Coca-cola nació en una farmacia americana, trinaranjus y narangina en una valenciana

José María de Jaime Lorén

Si la popular Coca-Cola, sin duda uno de los refrescos de mayor difusión mundial, se inventó en una farmacia de los Estados Unidos de América (nótense las referencias que el nombre hace a la coca y a la nuez de kola), el Trinaranjus y la Narangina, dos de los refrescos de más éxito en Europa e Hispanoamérica, fueron a su vez creados en un laboratorio farmacéutico valenciano. Concretamente en el del Dr. Trigo, cuyo director y propietario era Agustín Trigo Mezquita.

De hecho el nombre de Trinaranjus, procede de unir la primera parte de su apellido TRI-go con una modificación del nombre del principal ingrediente que lo formaba NARANJUS. Hay, no obstante, quienes estiman que el prefijo TRI pudiera proceder del zumo de las TRES naranjas que parece se precisaban para llenar una botella del refresco, y que quedaba simbolizado en el famoso envase que durante años se usó para presentar Trinaranjus formado en su base por tres pequeñas esferas, que se estiraban hacía la embocadura. Nosotros descartamos esta hipótesis, al considerar probado que la patente del nombre de Trinaranjus es muy anterior al del diseño citado de las tres esferas-naranjas.

Agustín Trigo Mezquita

Farmacéutico, industrial y político valenciano, Agustín Trigo Mezquita era hijo de un comerciante de la Plaza del Mercado de Valencia, ciudad en la que nació en 1863. Se licenció en Farmacia en Barcelona en 1888 y se doctoró en Madrid en 1892. Pionero de la industrialización del medicamento, en Valencia, fundó los Laboratorios del Dr. Trigo en el número 130 de la calle Sagunto.

Fue subdelegado de Farmacia del distrito de Serranos de Valencia de 1905 a 1931, vocal de la Junta Provincial de Sanidad durante 28 años, presidente de la sección de Farmacia del Instituto Médico Valenciano, presidente del consejo de administración del Centro Farmacéutico Valenciano, presidente de la Comisión Regional para el aprovechamiento de las plantas medicinales indígenas, presidente del Ateneo Científico de Valencia, así como secretario y luego presidente honorario del Colegio de Farmacéuticos de Valencia.

En la sociedad de Dependencia Mercantil inició el Dr. Trigo las enseñanzas de Comercio, que sirvieron con el tiempo para la creación en Valencia de la Escuela Oficial de Comercio, representó al Ayuntamiento en el Centro de Cultura Valenciana, siendo nombrado en 1920 director del mismo, así como en el II Congreso de Riegos y en el de Historia de la Corona de Aragón. Fue oficial de Instrucción Pública del estado francés condecorado con las “Palmas Académicas” de dicho país.

Además, a lo largo de su dilatada vida intelectual formó parte de diversas asociaciones científicas y profesionales, como la Real Academia de Medicina desde 1905 (de la que llegó a ser su presidente, el único que ha habido en toda la historia de la institución sin la condición de médico), de la de Bellas Artes de San Carlos desde 1942 y al final de su vida de la Real Academia de Farmacia.

Militante del partido Unión Republicana Autonomista, tras las elecciones municipales de abril de 1931 fue nombrado alcalde de la ciudad de Valencia. Durante esta etapa impulsó la constitución de una comisión regional para redactar el proyecto de Estatuto de Autonomía Valenciano en julio del mismo año, y dos meses después puso a la ciudad en estado de guerra a causa de los asaltos de los edificios religiosos, hasta que en el mes de octubre abandonó el cargo por la mala acogida que habían tenido sus iniciativas.

Sostuvo correspondencia y amistad con personalidades de la talla de José Rodríguez Carracido, Vicente Peset, del que fue alumno y luego ayudante en su laboratorio de análisis clínicos, María Curie o el P. Vitoria del Observatorio del Ebro.

Cultivó aficiones como la astronomía, para lo que instaló su propio observatorio en terrenos de su propiedad, realizando numerosas aportaciones científicas y manteniendo una intensa relación con astrónomos de la talla del francés Camille Flammarion, o del catalán José Comás Solá, directores ambos de sendos observatorios astronómicos. Otra de sus aficiones fue la pintura, y de sus pinceles salieron algunos cuadros de mérito.

La labor de escritor y publicista fue intensa, destacando la revista farmacéutica que editó en Valencia en 1899 titulada El Mensajero. Fue colaborador asiduo en la prensa valenciana, y ameno conferenciante sobre temas relacionados con las ciencias naturales y físico-químicas, la higiene, la sanidad o la divulgación científica.

Trinaranjus hoy TriNa

A principios del siglo XX Agustín Trigo inició la fabricación a gran escala de esencias naturales y artificiales, a base de aprovechar los productos naturales de la región valenciana, sobre todo derivados industriales de la naranja y del limón, e iniciando al mismo tiempo su fabricación a gran escala para surtir a la industria alimentaria de los esteres, aldehídos, etc., necesarios para su producción.

El producto estrella que salió de su laboratorio era el citrato de magnesia efervescente, que venía etiquetado con la imagen de una labradora valenciana y al fondo la silueta de la torre de la catedral de Valencia, el Miguelete. Con el tiempo el laboratorio se especializará en la fabricación de esencias y jarabes de naranja y limón, creando más tarde refrescos tan populares como Narangina, naranjada gasificada que luego ser comercializará en Francia como Orangina al margen de su creador, y sobre todo Trinaranjus, lanzado al mercado en 1933 y hoy propiedad de la multinacional Cadbury Schweppes que lo comercializa bajo el nuevo nombre de TriNa.

El éxito comercial acompañó desde el primer momento a este refresco natural hecho sin burbujas y a base de naranja, que se vio promocionado siempre con campañas publicitarias de gran impacto. En 1930 se anunciaba diciendo: “Eclipsa el calor porque apaga la sed. Pídalo en todas partes”. Por los años 60 el mensaje era: “Baila el twist y bebe Trinaranjus”.

Además de estos refrescos, inventó y comercializó con éxito diversos medicamentos e insecticidas, además de nuevas técnicas de laboratorio e incluso originales envases.

Hombre clarividente en la utilización de las nuevas técnicas de publicidad para dar a conocer los productos de su laboratorio, Agustín Trigo Mezquita fue sin embargo muy discreto a la hora presentarse ante la sociedad. Por eso su figura es hoy apenas conocida, circunstancia que hemos tratado de paliar con la publicación de este libro biográfico en el que ocupa un lugar preeminente la historia del refresco Trinaranjus.

JAIME LORÉN, J.M. DE (2016): Agustín Trigo Mezquita, farmacéutico valenciano inventor del Trinaranjus. Valencia, TriNa, 232 p.

José María de Jaime Lorén. Universidad CEU Cardenal Herrera (Valencia, España)

TRINARANJUS PROCEDE DE UNIR LA PRIMERA SÍLABA DEL NOMBRE DE SU INVENTOR, EL FARMACÉUTICO VALENCIANO AGUSTÍN TRÍGO, CON EL DEL PRINCIPAL INGREDIENTE.

AGUSTÍN TRIGO FUE MUY CONSCIENTE DE LA IMPORTANCIA DE LA PUBLICIDAD EN LA PROMOCIÓN DE LOS PRODUCTOS DE SU LABORATORIO, DESDE SUS PRIMEROS MEDICAMENTOS ESPECÍFICOS A REFRESCOS COMO NARANJINA O TRINARANJUS.

SOBRE LOS GRANDES REFRESCOS DE COLA SE HAN ESCRITO CIENTOS DE LIBROS Y ARTÍCULOS QUE CUENTAN SU CREACIÓN Y SU HISTORIA, DE LAS POPULARES BEBIDAS EUROPEAS DE CÍTRICOS APENAS SABEMOS NADA.

