QUIÉN TEME A LA GENTRIFICACIÓN?

Oriol Nel·lo

Departament de Geografia, Universitat Autònoma de Barcelona

oriol.nello@uab.cat

El movimiento asociativo de un barrio se esfuerza por mantener la vida cultural, las fiestas populares, las relaciones entre los vecinos. Esto lo convierte en un lugar dinámico y placentero, al que numerosas personas quieren ir a vivir. La atracción se refleja en los precios de la vivienda y al cabo de los años los hijos de aquellos que habían protagonizado la vida asociativa ya no pueden permitirse residir allí.

En otro barrio, ubicado en la periferia, los vecinos reclaman desde hace tiempo transporte público. Finalmente llega el metro y el barrio es ahora mucho más accesible que antes. Familias que nunca habrían pensado residir en este área ahora se lo plantean. Los precios de la vivienda y los locales suben. El barrio, más accesible en términos de movilidad, deviene menos asequible en términos económicos.

Un tercer barrio carece de equipamientos. Después de no pocas batallas, las administraciones públicas terminan instalando un centro de asistencia médica y reformando la escuela. Las condiciones de vida mejoran rápidamente y el barrio es ahora un lugar más atractivo. Pero un barrio mejor equipado suele ser más caro. Las familias que viven en alquiler sufren por la subida que se puede producir cuando se les acabe el contrato.

Los tres ejemplos, que podrían proceder de cualquiera de nuestras ciudades, plantean la misma contradicción: mientras exista el mercado del suelo y la vivienda, cualquier mejora que se produzca en la ciudad tendrá repercusión sobre los precios inmobiliarios. Como es sabido, los precios actúan como un filtro que condiciona la capacidad de los individuos y las familias a la hora de elegir el lugar de residencia, de tal forma que los grupos sociales tienden a verse separados en la ciudad según su capacidad de licitar en el mercado.

Esta tendencia hacia la segregación social, que es consustancial al proceso de urbanización capitalista, genera grandes diferencias en la renta media de los diversos barrios de la ciudad. En ocasiones, el proceso de segregación se concreta a través del reemplazo de la población de bajo nivel de renta de un barrio por otra más acomodada: desde hace unos años este fenómeno específico tiende a denominarse con el vocablo anglosajón gentrificación (de gentrification, que tal vez podría traducirse por aburguesamiento o elitización).

De manera nada sorprendente, el término ha ganado presencia destacada en el debate público de los últimos tiempos. En una situación de crecientes desigualdades sociales y de dificultades de acceso a la vivienda, las tensiones asociadas a la segregación urbana lógicamente se agravan. El fenómeno tiende a hacerse general: empresas, fondos de inversión y particulares parecen haberse hecho conscientes de las ganancias potenciales que pueden derivarse de los incrementos de la renta urbana derivadas de la gentrificación.

Bien es verdad que la cuestión no se plantea con la misma intensidad en todas las ciudades. Una diferencia fundamental deriva del régimen de tenencia prevalente. Si la mayoría de las personas viven en vivienda de alquiler privado de renta libre, las posibilidades de que la mejora de un barrio acabe comportando procesos de desplazamiento resultan bastante elevada. En cambio, si la mayoría de las personas viven en régimen de propiedad, la mejora redunda en principio en un incremento del valor de su patrimonio y el proceso de desplazamiento es más lento o inexistente.

Sea como sea, la gentrificación es una amenaza real que no puede ser ignorada y afecta de manera evidente algunos barrios de nuestras ciudades. Esta situación podría llevar a la paradoja de hacer indeseables o sospechosas las mejoras urbanas: los vecinos deberían dejar de reclamar o defender las zonas verdes (de hecho, ya hay quien afirma que green is the new white), las administraciones no deberían mejorar los transportes, los servicios y los equipamientos (ya que esto altera la renta urbana), los turistas y los inmigrantes no serían bienvenidos (porque se suman a la demanda residencial y esto tiene incidencia sobre los precios). Llevando el razonamiento al extremo, tanto los movimientos urbanos que pugnan por mejorar las condiciones de vida como las administraciones que quisieran llevar a cabo políticas transformadoras se encontrarían atenazados por esta contradicción y abocados a la impotencia.

La salida del atolladero se encuentra, claro está, en la reducción de las desigualdades sociales, obstáculo principal al goce del derecho a la ciudad (y de muchos otros derechos). Para ello, son necesarias políticas fiscales, laborales y sociales de escala nacional e internacional. Pero las políticas urbanas pueden contribuir también tanto a reducir las desigualdades como la segregación. Para hacerlo, deberán incidir en la otra variable de la ecuación: la regulación del mercado del suelo y la vivienda. Por un lado, es necesario promover vivienda pública y protegida en todas las áreas de la ciudad, en particular, aquellas que son objeto de renovación urbana. Por otro, resulta imprescindible incrementar la propiedad colectiva del suelo, ya sea a través de mecanismos de tenencia cooperativa o comunitaria, ya sea a través de la progresiva municipalización del suelo, en particular del suelo urbanizable.

Para hacer frente a los riesgos asociados a la segregación, las actuaciones de mejora urbana deben ir inseparablemente unidas a la voluntad de gobernar las transformaciones en beneficio de la colectividad. Si las mejoras urbanas tienen efectos sobre los precios inmobiliarios, en vez de caer en la impotencia y resignarnos a vivir en condiciones de vida deficientes por temor a la gentrificación, regulemos el mercado. La transformación -tan radical como sea necesario- de la ciudad y de la sociedad no puede ser otra cosa que el resultado de un proceso: un avance progresivo, conseguido a través de muchas luchas y victorias parciales, más que la consecuencia de una solución final, instantánea y taumatúrgica. Recordémoslo. No fuera que la desconfianza en nuestras propias fuerzas nos redujera a la crítica estéril o la inacción resignada.

PARA MAYOR INFORMACIÓN:

Francesco Indovina & Oriol Nel·lo (2017). «Gentrification: Disaster, necessity, opportunity? Notes for a critical use of the concept», in Abel Albet & Núria Benach (eds.), Gentrification as a global strategy. Neil Smith and beyond, Abingdon-on-Thames: Routledge. (forthcoming)

Un reconocimiento a la ingeniería de montes

Vicente Casals Costa1

La emergencia en medios académicos, y no académicos, durante las últimas décadas del siglo XX, de la preocupación ambiental hizo crecer el interés por los ingenieros de montes. No debe ser casualidad que en la década de 1990 comenzara a fraguarse en España – y con alguna antelación en otros países, notablemente en EE.UU. — lo que comenzó a conocerse como historia ambiental y que un número significativo de los trabajos que luego fueron considerados como tales estuvieran dedicados al estudio de los montes; aunque algunos de nosotros (yo por lo menos) no éramos entonces conscientes de formar parte de tal categoría académica.

A lo largo de los siglos XIX y XX, es relativamente frecuente encontrar trabajos de contenido histórico sobre la profesión entre los forestales. Y muy a menudo, además, en numerosos de sus escritos, aunque sean de tipo técnico, están presentes reflexiones de carácter histórico muy apreciables, empezando por los trabajos de quien fuera el introductor en España de lo que entonces se llamó la “ciencia de montes”, Agustín Pascual González.

