Inventando el pasado, incluso la geografía de estrechos y mares.

Lluís Pons Pujol*

[ Lluís Pons es profesor de historia antigua en la Universitat de Barcelona]

¿El Estrecho une o separa?

Existe una teoría según la cual el Estrecho de Gibraltar en la antigüedad era una región “histórica”, de modo que vivir, producir o trabajar en su orilla africana o en su orilla europea era casi indiferente. Los habitantes, los alimentos y diversos productos podrían transitar de una orilla a la otra con facilidad, como si de las orillas de un río se tratara, incluso como si el estrecho no existiera. Creemos que esta postura es equivocada. Veamos las causas de su difusión y éxito.

Para los europeos del siglo XXI, los 14 kms. que tiene el Estrecho de Gibraltar en su punto más estrecho son indudablemente una frontera: una frontera geográfica, entre los continentes europeo y africano, una frontera política, entre la Unión Europea y el Reino de Marruecos, una frontera económica, entre el primer mundo y el mundo en vías de desarrollo y una frontera religiosa entre una Europa cristiana y un Magreb islámico.

Pero en la antigüedad pudo no ser así. Disponemos que datos históricos que indican como en diversas épocas las dos orillas del estrecho se hallaron bajo el mismo estado (como con Cartago, s. V-III a.C.) o bajos estados territoriales distintos (la República romana o el reino de Mauritania, siglos III-I a.C.). A partir de la llegada del Imperio Romano (siglos I-V d.C.) estuvieron sin duda bajo el mismo estado y las mismas leyes, aunque formando dos provincias distintas: la Bética en la orilla Europa y la Mauritania Tingitana en la orilla africana.

Falacia geográfica.

Es del todo ineludible la semejanza climática y biológica (flora y fauna) del sur de la Península Ibérica con el Norte de Marruecos. ¿Permite esto afirmar que se trata de una región histórica? No. ¿De dónde proviene el interés en identificar, semejar e igualar estos dos territorios? Proviene de los políticos españoles de finales del siglo XIX que vieron posible que se permitiera a España expandirse colonialmente en Marruecos, como en efecto sucedió (Protectorado Español de Marruecos, 1912-1956). Por lo que promovieron entre la opinión pública, con la connivencia de medios académicos, la idea de las enormes semejanzas de todo tipo (geografía física, clima, flora y fauna) que permitieran justificar una invasión colonial en Marruecos. Se trata de una burda utilización de la geografía.

El Estrecho de Gibraltar (Fuente. Wikipedia).
El Estrecho de Gibraltar (Fuente. Wikipedia).

Falacia arqueológica.

Durante el siglo XX, la evolución política y económica de España y Marruecos ha sido distinta. El valor social que se da al conocimiento y preservación del patrimonio histórico-arqueológico es mayor en España. Así como también es mayor la inversión en excavaciones arqueológicas y proyectos de investigación. Esto ha generado que desde los años 80 del siglo XX se conozca muy bien a nivel arqueológico la costa europea del estrecho y no se conociera tan bien la zona del Norte de Marruecos. Es decir, en Marruecos faltaban datos arqueológicos para la reflexión. Las teorías generadas de este modo eran erróneas por haber sido generadas con premisas erróneas. Los españoles, que propusieron la teoría, los marroquíes y los franceses se han pronunciado sobre ella. Solamente hace pocos años que se ha empezado a resolver con nuevos hallazgos arqueológicos.

Filtrar los errores.

Este ejemplo sobre el estrecho de Gibraltar en la antigüedad muestra como debemos estar siempre atentos a una nueva lectura crítica de las teorías e hipótesis que se nos plantean como universitarios, ciudadanos o simples lectores en el mundo actual. Se dispuso una teoría sobre la geopolítica del estrecho en la antigüedad basándose en datos geográficos tergiversados y en datos arqueológicos incompletos.

No es un problema solo de la Universidad o de medios académicos. No es bastante disponer de cierta formación intelectual – aunque sí será condición necesaria- que nos dé instrumentos para filtrar las noticias falsas, interesadas o sencillamente los errores con los que somos bombardeados cotidianamente. Hay que ser críticos con todo lo que leemos y aplicar la duda metódica a todo. Lo que proviene de medios académicos no es una excepción. Este texto tampoco.

Para mayor información:

PONS PUJOL, Lluís. La invención de un concepto geopolítico: el Estrecho de Gibraltar en la Antigüedad (s. I-III d.C.). Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales. [En línea]. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de julio de 2015, vol. XIX, nº 513. . ISSN: 1138-9788.

Los geógrafos españoles residentes en México se reúnen

Martín Checa-Artasu*

Los pasados 8 y 9 de julio de 2017 se celebró la Primera reunión de geógrafos españoles en México. Ésta fue organizada por la reciente creada Red de Científicos Españoles en México, una de las varias asociaciones de científicos españoles en el extranjero que existen. Contó con el apoyo delCentro Cultural España en México y la Consejería de Cultura y Ciencia de la Embajada de España en México.  Dicha reunión tenía como objetivo principal: reunir a todos aquellos investigadores españoles, tanto con trayectoria consolidada como aquellos que realizan estudios de posgrado o estancias posdoctorales, que desarrollan investigaciones propias de la ciencia geográfica en México. Todo ello con el fin de establecer un intercambio de experiencias y metodologías, pero también, con el interés de visibilizar a un colectivo poco conocido en los ámbitos geográficos en México y desconocido en España.

Efectivamente, en los últimos 15 años han salido de España no pocos científicos que hoy están desarrollando su actividad en el extranjero. Las causas de ello son varias: la falta de empleos cualificados, los efectos de la crisis económica, la reducción de plazas en las universidades, la muy ineficiente política científica española, etc.

Sorpresivamente, México ha sido uno de los países que ha recibido a un destacado número de ellos. Actualmente se contabilizan 336 investigadores de nacionalidad española adscritos al Sistema Nacional de investigadores del Consejo Nacional de Ciencia y tecnología (CONACYT). La mayoría de ellos trabajan como profesores e investigadores en distintas universidades y centros de investigación del país. Número similar es el de los estudiantes de españoles que desde 2007 han cursado y cursan, becados, algún posgrado en México.

La geografía mexicana ha sido una de las disciplinas que más se ha beneficiado de esta movilidad laboral. En la actualidad, más de una veintena de investigadores y estudiantes de posgrado españoles, vinculados a la geografía y a disciplinas afines desarrollan su actividad en tierras aztecas, haciendo distintas aportaciones que enriquecen el desarrollo de esa ciencia en el país y dan continuidad a la labor que desarrollaron otros geógrafos provenientes del exilio de la guerra civil como: Carlos Sáenz de Calzada, Josefina Oliva Teixell, Felipe Guerra Peña o Leonardo Martín Echevarría.