Jóvenes delincuentes y territorio en la ciudad de València: sin proximidad no existe intervención efectiva

María D. Pitarch-Garrido y F. Xavier Uceda-Maza*

Crecer en un barrio u otro de una gran ciudad como Valencia (España) implica desarrollarnos socialmente en un universo concreto y complejo. La capacidad del territorio, o los barrios urbanos, para generar por sí mismos identidad y pertenencia, así como exclusión y marginación de su población es una realidad, lo es también para conocer que trayectorias delictivas seguirán sus jóvenes.

Analizamos en el artículo el caso de la ciudad de Valencia, los barrios donde residen los jóvenes delincuentes y desarrollan su trayectoria delictiva, así como el escenario social en términos de equipamiento público, escuela, programas y talleres para jóvenes, servicios sociales, etc., ya que es clave para la prevención e intervención social con éstos jóvenes y su barrio, pues las políticas de proximidad favorecen la convivencia y la integración de las personas.

Accesibilidad a pie al centro de referencia más cercano (incluidos todos los centros del área metropolitana susceptibles de ser considerados de referencia).

Accesibilidad a pie al centro de referencia más cercano (incluidos todos los centros del área metropolitana susceptibles de ser considerados de referencia).

 Accesibilidad en transporte público al centro de referencia más cercano (incluidos todos los centros del área metropolitana susceptibles de ser considerados de referencia).
Accesibilidad en transporte público al centro de referencia más cercano (incluidos todos los centros del área metropolitana susceptibles de ser considerados de referencia).

La inseguridad es consecuencia y causa del aislamiento y la descohesión social de ciertos barrios, que a su vez coinciden, con la ausencia de recursos y equipamientos públicos. La distribución espacial de los servicios públicos es una variable que explica, entre otras, la exclusión social. En el caso que nos ocupa, será de gran importancia conocer la ubicación y la accesibilidad real de los centros de reeducación (medio-cerrado) y el equipo de medidas judiciales (medio abierto) para los adolescentes de la ciudad de Valencia.

El estudio se ha basado en la geolocalización de 286 adolescentes en conflicto con la ley (ACL) con medidas judiciales derivados al Ayuntamiento de Valencia. A partir de los datos estadísticos, se han construido tres tipologías de trayectorias delictivas: trayectoria inicial (ACLTI), trayectoria moderada (ACLTM) y trayectoria consolidada (ACLTC).

No vivimos donde queremos, sino donde podemos y el lugar en el que vivimos contribuye a definir nuestra trayectoria vital.

En el artículo se muestran variaciones geográficas del riesgo de ser ACL y desarrollar una trayectoria delictiva u otra y que determinadas características en la realidad socioeconómica actual de los distritos influyen en esa variación. Vecindarios menos aventajados en términos económicos y educativos, con mayores niveles de inmigración, físicamente deteriorados y con peor calidad del equipamiento público, son aquellos donde el riesgo de desarrollar una trayectoria delictiva consolidada es mayor.

Los ACL y su trayectoria delictiva no se distribuyen al azar, sino que existe un patrón espacial vinculado a las características de los vecindarios.

En Valencia se observa que sólo dos de los diecinueve distritos de la ciudad suman el 30% de los ACL y siete distritos el 60%. Dentro de los distritos con poca presencia, se encuentra uno de los distritos centrales, precisamente el que presenta mayor renta per capita. Las tres trayectorias delictivas se producen en los mismos tres distritos, todos ellos periféricos, alejados de los centros de decisión y poder, así como con las rentas per capita más bajas. Estos suponen en cada una de las trayectorias en torno al 40% y 50% de los ACL. Esta concentración revela que son distritos donde se desarrolla la trayectoria delictiva de los ACL desde su inicio a su consolidación; en este sentido los ACL que consolidan trayectoria delictiva son los candidatos a entrar en un centro penitenciario.

A partir del uso de software SIG, se ha obtenido la cartografía de la accesibilidad desde cada sección censal al Equipo de Medio Abierto y a los Centros de Reeducación. En este territorio, la localización del Equipo de Medio Abierto y de los Centros de Reeducación es fundamental desde una doble perspectiva: la facilidad de los adolescentes conflictivos para acudir al centro y la posibilidad real de los técnicos de alcanzar un territorio -y a su población- para trabajar eficazmente.

LA DISTANCIA ES UNA BARRERA IMPORTANTE PARA UNA INTERVENCIÓN EFICAZ

Por lo que respecta a la proximidad a los Centros de Internamiento de referencia son los distritos y barrios especialmente sensibles, los que se encuentran en peor situación, a más de dos horas andando y alrededor de una hora en transporte público. La adjudicación del centro de internamiento no siempre está sujeta a la cercanía al usuario, sino, en habitualmente, a las posibilidades de oferta del servicio o al número de plazas libres. En la mayoría de los casos, pues, la distancia se incrementa respecto a lo previsible.

Cabe señalar el caso del Centro de Medidas Judiciales de medio abierto, un centro único y que debe dar servicio a toda la ciudad de Valencia. La distancia, en este caso, es una barrera importante, tanto para el usuario como para el profesional que, en ocasiones realiza el servicio en el entorno del adolescente. La distancia junto al aumento en la ratio de ACL de los educadores y trabajadores sociales impide, lógicamente, dedicar el tiempo necesario para acompañar en el proceso y facilitar su integración en los programas y recursos del territorio que son los que pueden garantizar a medio plazo el abandono de las conductas delictivas.

La relación entre la localización de las estructuras de intervención con los ACL (ya sea de medio abierto o cerrado) y la localización de la residencia de los mismos, es básica para conseguir una adecuada reinserción del joven, ya que se parte de la premisa que la trayectoria de los ACL se realiza en un territorio (barrio), que a su vez es el espacio social de la intervención profesional.

De este modo destacamos que el hecho de que existan barrios con una situación de exclusión social importante, pone de manifiesto la necesidad de que las iniciativas de intervención y prevención se dirijan a aquellas áreas de la ciudad particularmente desfavorecidas, acercando tanto los equipamientos como a los profesionales, con el fin de que sus intervenciones sean eficaces y contribuyan a mejorar la calidad de vida de todos los ciudadanos.

Para mayor información:

PITARCH-GARRIDO, María Dolores y UCEDA-MAZA, Francesc-Xavier. Análisis de la exclusión social a partir de la delincuencia juvenil en la ciudad de València. El territorio como base para la intervención. Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles, 2015, nº 69, p 63-92. http://www.age-geografia.es/ojs/index.php/bage/issue/view/102

* María D. Pitarch-Garrido y F. Xavier Uceda son profesores-investigadores del Instituto Interuniversitario de Desarrollo Local de la Universitat de València.

¿Cómo se vive tras las rejas de la cárcel Bellavista?

Por: Laura Melissa Rúa

Pocos se han preguntado qué ocurre tras los muros de una prisión, pues para centenares de personas las cárceles son espacios de custodia, son medidas de protección para las avenidas, las calles, y todo tipo de áreas destinadas para el tránsito, las cárceles son entonces, esos lugares que alejan a la sociedad de los ‘peligros’ que representan los “delincuentes”.

Sin embargo, para quienes se preguntan por la vida de los reos y el ¿Cómo se vive tras las rejas? ¿Si se sufre o se ríe?, ¿si se siente cómo un hogar o un infierno?, ¿quién ejerce el control en su interior? o, acaso, ¿si se cambia o se empeora, tras la temporalidad en el encierro?, se les permitirá conocer un espacio como el de la cárcel Bellavista desde la voz de 50 de sus detenidos, quienes son habitantes de los diferentes patios de esta cárcel, y que han decidido detallar, parte de su experiencia de vivir en el encierro.

La cárcel Bellavista se localiza en la ciudad de Medellín- Colombia, y es un escenario de internamiento masculino que radica en esta geografía desde 1923, albergando a diferentes hombres que, sobreviven en un espacio hacinado y limitado compuesto por dieciséis (16) patios. Hoy esos 8.070 hombres encerrados, pactan entre sí, para conseguir un vivir tranquilo en un escenario tendiente al conflicto, debido a la presencia de sujetos de diferentes grupos “combos” o popularmente “Razones” que aunque enemigas extramuros, se distribuyen en Bellavista para purgar su pena.