Esta tradición se ha mantenido y en tiempos recientes los forestales historiadores han efectuado aportaciones de gran relevancia. Me limitaré a mencionar a dos, tanto por su importancia como por la influencia que han tenido en mi propia obra. Podríamos mencionar a muchos más autores forestales, que desde luego existen, pero a los que no puedo referirme en el corto espacio de que dispongo.

En 1980, Eric Bauer publicó su tesis sobre Los montes de España en la Historia, una referencia obligatoria para todos aquellos que se han ocupado de la cuestión forestal desde entonces, entre ellos quien os habla.

La segunda referencia obligatoria sobre esta cuestión es la obra de Luís Gil Sánchez, profesor de la Escuela de Montes, que cabría calificar de auténticamente excepcional. Obras como el Atlas forestal de Castilla y León –que es mucho más de lo que su nombre sugiere— o la serie de monografías de ámbito autonómico sobre La transformación histórica del paisaje forestal, que se fueron publicando junto con los trabajos del III Inventario Forestal Nacional (serie lamentablemente interrumpida cuando llevaban publicas alrededor de las dos terceras partes de las monografías), junto con otros numerosos trabajos, hacen del profesor Luis Gil sin duda el mejor historiador forestal español, de un nivel equiparable, sino superior, a los de otros países. Y les puedo asegurar –y de esto sé algo— que tal afirmación no es retórica al uso para la ocasión.

Quizás se pueda pensar que la importancia de la labor de los forestales en relación a la conservación ambiental tenga que ver con algunas peculiaridades históricas de nuestro país, pero que en otros lugares la relación no se ha dado. No negaré que algo de eso pueda haber, pero desde luego creo que, en términos generales, no es así. Durante años he dedicado parte de mi tiempo a investigar la labor de los forestales de otros países, por ejemplo de América, y los planteamientos ahí se formularon en términos parecidos. Por poner un ejemplo: al ingeniero de montes Ricardo Codorniu se le conoció en España, a principios del siglo XX, como el “Apóstol del Árbol”, título que en Chile se aplicó al creador de la administración forestal de aquel país, Federico Albert; y en México sucedió lo mismo con Miguel A. de Quevedo, interesante personalidad sobre la que he ido publicando algunos trabajos.

Pero esto no sucedió solamente en Iberoamérica. En los EE.UU., personajes clave relacionados con iniciativas de protección ambiental de mucho calado, como Gifford Pinchot, Aldo Leopold o Benton Mackaye, fueron forestales. Mackaye, otro de los autores que actualmente retienen mi atención, fue un forestal de gran influencia, no solamente en relación con los bosques y la conservación, sino también en ámbitos como la ordenación de territorio y la planificación regional, en los cuales hoy en día se le puede considerar un clásico, por lo menos en EE.UU.

Por todo ello, creo que la obra de los ingenieros de montes merece un profundo reconocimiento social.

Para mayor información:

Vicente Casals Costa.  El turno forestal, la propiedad de los montes y la recepción de la fórmula de Faustmann en España, 1849-1918. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales, IX (182), 2005. http://www.ub.edu/geocrit/sn/sn-182.htm

Vicente Casals Costa.  ‘Saber es hacer’. Origen y desarrollo de la ingeniería de montes y la profesión forestal. En Manuel Silva Suárez (ed.):Técnica e ingeniería en España. V. El Ochocientos. Profesiones e instituciones civiles.  Zaragoza: Real Academia de Ingeniería/Institución Fernando el Católico/Prensas Universitarias de Zaragoza, 2007, p. 395 – 447.

1 Vicente Casals ha sido profesor de Geografía Humana en la Universidad de Barcelona y es Ingeniero de Montes de Honor. El texto forma parte de la intervención del autor durante el acto en el que le fue concedida la distinción de Colegiado de Honor del Colegio y Asociación de Ingenieros de Montes, que tuvo lugar en el Instituto de Ingeniería de España, Madrid, el 6 de octubre de 2016.

Emancipación residencial y crisis en España: desigualdades por género y edad.

Antonio Echaves* y Carlos Echaves**

El ingreso de los jóvenes a la edad adulta puede definirse a partir de la configuración de un proyecto vital autónomo y la institución de un nuevo hogar en una vivienda independiente. En mencionado proceso, la emancipación residencial debe entenderse como un elemento constitutivo necesario. Este tránsito hay que contextualizarlo, no obstante, en el marco de una modernidad generadora de constantes incertidumbres, donde la inicial emancipación residencial no siempre implica la emancipación familiar completa ni supone la consecución de un hogar independiente definitivo, evidenciando así, la ‘no linealidad’, en nuestro país, de las trayectorias del fenómeno en cuestión.

Según la Encuesta de Población Activa, en España, el porcentaje de jóvenes de 16 a 29 años que viven fuera del hogar de origen respecto del total de personas de su misma edad (tasa de emancipación residencial), aumenta en torno a 10 puntos desde comienzos de la década de los 2000 hasta el año 2008 (29,5%), momento a partir del cual se produce un continuo descenso hasta alcanzar 22,4% en 2015. Se puede afirmar, por tanto, que la crisis iniciada en 2008 ha frenado la tendencia, desde el 2001, de disminución de jóvenes residencialmente dependientes. Empero, la proporción de jóvenes que se emancipa del hogar de origen no ha decrecido desde 2008 con la misma intensidad con la que había aumentado durante el periodo 2001-08.

En relación a la evolución de la emancipación según género, las diferencias son evidentes. Es cierto que para mujeres y hombres, y en evolución, la tasa tiene un comportamiento muy similar: aumento progresivo hasta el año 2008 y descenso hasta el 2015. Sin embargo, en todos y cada uno de los años la tasa de emancipación de las primeras es mayor. Estos datos confirman que son las mujeres jóvenes las que abandonan antes el hogar familiar. Ello podría deberse a la mayor incidencia del desempleo en los hombres y a las expectativas de las mujeres en formar una familia a una edad más temprana.

Algunas investigaciones han constatado que el abandono del hogar familiar a edades más tempranas se produce a pesar de la mayor precariedad laboral, especialmente de aquellas mujeres con menor formación y menor cualificación, emancipándose con la perspectiva de formar una pareja y posteriormente una familia. Existiría así, un comportamiento diferencial ante el abandono del hogar de origen asociado a los roles de género.

Tasas de emancipación y principalidad de los jóvenes de 16 a 29 años según género. España, 2001-2015.
Tasas de emancipación y principalidad de los jóvenes de 16 a 29 años según género. España, 2001-2015.

Fuente: elaboración propia a partir de los datos de la EPA-INE (datos al II trimestre).

Los hombres retrasarían en mayor medida el momento de la emancipación residencial hasta alcanzar una mayor estabilidad económico-laboral, lo que se traduciría en mayores tasas de principalidad, al menos hasta 2009-10. Entonces, ¿sería apropiado hablar de cierta ‘emancipación dependiente’ femenina? No hay que olvidar que en la actividad laboral de las jóvenes, los valores sexistas, la falta de una igualdad real de oportunidades y menores salarios, siguen hoy en día vinculados al menor coste de oportunidad que para ellas supone abandonar el mercado laboral.