Esta primera reunión fue resultado de la inquietud personal de dos geógrafos llegados a México en la última década: Sara Barrasa García, madrileña e investigadora del Centro de investigaciones en Geografía Ambiental de la Universidad Nacional Autónoma de México y Martín Checa-Artasu, barcelonés, profesor titular de la licenciatura de geografía humana de la Universidad Autónoma Metropolitana.

La reunión tuvo dos conferenciantes magistrales de excepción. Por un lado, Carmen Delgado Viñas, presidenta de la Asociación de Geógrafos Españoles y profesora del Departamento de Geografía, Urbanismo y Ordenación del Territorio de la Universidad de Cantabria quién relató la reciente evolución de la geografía española. Y Omar Moncada Maya, ex director del Instituto de Geografía, de la Universidad Nacional Autónoma de México quien a través de su vivencia profesional desgranó los numerosos vínculos que las geografías mexicanas y españolas han tenido en los últimos 75 años.

De igual forma, se presentaron 14 ponencias encuadradas en tres sesiones. Una primera centrada en el análisis territorial y la gestión de los recursos naturales, donde se analizó el papel del petróleo en la conformación territorial del país; las posibilidades de gestión de áreas naturales protegidas a través del desarrollo local y la situación de la geografía de la montaña en México. En una segunda sesión, a través de tres trabajos se mostraron las posibilidades técnicas de distintas herramientas: sistemas de información geográfica, drones e imágenes de video para el análisis territorial. La tercera sesión aglutinó seis ponencias con temáticas en relación a los vínculos de la sociedad con el territorio desde facetas como los sistemas alimentarios locales, la relación de la etnohistoria con la geografía, los riesgos ambientales, los procesos territoriales de la actividad pesquera, las disputas territoriales interestatales y la migración de personal cualificado extranjero a México.

Las conclusiones de esta reunión no pueden ser más positivas. Por un lado, sirvió para mostrar la diversidad de análisis geográficos sobre asuntos mexicanos realizados por geógrafos españoles que se encuentra plenamente integrados en la realidad de ese país. Por otro lado, permitió conocer los esfuerzos de unos y otros para conformar líneas de investigación coherentes a lo largo del tiempo, que en muchos casos les han permitido consolidar su actividad científica. Finalmente, también sirvió como punto de partida para dar a conocer a un colectivo y establecer vínculos solidos con la geografía española. Algo que a nuestro entender, hoy resulta del todo necesario.

* Martín Checa-Artasu es profesor titular de la licenciatura de geografía humana de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa.

Algunos de los participantes en la 1ª Reunión de geógrafos españoles en México. De izquierda a derecha: (atrás) María Ángeles Piñar-Álvarez (Colegio de Veracruz), José Manuel Crespo Guerrero (IG-UNAM), Francisco José Cantarero Prados (ENES León UNAM), Ignacio Alonso Velasco (U.Quintana Roo), Cristóbal Mendoza Pérez (UAM-i) y Martín Checa-Artasu (UAM-i); (delante) Elena Ojeda (UA Sisal-UNAM), Marta Martín Gabaldón(CIESAS), Sara Barrasa García (CIGA-UNAM) y Carmen Delgado (AGE).
Algunos de los participantes en la 1ª Reunión de geógrafos españoles en México. De izquierda a derecha: (atrás) María Ángeles Piñar-Álvarez (Colegio de Veracruz), José Manuel Crespo Guerrero (IG-UNAM), Francisco José Cantarero Prados (ENES León UNAM), Ignacio Alonso Velasco (U.Quintana Roo), Cristóbal Mendoza Pérez (UAM-i) y Martín Checa-Artasu (UAM-i); (delante) Elena Ojeda (UA Sisal-UNAM), Marta Martín Gabaldón(CIESAS), Sara Barrasa García (CIGA-UNAM) y Carmen Delgado (AGE).

WILLIAM BUNGE (1928-2013) Y EL PROYECTO DE LAS EXPEDICIONES GEOGRÁFICAS

Núria Benach

Las expediciones geográficas fueron una iniciativa del singular geógrafo norteamericano William Bunge,en el Detroit de finales de los 1960, que ha sido mitificada por algunos y poco conocida (y mucho menos reconocida) por la mayoría. En aquellas “expediciones” se trataba de poner el conocimiento geográfico y el método científico en general, no al servicio del colonialismo, la conquista y el expolio como en las exploraciones clásicas, sino justamente al servicio de los pobres y de los desposeídos que vivían en las ciudades norteamericanas.

Las expediciones se llevaron a cabo mediante el trabajo conjunto de investigadores universitarios y activistas de los barrios negros y empobrecidos de Detroit. Profesores universitarios y miembros de la comunidad negra participaron en plano de igualdad, con el máximo respeto y reconocimiento mutuo, en todas las fases de la investigación, desde la definición de problemas hasta la formulación de propuestas de transformación. Los resultados se expresaron en una serie de informes o “cuadernos de campo” en los que se recogió todo el trabajo efectuado, desde una sofisticada propuesta de descentralización escolar de Detroit que fuera más igualitaria en términos raciales a un estudio sobre las condiciones de vida de los niños negros en Detroit y de los peligros que sufrían en determinadas áreas. Todo ello supuso una enorme e inusual labor de recolección de datos (desde las áreas de recreo para los niños en el espacio público, al número medio de botellas de cerveza y whisky por hogar o a la infestación por ratas y el número de mordeduras registradas). Este material quedó reflejado, además, en impactantes mapas que se caracterizaron por su explícita intencionalidad y carga política, dado que fueron construidos y utilizados justamente para transmitir mensajes claros y para denunciar las injusticias sociales y espaciales.

Mapa de accidentes de tráfico incluido en uno de los Cuadernos de Campo de la Expedición Geográfica de Detroit para denunciar el peligro que suponía para los niños negros el tráfico de coches de los commuters blancos en sus desplazamientos de casa al trabajo.

La investigación urbana realizada por los expedicionarios se complementó con un innovador programa docente (con directa inspiración en la “pedagogía del oprimido” de Freire) que permitió desarrollar programas educativos para que los miembros de la comunidad negra adquiriesen los conocimientos y las destrezas necesarias para estudiar y mapear los problemas de su barrio e incluso para llegar a inscribirse en la universidad, algo que estaba totalmente fuera de su alcance en todos los sentidos.

La radicalidad de las propuestas del programa de las expediciones geográficas resulta hoy de una actualidad abrumadora y nos permiten afirmar cuán necesario es retomar las enseñanzas de experiencias pasadas que, por diversas causas, fueron olvidadas cuando no borradas. Las “expediciones geográficas”, como la de Detroit, anticiparon y todavía hoy superan en muchos sentidos muchas de las propuestas recientes de investigación participativa y cartografías colectivas.

