sólo desde un punto de vista, pero estas herramientas tienen múltiples usos que ofrece a personas, territorios y organizaciones: localizar información en un mapa, posicionarnos en Google, emocionar, opinar, programar acciones, vender, hacer publicidad geolocalizada, proteger, medir, jugar… todo ello mediante herramientas como Google My Business, Facebook Places, Foursquare, Yelp, Twitter, Pinterest o Instagram.

En un mundo cambiante como en el que estamos inmersos, todo evoluciona y en la actualidad nos encontramos ante nuevos elementos como las gafas de realidad aumentada, la realidad virtual en 360 º, los relojes y pulseras inteligentes o los drones, herramientas que aumentan las posibilidades de información e hiperconexión en el mundo y cuya base de funcionamiento es la geolocalización. Por tanto se trata de un fenómeno vivo que evoluciona de forma contínua, confirmando que el futuro es el lugar al que nos dirigimos.

Para mayor información:

BELTRÁN, Gersón. Geolocalización online: la importancia del dónde. Barcelona: Editorial UOC, 2016. ISBN 978-84-9116-159-2. Disponible en <http://www.editorialuoc.com/geolocalizacion-online> .

Gersón Beltrán es Profesor Asociado del Departamento de Geografía de la Universidad de Valencia y consultor en Geoturismo SLU y Marketingeo.

España y Latinoamérica en la aventura de las comunicaciones globales: los satélites artificiales

Ángel Calvo (UB)

Los ciudadanos del siglo XXI vivimos ‘enredados’ en una gigantesca madeja que permite una comunicación instantánea gracias a nuestros teléfonos móviles, tablets y ordenadores, entre otros aparatos electrónicos. Sospechamos vagamente que existe algo portentoso que nos permite conectar con nuestros semejantes en los lugares más distantes e inverosímiles del globo. Sin embargo, raramente nos ponemos a pensar en qué medios técnicos reposa ese fabuloso sistema mundial de comunicación. Nos limitamos a manejar nuestros artilugios y todo lo más que se nos ocurre es echar una mirada rápida al módem, o a la roseta de conexión de la línea telefónica. Nos enteramos de lo que es necesario para comunicarnos sobre todo cuando algo deja de funcionar, sea por una caída del sistema entero, una rotura de cables debido a las tormentas, robos de cobre en las líneas telefónicas, ataques terroristas u otros motivos.

Puntualmente, alguna noticia sacude nuestra ignorancia consentida y nos remite a colosales infraestructuras de comunicación. Llega a nuestros oídos, así, que dos empresas tecnológicas de la talla de Microsoft y Facebook han pactado la construcción de un cable submarino transatlántico de nueva generación bautizado como Marea, que mejorará la conexión entre Estados Unidos y Europa a alta velocidad, mayor fiabilidad y una capacidad sin igual, que lo convierte en el cable transatlántico con la banda más ancha que existe (El País,27 mayo 2016).

Muy de vez en cuando, algún nostálgico nos habla de la primera transmisión de televisión vía satélite allá por el verano de 1962 o nos recuerda emocionado ese 25 de junio de 1967 en que los Beatles cantaron ‘All You Need is Love’ para 400 millones de personas de 26 países. ¿Qué sería de nosotros sin Internet, la red de redes? Pues bien, si vemos las grandes competiciones deportivas en todo el mundo o los mejores conciertos, o nos conectamos a Internet es porque nos lo hacen posible las auténticas autopistas que son los cables submarinos y los gigantescos espejos flotando en el cielo que son los satélites.

Este escenario tan apabullante debería invitarnos a remontar en el tiempo y hacernos preguntas sobre sus orígenes para captar mejor la verdadera dimensión del fenómeno y aprender algo sobre los retos que plantearon las novedades en su momento. Una de ellas se refiere irremediablemente a las modalidades de llevar a cabo obras tan colosales.

La historia de los cables telegráficos submarinos nos enseña que ingentes capitales privados del Reino Unido fueron enterrados en el fondo de los mares para tender la más extensa red de comunicaciones de la época, motejada por Tom Standage como la ‘Internet victoriana’. Tratándose de hechos históricos, pisamos un terreno relativamente poco cultivado por los historiadores económicos de los países de nuestro entorno pese al formidable atractivo de sus implicaciones económicas, tecnológicas, normativas y geopolíticas. Además, la compleja realidad que implica invita a un enfoque interdisciplinar y a apelar a una combinación equilibrada de fuentes primarias y secundarias.