Pero Bellavista, no es solo un escenario de castigo a la infracción a la ley, esta cárcel se caracteriza desde la voz de sus reclusos, por ser un lugar circunscrito por nomas, leyes y característicos modelos de vida que se forjan como consecuencia de unos poderes diseminados en el lugar, y dominios encargados, de construir el gobierno que da forma a ese pequeño mundo que se edifica dentro de esta prisión.

Según sus reclusos, en la cárcel Bellavista todo tiene un precio, y el poder es ejercido por diferentes Razones: “De las puertas para adentro mandan los combos” (Recluso Patio 4) esos combos o Razones que dictaminan cómo funciona el interior de esta cárcel: “los problemas internos se solucionan internamente.” (Recluso Patio 1). Y si se les pregunta a los reclusos, ¿quién designa estos combos o Razones para ejercer el poder en Bellavista? ellos referencian que estas designaciones vienen desde afuera, sin embargo, son igualmente avaladas por el Instituto Penitenciario y Carcelario –inpec- y por los presos en todos los rincones de esta geografía de encierro.

Estos poderes que direccionan el interior de la cárcel Bellavista se organizan jerárquicamente. De manera que existe en el encierro, una pirámide de controles, reconocida al interior de Bellavista de la siguiente manera:

  1. En primer lugar se encuentran los caciques: estas son las figuras de mayor autoridad dentro de la cárcel, quienes dictaminan todo cuanto ocurre y la manera cómo ocurre en Bellavista. El cacique es el único jefe en un patio, el encargado de mantener el control y la paz en la cárcel, y quien designa los precios de los privilegios internos. Viven en los mejores lugares de la cárcel y pocas veces se mezclan con la totalidad de los reclusos.
  2. En segundo lugar, se encuentran la segunda y la tercera: estos son la continuidad del poder, los directamente encargados de dar cumplimiento a las ordenes de la máxima autoridad, y son los rostros visibles del poder en un patio.
  3. En tercer lugar, se encuentran los coordinadores de patio, seguidos por los coordinadores de pasillo, quienes en su conjunto son los encargados de brindar seguridad en los patios.
  4. En cuarto lugar se encuentran los apá, los llaveros y los parlantes: al primero se le destina el negocio de la droga, al segundo portar las llaves que cuidan y separan un portón de otro, mientras el tercero tiene por misión, informar quienes visitan los patios y los lugares de tránsito sin ser autorizados.
  5. Y en quinto y último lugar en esta pirámide, se encuentran los cachorros: este grupo se compone por quienes realizan cualquier tipo de labor designada por los mandos al interior de la cárcel.

Esta pirámide resume en su totalidad, ese poder político, económico y espacial que regula el interior de la cárcel Bellavista. Aunque se agrega para los lectores, que existen poderes menores que se localizan en el espacio bajo normas y regulaciones propias que no trasgreden ese gobierno generalizado. Y es que tener algo en el encierro proporciona cierto status a un preso, un lugar para dormir, una cama o incluso un televisor, asegura un estilo de vida en prisión. Sin embargo, no todos los presos tienen los medios suficientes para sobrevivir en Bellavista y por ello se ven obligados a servir.

En Bellavista existe un modelo de vida que compra, vende o permuta, que obedece y que manda y tan efectivo es, que asegura cierta tranquilidad tras las rejas, es por ello que los reclusos no se interesan en atentar con aquel orden que normaliza la vida en la prisión.

En la cárcel Bellavista tras estas viejas rejas que separan al hombre de la libertad dándole la identificación social de recluso, se vive según sus reos, supeditado a normas creadas por los combos o Razones. Y para quienes se preguntan por otros aspectos de la vida tras las rejas en Bellavista, solo puede decirse que:

Los presos en esta cárcel no viven en un hogar, sino que poblan indefinidamente una zona que les permite a algunos de ellos, un dominio sobre algo y les asegura cierto prestigio o poder; como en cualquier lugar, dentro de Bellavista, se dan momentos de risas, celebración e incluso de llantos a falta de la familia, y de la libertad. Y, en cuanto a si se cambia o empeora tras largo o poco tiempo en el encierro, se agrega que, cada preso es un mundo, representa una idea y tiene sus propias concepciones acerca de lo que hará una vez finalice el encierro. Lo que se concluye de la vida en Bellavista, es que para muchos presos esta cárcel es el mayor de los aprendizajes, pero para otros las rejas, las normas, los grupos y la doble autoridad impuesta por el inpec y las Razones en cada patio, representan el mayor de los infiernos.1

1 Para mayor información ver el artículo: “construcciones socio-espaciales en el encierro: La cárcel Bellavista.”

Refranero médico: Lo que el pueblo piensa de la salud y la enfermedad

José María de Jaime Lorén

Paremiología médica española

Por razones evidentes, el tema de la salud y la enfermedad es objeto de atención continua en todos los medios de comunicación. Nuevas y viejas enfermedades, nuevas y viejas terapéuticas, pero también nuevas y viejas formas de ejercer la medicina y las ciencias de la salud en general. Y, sin embargo, esto no es algo exclusivo de ahora. Ha existido siempre. Desde los mismos orígenes del hombre, la pérdida de la salud y la forma de recuperarla ha sido una de sus preocupaciones fundamentales.

De ahí que todas las civilizaciones y culturas hayan contado siempre con especialistas en combatir las dolencias, desde los antiguos magos, hechiceros, druidas o sacerdotes, a los grandes médicos y sanitarios altamente especializados de la actualidad. Pero el pueblo, ese pueblo aparentemente indocto, ha tenido también su propia opinión sobre la enfermedad y la salud. Opinión que ha ido dejando a lo largo de los siglos en una serie de refranes y de dichos populares, que muestran muchas veces la profundidad de sus conocimientos, la precisión de sus diagnósticos.

Para adentrarnos en este tipo de saberes populares, con el nombre de Refranero de las Ciencias Médicas publicamos hace tiempo una extensa colección de refranes y sentencias que se han dicho o sobre el arte de curar. Hemos trabajado desde las viejas colecciones medievales, hasta los abundantes trabajos y repertorios refranescos que cada año salen de las prensas en este renacer de los estudios paremiales. En todos ellos la musa popular retrata, en unas pocas palabras, aspectos diversos de la enfermedad o del estado sanitario de las personas, siempre con sentencias y consejos que destilan penetración aguda que, en ocasiones pueden ser discutibles a la luz de las modernas teorías científicas, pero que nunca carecen de un sólido fondo argumental, así como de innegable gracia para exponer sus ideas: Agua clara y aire puro, y un buen médico maduro.

Medicina Española - Proverbios vulgares de nuestra lengua

Y es que el refrán ha sido utilizado muchas veces como vehículo para transmitir conocimientos. Para empezar tenemos los clásicos Aforismos de Hipócrates. Más tarde Juan Lorenzo Palmireno compuso sus Refranes de mesa, salud y buena crianza, para ilustrar sus clases en la Universidad de Valencia, allá por el año de 1573. Algo más tarde, en 1616, y también para mejor hacer comprender sus lecciones a los discípulos de la Facultad de Medicina de Granada, Juan Sorapán imprimió la Medicina Española contenida en proverbios vulgares.

En efecto, el refrán y los dichos populares en general han constituido a lo largo de los siglos un vehículo ideal para transmitir, con su sonsonete musical que facilita la memorización, los conocimientos médicos y sanitarios. Buen ejemplo de esto viene dado también por las obras médicas de corte divulgativo que compusieron, entre otros, los doctores Ulecia Cardona o Casal Aguado. El primero en forma de aleluyas rimadas consiguió difundir entre las nuevas madres y las amas de cría una serie de consejos médicos de indudable valor de cara a la crianza de los niños a su cargo; el segundo sin embargo dirigió sus pareados y versos breves a un público más documentado, compuesto generalmente por estudiantes o por otros facultativos de menor experiencia.