La personalidad explosiva (de trato difícil, le apodaban “Wild” Bill Bunge) y el genio intelectual de William Bunge jugaron un papel detonador en todo ello. Su trabajo sobre Detroit se recogió en el libro Fitzgerald (1971), el barrio en el que vivía y en el que se implicó inicialmente con la comunidad negra, un libro del que se ha afirmado que conmueve, que inspira y que impulsa a tomar partido: la antítesis de un libro académico tradicional. William Bunge se vio acompañado, claro está, por el ambiente social y político de finales de los 60, favorable a las propuestas científicas y políticas radicales, y por un grupo de personas que compartieron los objetivos del proyecto. Ninguno de ellos quiso hacer de ello un medio de vida. El mismo William Bunge ni siquiera llegó a tener un puesto estable como profesor, hastiado como estaba de las reglas de juego universitarias en exceso competitivas, clientelares y burocráticas. Expulsado de las universidades norteamericanas en las que trabajó, durante un tiempo se ganó la vida como taxista en las calles de Toronto (un oficio que defendía como óptimo para conocer “de verdad” la vida de una ciudad) y jamás llegó a tener el reconocimiento académico que, sin duda, sus trabajos merecían. Murió el 31 de octubre de 2013 sin que la comunidad académica tuviera noticia de ello.

Para mayor información:

BENACH, Núria (ed.). William Bunge. Las expediciones geográficas urbanas. Barcelona: Icaria editorial (colección “Espacios críticos”, núm. 10), 2017.

Núria Benach es profesora de geografía humana en la Universitat de Barcelona, dedicada a analizar la historia del pensamiento geográfico, los discursos sobre las transformaciones urbanas y la construcción socio-espacial de la desigualdad.

Supressão da geografia do ensino médio brasileiro – crônica de uma morte anunciada

Em 16 de fevereiro de 2017, foi aprovada a medida provisória 746/2017 (mp746) que suprimiu a disciplina de geografia do ensino médio (bachillerato/espanha, high school/eua) das escolas brasileiras, disponibilizando-a como optativa numa organizacão denominado de “itinerários formativos”, e que dependerá da infraestrutura da escola, do número de professores disponíveis, e do projeto pedagógico.

A mp/746 é uma emenda na lei de diretrizes e bases da educação nacional (ldbs), lei 9.394, aprovada em 1996, e um de seus objetivos foi mudar a lei 11.161 que orienta o fundo nacional de desenvolvimento da educação básica (fundeb), responsável pela destinação das verbas na educação.

Desde 1996 implementava-se uma reforma educacional que envolveu a aprovação e publicação de leis, resoluções, pareceres, publicação de propostas curriculares e reorganização das disciplinas que compunham o currículo escolar. Como as reformas educacionais saem dos gabinetes do ministério da educação (mec) e demoram muito para chegar à sala dos professores sabia-se desde 1996 que geografia permaneceria na área de ciências humanas e sociais (com história, ciências sociais, filosofia), mas não se sabia exatamente como e, portanto, caiu no esquecimento.

As entidades que representam a geografia brasileira e que se manifestaram: associação dos geógrafos brasileiros (agb), associação nacional de pós-graduação e pesquisa em geografia (anpege), teceram críticas às propostas pedagógicas presentes na nova reforma do ensino médio.

Nossas preocupações dirigem-se especificamente ao ensino de geografia, que quase deixou de existir a partir dessa reforma.

Porque nossa preocupação volta-se a essa supressão de geografia no ensino médio? Por que ela faz parte de um pacote que muda a abordagem geográfica presente no ensino. Retira-se um ensino, que embora distante, tinha suas referências na geografia francesa, com destaque para o trabalho de campo e para a abordagem regional; e implementa-se um ensino referenciado pelos conselhos de geografia dos estados unidos e europa, de abordagem sistêmica e técnica, adequada a um ensino profissionalizante.

A proposta implementada remete a década de 1950, a uma política da organização das nações unidas para a educação, a ciência e a cultura (unesco), denominada de educação geográfica. A unesco, por meio do conselho nacional para educação geográfica (ncge), com base na escola primária norteamericana produziu o livro de “referência para o ensino geográfico”, que orientaria a educação geográfica. Rechaçada na década de 1960 e 1970, o que chegou desta proposta no brasil, principalmente depois da década de 1990, resume-se a cartografia escolar, e a utilização de diversos recursos didáticos que não são exclusivos da geografia: recursos tecnológicos, culturais, pedagógicos – atividades de localização e orientação.

Se para os anos iniciais do ensino fundamental sugeriu-se a educação geográfica; para os anos finais sugeriu-se a educação ambiental: conteúdo voltado para ciências da terra, referenciados pela ecologia, biologia e geologia, dedicados a questões ambientais e sustentáveis. A educação geográfica dialoga com a pedagogia; a educação ambiental dialoga com as ciências da terra. A geografia, que decodifica o espaço físico para as ciências sociais dialogará com quem?

Distrito de Floriano, Maringá, Paraná
Distrito de Floriano, Maringá, Paraná

Considerando as mudanças provocadas por essa reforma educacional, a questão ambiental, sustentabilidade, migração e trabalho passaram a orientar as abordagens da educação geográfica e/ou da geografia. Suprimiram os conteúdos de geografia do ensino médio; e os conteúdos de geografia dos nove anos que compõe o ensino fundamental são de educação geográfica.

A unidade da geografia, estabelecida pela relação sociedade/natureza não explicaria mais a transformação da paisagem ou do espaço geográfico? A natureza deve ser substituída pelo ambiente? A interdisciplinaridade da geografia, presente em seu arcabouço teórico, oriundo do debate clássico estabelecido entre franceses e alemães não responderia às questões ambientais e sociais? Esta reforma emerge de uma superação teórica ou de subsídios a políticas econômicas internacionais?

A questão ambiental discute um quadro já dado; resultado da ação humana, e que a geografia, com suas escalas de análise, suas abordagens física e humana, as relações que estabelece entre as dinâmicas da sociedade e da natureza contribuiria não só para preservação e sustentabilidade, mas também para prevenção, resultado de uma formação geográfica que contribuiria para aumentar o equilíbrio entre os aspectos da natureza, que em um país tropical são frágeis; e diminuir as diferenças sociais que resultam em enormes contradições.

Para maio­res informações:

DEFFUNE, Glaucia; LIMA, Maria das Graças de. (Org.) Da geografia que se faz à geografia que se quer – muitos caminhos a percorrer. Maringá: EDUEM. 2013.

Maria das Graças de Lima, professora do Departamento de Geografia, da Universidade Estadual de Maringá (UEM).

La fotografía de obras públicas. Documento y archivo de lo acontecido

Inmaculada Aguilar Civera

Cátedra Demetrio Ribes UV-CHOPVT

De bons esprits ont jugé que faire connaître des travaux qui n’ont pas encore eu tout le retentissement qu’ils méritent, initier le public aux conditions de divers ordres qui président à leur établissement, mettre en lumière les services qu’ils ont rendus, serait combler une regrettable lacune et constituer une oeuvre réellement utile.