Antena de satélite, Telefónica, Memoria 1990, p. 17.
https://www.telefonica.com/documents/153952/13347843/1990.
Antena de satélite, Telefónica, Memoria 1990, p. 17.
https://www.telefonica.com/documents/153952/13347843/1990.pdf

En el caso de las infraestructuras de nuestro entorno geopolítico, Telefónica convive con otras operadoras latinoamericanas, representantes de los gobiernos de los países respectivos, en los organismos del sistema mundial de comunicaciones. Ello le aporta conocimientos del mercado y aprendizaje de la idiosincrasia del sector, economía de experiencia en suma, si bien no necesariamente ventajas comparativas –otras muchas también están presentes- pero al menos le evita desventajas comparativas.

Hemos hablado sobre todo de cables submarinos pero los satélites ocupan igualmente un puesto privilegiado en las comunicaciones de hoy. En efecto, paralelamente al desarrollo de la red mundial de cables telefónicos submarinos, la ciencia alejó la frontera tecnológica de las comunicaciones con el desarrollo de los satélites, que, con una capacidad de comunicación mucho mayor que los cables, contribuyeron a configurar la red telefónica mundial como la máquina lógica mayor del globo.

La complejidad, magnitud y ámbito territorial implicado hacen que los avances en la creación de grandes infraestructuras o redes mundiales reclamen la continuidad de los esfuerzos cooperativos y, por tanto, la vigencia plena de los esquemas puestos en práctica en la segunda mitad del siglo XIX. Precisamente, fruto de esfuerzos cooperativos transnacionales, la creación de estos eficaces sistemas de telecomunicación contó, en ocasiones, con presencia de países latinoamericanos –como fue el caso de Argentina y Brasil en INTELSAT. Por otra parte, la participación de Telefónica en el sistema español de satélites, que dio un paso importante con la creación de HISPASAT, S.A., coincidió con el arranque de la expansión exterior como operadora en su etapa de inversión directa, materializada con la entrada en Chile en 1989, cinco años antes de hacerlo en Perú. La intervención directa de Telefónica en grandes infraestructuras de comunicación creadas exclusivamente con capital español -HISPASAT- define una inclinación manifiesta por el espacio latinoamericano. Resultaría estéril, no obstante, buscar una relación lineal con la internacionalización que arranca a finales de la década de 1980 con la penetración en Chile.

Satélite Hispasat, Telefónica, Memoria 1989, p. 7.
Satélite Hispasat, Telefónica, Memoria 1989, p. 7.

Si es cierto que las prototentativas de satélites artificiales en Latinoamérica tuvieron la educación como objetivo, la verdadera rampa de lanzamiento de la necesidad de satélites vino de la mano de la reina de los media, la televisión. Al año siguiente de la creación de INTELSAT, la reunión de la que surgió el régimen provisional del sistema mundial de comunicaciones por satélite contó con la par­ticipación de cuatro países latinoamericanos: Argentina, Brasil, Co­lombia y Uruguay. En 1968 otros tres tenían antenas terrestres que los vinculaban al sistema internacio­nal: Panamá, Chile y México. Más tarde fueron añadiéndose otros más hasta incorporar la práctica totalidad en esa maraña a la que hemos aludido al principio. En 2013, Latinoamérica contaba con 72 satélites y otros 26 serán puestos en órbita hasta 2017 (El País, 5 septiembre 2013). Permítasenos una nota negativa para eludir cualquier sensación de ánimo laudatorio: la flota actual de la región tiene 3.033 transpondedores, casi ninguno capaz de ofrecer Internet.