Por nuestra parte hemos realizado una recopilación de todos aquellos refranes, dichos, sentencias, proverbios o consejos arrefranados en todo momento relativo a las diversas variedades con que se presentan las ciencias médicas. De esta forma hemos logrado reunir más de once mil quinientos refranes y frases hechas de carácter sanitario, distribuidos en una serie de apartados en función de su temática. A través de todos ellos podemos conocer las características más sobresalientes del saber popular acerca de estas disciplinas.

Incorporamos también la importante aportación original que sobre el mismo tema yace en los numerosísimos refraneros tanto de las regiones españolas como de muchos países de Iberoamérica, cada uno de ellos con sus correspondientes variantes o giros lingüísticos del terreno. Todavía nos ha parecido conveniente añadir las paremias de tipo veterinario, relativas al ejercicio de la profesión en sí, o en lo concerniente a aspectos clínicos y zoosanitarios.

Conviene insistir en que cada refrán que incluimos no está inspirado en las colecciones contemporáneas, sino en la respectiva fuente original, antigua o moderna, y con el texto literal en que aparece por vez primera. Esta fuente original se inserta entre paréntesis a continuación de cada sentencia, con una abreviatura bibliográfica y la página o el número que tiene dentro de la colección o texto correspondiente.

De todas formas, al final, para el pueblo: Quien bien come, digiere y expele, a galeno no apele.

JAIME LORÉN, J.M. DE; JAIME GÓMEZ, J. DE (2001): Paremiología médica española. Más de once mil refranes de medicina, farmacia y veterinaria. Calamocha, 438 p.

José María de Jaime Lorén. Universidad CEU Cardenal Herrera (Valencia, España)

AGUA CLARA Y AIRE PURO, Y UN BUEN MÉDICO MADURO.

QUIEN BIEN COME, DIGIERE Y EXPELE, A GALENO NO APELE.

Los sanitarios en la España rural decimonónica

José María de Jaime Lorén

Los sanitarios en la España rural decimonónica - Portada de La Asociación - Primera revista de ciencias de la Provincia de Teruel

Para los que procedemos del mundo rural y vivimos en las ciudades, contemplar nuestros pueblos de origen cuando volvemos en vacaciones o fin de semana, produce a menudo un sentimiento de pena o de pesar. Contemplar en Castilla, Aragón o, en general, en toda la España interior, las casas abandonadas o caídas, las escuelas, bares o tiendas cerradas desde hace años, produce una enorme tristeza. En el mejor de los casos ciertos días acuden a los pequeños pueblos panaderos, pescaderos o carniceros, pero los servicios básicos están centralizados en las cabeceras de comarca, como sucede por ejemplo con la atención sanitaria. Argumento que, con la enseñanza de los niños y las mejores oportunidades laborales, es definitivo para abandonar la casa del pueblo y marchar a una urbe mayor. Y ello a pesar de la mejora indudable en las comunicaciones o en el confort de las casas.

Los pueblos españoles tienen hoy una población muy escasa y muy anciana, sin sector servicios o reducido a la mínima expresión. Pero esto no siempre ha ocurrido así. No hace falta ser muy anciano para recordar estos mismos lugares plenos de vida económica y de movimiento humano. Con maestros, sacerdotes, médicos, farmacéuticos o veterinarios, que daban un tono culto a la vida cotidiana. Momentos hubo en que el nivel cultural y científico de nuestros pueblos fue muy notable, incluso llegó en ciertos sitios a alcanzar un nivel que podemos considerar muy alto. Y de esto precisamente queremos tratar aquí.

La circunstancia de poder acceder hoy desde internet a buen número de viejos periódicos y revistas publicados en España, nos ha permitido estudiar antiguas revistas sanitarias en las que no son raras las colaboraciones y los artículos que llegan desde los pueblos más pequeños de la ruralía hispana. ¿Qué quiere esto decir? Pues, sencillamente, que hasta en las más recónditas aldeas existían médicos, cirujanos, boticarios, veterinarios o ministrantes que tenían cosas que contar en el terreno científico y en el profesional.

Llama la atención la abundancia de historias o de casos clínicos curiosos que se ofrecen al debate, el atrevimiento de muchas intervenciones quirúrgicas, la rareza de tantas sintomatologías como podían llegar aquellas modestas consultas, el ingenio de los tratamientos que debía suplir una farmacopea pobre y atrasada, o las notables investigaciones naturalísticas de aquellos profesores que vivían tan alejados de los centros académicos oficiales. Sin contar la generosa actuación de todos ellos en las graves epidemias de cólera como azotaron durante años estos territorios, y que tantas vidas costaron a los mismos sanitarios.

Y todo ello en un ambiente generalmente hostil para el cultivo de la ciencia. Con contratos profesionales que se renovaban año a año, para San Miguel, siempre a merced de caciques y de ricos de pueblo que despreciaban cuanto ignoraban. Mal pagados, con una fuerte competencia con otros colegas, cobrando generalmente en especie de baja calidad. Sin poder ausentarse del pueblo nada más que para atender enfermos de masías o de pequeñas aldeas vecinas, adonde se desplazaban montando la propia mula. “Médicos de espuela” les llamaban despectivamente.

Pues bien, a pesar de este contexto tan poco estimulante para la práctica científica, donde lo normal era que nuestros profesores se adocenaran y languidecieran intelectualmente en el estrecho marco de casinos y de cafés de pueblo, repasando las viejas revistas sanitarias españolas de la segunda mitad del siglo XIX hemos encontrado una brillante nómina de profesores rurales insospechadamente interesante. No fueron tan raros casos conocidos como los farmacéuticos turolenses Francisco Loscos Bernal y José Pardo Sastrón, o el del segorbino Carlos Pau Español, piezas fundamentales en la historia de la botánica patria. Hay también una amplia nómina de otros nombres, tal vez no tan conocidos pero no por ello menos importantes, que surgieron durante esas décadas en pueblos donde hoy tal vez no haya médico ni farmacia.

Es más, analizando los lugares de edición de las revistas sanitarias de las décadas finales del siglo XIX, advertimos que muchas de ellas se editaron en pequeñas ciudad o pueblos como Béjar (Salamanca), Belorado (Burgos) donde nació la primera revista española de farmacia, Morata de Jiloca (Zaragoza), Lerma (Burgos), Arévalo de la Sierra (Soria), etc.

Y lo mismo podemos decir de la importancia y de la influencia de los maestros de esa misma época. Da que pensar que sólo en la provincia de Teruel existieron no menos de media docena de revistas de magisterio, en aquellos tiempos de malas pagas y de aulas masificadas. Todos conocemos el dramático dicho popular de “Pasar más hambre que un maestro de escuela”. Me pregunto ¿cuántos maestros turolenses hoy escriben en periódicos de su profesión o de cualquier otra índole? Lo mismo cabe decir de médicos, farmacéuticos o veterinarios. Todos infinitamente mejor pagados y reconocidos socialmente hoy que entonces.

Todo esto que decimos se confirma plenamente en el estudio que dedicamos a La Asociación, la primera revista de ciencias de la provincia de Teruel, donde encontramos artículos del mayor nivel científico de los farmacéuticos antes citados o de Matías Gámir; veterinarios como Lorenzo Grafulla o Juan Herrero y Argente; médicos de la talla de Juan Ramón Arnau, Francisco Bosch o Miguel Ibáñez; y cirujanos de la de Pascual Altabás.

Es cierto que los avances de la ciencia motivaron que poco a poco ésta se concentrase en el entorno de las universidades y de los grandes centros hospitalarios que se crean en las ciudades. Esta circunstancia, unida al despoblamiento rural que comienza ya en los primeros años del siglo XX, motivará que desaparezcan estas revistas médicosanitarias de los pueblos, y que las nuevas publicaciones periódicas dejen de contar con el concurso de las noticias que hasta entonces llegaban del mundo rural. Pero ello no debe hacernos olvidar la importancia de las aportaciones científicas que en un momento dado se hicieron desde nuestros pueblos.