A aucune époque en effet on n’a mieux senti le rôle que les grandes voies de communication son appelées à remplir, et l’influence qu’elles exercent sur les relations sociales, le développement de la civilisation, l’accroissemente des richesses et même sur la constitution des États; jamais elles n’ont absorbé une aussi large part de l’activité humaine, n’ont été conçues dans un meilleur esprit, et n’ont répandu plus de bien faits. Cependant on parle plus volontiers des travaux de l’ancienne Égypte ou de la Rome des Césars que de ceux des temps modernes, et l’on semble porté à plus d’admiration pour le passé que pour le présent1.

Con estas palabras el ingeniero Léonce Reynaud justificaba en el “Prefacio” la edición fundamentalmente fotográfica titulada Les Travaux publics de la France, un gran proyecto editorialconstituido por cinco volúmenes publicados entre 1876 y 1883, dedicados a los diferentes ramos de las obras públicas: Routes et ponts – Chemins de fer – Navigation intérieure – Ports de mer – Phares et balises. El motivo de la publicación fue dar a conocer estas obras construidas en Francia entre 1830 y 1876, obras que, según el autor, merecían tanto respeto como las antiguas ya celebradas y reconocidas.

Unos años antes, el ingeniero Lucio del Valle recibía el encargo por R.O. de presidir una comisión que estaría encargada de organizar la participación de la Dirección General de Obras Públicas en la Exposición Universal de París (1867) con la finalidad de presentar “una idea exacta del estado de progreso y adelanto en que España se encuentra en cuestión de tanta trascendencia para su porvenir, y que tanto ha de influir en su riqueza y prosperidad”. Esta comisión seleccionó un conjunto de obras representativas de la labor llevada a cabo por esta Dirección en España y encargaron una serie de modelos, planos y fotografías que se expusieron en el local destinado para ellos en la galería VI del edificio de la Exposición. El conjunto de fotografías con el título Obras públicas de España, (seis tomos temáticos), fue el soporte que proporcionó una visión más completa del panorama español. Fue el proyecto fotográfico mas importante del siglo XIX en España2.

Una selección que refleja la mirada de Lucio del Valle sobre la modernidad y el progreso de España en sus políticas de Fomento. El sentimiento de una labor bien realizada, la influencia de estas obras en el bienestar y progreso de la nación, la necesidad de transmitir la importancia de estas grandes redes de infraestructuras en la construcción de un Estado y su novedosa tecnología en el arte de construir son algunas de las apreciaciones que podemos observar en estas fotografías. Testimonios que reflejan de forma singular un periodo determinado, el reinado de Isabel II.

Hoy la fotografía de obras públicas es un documento histórico y patrimonial de enorme valor. Sus aportaciones históricas, su relevancia política, la presencia monumental de la técnica, la imagen de progreso e innovación en las comunicaciones, la belleza y estética de la ingeniería, son un recurso inestimable para profundizar y revalorizar la obra pública como patrimonio. Patrimonio de enorme riqueza pero en gran medida desconocido.

El análisis de estás fotografías nos ha proporcionado una nueva faceta del ingeniero Lucio del Valle, siempre ligado a este novedoso soporte gráfico que en sí mismo significaba arte y técnica. Los primeros daguerrotipos de la carretera de Madrid a Valencia (1850), las vistas a la albúmina de las obras del Canal de Isabel II, de la reforma de la puerta del Sol en Madrid, de los faros del delta del Ebro, son ejemplos no sólo de la obra innovadora de este ingeniero, de su intencionalidad, sino de la capacidad testimonial de la fotografía3.

Este diálogo entre fotografía e ingeniería ha sido una de las bases de la exposición y catálogo realizados con motivo de la celebración del bicentenario del nacimiento de Lucio del Valle (1815-1874)4. Para la edición del catálogo, además de los comisarios, se ha contado con la colaboración de prestigiosos investigadores sobre la historia de la ingeniería y de la fotografía: Fernando Sáenz Ridruejo, Rubén Pacheco Díaz, Rosario Martínez Vázquez de Parga, Pedro Navascués Palacio, Alfonso Luján Díaz, Carlos Teixidor Cadenas. Una nueva visión conjunta de la laboriosa y ejemplar obra del ingeniero caminos Lucio del Valle.

1 L. Reynaud (dir), “Prefacio”, Les Travaux Publics de la France, tome cinquième: Phares et Balises par E. Allard, Paris, J. Rothschild, 1883, s.p.

2 Los fotógrafos Jean Laurent y José Martínez Sánchez recibieron el encargo de realizar la mayor parte de estas vistas fotográficas.

3 El material fotográfico procede del Archivo Lucio del Valle. Archivo que se ha conservado durante diferentes generaciones en la propia casa del ingeniero en Madrid.

4 La muestra con el título Fotografía y obra pública. Paisajes de la modernidad. Lucio del Valle 1815-1874 se expuso en el Centre cultural La Nau de la Universitat de València, del 17 de diciembre de 2015 al 21 de febrero de 2016. Fue comisariada por Inmaculada Aguilar Civera y Cesar Díaz-Aguado Martínez.

¿Hacia una nueva geografía de la música?

Justino Losada Gómez*

Actualmente comienzan a ser frecuentes las aproximaciones a la música desde la geografía anglosajona, de manera que se estudia el carácter territorial y espacial de las prácticas musicales tanto en una amplia variedad de escalas geográficas, como en una multiplicidad de contextos culturales e históricos. Pero contra todo pronóstico, se sigue tratando a la propia música de forma tangencial en los estudios geográficos. La música es tratada generalmente como excusa, como mero soporte de textos cantados como único vehículo de interacción social, olvidándose su valor y faceta como medio de comunicación en sí.

Este hecho ha excluido el importante y activo rol que ha tenido la música en el contexto cultural y en la configuración de espacios sociales e identitario. Por tanto, su papel es fundamental para entender la génesis de geografías culturales en relación a la creación de imaginarios morales de las diversas geografías del paisaje, y los conceptos de nación y ciudadanía.

Por ello, y entendiéndose necesaria una nueva metodología que estudie el valor intrínseco de la música como parte del imaginario artístico comunicativo, se propone una relación entre el análisis sintáctico y semántico que puede aplicarse a músicas con connotaciones geográficas –sean cantadas o no-. El objetivo es intentar fundamentar como su sonido ha tenido un importante y activo papel que desempeñar en la organización de los espacios sociales, políticos, o de filiación nacional.

La metodología se fundamenta en dos aspectos iniciales: la base fisiológica que relaciona el posible origen cognitivo troncal de la música y el lenguaje ya que ambos sistemas poseen redes neuronales comunes, y los aspectos antropológicos y comportamentales, que definen el control de la sintaxis permitiendo que toda creación antrópica acabe teniendo cierto significado para otros humanos. De este modo, se abre un canal de comunicación que permite el entendimiento musical entre emisor (compositor, intérprete) y el receptor (público).