Para mayor información:

CALVO, A. Esfuerzos cooperativos y etapas previas en la internacionalización: el caso de Telefónica: Apuntes: Revista de Ciencias Sociales, 2015, vol. 41, nº 75, p. 211-241. Dis­po­ni­ble en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4953942

Geodatos y paisaje: de la nube al aula universitaria y a la formación del profesorado

María Luisa de Lázaro y Torres*

El éxito del empleo de mapas web interactivos y colaborativos para aprender geografía es una realidad cotidiana impensable años atrás. Esto hace aconsejable replantear la enseñanza de la Geografía en las aulas universitarias y en la formación del profesorado. Destacamos iniciativas como el Atlas Digital Escolar, cuyos primeros ensayos se remontan a la implantación de la plataforma de ArcGIS Online (AGOL) TM, Esri® de la Universidad Complutense de Madrid en el año 2013.

Para la creación de un mapa web son necesarios geodatos, que pueden proceder de diversas fuentes: a) de una investigación I+D o I+D+i que haya generado datos que cuenten con una referencia espacial, en cuyo caso la cartografía Web sería una forma más de expresar, compartir y enriquecer los datos de una investigación; b) de una paulatina elaboración de datos con una finalidad docente o investigadora; c) de la reutilización de datos abiertos que proceden de instituciones que se dedican a ofrecerlos de forma estandarizada a través de sus Infraestructuras de Datos Espaciales (IDE) o de los centros de descargas, como es el caso del Instituto Geográfico Nacional.

La creación de mapas web que integren nuestros propios datos (mapas, imágenes, gráficos y textos) con otros datos referenciados o geodatos existentes en la nube, abre nuevas posibilidades en investigación y en docencia que es necesario explorar.

Itinerarios geográficos por diversos paisajes españoles

La gran novedad radica en que el mapa colaborativo resultante es una tarea asequible que sirve para aprender y actualizar contenidos desde cualquier lugar, en cualquier momento y por varias personas de forma simultánea. De su observación se pueden sacar nuevas conclusiones; de ahí su utilidad para presentar los resultados de una investigación. Mientras se construye el mapa y también en su empleo posterior se adquieren competencias digitales y espaciales. Además, el profesorado puede diseñar una metodología activa empleando técnicas pedagógicas colaborativas, como el aprendizaje basado en problemas, y de gran actualidad, como el storytelling y la clase invertida o flipped classroom. En este contexto, se han construido los mapas web que se presentan en un artículo publicado en el Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles. El primer ejemplo, consta de una serie de itinerarios que se pueden realizar a pie en distintas localidades de interés patrimonial o paisajístico, y el segundo es una radiografía de los contenidos o las ideas previas de los estudiantes en relación a los paisajes agrarios.

El mismo grupo de trabajo, ha realizado otros mapas en diferentes proyectos de Innovación y Mejora de la Calidad Docente disponibles en la E-Prints de la Universidad Complutense de Madrid, financiadora de los mismos, en los que se ha abierto esta nueva línea de investigación sobre el aprendizaje basado en cartografía interactiva en la nube conocida en el mundo anglosajón como web-based GIS learning. En ellos se ha seguido la tónica de muchas universidades americanas y europeas potenciando una estrecha colaboración entre centros de secundaria (IES San Roque, Badajoz; IES Altair, Getafe, Madrid; IES Diego Velázquez, Torrelodones, Madrid y Santa María del Pilar, Zaragoza) y universidades (Complutense de Madrid, León, Málaga y Zaragoza).

Podemos afirmar que los mapas web realzan la visión de la Geografía como ciencia. Es posible emplearlos para investigar, gestionar y resolver problemas territoriales empleando datos de elaboración o reelaboración propia, que se agregan a otros datos preexistentes. Con todo ello se presentan los resultados de esas investigaciones y las posibles soluciones a los problemas territoriales. Y además se aprende geografía de una forma vivencial, nueva, interactiva, divertida, significativa y razonada, alejada de lo puramente memorístico y repetitivo. Sin embargo, no habrá avance en el campo educativo ni en el investigador derivado de estas oportunidades, si los ciudadanos, las autoridades académicas y los investigadores no muestran su interés por ellas.