Todo un ejemplo para la actual generación de sanitarios, maestros o sacerdotes que ejerce hoy en el mundo rural.

JAIME RUIZ, J.M. DE; CATALÁ GORGUES, J.I.; JAIME LORÉN, J.M. DE (2015): La Asociación (1883-1891). Primera revista de ciencias de la provincia de Teruel. Calamocha, Centro de Estudios del Jiloca, 350 p.

José María de Jaime Lorén. Universidad CEU Cardenal Herrera (Valencia, España)

DURANTE LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX, EN LAS REVISTAS SANITARIAS ESPAÑOLAS PUBLICARON NUMEROSOS ARTÍCULOS Y COLABORACIONES CIENTÍFICAS DE GRAN NIVEL PROFESORES QUE EJERCÍAN EN EL MUNDO RURAL.

¿POR QUÉ LOS MAESTROS, SANITARIOS Y SACERDOTES QUE HOY EJERCEN EN EL MUNDO RURAL HISPANO HAN PERDIDO LA AFICIÓN PUBLICISTA QUE TUVIERON ANTAÑO?

A desigualdade socioespacial em São Luís/Maranhão/Brasil

Brasil é conhecido por ser um dos países mais desiguais do mundo, embora seja a 7ª maior economia do mundo, estando à frente de países europeus como França (8º) Reino Unido (9º), e outros. A disparidade figura no ranking mundial das desigualdades, em 80º posição (Banco Mundial, 2014).

A desigualdade produz pobreza absoluta e relativa, que, por sua vez, levam o indivíduo a uma complexidade de problemas, que vão desde a falta de autoestima, de sentimento de incapacidade de satisfazer seus desejos – uma pessoa fora do contexto e segregada socialmente. Com isso, gera sentimentos de vergonha. Amartya Sem (1992) compreende a pobreza como carência de capacidades e direitos, que são impedidos de exercê-la pela minoria que detém o poder, a riqueza.

Os efeitos de cada uma, desigualdade e pobreza, são visíveis e pujantes, pelo fato de acarretarem o sentimento de desvalorização humana, de não pertencimento àquela sociedade e insegurança econômica, tornando o indivíduo frágil em muitas áreas de sua vida, senão, em todas, como a sua integridade física, moral e psíquica.

Esse conjunto de fatores faz com que o indivíduo perca a capacidade de tomar algumas decisões sobre sua vida, ou seja, tende a perder sua própria autonomia. Na perspectiva de Pereira (2009 p. 74 -75), “a vergonha social pode minar o sentimento de autoestima, e quando a pessoa é menosprezada, rejeitada, se sente com menor valor social”. O autor assegura, ainda, que o Estado deverá arcar com sua responsabilidade quando se tratar de dar oportunidades à população que se encontra abaixo da linha da pobreza, pois é necessário dar o impulso inicial para que consiga saltar para adiante, criar mecanismos para que caminhe por si.

E onde estão os pobres e em que circunstâncias vivem? A olho nu há uma nítida diferença socioespacial quando se adentra uma cidade, ainda mais se esta for uma capital ou uma metrópole, onde as diferenças urbanas são mais gritantes que as rurais.

Dessa forma, observa-se que os mais desfavorecidos habitam áreas mais desprivilegiadas. Este elo quase sempre resulta em maior precariedade urbana em todos os níveis de pobreza, sendo que a estigmatização de determinadas áreas gera discriminação, podendo esse espaço degradar-se cada vez mais, alargando o processo de desigualdade social, onde o sentimento de pertencimento das pessoas se qualifica como um pertencimento a um status inferior da sociedade, com sentimentos degradantes em relação a si mesmo e a comunidade a que pertence.

Essas desigualdades aparecem em vários âmbitos, e um dos mais evidentes é a desigualdade regional, onde se distinguem com fulgência o pobre do sul e o pobre do norte. Os pobres do Nordeste do Brasil são diferentes dos pobres do Sul e Sudeste do país. Outra diferença se encontra nas zonas urbanas e rurais. Ademais, dentro de uma mesma cidade existem diferenças socioespaciais e econômicas gritantes, que se chama segregação. E ainda se vivencia a fragmentação da pobreza, quando bairros estão rodeados de favelas, estando pobreza e a riqueza convivendo em um mesmo espaço, como bem diz Milton Santos “existem duas ou diversas cidades dentro da cidade. Esse fenômeno é o resultado da oposição entre níveis de vida e entre setores de atividade econômica, isto é, entre classes sociais. (2008, p. 190)”.

São Luís é a capital do estado do Maranhão/Brasil e está localizada em uma ilha com mais três municípios, a saber: São José de Ribamar, Paço do Lumiar e Raposa. Este conjunto de municípios compõe a Ilha de São Luís, com 1.327.495 habitantes, e área 1.410,015 km². Porém somente o município de São Luís detém 57% do território da ilha (834,78 km²) com seus 1.014.837 (IBGE, 2010) habitantes perfazendo 1.215.69 habitantes por km².

Para analisar e medir a pobreza socioespacial foi construído o Índice de Desigualdade Socioespacial de São Luís do Maranhão (IDSE-SL). O objetivo deste índice é medir os bairros mais segregados da capital do Maranhão. Para isso foi examinado os bairros de São Luís pelas dimensões: demográfica, infraestrutura, habitacional, educacional e econômica possibilitando uma visão minuciosa e, ao mesmo tempo ampla, carreando conhecimento dos focos de desigualdade socioespacial por bairros.

A referida investigação chegou a conclusão que o bairro Vila Nova é o mais segregado de todos os estudados, com um Índice de 0,76. A figura 1 mostra o índice de desigualdade para os 37 grandes bairros de São Luís.

Figura 1 - Mapa do Índice de Desigualdade de São Luís.

Fonte: IBGE, Censo Demográfico 2000.
Figura 1 – Mapa do Índice de Desigualdade de São Luís.
Fonte: IBGE, Censo Demográfico 2000.

Compete ao Estado assumir o compromisso de formular políticas públicas que contemplem os bairros, cuja desigualdade socioespacial ficou evidente neste estudo. Também é necessário chamar atenção para a importância de essas políticas considerarem como foco primordial a inserção de 40,11% da população (a soma de todos os bairros que estão com a cor lilás, transformado em percentual) que vivem em território precarizado, equipando-os com recursos físicos (escolas, postos de saúde, delegacias dentre outros) e humanos (professores, médicos, enfermeiros, delegados, agentes de segurança dentre outros), capazes de promover o bem-estar e oportunidade a fim de que possam usufruir de uma vida digna, fruto de uma cidadania honrosa.

Melhorar as condições de vida dessas famílias significa elevar a sua autoestima, para que elas se apoderem do sentimento de pertencimento de um espaço habitado e digno, transformando-o, assim, em um território mais humanizado.

Para maiores informações:

PETRUS, Júlia Kátia; e PEREIRA JÚNIOR, Magno Vasconcelos. A desigualdade socioespacial de São Luís (MA) demarcada pelos seus bairros. Ateliê Geográfico. Goiânia: UFG, agosto de 2015, v. 9, n. 2, p. 170-189. <https://www.revistas.ufg.br/index.php?journal=atelie&page=article&op=view&path%5B%5D=37575>

AMYRTA Sen. Los conceptos de la pobreza. Comercio Exterior, v. 42, n. 4, abril de 1992.

PEREIRA, Gustavo. Preferencias adaptativas como bloqueo de la autonomía. In Cortina, Adela y Pereira, Gustavo. Pobreza y liberdad: erradicar la pobreza desde el enfoque de Amartya Sen. Madrid: Editorial Tecnos, 2009.

SANTOS, Milton. Manual de Geografia Urbana. São Paulo: Editora da Universidade de São Paulo (EDUSP), 3ª edição, 2008.

Júlia Kátia Borgneth Petrus é professora do Centro de Ciências Sociais da Universidade Federal do Maranhão, Brasil.