Pese a lo establecido, no debe obviarse el proceso según el cual la proporción de mujeres sustentadoras principales del hogar ha aumentado en los últimos años, lo que indicaría el cambio hacia una emancipación femenina menos dependiente. A partir de 2010 las tasas de hombres y mujeres se igualan, como consecuencia del descenso de la proporción de hombres ‘persona de referencia’ y el mantenimiento de la de mujeres. La tasa de principalidad del total de jóvenes de 16 a 29 años aumenta desde 2001 hasta el 13,5% en 2009, momento en el que tiene lugar un descenso hasta situarse en el 11% en 2015. Este descenso podría deberse a un hecho demográfico constatado: la disminución del contingente juvenil, pero también a la menor formación de hogares jóvenes como consecuencia de la caída, a partir de 2008-09, de las tasas de emancipación. Además, no podemos pasar por alto la vuelta de muchos jóvenes-adultos españoles, los denominados ‘boomerang kids’ que, a causa de la crisis, han regresado al hogar de origen después de haber perdido el empleo y vivido una etapa por cuenta propia.

Respecto a la evolución de la proporción de jóvenes emancipados según edad, desde 2001 y hasta 2008, aumenta en todos y cada uno de los grupos. A partir 2008-09 se produce un descenso del porcentaje de emancipados, momento en el que se inicia la crisis económica. No obstante, se trata de caídas no tan destacables, en especial para los grupos de mayor edad. Para el grupo de 20 a 24 años la actual situación económica parece tener un impacto mayor en sus tasas de emancipación, pero en cualquier caso, son cifras que podrían sugerir que los efectos de la crisis económica sobre el abandono del hogar familiar no han modificado de manera tan relevante las tendencias de las trayectorias emancipatorias de los jóvenes españoles, tal y como cabría esperar a priori.

Tasas de emancipación de los jóvenes por grupos de edad. España, 2001-2015


Fuente: elaboración propia a partir de los datos de la EPA-INE (datos al II trimestre).

Fuente: elaboración propia a partir de los datos de la EPA-INE (datos al II trimestre).

Los datos del gráfico anterior confirman que son las generaciones más jóvenes las que tienen una mayor dificultad para emanciparse, y esto sucede antes y durante la crisis, por lo que su mayor vulnerabilidad nos habla de una realidad estructural que precede a aquella.

Para mayor información:

ECHAVES, Antonio y ECHAVES, Carlos. El acceso al mercado de vivienda en España en el actual contexto socioeconómico: jóvenes, emancipación tardía y desigualdad residencial. Proyectos sociales, creativos y sostenibles. Asociación Castellano Manchega de Sociología, 2013, p. 93-108.

* Antonio Echaves es Doctor en Sociología, Profesor del Departamento de Sociología de la Universidad de Sevilla y miembro del Centro de Sociología y Políticas Locales de La UPO.

** Carlos Echaves es Doctorando en Sociología, Investigador FPI en el Instituto de Economía, Geografía y Demografía del CSIC y Colaborador Honorífico del Departamento de Sociología II de la UCM.

En busca de la identidad catalana en la Época Moderna: historiografía y cultura

Xavier Baró i Queralt*

Uno de los temas más recurrentes en el discurso historiográfico catalán a lo largo de la Edad Moderna fue el estudio de la propia identidad, sobre todo el encaje entre esta identidad propia y la inmensa Monarquía Hispánica, de dimensiones ciertamente planetarias, como ha destacado Serge Gruzinski. El estudio de la evolución del discurso historiográfico catalán, desde las primeras muestras de la Época Moderna hasta los primeros escenarios de la contemporaneidad, puede dar pistas sobre cuáles eran los rasgos identitarios más destacados por los autores catalanes de ese período histórico.

Tradicionalmente, sin embargo, la historiografía catalana de la Época Moderna había sido menospreciada por los especialistas, porque se consideraba que no constituía más que un apéndice sin importancia de la historiografía medieval. Ahora bien, los últimos estudios, centrados directamente en la lectura y contextualización de las fuentes primarias, han puesto de manifiesto la importancia de esta historiografía. Tal y como afirmó el historiador francés Charles-Olivier Carbonell, la historiografía sigue a la historia, y sin duda alguna la historiografía de la Época Moderna catalana es imprescindible para entender mejor el pasado catalán de esos siglos. Nuestra propuesta pretende revisitar, pues, la historiografía barroca e ilustrada catalana.

Para llevar a cabo tal propósito es necesario acercarse a las fuentes primarias y, sobre todo, presentar las características más destacadas de la historiografía catalana de la Época Moderna, que pueden resumirse en las siguientes: la confesionalización católica contrarreformista (no en vano Andreu Bosc se sentía orgulloso de que los catalanes “podan blasonar no sols de les primicies de la Christiandat de Espanya, com està provat; però també del principi que·s rebé la Santa Inquisició en tota Espanya, foren los primers, los de Cathalunya, Rosselló y Cerdanya, ells foren els primers inquisidors de Espanya ja de l’any 1232”); las aportaciones individuales de cronistas como Jeroni Pujades, Esteve de Corbera, Manuel Marcillo o Narcís Feliu de la Penya, en su intento por elaborar una historia completa del Principado; la cesura que supusieron los dos principales conflictos armados (Guerra de los Segadores, Guerra de Sucesión), que dejaron textos de valor historiográfico desigual, pero que reflejan hasta qué punto se combatía tanto con la pluma como con la espada. Sin duda, en contextos bélicos el lenguaje se torna mucho más violento, y el político José Patiño no duda en afirmar que los catalanes son “aficionadísimos a todo género de armas, prontos a la cólera, rijosos y vengativos, que siempre se debe recelar de ellos, aguardan coyuntura para sacudir el yugo de la justicia, son muy interesados”.

Resulta también imprescindible tener presente la permanente reivindicación de un pasado glorioso (incluso sobre la expedición de los almogávares en el Imperio Bizantino, tan bien trazada por Francisco (o Francesc) de Montcada) e, incluso, la reflexión teórica sobre el oficio del historiador. Las cartas de Esteve de Corbera constituyen un fiel reflejo de la tarea del historiador barroco.

Todas estas características también se dejan sentir en el Siglo de las Luces, en el que sobresalió la escuela historiográfica vinculada al monasterio de Bellpuig de les Avellanes, de carácter erudito, o las aportaciones de la Universidad de Cervera, que reflejan la mediocridad cultural de una universidad apartada de los centros culturales de Barcelona. No en vano, el valenciano Gregorio Mayans afirmó taxativamente: “Cataluña no será sabia hasta que la Universidad se restituya en Barcelona”. Pero tras la victoria en el campo de batalla de la mano de Felipe V, el panorama en la segunda mitad del siglo XVIII era ya muy diferente al de los tiempos del Renacimiento y del Barroco, y Antonio de Capmany, nacido en Cataluña y fiel representante de la ilustración española, veía la lengua catalana como un “idioma antiguo provincial muerto para la república de las letras”.

En cualquier caso, iniciándose ya la época contemporánea, en la primera mitad del siglo XIX, el filósofo Jaume Balmes aún se preguntaba: ¿Hay en España verdadera nacionalidad? ¿Sí o no? ¿En qué consiste, sus causas, sus indicios? He aquí apuntado el objeto de una extensa obra”. La cuestión de la identidad catalana, pues, aún no se había resuelto.