Para mayor información:

LÁZARO Y TORRES, M.L. De, IZQUIERDO ÁLVAREZ, S. y GONZÁLEZ GONZÁLEZ, M.J. Geodatos y paisaje: De la nube al aula universitaria. Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles, 2016, nº 70, pp. 371-391. Disponible en: <http://www.age-geografia.es/ojs/index.php/bage/article/viewFile/2244/2131>. Resumen en inglés en: <http://www.age-geografia.es/ojs/index.php/bage/article/viewFile/2245/2132>. (English version)

DE MIGUEL GONZÄLEZ, R. y LÁZARO Y TORRES, M.L. De. Educating geographers in Spain. Geography teaching renewal by implementing the European Higher Education Area. Journal of Geography in Higher Education, 2016, nº 40 (2), pp. 267-283. Disponible en: <http://dx.doi.org/10.1080/03098265.2016.1139556>.

María Luisa de Lázaro y Torres es Profesora Titular de la Universidad Complutense de Madrid y Vocal de la Junta Directiva de la Real Sociedad Geográfica.

Geodatos y paisaje: de la nube al aula universitaria y a la formación del profesorado

por María Luisa de Lázaro y Torres*

El éxito del empleo de mapas web interactivos y colaborativos para aprender geografía es una realidad cotidiana impensable años atrás. Esto hace aconsejable replantear la enseñanza de la Geografía en las aulas universitarias y en la formación del profesorado. Destacamos iniciativas como el Atlas Digital Escolar, cuyos primeros ensayos se remontan a la implantación de la plataforma de ArcGIS Online (AGOL) TM, Esri® de la Universidad Complutense de Madrid en el año 2013.

Para la creación de un mapa web son necesarios geodatos, que pueden proceder de diversas fuentes: a) de una investigación I+D o I+D+i que haya generado datos que cuenten con una referencia espacial, en cuyo caso la cartografía Web sería una forma más de expresar, compartir y enriquecer los datos de una investigación; b) de una paulatina elaboración de datos con una finalidad docente o investigadora; c) de la reutilización de datos abiertos que proceden de instituciones que se dedican a ofrecerlos de forma estandarizada a través de sus Infraestructuras de Datos Espaciales (IDE) o de los centros de descargas, como es el caso del Instituto Geográfico Nacional.

La creación de mapas web que integren nuestros propios datos (mapas, imágenes, gráficos y textos) con otros datos referenciados o geodatos existentes en la nube, abre nuevas posibilidades en investigación y en docencia que es necesario explorar.

La gran novedad radica en que el mapa colaborativo resultante es una tarea asequible que sirve para aprender y actualizar contenidos desde cualquier lugar, en cualquier momento y por varias personas de forma simultánea. De su observación se pueden sacar nuevas conclusiones; de ahí su utilidad para presentar los resultados de una investigación. Mientras se construye el mapa y también en su empleo posterior se adquieren competencias digitales y espaciales. Además, el profesorado puede diseñar una metodología activa empleando técnicas pedagógicas colaborativas, como el aprendizaje basado en problemas, y de gran actualidad, como el storytelling y la clase invertida o flipped classroom. En este contexto, se han construido los mapas web que se presentan en un artículo publicado en el Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles. El primer ejemplo, consta de una serie de itinerarios que se pueden realizar a pie en distintas localidades de interés patrimonial o paisajístico, y el segundo es una radiografía de los contenidos o las ideas previas de los estudiantes en relación a los paisajes agrarios.

El mismo grupo de trabajo, ha realizado otros mapas en diferentes proyectos de Innovación y Mejora de la Calidad Docente disponibles en la E-Prints de la Universidad Complutense de Madrid, financiadora de los mismos, en los que se ha abierto esta nueva línea de investigación sobre el aprendizaje basado en cartografía interactiva en la nube conocida en el mundo anglosajón como web-based GIS learning. En ellos se ha seguido la tónica de muchas universidades americanas y europeas potenciando una estrecha colaboración entre centros de secundaria (IES San Roque, Badajoz; IES Altair, Getafe, Madrid; IES Diego Velázquez, Torrelodones, Madrid y Santa María del Pilar, Zaragoza) y universidades (Complutense de Madrid, León, Málaga y Zaragoza).

Podemos afirmar que los mapas web realzan la visión de la Geografía como ciencia. Es posible emplearlos para investigar, gestionar y resolver problemas territoriales empleando datos de elaboración o reelaboración propia, que se agregan a otros datos preexistentes. Con todo ello se presentan los resultados de esas investigaciones y las posibles soluciones a los problemas territoriales. Y además se aprende geografía de una forma vivencial, nueva, interactiva, divertida, significativa y razonada, alejada de lo puramente memorístico y repetitivo. Sin embargo, no habrá avance en el campo educativo ni en el investigador derivado de estas oportunidades, si los ciudadanos, las autoridades académicas y los investigadores no muestran su interés por ellas.