Magno Vasconcelos Pereira Júnior é doutorando em Geografia pela Universidad de Barcelona.

Entre lo local y lo universal. Margarita Carbó y el ejercicio de la Historia

Eulalia Ribera Carbó y Anna Ribera Carbó

Margarita Carbó solía decir que la única manera de ser verdaderamente universal era a partir de una profunda y genuina identidad local. Su vida personal y profesional estuvo marcada por este principio. Cosmopolita por origen: hija de catalanes en camino al exilio, nacida en 1939 en un barco francés atracado en la rada de Casablanca, aprendió a caminar en el Alcázar de Diego Colón en Santo Domingo y fue mexicana porque llegó a México con sólo dos años, y el paisaje, la escuela, los amigos contribuyeron a arropar con la identidad del país a una mujer que con sus padres, con su marido y luego con sus hijas y nietas siguió hablando siempre en catalán. La elección de la Historia como campo profesional contribuyó a profundizar las raíces mexicanas de Margarita Carbó, cuyo interés por la historia prehispánica y el conocimiento de la lengua náhuatl, su deslumbramiento con el arte colonial mexicano y el culto guadalupano, y su admiración por el proceso de construcción del México independiente, marcado por grandes luchas sociales de corte liberal, no hicieron más que terminar de identificarla con el espacio geográfico, social e histórico en el que vivía.

Su tesis de licenciatura “El magonismo en la Revolución mexicana” fue una primera aproximación a la manifestación más notable del anarquismo mexicano, tema asociado a la ideología política en que había militado su familia paterna por tres generaciones. Su tesis de maestría “Fundamentos ideológicos del Artículo 27 Constitucional” la acercó de nuevo a la Revolución y a su proceso constitucional encabezado por el ala más radical del Congreso. Para su investigación doctoral, realizada como las dos anteriores en la Universidad Nacional Autónoma de México, Margarita Carbó retrocedió al siglo XIX estudiando la relación de los campesinos con el proyecto liberal de la Reforma. En ese trabajo, junto con el del libro Evolución histórica de la propiedad comunal. Marco jurídico (1996), se adentró en el análisis de la historia agraria, lo que le permitiría ampliar su comprensión acerca de la gran convulsión del campo que fue la Revolución de 1910. Más adelante, extendió sus investigaciones hasta los años 1940, con el libro “Ningún compromiso que lesione al país…” Lázaro Cárdenas y la defensa de la soberanía (2002).

Además de su desempeño como investigadora, Margarita Carbó ejerció la divulgación y la docencia desde muy joven con gran entrega y entusiasmo. A lo largo de casi tres décadas fue maestra de bachillerato y durante 40 años impartió en las aulas universitarias de la Facultad de Filosofía y Letras las cátedras de Didáctica de la Historia, Teorías Políticas Contemporáneas, Historiografía General y Revolución Mexicana, así como un seminario de cuestiones agrarias. Congruente con su convicción de que las historias particulares suelen estar marcadas por los ecos de los grandes procesos generales, su magisterio siempre fue un viaje de ida y vuelta de lo universal a lo local. Combinando un riguroso análisis científico con unas cualidades narrativas extraordinarias, era capaz de llevar a sus alumnos de las barricadas de la Comuna de París a las prensas libertarias de los editores del periódico mexicano Regeneración, de los pequeños pueblos zapatistas del estado de Morelos a las luchas agrarias de Nestor Makhno en Ucrania, o de las brillantes jornadas de la Revolución Francesa a las luchas guerrilleras de los chinacos de la Reforma liberal del siglo XIX.

Pero Margarita Carbó no solo vivió con pasión el ejercicio de su profesión, sino también el tiempo que le tocó vivir. Participó, desde muy joven y sin encasillarse en militancias partidistas, en las luchas sociales mexicanas: desde las del sindicato ferrocarrilero de los años cincuenta y las del movimiento estudiantil de 1968, hasta las de la gran sacudida democratizadora a partir de 1988. Y supo emocionarse y vivir con intensidad las mejores causas de todas las latitudes. Fue, a cabalidad, una mexicana universal. Frente al preocupante escenario de la actualidad de su país, Margarita Carbó conservaba su optimismo innato. En octubre de 2015, terminaba así una comunicación a propósito de la guerra con Estados Unidos en que México perdió más de la mitad de su territorio:

La pesadilla había terminado, pero a costa del más grande expolio de nuestra historia. Lo que sucedió a partir de entonces ya no es tema de esta ponencia, pero para levantar un poco los ánimos quiero terminar diciendo que tan solo seis años después, aquel país en ruinas, mutilado, abatido y desalentado, empezó a ser reconstruido por la generación más formidable de nuestro siglo XIX y tal vez de nuestra historia. No perdamos las esperanzas.

Para mayor información:

CARBÓ, Margarita y RIBERA, Anna. La Nación mexicana al rescate de sus recursos naturales: el artículo 27 constitucional. In CASALS, Vicente y BONASTRA, Quim (eds.). Espacios de control y regulación social. Barcelona: Ediciones del Serbal, 2014, p. 353-366.

CARBÓ, Margarita. Eusebi Carbó i Carbó. Vida y militancia. Un anarquista al servei de la Generalitat de Catalunya. Barcelona: Cossetània Edicions, 2014.

Los premios anuales al mejor edificio de Barcelona (1899.1930): ¿Garantía de conservación?

Por Maria Ojuel*

El año 1899, el Ayuntamiento de Barcelona instauró un premio para el mejor edificio público o privado construido en la ciudad en el año precedente. A partir del 1902 se otorgó también a los mejores locales comerciales. Este premio –conocido en la época como “Concurso anual de edificios y establecimientos urbanos”- tuvo lugar, con algunas interrupciones, hasta el año 1930. En total, alrededor de sesenta edificios y locales fueron premiados, buena parte de ellos coincidiendo con el período álgido del Modernismo, época en que la distinción gozará de gran prestigio, y otros tantos obtuvieron premios menores.

Los edificios premiados

Desde el primer edificio premiado, la Casa Calvet, hasta la Fábrica Myrurgia, uno de los últimos, el concurso municipal evoluciona al tiempo que la arquitectura de la ciudad. La iniciativa fomentó, sin duda, la construcción arquitectónica y el diseño entre el cambio de era y el primer tercio del siglo XX, de la misma manera que las coetáneas Exposiciones de Bellas Artes e Industrias Artísticas, también promovidas por el Ayuntamiento, lo hicieron con relación a las artes plásticas.

Fruto de un trabajo de investigación en los archivos municipales, se pudo revisar el catálogo de los inmuebles y locales premiados, que resulta de utilidad para estudiar la evolución de la arquitectura barcelonesa durante los treinta años en que se convocó el concurso. A su vez, nos permite interpretar la trayectoria del concurso a la luz de las grandes líneas del debate arquitectónico de la época y, en especial, conocer los criterios “oficiales” sobre estética de fachadas y sobre aspectos estilísticos, tipológicos, estructurales y decorativos, ya que la documentación no solo nos aporta información sobre los edificios premiados, sino también sobre los que fueron descartados.

Los arquitectos más premiados fueron Lluís Domènech i Montaner y Enric Sagnier, seguidos de Joan Rubió i Bellver. En cambio, Antoni Gaudí, premiado en la primera edición, no recibió más galardones. Así pues, el jurado, compuesto por arquitectos, se movió entre la preferencia por un modernismo “moderado” y el eclecticismo propio de la época. A diferencia de concursos coetáneos en otras ciudades europeas, centrados solo en las fachadas de viviendas, la variedad de tipologías premiadas en el de Barcelona nos permite concluir que fueron galardonados aquellos edificios mejor adaptados a la función que habían de cumplir y no únicamente por su solución externa.

Las placas conmemorativas del premio son aún visibles en la fachada o el interior de los edificios premiados como, por ejemplo, el Palau de la Música, la Fábrica Casaramona o la Torre de las Aguas del Tibidabo, si bien tres de los inmuebles de la lista no han sobrevivido.