Desde una formulación sintáctica podemos realizar esta aproximación a la música mediante la teoría de la Gestalt que ha visto cierto resurgir gracias al apoyo del software de análisis espectral que permite visualizar las características del sonido. Junto con los principios gestálticos y desde un punto de vista simbólico más complejo, la metodología se completa mediante el análisis semántico por medio de los tipos semióticos propuestos por el filósofo norteamericano Charles. S. Peirce, empleados en la musicología moderna, y que se pueden emplear igualmente en el estudio geográfico. Los tres tipos fundamentan el signo musical dividido y explicado en tres términos: iconos, que guardan relación representativa con su referente, indicios o índices, donde la representación muestra relación no arbitraria, siendo generalmente de causa y efecto con su objeto, y símbolos: en los que la relación entre lo representado y su objeto resulta arbitraria, y en la mayoría de los casos es una convención cultural. Los símbolos conforman así los nodos de significado más habituales, que desde nuestra perspectiva son generalmente los de mayor carga geográfica. De esta manera, el significado del símbolo musical cobra relevancia geográfica y sirve como puente entre la relación de los procesos cognitivos de adquisición de información, generación de conocimiento y creación de cultura mediante su puesta en valor y difusión compartida. De este modo, el gráfico adjunto muestra los pasos propuestos:

Modelo analítico de dos niveles (semiótico y semántico) propuesto
Modelo analítico de dos niveles (semiótico y semántico) propuesto

Bajo esta serie de criterios se ha propuesto entender la producción de geografías culturales de relativas a la música británica pastoralista entre 1880 y 1940 mediante el estudio de las obras On hearing the first cuckoo in spring, de Frederick Delius; Tintagel, de Arnold Bax y Five Variants on Dives and Lazarus de Ralph Vaughan Williams. Ello ha permitido comparar como el desarrollo del sinfonismo pastoralista británico fue paralelo al de la ciudad jardín, explicándose que pese a que ambas manifestaciones provenían de sectores enfrentados de la misma sociedad británica, estas partían de un tronco común: la mirada al ideal de vida rural como contrapunto a la ciudad inglesa de la segunda revolución industrial con la finalidad de crear sentimiento identitario nacional.

Igualmente se ha aplicado la misma metodología para comprender la evocación de la Roma imperial mediante las obras sinfónicas Fontane di Roma y Pini di Roma de Ottorino Respighi, y como esta cambia con el tiempo, desde la perspectiva actual a la del compositor, contextualizando momentos históricos que han definido los diversos imaginarios tanto de la ciudad de Roma como del Imperio Romano: el de nuestro tiempo, el de Respighi y el del contexto del fascismo italiano.

Para mayor información:

LOSADA, Justino. El modelo de ciudad jardín y el sinfonismo pastoralista inglés: dos productos de la misma utopía. <http://www.ub.edu/geocrit/xiv-coloquio/JustinoLosada.pdf>En BENACH, Nuria; ZAAR, Miriam Hermi; VASCONCELOS P. JUNIOR, Magno (eds.). Actas del XIV Coloquio Internacional de Geocrítica: Las utopías y la construcción de la sociedad del futuro. Barcelona: Universidad de Barcelona, 2016, <http://www.ub.edu/geocrit/xiv-coloquio/xiv-coloquio-portada.htm>

LOSADA, Justino. La representación geográfico-musical de Roma mediante las obras de Ottorino Respighi, en SIMEONOVA, Velislava; SANTASUSAGNA, Albert; LOSADA, Justino; YAÑEZ, Sandra (eds.) EJIG Conference Proceedings (Encuentro de Jóvenes Investigadores en Geografía y Estudios del Territorio) Barcelona, 2015 pp: 209-222. <https://issuu.com/ejig2014/docs/actas_ejig_2014/209>

*Justino Losada Gómez es geógrafo.

La medida de la Tierra y el origen de la geografía

Antonio T. Reguera Rodríguez*

La medida de la Tierra ha sido un objetivo científico de primer orden desde que el pensamiento racional inició un desarrollo autónomo buscando explicaciones en la propia naturaleza o mundo real; es decir, desde el surgimiento de la Filosofía y de la Ciencia. Es fácil entender que han sido varias las disciplinas implicadas en el intento, aunque queremos destacar el papel de la geografía.

La tesis que cobra fuerza con el desarrollo de nuestro trabajo es la de que la propia medida de la Tierra fue el proceso constituyente de la geografía como disciplina científica. A un discurso descriptivo ya ampliamente desarrollado en el siglo V a., con la obra de Herodoto, por ejemplo, se une en paralelo el curso de una geografía matemática que reconoce sus fuentes y tributarios en la observación astronómica y en el descubrimiento del concepto y cálculo de la latitud. Para entonces, cuando Aristóteles enseñaba a sus discípulos el uso de un primitivo astrolabio y les mostraba que en un eclipse de Luna, en la superficie de ésta, se reflejaba la curvatura de la Tierra como cuerpo esférico que era, ya estaba en marcha el gran programa científico que implicaba a toda la ciencia griega. Nadie de forma explícita y unitaria formuló tal programa, pero fue real. En torno al conocimiento de la Tierra se desarrollaron cinco líneas de investigación.

1ª .Su posición en el Cosmos. Formulaciones geocéntricas, geoestáticas y otras alternativas. Primeras intuiciones heliocéntricas.

2ª. Debate y propuestas a favor de la esfericidad después de la hipótesis pitagórica contenida en sus afirmaciones sobre la existencia de antípodas.

3ª. Tras la forma, se suceden las indagaciones sobre su tamaño. El propio Aristóteles nos proporciona las primeras medidas.

4ª. Las primeras percepciones, muy inciertas, sobre el tamaño abren el camino a las hipótesis sobre la configuración, o reparto de tierras y mares. Fue Sócrates, momentos antes de morir, quien habló en genial intuición de la existencia de ecúmenes múltiples.

5ª. Los referentes astronómicos y las relaciones matemáticas y geométricas que servían para medir la Tierra también eran aplicables para su representación. El primer desarrollo de una cartografía científica forma parte igualmente del propio desarrollo de la geografía matemática.

La medida de la Tierra, cuyos primeros ensayos se documentan entre los finales de los siglos IV y III a.

fue el proceso constituyente de la geografía como disciplina científica

Aristóteles enseñando a un grupo de discípulos la utilización de un instrumento de observación y cálculo astronómico (Topkapi Palace Museum, Miniatura turca del siglo XIII)
Aristóteles enseñando a un grupo de discípulos la utilización de un instrumento de observación y cálculo astronómico (Topkapi Palace Museum, Miniatura turca del siglo XIII)

En el objetivo central del programa, que era la medida de la Tierra, el personaje principal fue Eratóstenes. Ocupando el puesto de mayor relevancia científica de la época (siglo III a.), que era la dirección de la Biblioteca de Alejandría, supo ensamblar la observación de las sombras en Alejandría y Siena, la relación entre ángulos alternos, uno de los cuales equivalía al arco entre las dos ciudades, y la distancia geográfica entre ellas. Obtuvo el resultado, tras un redondeo en el valor del grado, de 252.000 estadios, que con el estadio medio egipcio que se supone utilizaba equivalían a los 40.000 Km., también redondeados, que se estiman en la actualidad. Entonces la Tierra de Eratóstenes era una Tierra bien medida, pero no se podía comprobar experimentalmente, y de hecho no quedarían certificados estos datos hasta el siglo XVIII. Pero los principios del cálculo y el método eran científicamente incuestionables, lo que incentivó otros muchos ensayos. El más conocido es el realizado por Posidonio en el arco Alejandría-Rodas, de donde salió el resultado de los 180.000 estadios que validaron Marino de Tiro y Claudio Ptolomeo. Era el modelo de “Tierra pequeña” que tanto ayudó a Colón a hacer los cálculos que más favorecían su empresa de navegación hacia el Oeste.