Frase destacada

Iniciándose ya la época contemporánea, Jaume Balmes aún se preguntaba: ¿Hay en España verdadera nacionalidad? ¿Sí o no? ¿En qué consiste, sus causas, sus indicios? He aquí apuntado el objeto de una extensa obra”. La cuestión de la identidad catalana, pues, aún no se había resuelto.

Para mayor infor­ma­ción

 BARÓ i QUERALT, Xavier. L’escriptura de la història i la identitat catalana: de Jeroni Pujades (1568-1635) a Antoni de Capmany (1742-1813). Biblio 3W. Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales. [En línea]. Barcelona: Universidad de Barcelona, 25 de septiembre de 2016, Vol. XXI, nº 1.172.

<http://www.ub.es/geocrit/b3w-1172.pdf>. [ISSN 1138-9796].

* Xavier Baró i Queralt es pro­fe­sor de la Uni­ver­si­dad Internacional de Cataluña.

RESPONSABILIDAD SOCIAL CORPORATIVA (RSC): QUE ES Y PARA QUE SIRVE

José A. Garmendia*

La gente, e incluso muchos de los llamados expertos, manosean el término Responsabilidad Social Corporativa (RSC). Lo que sigue quiere clarificar responsablemente tan traído y llevado concepto.

¿Qué quiere decir Responsabilidad Social Corporativa?

El término Responsabilidad Social Corporativa se usa, con cierta irresponsabilidad, en distintas acepciones. Ha crecido generosamente en escuelas de negocios más que en universidades, lo cual explicaría su arbitraria polisemia. Se echa a faltar, en efecto, la contextualización que brinda una teoría, tan ausente a menudo en aquellas escuelas especialmente orientadas a las prácticas propias del máster. Partir, por ejemplo, de una teoría institucional de las empresas implica automáticamente el enfoque de éstas como instituciones. Y las instituciones remiten a un sistema de valores o cultura (de la organización), que, a su vez, remiten a una misión o mandato social, que exige RESPONDER.

Por lo dicho, las empresas son instituciones cuyos valores cristalizan en unos objetivos y estructura de niveles y departamentos: es decir, en una organización. Como tal institución/organización, la empresa debe (es su responsabilidad) encarnar un mandatoo misión: por ejemplo, la misión de contribuir a la salud pública puede encarnarse en una estructura llamada fábrica de jabones.

Sin embargo, en su comportamiento cotidiano aquella fábrica-organización traicionaría su condición de institución, su mandato institucional, si contamina los ríos – lo cual niega la salud y es socialmente irresponsable. Del mismo modo, social/institucionalmente irresponsable es la empresa que maltrata al personal, -no atendiendo a su salud física y mental, remunerándolo mal, discriminando por género-, adultera productos con fraude a clientes y consumidores, defrauda al fisco, abusa de los mismos accionistas y del personal por las escandalosas remuneraciones de los consejeros y escandalosos blindajes de directivos.

De lo dicho cabe manejar la siguiente definición, que yo he diseñado y aplicado en otras publicaciones: RSC es compromiso institucional de buen gobierno de la organización-empresa respecto de sus grupos de interés o “stakeholders”.

La RSC, precisamente por ser social, asume obligaciones frente a todos: personal, accionistas, proveedores, clientes/consumidores, comunidad local, sociedad, medio ambiente, poderes públicos.

Para qué sirve la RSC

La Responsabilidad Social Corporativa sirve como instrumento de gestión integralde la empresa para la consecuente mejora de la cuenta de resultados. Decimos integral porque la empresa es un ente económico cuya gestión optimizadora requiere considerarlo con modestia: es decir, como subsistema de un sistema global envolvente, que es la empresa como sistema social. Valga aquí el símil del piano: para que la ejecución de una pieza sea aceptable no basta pulsar únicamente las teclas negras (indicadores económicos) sino también las blancas (indicadores no directa o estrictamente económicos).

Este enfoque ha presidido las investigaciones del autor. Las aludidas teclas son los valores/objetivos de la organización, que en el mencionado trabajo desarrolla y completa la conocida pirámide Maslow. El equipo investigador centró su trabajo en un conjunto de empresas españolas en el sector de seguros de vida y de salud. El propósito principal fue verificar en qué medida diferencias significativas en la realización de los perfiles de objetivos (teclas negras y blancas) eran acompañadas de diferentes impactos en la cuenta de resultados. Concluimos que las organizaciones con mayor éxito económico registraban perfiles parecidos en la gestión de los valores/objetivos propios de una RSC destacada. Propios, en términos de Peters y Waterman, de una empresa excelente.

En España hay una serie de Códigos, Memorias de Buen Gobierno, que tienen que ver con la RSC: Código de Olivencia, Código Aldama, Código Conthe. Su preocupación principal ha sido la transparencia, la reputación y la imagen corporativas. Se aprecia, sin embargo, una creciente conexión de los Informes o Memorias Sociales con la gestión. También con la humanización de la empresa. Claro está, desde una perspectiva ultra marxista la empresa capitalista es de por sí socialmente irresponsable, explotadora, alienadora y los enfoques RSC una simple edulcoración de todo ese desaguisado. Sin embargo, esto es capitalismo, el especulativo aventurero frente al moderno (Max Weber), el de los Lehmann Brothers y Miguel Blesa frente a los del Grupo Mondragón, y las muchas empresas excelentes.

Para mayor información

GARMENDIAJosé A., The impact of corporate culture on company performance, 2004, Current Sociology. Vol. 52, nº 6, págs. 1020-1039.

José A. Garmendia es Catedrático jubilado de la Universidad Complutense Madrid.

Amor, mentiras y citas en el registro: el control de los matrimonios mixtos en España

Jordi Roca Girona

Hombre español, divorciado, bien situado, busca mujer extranjera para formar pareja

Imaginemos el caso de un hombre de 50 años, heterosexual, profesor de universidad, con dos hijos, divorciado. Cuando se casó, allá por los años 1980, tuvo que realizar algunos pequeños trámites administrativos ante el juzgado de paz. Apenas aportar la documentación necesaria que demostrara que no estaba incapacitado para contraer matrimonio.

Si ahora deseara volver a casarse y decidiera hacerlo con una mujer colombiana o rusa (dos de las nacionalidades con quienes más se casan los hombres españoles que escogen una pareja extranjera), aquellos pequeños trámites administrativos de su primera boda se convertirían probablemente en un complicado peregrinaje burocrático-administrativo. En el caso de decidirse por la mujer rusa, saldría posiblemente airoso; en el caso de hacerlo por la colombiana, tendría muchas más probabilidades de fracasar en el intento pues se le denegaría la solicitud de autorización para contraer matrimonio. ¿Por qué, se preguntarán? ¿Acaso las mujeres colombianas tienen algún impedimento que las haga inhábiles para el matrimonio con un español? ¿O las mujeres rusas complementan mejor con un marido español? A continuación vamos a intentar responder a esta situación hipotética que hemos planteado, a las preguntas que se han suscitado y a algunas más.

De la fantasía de la libertad de elección a la realidad de la coerción de elección

Hace más o menos un par de siglos eclosionó toda una arquitectura amoroso-sentimental que conocemos como ‘Amor Romántico’. El amor romántico surgió como una reacción a la forma de organizar el matrimonio en la Europa pre-moderna. Con anterioridad a la invención del amor romántico, la elección de pareja era un asunto fundamentalmente familiar. Los padres eran quienes elegían realmente al futuro esposo o esposa y lo hacían atendiendo a razones que tenían que ver con el éxito de la reproducción social, es decir: la procreación, la generación de recursos, el cuidado de familiares, etc. La igualdad en el nivel socioeconómico de los cónyuges era capital en este contexto.