Para mayor información:

LÁZARO Y TORRES, M.L. De, IZQUIERDO ÁLVAREZ, S. y GONZÁLEZ GONZÁLEZ, M.J. Geodatos y paisaje: De la nube al aula universitaria. Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles, 2016, nº 70, pp. 371-391. Disponible en: <http://www.age-geografia.es/ojs/index.php/bage/article/viewFile/2244/2131>. Resumen en inglés en: <http://www.age-geografia.es/ojs/index.php/bage/article/viewFile/2245/2132>. (English version)

DE MIGUEL GONZÄLEZ, R. y LÁZARO Y TORRES, M.L. De. Educating geographers in Spain. Geography teaching renewal by implementing the European Higher Education Area. Journal of Geography in Higher Education, 2016, nº 40 (2), pp. 267-283. Disponible en: <http://dx.doi.org/10.1080/03098265.2016.1139556>.

María Luisa de Lázaro y Torres es Profesora Titular de la Universidad Complutense de Madrid y Vocal de la Junta Directiva de la Real Sociedad Geográfica.

La red telefónica de la Mancomunidad de Cataluña (1916-1924)

Ángel Calvo

En nuestra ingenuidad inocente, no pocos de nosotros pensamos que una tecnología dada se extiende por su superioridad frente a las existentes, por su excelencia, en suma. Olvidamos así que está sometida a la lógica de las condiciones socioeconómicas, culturales y políticas en que nace y debe desenvolverse.

De vez en cuando los media airean las tremendas diferencias existentes en el acceso a las redes de comunicación según el lugar de residencia de los usuarios. Así, señalan por ejemplo, que más de 2.700 pueblos no pueden navegar por Internet a 10 megas o que la llegada de la fibra óptica y 4G a las grandes ciudades colisiona frontalmente con el reducido número de hogares con accesos mínimamente aceptables.

La desigualdad en el acceso a las redes de comunicación arranca ya desde las fases iniciales del desarrollo de las mismas, rasgo extensible a diversas formas de respuestas a esta injusta situación, llámense cooperativas o programas públicos. Esta diversidad de respuestas pretendía poner al alcance de la población un servicio reservado para unos pocos por su carestía. Tan solo profesionales, comerciantes, hoteleros, industriales o simples individuos con abundantes recursos podían permitirse lo que se consideraba un lujo.

En este sentido, resulta curioso señalar que la primera cooperativa telefónica nació en Argentina con el propósito de contrarrestar el monopolio que ejercía la Unión Telefónica y fue organizada por el pionero DavidH. Atwell en Buenos Aires (1887), según señala Victor Maximilian Berthold, una de las autoridades en la historia mundial de la telefonía. A su vez, la configuración territorial descentralizada de Canadá alimentó la implicación de los gobiernos provinciales en la expansión del teléfono.

Existe un caso interesante de implicación de los gobiernos de estructura territorial descentralizada en la extensión del teléfono a las zonas más desabastecidas de servicio en España, poco rentables para la iniciativa privada. Fue posible cuando el sistema oligárquico de la Restauración borbónica, que abarca el reinado de Alfonso XII y primeros años del de Alfonso XIII (1876-1923), rompiendo su rigidez paralizante, se desprendió de sus prerrogativas en la regulación de los servicios públicos y cedió competencias a organismos públicos no estatales, como diputaciones, entidades mancomunadas y cabildos. Se adelantó la diputación vasca de Guipúzcoa, dentro de una región con honda tradición foral, y otras siguieron su ejemplo, no sin que por el camino quedaran algunos intentos loables. Vale la pena subrayar esta implicación de la iniciativa pública no estatal en la creación de las infraestructuras de comunicación de un país con una red telegráfica pública y un sistema telefónico predominantemente privado y deficiente.

