Degradación ambiental, inestabilidad política y vulnerabilidad social en la región del Sahel, África

Dra. Stella Maris Shmitei

Es importante identificar las problemáticas territoriales y analizar las múltiples variables que las constituyen, para comprender la trama compleja de conflictos y tensiones que se presentan en esta franja transfronteriza de África. El Sahel es una región que se localiza al sur del Sahara y constituye un área de transición entre África del Norte y África Subsahariana. Es un territorio de unos 4 millones de km² que se extiende desde océano Atlántico hasta el mar Rojo.

Los cambios ambientales provocan un fuerte impacto en las dimensiones socio-culturales, políticas y económicas, y actúan como multiplicadores de las tensiones sociales y la inestabilidad política. Los Estados se encuentran entre los más pobres del planeta, con población mayoritariamente islámica, con gobiernos débiles y fronteras extensas. Es una región inestable desde múltiples perspectivas (social, económica, política) donde los gobiernos tienen dificultades para ejercer el control y la gobernanza del territorio.

Avance del desierto y limitantes a la vida cotidiana

Se está desarrollando un incremento de la desertificación y de la desertización, procesos diferentes aunque interrelacionados. Al avance natural de los desiertos existentes (desertización), se asocia la desertificación, entendida como la degradación de las tierras en zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas, cuyas causas están originadas por múltiples factores. Entre éstos se destacan fundamentalmente, las acciones humanas en interacción con las variables naturales, como el cultivo y pastoreo excesivo, la deforestación y la ausencia de una adecuada gestión del suelo y del agua. En el análisis de la desertificación es necesario incluir factores que acentúan este proceso, tales como la pobreza y la inestabilidad política, junto con el desplazamiento de población y los campos de refugiados. En la interacción de las variables socio-económicas, políticas y culturales, así como en el modo en que estas sociedades definen la gestión de sus recursos, se encuentran las causas que explican el proceso de desertificación.

Intensificación de las tensiones sociales y geopolíticas

Las problemáticas ambientales son transversales a las tensiones sociales, económicas y políticas, con situaciones susceptibles de evolucionar en conflictos de intensidad imprevisible. Es muy marcada la degradación de los recursos naturales, el avance de la deforestación (1990-2011) y el peso relativo de la población que vive en tierras degradadas. En cinco países de la región del Sahel, más del 45% de la población vive en tierras degradadas. En Etiopía y Burkina Faso más del 70% de la población desarrolla su vida cotidiana en ambientes con estas características.

Tabla N° 1: Región del Sahel. Degradación ambiental y población vulnerable

PaísesAgotamiento de los recursos naturales
% del INB 2010-2012
Superficie forestalPoblación que vive en tierras degradadas % de la población total – 2010
% de la superficie total de tierras 2011% de cambio 1990 – 2011
Mauritania39,20,2– 42,923,8
Senegal1,643,8– 9,816,2
Malí9,810,2– 11,859,5
Burquina Faso7,820,4– 18,473,2
Níger1,80,9– 38,725,0
Nigeria24,49,5– 49,911,5
Chad25,49,1– 12,745,4
Sudán9,823,2– 27,939,9
Etiopía5,212,2– 20,072,3
Eritrea0,015,1– 5,858,8

Fuente: Elaboración propia en base a datos extraídos de Informe sobre Desarrollo Humano 2014 (ONU).

Por otra parte, la mayoría de la población de la región vive en las áreas rurales (68,8%) y trabaja esa tierra para producir alimentos de subsistencia. Sin embargo, la desnutrición es un rasgo común en una región donde la mayor parte de la población activa se dedica a la actividad agrícola.