Todavía está por discernir si la Tierra de 252.000 estadios de Eratóstenes es diferente a la de 180.000 de Ptolomeo, mientras no pueda determinarse el valor del estadio en cada caso.

Marino y Ptolomeo son dos productos tardíos de la ciencia helenística que viven en plena exaltación del imperialismo romano, aunque desarrollan su obra al margen de la romanización. Ésta se identificó más con la producción ideológica que con la investigación científica. Ningún avance de importancia experimentó la geografía matemática en este periodo; y apenas alguno la geografía descriptiva. Séneca maldecía los nuevos descubrimientos porque atraían las legiones que llevaban la guerra. La Tierra se hacía más pequeña, y no era esta la situación más favorable para seguir indagando en su medida.

Pero el mayor apoyo a la idea de una Tierra pequeña lo encontramos en los máximos representantes de la exégesis bíblica, que en los albores de la Edad Media tratan de empequeñecer el mundo para adaptarlo mejor al modelo geográfico de la Biblia. Esto en un primer momento, porque cuando se imponga la impugnación general de la ciencia griega, la propia forma de la Tierra volverá a la planicie precientífica. Y entonces, ninguna de las medidas propuestas tenía ya sentido. La Tierra tomaba la misma forma que el Tabernáculo en el que se guardaban las verdades reveladas que hacían innecesario mirar al mundo, y mucho menos para medirlo.

En esta como en cualquiera otra época, los frenos al conocimiento científico pueden ser tan fuertes, que nadie está en condiciones de asegurar que la línea que lo representa sea constantemente ascendente.

Para mayor información:

REGUERA RODRÍGUEZ, Antonio T. La medida de la Tierra en la Antigüedad. León: Universidad de León, 2015.

*Antonio T. Reguera Rodríguez

Catedrático de Geografía Humana

Universidad de León

Un gran desafío geográfico: la realización de monografías locales y regionales

Jan M. G. Kleinpenning*

El mundo ha cambiado mucho durante mi ‘vida geográfica‘ de más de sesenta años (tengo hoy 80). Ahora hay más departamentos de geografía que hace medio siglo, y con más colaboradores. Los geógrafos pueden viajar a cualquier lugar del mundo para realizar sus investigaciones, gracias a los precios bajos de transporte. Encuentran datos más o menos detallados por Internet sobre cualquier tema. Hay mucha más información estadística y crecientemente pueden consultarla en forma digitalizada. Ha aumentado el número de revistas geográficas y de las ciencas sociales, en papel y digitales, lo que facilita la publicación de los resultados de investigación. Resulta que el ‘output’ de la disciplina ha aumentado enormemente.

Pero … llama la atención que es casi enteramente un ‘output’ en forma de artículos sobre temas muchas veces muy específicos. Casi faltan los estudios holísticos, o sea las monografías de regiones, comarcas o lugares en que se describe y se analiza el conjunto de los diversos fenómenos geográficos en su totalidad, su relación mútua y su interacción. La gran mayoría de los geógrafos se ha apartado de la geografía regional, en el sentido amplio de la palabra. Una explicación es, sin duda, que las universidades exigen una productividad ininterumpida de sus colaboradores. Otra explicación podría ser la complejidad de la realidad geográfica con que se está confrontado en la práctica de la geografía regional.

Otra hecho que llama la atención es el interés de los geógrafos en la actualidad y los cambios recientes. Tengo a veces la impresión de que los geógrafos son periodistas cientifícos, esmerándose en reportar lo más pronto posible todo lo que cambia en el mundo. Son escasos las investigaciones histórico-geográficas y las investigaciones longitudinales, en algunos países más que en otros. Me parece que en España siempre ha existido una relación más fuerte entre geografía e historia que en otros países (por ejemplo Holanda).

Pero … ¿porque más investigación histórico-geografica y longitudional? Porque con el estudio del pasado y de la evolución histórica desde un punto de vista geográfico, se comprende mejor la actualidad y se aprende de la ‘temporalidad‘ de los modos de vida, el tema central de la geografía humana. Hablando en 1957 con el Prof. Manuel de Terán en la Universidad de Madrid acerca de mi Tesis Doctoral sobre Comarca de Pinares en el sudoeste de Soria y sureste de Burgos, me aconsejó dar atención también al pasado e incluir un análisis de los datos del Catastro del Marqués de Ensenada. Fue un consejo muy sabio, pues sin haber estudiado la situación a mediados del siglo XVIII siempre habia pensado que la explotación forestal tal como existía a mediados del siglo XX era la actividad normal desde tiempo immemorial. No lo era, pues el auge de la explotación forestal databa de los años de la posguerra civil, cuando subieron mucho los precios de la madera. Hacia 1750 la Comarca era más bien un área de carreteros, ganaderos y pequeños labradores. Y retomando el estudio de la Comarca en 2011 aprendí que el bajo de los precios de la madera obligó a los pinariegos a buscar otros medios de vida o emigrar a otras partes del país para encontrar trabajo. Eran otros tiempos y otra geografía. Algo similar aprendí de mi estudio de Cuevas del Almanzora, donde el panorama rural ha cambiado drásticamente sobre todo gracias a la disponibilidad de más agua que hace medio siglo.

He aprendido también mucho de mis estudios sobre el Paraguay. Comencé en los años ochenta con un estudio de la actualidad rural de entonces; después fui a conocer cada vez mejor el país, realizando dos estudios geográfico-históricos en que he analizado el proceso de colonización, los modos de vida y los cambios en los mismos desde comienzos del siglo XVI hasta mediados del siglo XX. Dos estudios de investigación longitidunal de más de cuatro siglos, que no solo me han dado una idea de la evolución y del fondo de la situación rural actual. También aprendí con ellos que estos dos estudios han sido muy apreciados en el Paraguay. Es un país relativamente joven – casi sin geógrafos humanos – ,que quiere conocer su historia, y tiene también derecho a conocerla.

Generalizando se puede decir que la monografía geográfica, los estudios de geografía histórica y las investigaciones longitudiales no sólo tienen valor científico sino tambien social. Y conservan muchas veces su valor durante más tiempo que muchos artículos y libros sobre temas actuales. Sin embargo, desgraciadamente, no son muchos los productos geográficos de este tipo. Queda pues suficiente trabajo para la geografía humana, sobre todo para la investigación longitudinal, que – personalmente – me ha dado mucha satisfacción.

