Horacio Capel
Los estudios de patrimonio y de arqueología industrial muestran la capacidad de innovación que ha existido, y la importancia de la memoria histórica para preparar el futuro. Así sucede en Cataluña, donde acaban de celebrarse las X Jornadas de Arqueología Industrial, dedicadas este año a “El patrimoni de la indùstria alimentaria. Passat, present i futur”. En ellas se han presentado una cincuentena de comunicaciones sobre el tema monográfico concreto, así como sobre otras cuestiones.
Estas Jornadas se vienen celebrando desde 1988, organizadas por la Associació del Museu de la Ciència i de la Tècnica i d’Arqueologia Industrial de Catalunya (www.amctaic.org), que despliega una amplia actividad identificando e inventariando los elementos del patrimonio industrial de Cataluña, poniéndolos en valor a través de guías y materiales didácticos, organizando museos de la ciencia y la técnica en diferentes localidades, concediendo los premios Bonaplata de restauración, estudio y difusión; y editando estudios concretos en forma de libros, además de un Bulletí d’Arqueologia Industrial i de Museus de Cència i Tècnica, <http://www.amctaic.org/clients/amctaic/uploads/files/Butlleti78.pdf>.
Las X Jornadas se han celebrado del 1 al 3 de diciembre de 2016 en la ciudad de Vic, razón por la que se han dedicado especialmente a la industria alimentaria, debido a la fuerte especialización que tiene la comarca de Osona en industrias y empresas de distribución dedicadas a la explotación agraria y ganadería, especialmente porcino y bovino. Su objetivo era “aportar y acoger nuevas visiones y estudios originales en cualquiera de los campos relacionados con la elaboración, transformación, preparación, distribución, impacto público, difusión, publicidad … de los productos alimentarios para el consumo humano”. Ha tratado de recordar “el pasado y la reacción de la sociedad para ir avanzando, realizando y aceptando grandes cambios”, con la intención explícita de “recordar el pasado para ir hacia un futuro mejor”.
Se ha tratado de unas jornadas interdisciplinarias, a la que han asistido arquitectos, arqueólogos, historiadores de la ciencia, historiadores locales, geógrafos y otros especialistas, un cierto número vinculados a museos e instituciones locales.
Hubo también exposición de pósters y dos exposiciones; una sobre “Dos siglos de universidad y empresa del mundo agroalimentario en España”; y otra sobre las instalaciones industriales de la ciudad uruguaya de Fray Bentos, donde se localiza un importante conjunto técnico para la elaboración de concentrados de carne preparada, que ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad en 2015 por las instalaciones industriales de mataderos, preparación del producto, refrigeración y congelación.
Durante el desarrollo del congreso, en las comunicaciones presentadas a las sesiones dedicadas a la industria alimentaria se puso de manifiesto la importante innovación que se realizó en estos sectores en Cataluña desde el siglo XVIII. Hubo trabajos sobre la industria de aceite, de vino, los frutos secos, harina, fideos, o embutidos, y los procedimientos para su almacenamiento; sobre los cambios en la cocina tradicional durante el siglo XIX, y la incorporación de aparatos y utensilios a ella, entre los cuales el empleo del gas a comienzos del siglo XX; así como sobre las transformaciones en el cultivo de los productos agroalimentarios, las industrias azucarera, de pastas de sopa y de galletas, la evolución de la confitura, la longaniza, el patrimonio material del abastecimiento alimentario de Barcelona, los orígenes de la industria de vinos espumosos en Cataluña, la especialización ganadera y el origen de la industria agroalimentaria, y sobre la creación y evolución de los mataderos públicos.
En las sesiones dedicadas a temas varios, se trató de las industrias cerámicas, la distribución del agua, los aparatos telefónicos, el paisaje industrial, las redes de turismo industrial, la existencia de prácticas de micro-mecenazgo para la instalación de procesos de electrificación municipal, las colonias agrícolas, el patrimonio de los sectores de regadío, o los pasos de barcas del río Ebro. También se dedicó atención a la gestión cultural de las empresas industriales agroalimentarias, o a la musealización de instalaciones industriales ya sin uso.
En las comunicaciones se vio bien la importante innovación que se produjo a lo largo de la historia en las industrias alimentarias. De ello trató, específicamente, la conferencia plenaria del medievalista Antoni Riera, sobre la evolución de la conservación y comercialización de alimento desde mediados del siglo XII al XV, donde mostró la existencia de sistemas de conservación desde el Neolítico, como el secado al sol y la salazón, y los cambios que se produjeron durante los siglos siguientes, tanto en los ámbitos populares como en los de círculos más cultivados.
Fueron, sobre todo, de gran importancia los cambios que ocurrieron en las edades Moderna y Contemporánea. A los que se produjeron durante los siglos XIX y XX se refirió en su conferencia el historiador de la economía Francesc Roca Rosell, que trató de la revolución agroalimentaria catalana entre 1878 y 1937, describiendo y glosando gran número de obras innovadoras publicadas en ese periodo.
Las Jornadas han permitido comprobar la gran importancia que tiene el patrimonio y la arqueología industrial no solo para conocer el pasado sino también para preparar el futuro.
Para mayor información: El patrimoni de l’industria alimentaria. Passat, present i futur. X Jornades d’Arqueologia Industrial de Catalunya. Vic 1-3 desembre 2016. Associació del Museu de la Ciència i de la Tècnica i d’Arqueologia Industrial de Catalunya, 2016 (archivo en USB; en publicación).
Horacio Capel es Profesor Emérito de la Universidad de Barcelona.