Conflictos, recursos y vulnerabilidad social en el Sahel. Imagen disponible en http://climateadaptation.tumblr.com/post/27255875593/fantastic-map-of-sahel-movement-and-conflict
Conflictos, recursos y vulnerabilidad social en el Sahel. Imagen disponible en http://climateadaptation.tumblr.com/post/27255875593/fantastic-map-of-sahel-movement-and-conflict

Desde la perspectiva de la conflictividad social y política de la región, se identifican múltiples factores de inestabilidad. Entre éstos cabe mencionar la fragilidad de los Estados; las luchas por el control de recursos naturales estratégicos, comoel petróleo en Sudán o el uranio en Níger; las reivindicaciones de los Tuareg, el conflicto en Malí y la guerra en Sudán del Sur; la internacionalización de los conflictos, dado que exceden las fronteras nacionales, como así mismo, las tensiones asociadas a la expansión del islam y la emergencia de grupos terroristas.

Los problemas de supervivencia en contextos de desertificación creciente conllevan a acrecentar la violencia y desarrollar acciones armadas para resolver las tensiones.Las distintas comunidades que viven en la región del Sahel construyen un sistema de relaciones que interactúan en un ambiente cada vez más frágil, y conforman una particular expresión territorial. La interpretación requiere un abordaje multicausal que involucre tanto los factores naturales como los factores socio-culturales que intervienen en las problemáticas geopolíticas de la región.

Para ampliar información:

Shmite, Stella Maris y María Cristina Nin. 2015. “África al sur del Sahara: conflictos y degradación ambiental en el Sahel”. Cuadernos de Geografía: Revista Colombiana de Geografía 24 (2): 205-219. DOI: 10.15446/rcdg.v24n2.50221.

i La autora es investigadora en el área de ciencias sociales, y profesora de la asignatura Geografía de Asia y África del Profesorado y Licenciatura en Geografía, de la Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de La Pampa, Argentina.

Políticas de innovaciones para África

Jussi S. Jauhiainen*

África subsahariana tiene algunas de las áreas de crecimiento económico más rápido en el mundo. Durante los últimos años, el desarrollo económico ha sido ayudado por el crecimiento de la población urbana – que también es uno de los más rápidos mundialmente. Podemos añadir todavía el hecho de que en muchas partes la mayoría de la gente tiene ya teléfono móvil, y muchos de ellos poseen una conexión Internet.

Sin embargo, todavía imaginamos África subsahariana con viejas ideas. Hay que cambiar la imagen de que es un lugar pobre, rural y subdesarrollado, y transformarla en una imagen nueva, la de África como una potencia fuerte. Con esto no hablamos de un futuro distante, sino de uno próximo que puede ser realidad en los años 2020. África será el continente del siglo XXI. Por eso, hay que mirar atentamente, y seguramente admirar, lo que pasa en África en los campos de innovación.

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TENEMOS QUE CAMBIAR NUESTRA IMAGEN DE ÁFRICA SUBSAHARIANA, DE UN ÁREA MÍSERA A UN ÁREA CON MUCHA POTENCIA EN INNOVACIÓN Y ECONOMÍA

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La realización de la potencia de África no es, y no será, automática. Una de las claves cruciales para un desarrollo destacado y sostenible es la política de innovación, o, mejor dicho, las políticas de innovaciones. Hoy en día muchos países en África tienen ya una política en este sentido. En los últimos años muchos gobiernos de los países subsaharianos han impulsado nuevas políticas que incorporan en su vocabulario palabras claves como innovación, tecnología y ciencia. Por eso, aparentemente, parece que todo fuera en el camino correcto hacia el desarrollo del siglo XXI.

Las investigaciones que he realizado recientemente en Namibia (con una superficie 1.5 veces más grande que España pero con solo 2 millones de habitantes y con un PIB per cápita 5 veces más bajo de España) y en Tanzania (superficie 2 veces más grande de España, con el mismo número de habitantes y con un PIB per cápita 17 veces más bajo que este país), muestran que la mayoría de los documentos publicados sobre la política de innovación no han captado suficientemente bien los aspectos más importantes y recientes de la misma. Estos documentos expresan la idea de realizar el desarrollo con acciones de gobierno dirigidas de arriba para abajo, miran sólo en el territorio nacional y no perciben bien las capacidades de la gente común y de las tradiciones indígenas.