Para mayor información:

Kleinpenning, Jan M.G. Los Pueblos Pinariegos. Triptico geográfico-histórico del noroeste de Soria y sudeste de Burgos [Primera edición 1962]. Reedición, Soria: Diputación Provincial de Soria, 2014. 382 p.

Kleinpenning, Jan M.G. Cuevas del Almanzora. Pasado y presente económico y demográfico de un municipio en el sureste español semiárido 1964-2014 [Primera edición 1965]. Reedición, Odijk: El autor, 2014. 142 p.

Jan M. G.Kleinpenning es catedrático jubilado de geografía humana de la Universidad de Nimega, Holanda.

Olimpiada de Geografía: una mirada al conocimiento geográfico en el instituto.

Joan Albert López Bustins* y Roger Clavero Masana**

A menudo la percepción social y el prestigio de la disciplina geográfica vienen condicionados por los conocimientos adquiridos en la educación básica y en el bachillerato. No obstante, aquéllos que se aventuran a profundizar sus conocimientos geográficos en la Universidad descubren una disciplina bastante distinta de la preconcebida en la escuela y el instituto.

Entre las distintas actividades de difusión y promoción de la Geografía universitaria que realiza la Universidad de Barcelona en los institutos, cabe destacar su participación en las olimpiadas de Geografía. Éstas son unas jornadas que se organizan a nivel estatal por el Colegio de Geógrafos y las universidades españolas donde se hacen pruebas de conocimiento geográfico, así como conferencias y prácticas de campo; todo ello con el fin de promocionar la Geografía universitaria. Se realiza una fase eliminatoria territorial en las distintas universidades y luego, a partir de los primeros clasificados, se organiza la competición final en la universidad que acoja ese año la prueba estatal.

En la Universidad de Barcelona se ha celebrado la fase territorial en dos ediciones: 2014 y 2015. En la última edición, y recogiendo la experiencia de la edición de 2014, se planteó un test con 50 preguntas teniendo en cuenta las dos ramas de la Geografía General: la Geografía Física y la Geografía Humana. De las 50 preguntas, se reservaron 22 preguntas para cada una de las ramas de conocimiento, y 6 para aspectos relacionados con la Cartografía, como herramienta del lenguaje de la Geografía. También, aunque no de forma tan equitativa como las áreas de conocimiento, se distinguieron 21 preguntas de tipo memorístico (localizaciones en un mapa, nombre de distintos fenómenos geográficos como capitales y ríos, etc.) y 29 de tipo relacional de conceptos (a menudo con el apoyo de gráficos, tablas e imágenes). Toda esta estrategia se planteó con el objetivo secundario de usar la olimpiada como ensayo de la percepción y conocimiento de la Geografía universitaria en los institutos.

En la prueba de 2015 participaron 121 estudiantes del Bachillerato de Humanidades y Ciencias Sociales (Figura 1). Una muestra significativa para poder obtener unos primeros resultados orientativos. Además, estos 121 alumnos procedían de hasta 22 institutos distintos tanto privados como públicos, la mayoría de la provincia de Barcelona. En las inscripciones se limitó a un máximo de 7 estudiantes por instituto. Dicha heterogeneidad reforzó la validez de la muestra, mermando cualquier influencia del nivel de estudios particular de cada instituto.

En la tabla 1 se presentan los resultados de las pruebas. Nuestras primeras conclusiones fueron las siguientes: 1) Las preguntas de tipo relacional tienen un porcentaje de aciertos superior a las de tipo memorístico (éstas últimas son propias de una Geografía memorística, más bien clásica, y poco atractiva para el estudiante de bachillerato). 2) El porcentaje de aciertos más bajo obtenido en la rama de Geografía Humana, respecto a la de Geografía Física, podría estar condicionado por el hecho de que el 64% de las preguntas de Geografía Humana fueron de tipo memorístico, mientras solamente lo fueron el 27% en el caso de Geografía Física. 3) De las conclusiones anteriores, se deduce que en el bachillerato español hay unos conocimientos similares entre Geografía Física y Geografía Humana, a pesar de que los alumnos examinados proceden del campo de las Humanidades y Ciencias Sociales y se podría haber esperado unos mejores resultados en las preguntas de Geografía Humana. 4) El lenguaje de la Geografía, la Cartografía, es la vertiente geográfica más desconocida en el instituto, con el porcentaje de error más elevado aun siendo casi todas las preguntas de tipo relacional, el 83% de ellas. Por tanto, la Cartografía puede considerarse una asignatura totalmente nueva para el estudiante de primer curso de Geografía en la Universidad. Las respuestas en blanco obtuvieron unos porcentajes similares en cada categoría por debajo del 10% del total de preguntas.

Para mayor información:

Crónica de las olimpiadas en la web de la Universidad de Barcelona:
http://www.ub.edu/facgh/infogih/Novetats/134-alumnes-dinstituts-de-catalunya-participen-a-la-ii-olimpiada-de-geografia/

Crónica de las olimpiadas en la web del Colegio de Geógrafos de España:
http://www.geografs.com/portal/recull-de-premsa/834-ii-olimpiades-de-geografia-de-la-universitat-de-barcelona.html

*Joan Albert López Bustins es pro­fe­sor del Depar­ta­mento de Geografía Física y Análisis Geográfico Regional de la Universidad de Barcelona, y miembro del Grupo de Climatología de la misma universidad.

**Roger Clavero Masana es estudiante de cuarto curso del Grado de Geografía de la Universidad de Barcelona.

Figura 1. Fotografía de grupo de los estudiantes de bachillerato, acompañados por sus respectivos profesores de instituto, que participaron en la olimpiada de Geografía de la Universidad de Barcelona en la edición de 2015. Autor de la fotografía: Roger Clavero Masana.

Tabla 1. Porcentajes de aciertos, errores y en blanco de las preguntas del test de la olimpiada de la edición de 2015 celebrada en la Universidad de Barcelona. Se clasifican dichos porcentajes según el tipo (memorístico y relacional) y la rama de conocimiento geográfico (Geografía Física, Geografía Humana y Cartografía) de las preguntas. La suma de los porcentajes de cada fila es igual al total de preguntas (100%).