Entre las actuaciones públicas que tuvieron un éxito relativo destaca la red telefónica pública de un territorio igualmente caracterizado por su fuerte sentimiento nacional. Fue creada por la Mancomunidad de Cataluña -entidad formada por las provincias de Barcelona, Gerona, Lérida y Tarragona- en el primer cuarto del siglo XX como una apuesta decidida por el servicio universal en ese territorio. Sin embargo, no figura en los manuales aunque no falta en ninguno de los estudios sobre la ‘obra realizada’.

Sin lugar a dudas, la creación de una red telefónica pública es el logro más comentado por quienes, desde ángulos bien diferentes a veces, se acercan al estudio de la obra de la Mancomunidad de Cataluña. Con todo, tales comentarios muy a menudo no superan el estadio de la simple alusión a los aspectos más visibles de la red, en especial los kilómetros de líneas, el número de centrales o la cantidad de pueblos puestos en comunicación. Aspectos capitales como la organización, las opciones tecnológicas más allá de la espectacularidad de la primera central automática o, todavía más, la aportación de los municipios al esfuerzo mancomunal quedan fuera de la atención de los especialistas.

El carácter singular del caso de la red telefónica de la Mancomunidad de Cataluña en perspectiva comparada, tanto a escala nacional como internacional, parece una realidad ajena a discusión. Recursos económicos escasos y corta duración de la experiencia, hecha trizas a causa de la supresión de la Mancomunidad por la dictadura del general Miguel Primo de Rivera (1923-1930), limitaron el alcance de un proyecto ambicioso e ilusionante, que pretendía prestar un servicio y, a la vez, convertirlo en elemento vertebrador del territorio. Rasgos fundamentales del caso estudiado son su naturaleza pública –valga la repetición-, la notable envergadura de la obra realizada, los numerosos proyectos sin ejecutar por causas y condicionamientos varios y la profunda huella en las instituciones que llevaron a cabo el programa y en los usuarios. Esa herencia se extiende también al propio sector del teléfono, puesto que la Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE) hará suyos espíritu y letra del programa de la Mancomunidad, es decir, la ampliación, la unificación y la modernización del sistema telefónico español. Este detalle nunca, que se sepa, ha sido puesto de relieve hasta el momento y apunta a la posibilidad de influencias de primera hora de la dirección de la Sección de Teléfonos en el proceso de gestación de CTNE, convertida en el monopolio del servicio telefónico en España.

Por encima de todo, lo que desataca es el enorme papel desempeñado por los Ayuntamientos en la formación de la red y en los resultados. En otras palabras, esa gran ‘obra realizada’ tantas veces esgrimida no hubiese sido posible sin los recursos materiales, financieros y personales aportados por las corporaciones municipales, no siempre sobradas de ellos.

Para mayor información:

CALVO, Ángel. Teléfono para todos… o casi. La singular experiencia de la red de la Mancomunidad de Cataluña, 1914-1925. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales. [En línea]. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de julio de 2014, vol. XVIII, nº 481. <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-481.htm>. ISSN: 1138-9788.

Angel Calvo es Profesor Emérito de Historia ae Instituciones Económicas de la Universidad de Barcelona.

La red telefónica de la Mancomunidad de Cataluña (1916-1924)

Ángel Calvo (UB)

En nuestra ingenuidad inocente, no pocos de nosotros pensamos que una tecnología dada se extiende por su superioridad frente a las existentes, por su excelencia, en suma. Olvidamos así que está sometida a la lógica de las condiciones socioeconómicas, culturales y políticas en que nace y debe desenvolverse.

De vez en cuando los media airean las tremendas diferencias existentes en el acceso a las redes de comunicación según el lugar de residencia de los usuarios. Así, señalan por ejemplo, que más de 2.700 pueblos no pueden navegar por Internet a 10 megas o que la llegada de la fibra óptica y 4G a las grandes ciudades colisiona frontalmente con el reducido número de hogares con accesos mínimamente aceptables.

La desigualdad en el acceso a las redes de comunicación arranca ya desde las fases iniciales del desarrollo de las mismas, rasgo extensible a diversas formas de respuestas a esta injusta situación, llámense cooperativas o programas públicos. Esta diversidad de respuestas pretendía poner al alcance de la población un servicio reservado para unos pocos por su carestía. Tan solo profesionales, comerciantes, hoteleros, industriales o simples individuos con abundantes recursos podían permitirse lo que se consideraba un lujo.