Placa el premio, diseñada por Andreu Aleu y Bonaventura Bassegoda (foto de la autora).

Los locales comerciales premiados

En el caso de los comercios, se premiaron locales de ocio y restauración (bares, cines, hoteles…), pero también de venta, despacho, laboratorio, taller o almacén de productos (joyerías, farmacias, tiendas de objetos artísticos, sanitarios o de alimentación, etc.). En esta modalidad, el jurado tuvo en cuenta la fachada, el aparador y el interiorismo, que incluye la distribución de los espacios interiores, el mobiliario y la decoración. En el catálogo de premios, encontramos una lista exhaustiva de los locales modernistas más emblemáticos, especialmente de la segunda y tercera décadas del siglo XX; una decoración original e innovadora formaba parte de la estrategia e imagen comercial. Sin embargo, el premio no fue garantía de su conservación: los cambios de negocio y de moda pasaron por delante de los criterios conservacionistas. De la veintena larga de locales premiados, solo subsiste la Fonda España y otros dos establecimientos, parcialmente transformados.

En definitiva, estudiar la trayectoria del concurso nos permite conocer no solo la evolución de la arquitectura barcelonesa sino también cómo los arquitectos “piensan” la ciudad, en una época en que ésta experimenta un gran crecimiento. Después de un largo paréntesis, la creación, en el año 1958, de los premios FAD, supondrá en cierta manera la continuación del espíritu de aquel concurso hasta hoy, si bien la conservación de las tiendas históricas continúa siendo una asignatura pendiente de Barcelona, con la consiguiente pérdida de personalidad y de testimonios patrimoniales relevantes de la historia urbana.

Para mayor información:

OJUEL, Maria. El concurs municipal d’arquitectura i decoració de Barceclona (1899-1930). Matèria. Revista d’Art: Iconografies, 6-7, 2006-2007, p. 257-284. Disponible en:

http://www.raco.cat/index.php/Materia/article/viewFile/124167/172124

LÓPEZ, Fàtima y OJUEL, Maria. Les farmàcies de Barcelona premiades (1902-1930), L’Avenç, 347, junio de 2009, p. 50-55.

*Maria Ojuel Solsona es catedrática de Geografía e Historia en la enseñanza secundaria y colaboradora del GRACMON (Grup de Recerca en Història de l’Art i del Disseny Contemporanis) de la Universitat de Barcelona.

Un trauma de raíz: los efectos profundos de los desplazamientos urbanos

Stefano Portelli*

En un panorama en el qué las universidades de Estados Unidos se alinean cada vez más con las posiciones de su gobierno, es raro encontrar trabajos críticos como el libro Root Shock de la doctora Mindy Fullilove, psiquiatray profesora de Columbia University. Escrito cuatro años antes de la crisis financiaria, que en Estados Unidos dejó a decenas de miles de familias sin vivienda, es un texto divulgativo que concluye un largo recorrido investigativo en busca de los rastros de los barrios afroaméricanos demolidos por los proyectos de renovación urbana. Al centro está el problema del displacement: los desplazamientos forzados que empezaron con el Housing Act, ley federal de 1949 para la renovación urbana. Fullilove calcula que más de 1,600 barrios fueron demolidos en todo el país a partir de los años 50.

A caer fueron sobre todo los barrios que los afroaméricanos habían poblado a principios del siglo XX, con las grandes migraciones de las plantaciones del Sur a las metrópolis del Norte. A través de la construcción de redes de vecindario, del activismo social, de la religión, estas comunidades protagonizaron un proyecto de emancipación colectiva que permitió a muchas generaciones de superar los traumas de la esclavitud y de la opresión racista del siglo XIX. Si bien estigmatizados y considerados unos ghettos, estos barrios eran atravesados por un anhelo de libertad y justicia, las tensiones vitales que en los años 20 dieron orígen al jazz, y en los 50 estuvieron a la base del movimiento de los derechos civiles. Para entonces, sin embargo, ya se había planificado su destrucción: las excavadoras llegaron entre los años 1960 y 70, desplazando a cientos de miles de familias hacia la periferia.

Fullilove reconstruye decenas de las historias personales de los antiguos habitantes, en lugares como Roanoke, Pittsburgh, Newark. Para quién haya trabajado con desalojados, las voces de los afectados son sorprendentemente familiares: ‘Podían haber hecho cosas maravillosas con esos barrios – dice una mujer desplazada –. Pero nadie lo vió. Sólo veían unas barracas’. Otro hombre, que Fullilove transcribe en versos: ‘Cuatro o cinco de ellos murieron luchando / De infarto, diría / O de la depresión por lo que habían perdido.’ La grandeza de su trabajo es que, a partir del nivel psicológico, que domina profesionalmente, consigue alargar la visión hacia no sólo el nivel comunitario o social, sino incluso al nivel histórico, a la larga duración de los procesos de transformación urbana. La metáfora es la del ‘trauma de raíz’: una planta, trasplantada la primera vez, sobrevive, pero al segundo trasplante muere. Esta imágen se entiende poniendo en relación los efectos sobre las personas con la historia global del país.

Trabajando con realojados en Barcelona entendí que las demoliciones despertaban fantasmas del pasado: las casas derribadas recordaban los bombardeos de la guerra, los desalojos resonaban de la violencia de la dictadura; además, en esos barrios vivían muchos migrantes del Sur, que se habían adaptado con gran esfuerzo a la sociedad catalana. De forma parecida, en los ghettos demolidos de los afroaméricanos se interrumpió un proceso de emancipación que había empeñado ya a varias generaciones. No cayeron sólo unas viejas casas, sino una compleja trama geográfica, producto de un proceso histórico: espacios que sustentaban identidades individuales basadas en el reconocimiento colectivo del lugar fisico de cada uno, producto de la historia de cada familia.

Hoy, cuando la nueva ola de desalojos azota los barrios pobres de EEUU como los de Barcelona, Madrid o Atenas, es imprescindible construir una comprensión global de estos fenómenos y de sus efectos. Fullilove pone en relación el trauma del traslado con la explosión de violencia urbana de los 90, que empezó justamente en los barrios afroaméricanos de las periferias: así como en Europa, por ejemplo, las revueltas de Gezi Park en Istanbul explotaron de una reivindicación sobre el espacio urbano, en una ciudad dónde entre 2004 y 2010 hubo más de un millón de desalojos. Con la crisis, en EEUU se están expulsando, a parte de los afroaméricanas, un sinnúmero de dominicanos, salvadoreños, haitianos, gente que ya luchó para alcanzar el país y para ser aceptada. Grupos como City Life – Vida Urbanaen Boston cotidianamente trabajan para crear nuevos vínculos entre ellos, resistiendo colectivamente a los desalojos y socializando su sufrimiento. Estas luchas pueden producir una nueva comprensión de este fenómeno global, en ambos lados del Atlántico, para contrastar la falta de atención que se ha dado históricamente a los desplazamientos. Como dice un afectado de Roanoke, Virginia: ‘Nuestros paisajes se fueron / ninguna descripción de lo que ha pasado. / A nadie le importa, ahora que han conseguido su objetivo.’

Para mayor información: FULLILOVE, Mindy. Root Shock: How Tearing Up City Neighborhoods Hurts America, and What We Can Do About It. New York: Ballantine Books, 2004. 292 p. ISBN 0-345-45423-5

* Stefano Portelli es antropólogo cultural, trabaja en la Universidad La Sapienza de Roma, después de una larga permanencia en Barcelona, donde investigó por varios años en el barrio de las casas baratas de Bon Pastor. Es miembro del Instituto Catalán de Antropología (ICA), de la Red Internacional de Investigación y Acción Urbana (INURA), y de la Sociedad Italiana de Antropología Aplicada (SIAA). Actualmente es ‘visiting fellow’ en el Departamento de antropología de la Universidad de Harvard.