AciertosErroresBlanco
Memorístico39%54%7%
Relacional53%41%6%
Geografía Física54%39%7%
Geografía Humana42%53%5%
Cartografía39%55%6%

A investigação sobre o Couto Misto, microestado desaparecido entre a Galiza e Portugal, demonstra que a fronteira hispano-lusa não é como nos explicaram

Juan M. Trillo Santamaría

Valerià Paül Carril

Aceitamos como facto irrefutável que Espanha e Portugal estão separados por uma fronteira perfeitamente fixa. Isso significa que podemos pensar que os territórios de ambos os estados ibéricos permaneceram estáveis ao longo dos séculos. Tal ideia está presente em muitos livros, artigos, folhetos turísticos ou em declarações políticas que falam da fronteira mais velha do mundo. Inclusivamente, nos últimos meses, alguns representantes da esfera pública chegaram a afirmar, relativamente ao atual debate da independência da Catalunha, que «Espanha é uma grande nação com 3000 anos de História» ou que «Espanha é a nação mais antiga da Europa, a primeira nação da Europa a conseguir a sua unidade.» Estas frases transmitem a ideia de que o território espanhol não sofreu mudanças durante séculos e de que Espanha não se alterou no decorrer do tempo. Todas essas afirmações carecem de rigor geográfico e histórico, e respondem ao discurso do nacionalismo espanhol institucionalizado. Como qualquer ideologia política, visa a sua difusão e a sua identificação pelos cidadãos como «realidade objetiva e inquestionável».

Os Estados-nação tentam impor a sua tese territorial como a única válida. Isto silenciou vozes que põem em causa a geografia e história oficiais, transformadas em «verdade». Este nacionalismo (espanhol, mas o mesmo pode ser dito do português) foi absorvido facilmente por diferentes níveis académicos. Nós encontramos evidências deste «nacionalismo metodológico em ciências sociais» ― como tem sido denominado por muitos autores ― nos manuais atuais de geografia, onde podemos ler frases como: «Portugal é o país da Europa que, como nação, mantém há mais séculos uma fronteira que se pode classificar de estável.»

Estudando o microestado desaparecido do Couto Misto ― com três aldeias em 25 km2, atualmente entre os municípios de Baltar e Calvos de Randín (Ourense, Galiza, Espanha) ― podemos demonstrar que a fronteira ibérica sofreu alterações significativas ao longo do tempo. Na verdade, não se pode sustentar que a fronteira tenha ganho forma de linha detalhada ― primeiros nos mapas, com o consequente esforço para demarcar no terreno ― até recentemente, com a aprovação do Tratado de Limites (1864), ratificado na Ata Geral de Demarcação (1906). Tratado que, aliás, introduziu alterações significativas nas pertenças territoriais tradicionais e que foi recebido em muitos locais com resistência e hostilidade. Também é necessário salientar que não é possível falar de fronteira ― entendida como limite preciso que separa dois territórios ― na Idade Média nem na Idade Moderna.

Também é duvidoso que a fronteira fosse um limite intransitável desde o século XIX, como habitualmente é dito, tendo em conta as relações intensas de todos os tipos que têm persistido ao longo das décadas: casamentos mistos, festas e celebrações em comum, contrabando, refúgios, caminhos e rotas de emigração e exílio, etc. Certamente, depois das ditaduras, no final da década de 1970, os contactos foram relançados, principalmente após a entrada de Espanha e de Portugal nas Comunidades Europeias (agora União Europeia) em 1986 e a aplicação do acordo de Schengen (1995).

A análise do Couto Misto permite de facto questionar se, em vez de uma fronteira que «separa» a Galiza de Portugal, não estaremos perante um desejo ideológico de que tal fronteira exista. Desejo esse que se materializou em toda uma retórica gerada pelo poder e difundida ao longo de décadas por vias institucionais do estado, incluindo o sistema educativo. Assim, temos constatado a existência de discursos tendenciosos desde o século XIX que colocam a hipótese de o Couto Misto ser ilegítimo e de representar um problema; mas seria verdade ou interessava apresentá-lo assim? Nessa época, também se discutia com intensidade se o Couto Misto «era mais Galiza (Espanha) ou Portugal». De certa forma, a obstinação académica atual para encontrar a sua origem tenta, em última análise, elucidar esta questão. No entanto, é uma dúvida razoável ou, na realidade, está a ser projetada com preconceitos contemporâneos para com o passado, o que faria dela extemporânea?

A preponderância do discurso do Estado-nação trouxe consigo o desaparecimento, a nível tangível e intangível, da existência do Couto Misto. No entanto, Luis M. García Mañá começou sem saber um processo de recuperação da memória desse território, com a publicação de La frontera hispano-lusa en la provincia de Ourense (1988). Este livro, carregado de pessimismo porque o autor acreditava que o Couto Misto tinha sido perdido e irremediavelmente esquecido para sempre, foi uma contribuição modesta, mas transcendente, para o seu estudo. Mais tarde a criação literária teve em conta esses materiais presentes nesta obra para os projetar para um público mais vasto, pouco ou nada erudito. Devemos salientar a este respeito que o texto de García Mañá foi publicado pelo Museu Arqueolóxico de Ourense, um formato com limitada distribuição, mas sem dúvida de que a literatura consequente falou mais alto. É necessário salientar em especial Arraianos, de Xosé Luís Méndez Ferrín (1991) e A Quinta do Saler, de Antón Riveiro (1999), que têm tido grande aceitação pelo público galego.

A corrente episódica presença do Couto Misto na imprensa, produção audiovisual, ou nas televisões da Galiza e de Portugal, não se pode dissociar daquelas obras literárias que são, sobretudo, produtos estéticos. Neste sentido, tem sido útil estudar o Couto Misto através de alguns olhos da geografia política, da geografia cultural ou dos estudos paisagísticos, análises que nos permitiram explicar as formas como atualmente é representado o Couto Misto. Acreditamos que a literatura tem sido capaz de criar uma paisagem literária que os leitores têm aceitado, tal facto permitiu a progressiva difusão de uma memória silenciada. Neste sentido, estamos gradualmente a conseguir subverter a ideia de uma fronteira entre Portugal e Espanha estável e imutável no tempo. Essa fronteira não é como nos explicaram.

Para mais informações:

PAÜL, Valerià; TRILLO, Juan Manuel: La construcción literaria de los paisajes fronterizos. Una reflexión a propósito del Couto Mixto (Galicia y Portugal). Documents d’Anàlisi Geogràfica, vol. 60, nº 2, pp. 289-314, 2014. [http://ddd.uab.es/record/118482]

PAÜL, Valerià; TRILLO, Juan Manuel: Discussing the Couto Mixto (Galicia, Spain): Transcending the Territorial Trap Trough Borderscapes and Border Poetics Analyses. Geopolitics, publicado en línea el 9 de mayo de 2014. [http://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/14650045.2013.857310]

TRILLO, Juan Manuel; PAÜL, Valerià: The Oldest Boundary in Europe? A Critical Approach to the Spanish-Portuguese Border: The Raia Between Galicia and Portugal. Geopolitics, vol. 19, nº 1, pp. 161-181, 2014.

[http://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/14650045.2013.803191]

Juan M. Trillo Santamaría é Investigador de pós-doutoramento no Departamento de Geografia da Universidade de Santiago de Compostela (Galiza), atualmente com uma estadia de investigação no Nijmegen Centre for Border Research (Radboud University, Países Baixos).

Valerià Paül Carril é Assistant Professor em Geografia e Ordenamento do Território na University of Western Australia (Perth, Austrália).