En este sentido, resulta curioso señalar que la primera cooperativa telefónica nació en Argentina con el propósito de contrarrestar el monopolio que ejercía la Unión Telefónica y fue organizada por el pionero DavidH. Atwell en Buenos Aires (1887), según señala Victor Maximilian Berthold, una de las autoridades en la historia mundial de la telefonía. A su vez, la configuración territorial descentralizada de Canadá alimentó la implicación de los gobiernos provinciales en la expansión del teléfono.

Precisamente, el artículo sobre el que se basa esta breve referencia estudia un caso de implicación de los gobiernos de estructura territorial descentralizada en la extensión del teléfono a las zonas más desabastecidas de servicio en España, poco rentables para la iniciativa privada. Fue posible cuando el sistema oligárquico de la Restauración borbónica, que abarca el reinado de Alfonso XII y primeros años del de Alfonso XIII (1876-1923), rompiendo su rigidez paralizante, se desprendió de sus prerrogativas en la regulación de los servicios públicos y cedió competencias a organismos públicos no estatales, como diputaciones, entidades mancomunadas y cabildos. Se adelantó la diputación vasca de Guipúzcoa, dentro de una región con honda tradición foral, y otras siguieron su ejemplo, no sin que por el camino quedaran algunos intentos loables. Vale la pena subrayar esta implicación de la iniciativa pública no estatal en la creación de las infraestructuras de comunicación de un país con una red telegráfica pública y un sistema telefónico predominantemente privado y deficiente.

Entre las actuaciones públicas que tuvieron un éxito relativo destaca la red telefónica pública de un territorio igualmente caracterizado por su fuerte sentimiento nacional. Fue creada por la Mancomunidad de Cataluña -entidad formada por las provincias de Barcelona, Gerona, Lérida y Tarragona- en el primer cuarto del siglo XX como una apuesta decidida por el servicio universal en ese territorio. Sin embargo, no figura en los manuales aunque no falta en ninguno de los estudios sobre la ‘obra realizada’.

Sin lugar a dudas, la creación de una red telefónica pública es el logro más comentado por quienes, desde ángulos bien diferentes a veces, se acercan al estudio de la obra de la Mancomunidad de Cataluña. Con todo, tales comentarios muy a menudo no superan el estadio de la simple alusión a los aspectos más visibles de la red, en especial los kilómetros de líneas, el número de centrales o la cantidad de pueblos puestos en comunicación. Aspectos capitales como la organización, las opciones tecnológicas más allá de la espectacularidad de la primera central automática o, todavía más, la aportación de los municipios al esfuerzo mancomunal quedan fuera de la atención de los especialistas.

El carácter singular del caso de la red telefónica de la Mancomunidad de Cataluña en perspectiva comparada, tanto a escala nacional como internacional, parece una realidad ajena a discusión. Recursos económicos escasos y corta duración de la experiencia, hecha trizas a causa de la supresión de la Mancomunidad por la dictadura del general Miguel Primo de Rivera (1923-1930), limitaron el alcance de un proyecto ambicioso e ilusionante, que pretendía prestar un servicio y, a la vez, convertirlo en elemento vertebrador del territorio. Rasgos fundamentales del caso estudiado son su naturaleza pública –valga la repetición-, la notable envergadura de la obra realizada, los numerosos proyectos sin ejecutar por causas y condicionamientos varios y la profunda huella en las instituciones que llevaron a cabo el programa y en los usuarios. Esa herencia se extiende también al propio sector del teléfono puesto que la Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE) hará suyos espíritu y letra del programa de la Mancomunidad, es decir, la ampliación, la unificación y la modernización del sistema telefónico español. Este detalle nunca, que se sepa, ha sido puesto de relieve hasta el momento y apunta a la posibilidad de influencias de primera hora de la dirección de la Sección de Teléfonos en el proceso de gestación de CTNE, convertida en el monopolio del servicio telefónico en España.

Por encima de todo, lo que desataca es el enorme papel desempeñado por los Ayuntamientos en la formación de la red y en los resultados. En otras palabras, esa gran ‘obra realizada’ tantas veces esgrimida no hubiese sido posible sin los recursos materiales, financieros y personales aportados por las corporaciones municipales, no siempre sobradas de ellos.