Pero con la revolución romántica todo esto cambió. Con el nuevo modelo del amor romántico, la apuesta que antes se hacía por la igualdad de los esposos ahora se cambiaba por la libertad de elección. Los padres no iban a ser ya los responsables de elegir a los futuros cónyuges de sus hijas o hijos. La lógica familiar, en el contexto de una sociedad que había dejado de ser mayoritariamente agrícola para pasar a ser fundamentalmente industrial, dejaba su lugar a la lógica individual. No sólo eso: el nuevo modelo de matrimonio y de familia resultante -nuclear, frente a la familia extensa predominante hasta entonces- incorporaba el amor y el sexo como elementos fundamentales de su existencia.

Después de dos siglos de dominio hegemónico de la gran narrativa del amor romántico podemos afirmar que tales ideales se han quedado en esto, y que la realidad constituye una especie de híbrido entre la arquitectura amorosa de la pre-modernidad y la de la modernidad. La presencia creciente de matrimonios bi-nacionales (como el de nuestro hombre si al final decide –y le dejan- casarse con la mujer colombiana o rusa) es un buen laboratorio para ahondar en las preguntas iniciales y en la que podemos ensayar ahora a modo de hipótesis explicativa: ¿hasta qué punto estos matrimonios son percibidos como transgresores de la lógica dominante en las sociedades occidentales actuales, y de ahí la especial atención con que se juzgan hasta llegar a denegarse en algunos casos?

Ni libres ni iguales: esto está arreglado

Según la actual legislación española –como en la mayoría de países de la Unión Europea – si un hombre español se casa con una española u otra europea no va a tener mayor problema ni más trámites que los que realizó nuestro hombre en su primer matrimonio: se verificará que él y su futura pareja cumplen con los requisitos de libertad y capacidad exigidos en el Código Civil. Por el contrario, si decide hacerlo con una ciudadana extra-comunitaria, deberán cumplir con comprobaciones suplementarias para obtener la certeza de que no se trata de un matrimonio simulado, que busca beneficiarse de las consecuencias legales de la institución matrimonial en el campo de la nacionalidad y del Derecho de extranjería para obtener ventajas (Instrucción de 31 de enero de 2006, de la DGRN -Dirección General de los Registros y del Notariado- sobre los matrimonios ‘de complacencia’, también llamados blancos, de conveniencia, por interés, etc.).

La novia rusa, o colombiana, y nuestro hombre podrán ser sometidos a una audiencia reservada en la que se les entrevistará por separado con el fin de verificar la autenticidad del consentimiento matrimonial. Una Resolución europea de 1997 y dos Instrucciones españolas de 1995 y 2006 establecen que puede presumirse que un matrimonio es fraudulento, con carácter general, si se constata el desconocimiento por parte de uno o ambos de los datos personales y/o familiares básicos del otro y la inexistencia de relaciones previas. Para ello los funcionarios encargados de las audiencias cuentan con un cuestionario orientativo compuesto por 118 preguntas.

Concluidas ambas audiencias, el instructor evaluará las respuestas dadas y emitirá una resolución, a partir de la cual se autorizará o denegará la celebración del matrimonio. Si se deniega, la pareja tendrá la opción de presentar un recurso administrativo. Y son estas resoluciones en segunda instancia a las que hemos podido tener acceso y que hemos trabajado.

Amores de primera, de segunda o simplemente imposibles

En el cuadro adjunto relacionamos, a la izquierda, las nacionalidades de origen más frecuentes entre los cónyuges extranjeros de los matrimonios mixtos realizados por personas de nacionalidad española, y a la derecha quienes presentaron recursos ante la DGRN luego de haber recibido una respuesta negativa a su solicitud.

Orígenes mayoritarios de los cónyuges extranjeros en la población

total y en las Resoluciones de la DGRN (1996-2011)

TOTAL MMRESOLUCIONES DGRN
Español/ ExtranjeraEspañola/ ExtranjeroEspañol/ ExtranjeraEspañola/ Extranjero
ColombiaMarruecosCubaCuba
BrasilArgentinaColombiaR. Dominicana
MarruecosColombiaR. DominicanaMarruecos
EcuadorItaliaMarruecosColombia
ArgentinaInglaterraPerúPakistán
R. DominicanaFranciaNigeriaPerú
RusiaAlemaniaBrasilArgelia
VenezuelaCubaEcuadorNigeria
CubaR. DominicanaChinaSenegal e India

Fuente: elaboración propia a partir de datos del INE y Westlaw Insignis

Los datos sugieren la existencia de cónyuges más o menos deseables y de cónyuges más o menos sospechosos. Entre los orígenes más frecuentes en las resoluciones encontramos grupos portadores de características físicas diferenciales y ‘racializadas’. Probablemente intervengan también -además de los estereotipos raciales, de clase, de género, etc.- ciertos aspectos de las relaciones históricas y geopolíticas entre los países implicados, estableciéndose de este modo un ranking de orígenes más o menos ‘convenientes’ o más o menos ‘peligrosos’ para la sociedad receptora. Una comunidad receptora cuya supuesta homogeneidad convendría proteger.

A nivel de su relación con los referentes amorosos que presentábamos al principio, lo que resulta destacable es que los cónyuges ‘indeseables’ son aquellos que por las características del país de procedencia -países considerados ‘periféricos’, ‘subdesarrollados’, ‘pobres’- permiten cuestionar la igualdad entre los miembros de la pareja y una elección basada sólo en aspectos sentimentales. En este sentido, nos parece bastante claro que los principales elementos distintivos del amor romántico constituyen algunos de los principales referentes, aunque no los únicos, porque es constatable la existencia de superposiciones e hibridaciones referenciales, que se sitúan en el horizonte de la norma y de su aplicación.

De todos modos, lo que resulta realmente relevante es la arbitrariedad de la norma y la discrecionalidad del agente que la aplica. En suma, que el repertorio de modelos amorosos, la coyuntura geopolítica, las distintas normas disponibles y el agente aplicador de las mismas, son los principales elementos que interaccionan tanto para desacreditar una relación amorosa como para validarla. Esta es, a nuestro entender, la clave: la norma, los funcionarios del registro, utilizan elementos de diferentes modelos para alcanzar su objetivo, que no es otro que el de llevar a cabo un control de la inmigración en cada contexto específico determinado.

Para mayor información:

ANZIL, V., ROCA GIRONA, J. e YZUSQUI, R. Amores en el registro. Mecanismos institucionales de gestión del ‘amor verdadero’ en los matrimonios binacionales. Scripta Nova, 2016, vol. XX (538) http://www.ub.edu/geocrit/sn/sn-538.pdf

Jordi Roca Girona es profesor de Antropología de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona.

Degradación ambiental, inestabilidad política y vulnerabilidad social en la región del Sahel, África

Dra. Stella Maris Shmitei

Es importante identificar las problemáticas territoriales y analizar las múltiples variables que las constituyen, para comprender la trama compleja de conflictos y tensiones que se presentan en esta franja transfronteriza de África. El Sahel es una región que se localiza al sur del Sahara y constituye un área de transición entre África del Norte y África Subsahariana. Es un territorio de unos 4 millones de km² que se extiende desde océano Atlántico hasta el mar Rojo.