EL DURO ITINERARIO VITAL DE UN EMIGRANTE. LA ÚLTIMA CARRERA DE AQUILINO SOTO

Vicente Casals Costa*

La importancia del papel desempeñado por aquellos a los que se ha denominado “gentes sin historia” es fundamental para la preservación de la memoria colectiva. La Historia, en mayúsculas, no puede entenderse sin ellos; son en realidad la esencia de la que se nutre nuestro espíritu colectivo. Con mucha frecuencia, además, este acontecer vital se relaciona con los intensos procesos migratorios que en todos las épocas han protagonizado millones y millones de personas anónimas que han forjado su manera de ser por medio mundo. Auténticos cosmopolitas, a pesar suyo, que con no poca frecuencia han contribuido de forma relevante a moldear lo mejor de nuestra cultura popular.

El día 2 de septiembre falleció Aquilino Soto, ciudadano respetado y deportista popular de Sabadell. Nació cubano en 1926 al igual que tres de sus seis hermanos. Sus padres se habían desplazado a la isla antillana hacia 1914-1915, siguiendo la oleada migratoria que atrajo a numerosos habitantes de la comarca de el Bierzo (León, España) a trabajar en la próspera industria del azúcar. Ésta, había iniciado, sobre todo en la zona de Camagüey, un ciclo expansivo por aquellos años y que perduró hasta 1926, el año de nacimiento de Aquilino.

El estancamiento de la producción azucarera en la isla en torno a esta fecha debió inducir a sus padres a regresar a la Península Ibérica y se establecieron nuevamente en el hogar familiar, en la leonesa población de Vega de Valcarce, donde permaneció hasta los tres años, momento en que su familia se incorporó nuevamente al ciclo migratorio, como tantos otros bercianos, a la búsqueda de nuevas oportunidades económicas.

En esta ocasión el destino fue la pequeña ciudad de Montbard, en la Borgoña francesa, cuya actividad más importante giraba en torno a una gran empresa metalúrgica, popularmente conocida con el nombre de “Corps Creux”, especializada en la construcción de tuberías y cuya actividad continúa hasta el presente. Esta pequeña, pero importante ciudad, cuna del gran naturalista de la Ilustración Georges-Louis Leclerc, conde de Buffon, cuya huella le ha conferido carácter, marcó de manera muy profunda a Aquilino. Fueron los años de la inicial escolarización –hasta los nueve años– en la escuela pública de la ciudad, y de los atisbos de conciencia social. En 2011, a los 85 años de edad, realizó un viaje de una semana, junto con su hija María José y su nieto Joan, a Montbard. Reconoció perfectamente la ciudad de su niñez, la fábrica, el barrio de las casas para obreros en que residió, hoy totalmente renovado, el canal de Borgoña y su puerto, la escuela, así como alguna de las casas en las que su padre se reunía con sus compañeros de Partido Comunista.

[Figura]

Sin embargo, algunas dificultades aparecerán en el cielo de Montbard. En 1935 se formó el Front Populaire francés, que al siguiente año ganará las elecciones. Esto, para una familia militante de izquierda como la de Aquilino, debió ser una buena noticia… con resultados inesperados. El Front Populaire comenzó a impulsar una política en la que se insistía en determinados aspectos de carácter nacionalista, en especial en relación a los trabajadores extranjeros que fueron objeto de algunas limitaciones en sus actividades, sobre todo si eran de carácter político. Al parecer, el padre de Aquilino se vio en la tesitura de tener que optar, para poder continuar sin problemas en Francia, por acogerse a la nacionalidad francesa, cosa que no aceptó. Y de nuevo de vuelta al Bierzo.

El regreso a Vega de Valcarce en 1935 tuvo para la familia consecuencias graves. También en España triunfó el 1936 el Frente Popular a lo que le siguió, como es sobradamente conocido, el levantamiento faccioso encabezado por el general Franco. El Bierzo quedó pronto bajo control del ejército franquista. Uno de los hermanos mayores de Aquilino, Floreal, era un militante destacado de las Juventudes Socialistas Unificadas de aquella zona, y por tanto objetivo directo de los franquistas. Abandonó Vega en dirección a Asturias con la intención de incorporarse al ejército republicano. Nunca más se supo de él.

Luego, la guerra, la postguerra y la lucha por la supervivencia en condiciones difíciles. El Bierzo en los años cuarenta era, sin duda, un lugar extremadamente duro para un adolescente; más si su familia estaba marcada con el estigma de ser de izquierda, que dio lugar a situaciones duras y complicadas. Aquilino las vivió allá por 1943-1944, hacia el final de la Segunda Guerra Mundial, y llevan por nombre uno de los elementos de la tabla periódica: wolframio. El wolfram, como se le conocía por allá, es un mineral que en aquellos años desempeñaba un importante papel estratégico, pues se utilizaba para aumentar la resistencia de los cañones utilizados en la guerra, un proceso técnico dominado, sin embargo, solamente por el ejército alemán. Y en el Bierzo apareció wolframio en la cima de la Peña do Seo, una montaña situada en los aledaños del límite con Galicia.

Y el wolframio comenzó a ser extraído, inicialmente de forma furtiva; un tipo de minería que recordaba los procesos más descontrolados del Far West norteamericano. Organizados en cuadrillas, los mineros extraían el mineral superficial con el recurso del cartucho de dinamita y lo defendían a punta de pistola, una realidad de tintes surrealistas, más si atendemos a la situación y condiciones políticas bajo las que tuvo lugar. Raúl Guerra Garrido describió magistralmente este periodo en su novela El año del wolfram. Y ahí estaba Aquilino acarreando sobre sus hombros sacos del mineral hasta los puntos donde los traficantes lo hacían llegar a los alemanes (o a los aliados, si pagaban mejor).

Cuando años después en 1951, Aquilino y su familia retomaron el ciclo migratorio, ya con 25 años, llevará consigo un arraigado anticlericalismo y un profundo odio a la monetarización de las relaciones humanas. De nuevo buscarán un lugar que ofreciera oportunidades y creerán encontrarlo en Sabadell, la ciudad que Víctor Balaguer, a mediados del siglo XIX, bautizó como el “Manchester catalán”, y que en los años de 1950 lo era del muy franquista alcalde Marcet, de los fabricantes del textil, de las cuevas de las márgenes del río Ripoll. Cuando unos pocos años después se casó, estableció su hogar en el Sabadell del Sur, en el barrio de Campoamor.

Cuando contaba 62 años se aficionó a las carreras de atletismo, práctica que mantuvo hasta hace pocos años. No había practicado con anterioridad otro deporte ni tenía ninguna preparación especial, a no ser sus largas caminatas por las empinadas laderas de los montes bercianos o sus acarreos de mineral por las cuestas de la Peña do Seo. El atletismo, en el que obtuvo unos excelentes resultados dentro de su categoría, lo convirtió en un personaje muy popular en el mundo del deporte, sobre todo sabadellense. En cierta forma, correr ha sido una metáfora de su vida y una forma de liberación. Incluso su fallecimiento se ajustó a esta pauta que al fin le ha llevado a iniciar su última andadura hacia el infinito.

Aquilino Soto con su nieto Joan junto al Hôtel de Buffon, en Montbart, el 20 de abril de 2011. La residencia, levantada por el naturalista ilustrado en 1734, acogió en la década de 1930 la escuela pública, en la que Aquilino efectuó sus primeros estudios. Foto del autor.
Aquilino Soto con su nieto Joan junto al Hôtel de Buffon, en Montbart, el 20 de abril de 2011. La residencia, levantada por el naturalista ilustrado en 1734, acogió en la década de 1930 la escuela pública, en la que Aquilino efectuó sus primeros estudios. Foto del autor.

(*) Investigador de la Fundació Bosch i Gimpera, Universitat de Barcelona.

Para mayor información:

Paloma Arenós. Aquilino Soto (1926-2015). El yayo del atletismo, La Vanguardia, jueves 10 de septiembre de 2015, http://www.lavanguardia.com/obituarios/20150907/54435146270/aquilino-soto-yayo-atletismo-obituario.html