Para mayor información:

CALVO, Ángel. Teléfono para todos… o casi. La singular experiencia de la red de la Mancomunidad de Cataluña, 1914-1925. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales. [En línea]. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de julio de 2014, vol. XVIII, nº 481. <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-481.htm>. ISSN: 1138-9788.

Tras las huellas de los turistas. Visitantes con GPS en el Valle de Boí

Núria Galí, José A. Donaire, Marcelo Royo*

Este artículo presenta los resultados de un estudio que analiza el comportamiento de los turistas que visitan el Valle de Boí (España) a través del uso de GPS.

Los turistas que visitan el Valle de Boí (situado e¡en los pirineos catalanes) recorren itinerarios muy amplios en un periodo muy corto de tiempo, convirtiendo así lugares muy transitados en recorridos icónicos. Esta es la principal conclusión que se desprende de un estudio elaborado por la Universidad de Girona, que ha dotado de GPS a los turistas del mítico valle leridano para comprobar realmente qué visitan estos turistas a partir de los datos recogidos por los dispositivos de localización.

La Oficina de Turismo del Valle de Boí distribuyó durante los meses de julio a octubre de 2012 un total de 87 GPS a los turistas que se interesaron por visitar la zona. Los GPS recogían datos muy precisos sobre itinerarios, lugares visitados, tiempos de visita y el tiempo total de recorrido, se han obtenido unos registros que nos ofrecen una información muy exacta y de altísimo valor para el estudio del comportamiento real de los turistas.

Es importante destacar que el uso de los GPS corrige uno de los problemas habituales de la mayoría de estudios sobre comportamiento, ya que éstos se basan mayormente en lo declarado por los turistas, en cambio el rastreo del GPS proporciona información de lo que realmente hacen estos turistas (no lo qué dicen haber hecho).

Este estudio científico ha permitido detectar, por primera vez y de forma objetiva, cuáles son las tendencias de los turistas en sus recorridos por este entorno natural y patrimonial. Así los turistas tienden a visitar un número muy elevado de lugares de interés, tanto culturales, como naturales y/o lúdicos. El turista medio visita varios núcleos urbanos del valle, el parque nacional y algunas iglesias románicas.

En segundo lugar, la visita es extremadamente efímera, muy fugaz. Los visitantes recorren un itinerario muy amplio en un período de tiempo muy reducido, el tiempo medio de visita en cada espacio de atracción es muy bajo. El turista estándar tiende a realizar una visita rápida y superficial, acaba visitando el máximo de lugares en el mínimo tiempo posible.

Finalmente, también se pone de manifiesto que los elementos visitados se organizan de forma jerárquica, de modo que unos pocos elementos son los más visitados, por este motivo, son una constante en el conjunto de los recorridos y se convierten en los más icónicos y representativos. Solo a medida que se amplía el tiempo de visita, se accede a otros elementos del valle. Por tanto, el comportamiento de los visitantes se homogeneiza y tiende a reproducir unas pautas de consumo muy previsibles.

El Valle de Boí es un municipio situado en los altos Pirineos, en la región de Cataluña (España). El valle, formado por nueve núcleos urbanos, contiene sitios de gran valor cultural y natural. De hecho, uno de sus grandes atractivos culturales es un grupo de nueve iglesias románicas declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2000. Además, este valle es un punto de entrada al Parque Nacional de Aigüestortes y Lago de Sant Maurici, uno de los 15 parques nacionales de España, y el único en Cataluña.

En definitiva, el uso de GPS permite un conocimiento muy pormenorizado del comportamiento real de los turistas, ya que se puede conocer con detalle desde el uso de los atractivos del espacio turístico, a la secuencia espacio-temporal de la visita y el grado de intensidad de uso de cada nodo. La explotación de esta información contribuye a la mejora de la gestión turística de un destino y permite renovar las estrategias de marketing.

Para mayor información:

DONAIRE, José A., GALÍ, Núria, ROYO, Marcelo. “El uso de GPS para el análisis del comportamiento espacio-temporal de los turistas. Pre-test en el Valle de Boí”. Cuadernos de Turismo. 2015, núm. 35, pp.117-131.

http://revistas.um.es/turismo/article/view/221541/172991