Los cambios ambientales provocan un fuerte impacto en las dimensiones socio-culturales, políticas y económicas, y actúan como multiplicadores de las tensiones sociales y la inestabilidad política. Los Estados se encuentran entre los más pobres del planeta, con población mayoritariamente islámica, con gobiernos débiles y fronteras extensas. Es una región inestable desde múltiples perspectivas (social, económica, política) donde los gobiernos tienen dificultades para ejercer el control y la gobernanza del territorio.

Avance del desierto y limitantes a la vida cotidiana

Se está desarrollando un incremento de la desertificación y de la desertización, procesos diferentes aunque interrelacionados. Al avance natural de los desiertos existentes (desertización), se asocia la desertificación, entendida como la degradación de las tierras en zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas, cuyas causas están originadas por múltiples factores. Entre éstos se destacan fundamentalmente, las acciones humanas en interacción con las variables naturales, como el cultivo y pastoreo excesivo, la deforestación y la ausencia de una adecuada gestión del suelo y del agua. En el análisis de la desertificación es necesario incluir factores que acentúan este proceso, tales como la pobreza y la inestabilidad política, junto con el desplazamiento de población y los campos de refugiados. En la interacción de las variables socio-económicas, políticas y culturales, así como en el modo en que estas sociedades definen la gestión de sus recursos, se encuentran las causas que explican el proceso de desertificación.

Intensificación de las tensiones sociales y geopolíticas

Las problemáticas ambientales son transversales a las tensiones sociales, económicas y políticas, con situaciones susceptibles de evolucionar en conflictos de intensidad imprevisible. Es muy marcada la degradación de los recursos naturales, el avance de la deforestación (1990-2011) y el peso relativo de la población que vive en tierras degradadas. En cinco países de la región del Sahel, más del 45% de la población vive en tierras degradadas. En Etiopía y Burkina Faso más del 70% de la población desarrolla su vida cotidiana en ambientes con estas características.

Tabla N° 1: Región del Sahel. Degradación ambiental y población vulnerable

PaísesAgotamiento de los recursos naturales
% del INB 2010-2012
Superficie forestalPoblación que vive en tierras degradadas % de la población total – 2010
% de la superficie total de tierras 2011% de cambio 1990 – 2011
Mauritania39,20,2– 42,923,8
Senegal1,643,8– 9,816,2
Malí9,810,2– 11,859,5
Burquina Faso7,820,4– 18,473,2
Níger1,80,9– 38,725,0
Nigeria24,49,5– 49,911,5
Chad25,49,1– 12,745,4
Sudán9,823,2– 27,939,9
Etiopía5,212,2– 20,072,3
Eritrea0,015,1– 5,858,8

Fuente: Elaboración propia en base a datos extraídos de Informe sobre Desarrollo Humano 2014 (ONU).

Por otra parte, la mayoría de la población de la región vive en las áreas rurales (68,8%) y trabaja esa tierra para producir alimentos de subsistencia. Sin embargo, la desnutrición es un rasgo común en una región donde la mayor parte de la población activa se dedica a la actividad agrícola.

Conflictos, recursos y vulnerabilidad social en el Sahel. Imagen disponible en http://climateadaptation.tumblr.com/post/27255875593/fantastic-map-of-sahel-movement-and-conflict
Conflictos, recursos y vulnerabilidad social en el Sahel. Imagen disponible en http://climateadaptation.tumblr.com/post/27255875593/fantastic-map-of-sahel-movement-and-conflict

Desde la perspectiva de la conflictividad social y política de la región, se identifican múltiples factores de inestabilidad. Entre éstos cabe mencionar la fragilidad de los Estados; las luchas por el control de recursos naturales estratégicos, comoel petróleo en Sudán o el uranio en Níger; las reivindicaciones de los Tuareg, el conflicto en Malí y la guerra en Sudán del Sur; la internacionalización de los conflictos, dado que exceden las fronteras nacionales, como así mismo, las tensiones asociadas a la expansión del islam y la emergencia de grupos terroristas.

Los problemas de supervivencia en contextos de desertificación creciente conllevan a acrecentar la violencia y desarrollar acciones armadas para resolver las tensiones.Las distintas comunidades que viven en la región del Sahel construyen un sistema de relaciones que interactúan en un ambiente cada vez más frágil, y conforman una particular expresión territorial. La interpretación requiere un abordaje multicausal que involucre tanto los factores naturales como los factores socio-culturales que intervienen en las problemáticas geopolíticas de la región.

Para ampliar información:

Shmite, Stella Maris y María Cristina Nin. 2015. “África al sur del Sahara: conflictos y degradación ambiental en el Sahel”. Cuadernos de Geografía: Revista Colombiana de Geografía 24 (2): 205-219. DOI: 10.15446/rcdg.v24n2.50221.

i La autora es investigadora en el área de ciencias sociales, y profesora de la asignatura Geografía de Asia y África del Profesorado y Licenciatura en Geografía, de la Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de La Pampa, Argentina.

SIMÓN DE ROJAS CLEMENTE, una figura desconocida de la ciencia española

Fernando Martín Polo *Doctor en Geografía Humana por la Universidad de Barcelona

Son muchos los botánicos de los siglos XVIII-XIX que no han pasado a la historia de la ciencia, mereciendo, sin embargo, ese rango. Uno de ellos es Simón de Rojas Clemente (Titaguas, 1777-Madrid, 1827), que, a pesar de las obras realizadas, es poco conocido en nuestros tiempos y casi nada reconocido. La causa principal podría estar en que sus obras, por unas causas u otras, no se publicaron en el momento en que se produjeron, con lo cual cuando vieron la luz ya estaban desfasadas respecto al tiempo de su escritura.

Hubo alguna, sin embargo, que sí tuvo el eco que mereció. Fue el Ensayo sobre las variedades de la vid común que vegetan en Andalucía (1807) que fue traducido al francés en 1814 y al alemán en 1821, en vida de Clemente. En el extranjero su difusión y reconocimiento fue más amplia que en España; el conde de Odart, el autor más influyente sobre este tema en el siglo XIX, llegó a decir que “est bien ce que je connais de mieux sur cette matière” [es lo mejor que conozco sobre esta materia]. Y «de la traducción francesa mandó el rey Luis XVIII que se repartiesen ejemplares entre las autoridades civiles de los departamentos para que los recomendasen a los pueblos».

Y todavía en nuestros tiempos para la Organización Internacional de la Viña y del Vino casi todos los postulados del Ensayo siguen vigentes, incluso actualmente un equipo de investigadores hispano-francés estudian el ADN de los 186 pliegos del herbario de variedades de la vid de Clemente pero por encima de todo se valora al naturalista como “el primero en aplicar el método científico al estudio y descripción de las variedades de vid cultivadas, y está considerado por tanto el primer ampelógrafo del mundo”.