En efecto, las estrategias y políticas de innovación en África mantienen una influencia directa de las políticas de los países occidentales mucho más desarrollados. En muchos casos se trata de influencia de las políticas de innovación de los años 1990 y principios de 2000. Entonces era crucial concentrar los esfuerzos en nuevas tecnologías, muchas de ellas basadas en la investigación universitaria, tanto en ingeniería aplicada como en medicina. En muchos casos la ruta de la innovación partía del desarrollador y llegaba posteriormente al público. Los objetivos más típicos eran objetos complejos que implicaban tecnologías avanzadas y costaban mucho a los usuarios. Por eso, para estos instrumentos tecnológicos el mercado se restringía sobre todo a pocas personas e instituciones. También había mucha distancia entre el sector privado, los entes públicos y las ONG, por no hablar de la gente común.

Pero, en los últimos 5 a 10 años mucho ha cambiado en el campo de innovación, y muchas más cosas van a cambiar en el futuro. Ahora, en lugar de desarrollar innovaciones para la oferta, o sea, en lugar de empezar por desarrollar el objeto tecnológico y después ver si hay bastante demanda para esto, en la actualidad la mayoría de las innovaciones son de demanda; es decir los desarrolladores buscan y crean demanda y después desarrollan el objeto o el servicio para responder a ella. Es importante advertir que, comparando con la producción de objetos materiales, tienen ahora más mercado varios servicios digitales y otras cosas inmateriales, que, además, por su parte incrementan el valor añadido más rápida y más fácilmente.

Otro cambio significativo es que la imagen tiene una importancia relevante. No solo la funcionalidad, una de las trampas en que cayó el gigante de telefonía móvil Nokia, de origen finlandés. Las políticas de innovación tienen en cuenta hoy en día específicamente el contexto en que se aplican.

En los campos de la innovación se aplican ya sistemas regionales y transfronterizos de innovación. Por mencionar algunos ejemplos: frente a las políticas exclusivamente nacionales se utilizan acuerdos internacionales; en lugar de privilegiar sectores aislados, se aplica la cuádruple hélice de cooperación entre los entes públicos, privados, de ONG y los ciudadanos; frente a la innovación cerrada o restringida, se insiste en la innovación abierta.

Las políticas en África no tienen en cuenta suficientemente estos cambios. Tampoco captan los modos de unir las tradiciones indígenas con las necesidades actuales y las de mañana o pasado mañana. Muchas innovaciones del futuro proceden en realidad de la multitud de la gente. Esta multitud es al mismo tiempo el proponente y el usuario de las innovaciones. Hoy en día, esa nueva tendencia se ve en las empresas que “mezclan” innovación, tradición, masas, acceso e imágenes, como, por ejemplo, Google y Facebook. El futuro de innovación no está en dirigir la política pública desde arriba sino en una práctica en que la política pública se vincula a la práctica privada y con las ideas, usos y necesidades de las masas.

Para conclusión, volvemos en tres asuntos importantes. Primero, tenemos que cambiar nuestra imagen de África subsahariana de un área mísera a un área con mucha potencia en innovación y economía. Segundo, los países y regiones de esta amplia área, que por supuesto tiene mucha diferencia interna, necesitan adaptas políticas de innovación que sean bastante flexibles para realizar la potencia que tiene la población creciente. Tercero, los caminos para el futuro pueden y tienen que ser diferentes. Entonces, para esto, no necesitamos una política de innovación pero políticas de innovaciones para África.

Para mayor información: HAUTALA, Johanna & JAUHIAINEN, Jussi S. (2014). Spatio-temporal aspects of knowledge creation. Research Policy 43, 655-668.

JAUHIAINEN, Jussi S. (2014). Baltic Sea Region innovation systems: Challenges and opportunities. Baltic Sea Policy Briefing 1/2014, 7-17.

Jussi S. Jauhiainen es Catedrático de Geografía en la Universidad de Turku, Finlandia, así como Profesor de esta materia en la Universidad de Tartu en Estonia. Sus trabajos científicos tratan de desarrollo, planificación y política regional y urbana los cuales ha realizado sobre todos los continentes.