Otra obra pudo haber tenido el eco del Ensayo.Fue la Ceres hispanica (comenzada hacia 1806) donde Lagasca y Clemente se propusieron “conocer la variabilidad existente [de los cereales], y a partir de ello intentar conocer las reglas que la gobernaban” con la ayuda de corresponsales españoles y extranjeros. Estos experimentos son parecidos a los hechos por Darwin y Mendel, por lo tanto “se adelantaron en muchos años a los primeros estudios y elaboración de ‘líneas puras’, que supusieron una gran revolución en la agricultura”, por cuya alternativa a su retraso en España también apostó Clemente en la reedición de 1818-1819 de la Agricultura general de Herrera. Sin embargo, el trágico final del Trienio Liberal frustró el proyecto.

Una obra importante como es la Historia natural del Reino de Granada editada en 2002 no tuvo el destino de la imprenta de forma inmediata, lo que habría consagrado al botánico de Titaguas en una figura mundial; este libro comienza siendo una historia natural para ir derivando en un tratado de geografía, en cuyo recorrido Simón de Rojas subió al Mulhacén realizando la primera medida homologada de su pico. También de forma muy tardía se publicaron la Historia civil, natural y eclesiástica de Titaguas (2000) y el Nomenclátor ornitológico o sea, nombres españoles y latinos sistemáticos de aves (2006).

A lo largo de su vida podemos nombrar otros méritos suyos como su título de Doctor en Teología, su viaje a París y Londres (1802-1803) con el fin de realizar un viaje científico a África junto con Domingo Badía (Alí Bey) pero cuyo objetivo cambió en político por lo que Clemente no pasó el Estrecho (momento en que comenzaron a llamarle El Moro Sabio) aunque aprendió mucho en este trayecto europeo en el campo de la criptogamia (su conocimiento de distintas lenguas le fue fundamental en este viaje); también fue diputado a Cortes en la primera legislatura del Trienio Liberal y bibliotecario y director del Jardín Botánico de Madrid.

He citado trabajos de Clemente que muestran que fue un gran científico, de ahí que en su tiempo fuera corresponsal de la Sociedad Linneana de París, de la de Ciencias y Artes de Barcelona, de la Real Academia de Ciencias de Baviera, de la fisiográfica de Lund, de la Real Sociedad de Agricultura del Alto Garona, de las Económicas de Madrid, Granada y Sanlúcar, del Instituto Militar Pestalozziano, aunque de la Linneana de Londres rechazó serlo por exigir “otra contribución que la de las luces”.

Un documento que no deja lugar a dudas sobre lo reconocido que llegó a ser en Europa es la relación de los elegidos para formar una macro academia en el régimen de José I Bonaparte donde nuestro hombre aparece en la sección de Anatomía y Zoología y la razón de haber sido incluido es por ser conocido en Europa. También Manuel Godoy en sus Memorias le dedica páginas muy elogiosas.

Sin embargo, como decía al principio, Simón de Rojas Clemente no es lo conocido ni reconocido como debería serlo en nuestra época, bien es verdad que los congresos y las publicaciones actuales de las obras que no se publicaron en su momento están rescatándolo de este inmerecido olvido con la recuperación de su memoria histórica científica.

PARA MAYOR INFORMACIÓN: MARTÍN POLO, Fernando, SIMÓN DE ROJAS CLEMENTE, Publicacions de l’Universitat de València, 2016 [ISBN: 978-84-370-9938-5], 604 p.

Más que pasar el rato”: los jóvenes y el espacio público

Alejandro Armas Díaz*

Desde hace décadas cada vez son más numerosos los estudios que reivindican la relevancia de la edad, junto con el género, como categoría que contribuye a explicar el funcionamiento de las ciudades. En esta tendencia, de forma particular, ha crecido el interés por conocer las actividades de los y las jóvenes en los entornos donde se desenvuelven, y así contribuir a hacer visibles sus experiencias espaciales. En el afán por el reconocimiento de la diversidad, se ha profundizado al considerar que las experiencias de los individuos pertenecientes a un mismo grupo etario son diversas y heterogéneas. Y es que además del género o la edad, existen otros atributos de matiz cultural y social que favorecen la comprensión de las prácticas de las personas adolescentes y jóvenes.

Esta preocupación deriva de la desatención del planeamiento en relación con las necesidades de estos grupos etarios—tal como ha ocurrido con otros colectivos—, al tiempo que determinadas conductas hegemónicas, normalmente establecidas por adultos, han favorecido la exclusión de los considerados “fuera de la norma”. Parece claro que las políticas urbanas de sesgo neoliberal actúan sobre los espacios públicos reforzando la exclusión y la pérdida del carácter colectivo de estos lugares, disminuyendo su papel como lugares de encuentro y diversidad.

Lo cierto es que las personas jóvenes se encuentran entre los colectivos tradicionalmente apartados de estos ámbitos de relación, y es que ellas, en general, evitan esos dominios exclusivos de “otros”, y emprenden la búsqueda de espacios donde permanecer al margen de los problemas. Aunque, se puede comprobar que la apropiación, a través de formas de transgresivas, también ocurre. Las plazas, paseos, parques y calles, juegan un papel clave en la construcción de sus identidades, ya que son, a menudo, los únicos espacios en los que tienen autonomía y que pueden modelar para sí mismos, y en consecuencia estar en ellos constituye un derecho.

Por ello es conveniente que nos preguntemos de qué forma se puede contribuir a crear la ciudad que ellos desean. Un primer paso podría ser hacerles visibles mediante una aproximación a sus prácticas espaciales, conociendo aquellos lugares: los frecuentados, los evitados y los significados que les atribuyen.

Las personas jóvenes suelen concebir el espacio de forma distinta a la de otros grupos de edad: en la búsqueda de lugares donde encontrarse más cómodos, la mayoría de los adolescentes de ambos sexos, emprenden trayectos en los que integran los diferentes espacios públicos. Se trata de un acto, ¿por qué no una forma de transgresión?, que forma parte intrínseca de ser joven, y que consiste en emplear el tiempo libre para conversar y transitar de un lugar a otro, sin tener que mirar el reloj, pero sobre todo evitando el control parental directo, algo que resumen como “pasar el rato”. Así lo manifiesta un grupo de estudiantes adolescentes pertenecientes a dos centros escolares de Santa Cruz de Tenerife. Sus perfiles son muy diversos y proceden de contextos socioeconómicos dispares, pero manifiestan acudir en una proporción similar a los espacios públicos abiertos del centro histórico de la ciudad y a los centros comerciales de esta localidad del sur de Europa.

Teniendo en cuenta la diversidad de perfiles de las personas entrevistadas interpretar “pasar el rato” como una práctica homogénea sería atrevido, ya que los jóvenes atribuyen distintos significados a los espacios que frecuentan. Así, entre las plazas, parques y calles que más visitan sobresale una plaza situada en un extremo del entramado peatonal de la ciudad, a la que definen como el “punto de queda”. Desde ella inician su recorrido hacia otros espacios del centro. El parque más antiguo de la ciudad se valora como un espacio de evasión y tranquilidad; así como el conjunto de plazas de la recién reformada fachada marítima, donde combinan el avituallamiento de comida rápida con el descanso o la charla en el borde de un lago artificial de grandes dimensiones. El tránsito, entre unos y otros espacios lo realizan a través de calles peatonales que cumplen la función de consumo especializado en el comercio textil y de complementos para los jóvenes. La interespacialidad es evidente aunque se limita a espacios donde la presencia juvenil es mayoritaria o a sectores que ocupan como grupo diferenciado.

Pie de foto: Grupo de adolescentes en uno de los espacios centrales de Santa Cruz (fotografía realizada por el autor)
Pie de foto: Grupo de adolescentes en uno de los espacios centrales de Santa Cruz (fotografía realizada por el autor)

La indagación de relaciones de los jóvenes con el espacio público hace visible a un grupo que tradicionalmente ha permanecido excluido. Además, a través del análisis de sus prácticas se deduce que, lo que se podría entender como un acto homogéneo, “pasar el rato”, envuelve una variedad de actividades mediante las que exploran los distintos lugares y los incorporan en su imaginario con diversos atributos. Tal vez lo más destacado se concreta en comprender que los adolescentes de ambos sexos tejen una red espacial asociada más a sus amistades que a la complementariedad de funciones de los lugares que frecuentan. También conviene reflexionar en qué medida el despliegue de sus prácticas contribuye a dotar a los espacios públicos de carácter colectivo y si algunos de sus actos constituyen formas de transgresión o de subversión del orden establecido.

*Alejandro Armas Díaz es geógrafo y prepara su tesis doctoral en el Departamento de Geografía e Historia de la Universidad de La Laguna.

Para mayor información:

DÍAZ RODRÍGUEZ, María del Carmen; ARMAS DÍAZ, Alejandro; GARCÍA HERRERA, Luz Marina; GARCÍA HERNÁNDEZ, Juan Samuel. Spaces of transition: Young people’s social practices in Santa Cruz de Tenerife (Canary Islands, Spain). Die Erde – Journal of the Geographical Society of Berlin, 25 de marzo de 2015, vol. 146, núm. 1, p. 79-89.

Fotografía del autor: Alejandro Armas Díaz

Geoparques: ¿Todo para el pueblo, pero sin el pueblo?

Manuel Pulido Fernández*

Los Geoparques son una figura de reconocimiento por parte de la UNESCO, de reciente creación, que pretende valorizar el patrimonio geológico, tradicionalmente desatendido en la legislación ambiental. Actualmente, 11 territorios españoles forman parte de las Redes Global y Europea de Geoparques. No obstante, este tipo de logros políticos plantean una cuestión clave, hasta la fecha no resuelta: ¿Están los ciudadanos residentes en los Geoparques verdaderamente de acuerdo con este tipo de decisiones políticas?

En septiembre de 2011, tras un duro proceso de candidatura que abarcó varios años, la región española de Extremadura logró por fin que uno de sus territorios, la comarca Villuercas-Ibores-Jara, obtuviera el reconocimiento de la UNESCO y pasase a formar parte del selecto grupo de territorios miembros de la Red Europea de Geoparques (EGN, European Geoparks Network). Este hecho fue muy celebrado por las diferentes administraciones territoriales, y en particular por la Diputación Provincial de Cáceres, ya que suponía una merecida recompensa fruto de varios años de esfuerzo institucional y científico y, también, de inversiones económicas incluidas en el Plan de Dinamización del Producto Turístico (PDPT) de la zona.

A nivel local, la mayoría de los ayuntamientos implicados, también han expresado su satisfacción por el logro obtenido y han colaborado en mayor o menor medida desde el proceso de candidatura. Los alcaldes suelen presentar una aptitud colaboradora con las administraciones superiores, pensando, sobre todo, en los beneficios vía inversiones, fomento del turismo o publicidad del lugar. No obstante, aunque esas decisiones se toman pensando en lo mejor para sus conciudadanos, rara vez estos son consultados y apenas se conocen sus opiniones, a pesar del hipotético impacto que éstas podrían tener sobre ellos.

El Geoparque Villuercas-Ibores-Jara ocupa una extensión de 2.554 km2, se localiza al sureste de la provincia extremeña de Cáceres, afectando a un total de 19 municipios, sobre los que se distribuyen un total de 45 geositios catalogados, que representan la geodiversidad del entorno. Desde un punto de vista turístico, el principal recurso de la zona es el Real Monasterio de Guadalupe, que atrae un promedio de 35.000 visitantes anuales (mayoritariamente de origen nacional).

Localización geográfica del Geoparque Villuercas-Ibores-Jara.
Localización geográfica del Geoparque Villuercas-Ibores-Jara.

El estudio fue llevado a cabo en la localidad de Cañamero, que es el municipio que cuenta con un mayor número de geositios en su jurisdicción, además del Centro de Recepción de Visitantes del Geoparque y ser la principal localidad de paso para llegar a Guadalupe, destino turístico más importante de la comarca. El estudio consistió en la realización de encuestas a una muestra representativa de la población residente en Cañamero, en las que se preguntaba la opinión sobre el Geoparque y si éste estaba beneficiando a la localidad u otras vecinas, además de evaluar el estado de conocimiento sobre los recursos turísticos inherentes al Geoparque que posee la población local, entre otras muchas cuestiones.

Los resultados revelaron que aunque se trata de una población que mayoritariamente no vive del turismo, estos son conocedores de los recursos turísticos inherentes al Geoparque. Más del 84% de los encuestados aseguraron que la localidad se ve beneficiada por el Geoparque, tanto de un punto de vista económico como natural. Es más, ese porcentaje fue sorprendentemente superior cuando se encuestó a personas que no vivían del turismo. No obstante, muchos de los encuestados creen que el Geoparque está generando un mayor beneficio en localidades vecinas como Guadalupe (principal destino turístico) o Logrosán (cabecera comarcal).

Imagen escaneada a modo de ejemplo de una de las encuestas realizadas.
Imagen escaneada a modo de ejemplo de una de las encuestas realizadas.

Tan sólo un 10% de los encuestados expresó su total disconformidad con la declaración del Geoparque, argumentando que está generando perjuicios en el sector agrario y en las actividades cinegéticas, a pesar de que el reconocimiento de Geoparque no implica la limitación de ningún uso, y que apenas beneficia al sector turístico. Además, insisten en que se ha tratado de un gasto económico innecesario, preferiblemente evitable en tiempos de crisis económica. Aunque en este caso, la opinión haya sido minoritaria, sería muy recomendable realizar este tipo de metodologías en otros muchos municipios para conocer la opinión real de la población afectada por este tipo de decisiones.

Como conclusión, y en base a este estudio, se puede afirmar que las decisiones políticas encaminadas a conseguir figuras de protección y reconocimiento de espacios naturales están siendo generalmente beneficiosas para las poblaciones implicadas. No obstante, para no caer en los males de la época del despotismo ilustrado, podría ser conveniente que en futuros procesos de candidatura de Geoparques, se lleven a cabo consultas populares e incluso ciertas iniciativas de empoderamiento que hagan a los residentes sentirse más partícipes en este tipo de logros territoriales y sociales.

Para mayor información:

CORTIJO CERCAS, Estela; PULIDO FERNÁNDEZ, Manuel. Percepción de la población residente en Cañamero acerca del Geoparque Villuercas-Ibores-Jara (Extremadura, España). Cuadernos de Turismo, 2016, no 37, p. 93-112.

http://revistas.um.es/turismo/article/view/256161/193991

*Manuel Pulido Fernández es profesor del Área de Geografía Física de la Universidad de Extremadura (España) y tutor del Trabajo Fin de Grado (TFG) para ser Graduado/a en Turismo llevado a cabo por Estela Cortijo Cercas y que dio pie a esta investigación.