¿Hacia una nueva geografía de la música?

Justino Losada Gómez*

Actualmente comienzan a ser frecuentes las aproximaciones a la música desde la geografía anglosajona, de manera que se estudia el carácter territorial y espacial de las prácticas musicales tanto en una amplia variedad de escalas geográficas, como en una multiplicidad de contextos culturales e históricos. Pero contra todo pronóstico, se sigue tratando a la propia música de forma tangencial en los estudios geográficos. La música es tratada generalmente como excusa, como mero soporte de textos cantados como único vehículo de interacción social, olvidándose su valor y faceta como medio de comunicación en sí.

Este hecho ha excluido el importante y activo rol que ha tenido la música en el contexto cultural y en la configuración de espacios sociales e identitario. Por tanto, su papel es fundamental para entender la génesis de geografías culturales en relación a la creación de imaginarios morales de las diversas geografías del paisaje, y los conceptos de nación y ciudadanía.

Por ello, y entendiéndose necesaria una nueva metodología que estudie el valor intrínseco de la música como parte del imaginario artístico comunicativo, se propone una relación entre el análisis sintáctico y semántico que puede aplicarse a músicas con connotaciones geográficas –sean cantadas o no-. El objetivo es intentar fundamentar como su sonido ha tenido un importante y activo papel que desempeñar en la organización de los espacios sociales, políticos, o de filiación nacional.

La metodología se fundamenta en dos aspectos iniciales: la base fisiológica que relaciona el posible origen cognitivo troncal de la música y el lenguaje ya que ambos sistemas poseen redes neuronales comunes, y los aspectos antropológicos y comportamentales, que definen el control de la sintaxis permitiendo que toda creación antrópica acabe teniendo cierto significado para otros humanos. De este modo, se abre un canal de comunicación que permite el entendimiento musical entre emisor (compositor, intérprete) y el receptor (público).

Desde una formulación sintáctica podemos realizar esta aproximación a la música mediante la teoría de la Gestalt que ha visto cierto resurgir gracias al apoyo del software de análisis espectral que permite visualizar las características del sonido. Junto con los principios gestálticos y desde un punto de vista simbólico más complejo, la metodología se completa mediante el análisis semántico por medio de los tipos semióticos propuestos por el filósofo norteamericano Charles. S. Peirce, empleados en la musicología moderna, y que se pueden emplear igualmente en el estudio geográfico. Los tres tipos fundamentan el signo musical dividido y explicado en tres términos: iconos, que guardan relación representativa con su referente, indicios o índices, donde la representación muestra relación no arbitraria, siendo generalmente de causa y efecto con su objeto, y símbolos: en los que la relación entre lo representado y su objeto resulta arbitraria, y en la mayoría de los casos es una convención cultural. Los símbolos conforman así los nodos de significado más habituales, que desde nuestra perspectiva son generalmente los de mayor carga geográfica. De esta manera, el significado del símbolo musical cobra relevancia geográfica y sirve como puente entre la relación de los procesos cognitivos de adquisición de información, generación de conocimiento y creación de cultura mediante su puesta en valor y difusión compartida. De este modo, el gráfico adjunto muestra los pasos propuestos:

Modelo analítico de dos niveles (semiótico y semántico) propuesto
Modelo analítico de dos niveles (semiótico y semántico) propuesto

Bajo esta serie de criterios se ha propuesto entender la producción de geografías culturales de relativas a la música británica pastoralista entre 1880 y 1940 mediante el estudio de las obras On hearing the first cuckoo in spring, de Frederick Delius; Tintagel, de Arnold Bax y Five Variants on Dives and Lazarus de Ralph Vaughan Williams. Ello ha permitido comparar como el desarrollo del sinfonismo pastoralista británico fue paralelo al de la ciudad jardín, explicándose que pese a que ambas manifestaciones provenían de sectores enfrentados de la misma sociedad británica, estas partían de un tronco común: la mirada al ideal de vida rural como contrapunto a la ciudad inglesa de la segunda revolución industrial con la finalidad de crear sentimiento identitario nacional.

Igualmente se ha aplicado la misma metodología para comprender la evocación de la Roma imperial mediante las obras sinfónicas Fontane di Roma y Pini di Roma de Ottorino Respighi, y como esta cambia con el tiempo, desde la perspectiva actual a la del compositor, contextualizando momentos históricos que han definido los diversos imaginarios tanto de la ciudad de Roma como del Imperio Romano: el de nuestro tiempo, el de Respighi y el del contexto del fascismo italiano.

Para mayor información:

LOSADA, Justino. El modelo de ciudad jardín y el sinfonismo pastoralista inglés: dos productos de la misma utopía. <http://www.ub.edu/geocrit/xiv-coloquio/JustinoLosada.pdf>En BENACH, Nuria; ZAAR, Miriam Hermi; VASCONCELOS P. JUNIOR, Magno (eds.). Actas del XIV Coloquio Internacional de Geocrítica: Las utopías y la construcción de la sociedad del futuro. Barcelona: Universidad de Barcelona, 2016, <http://www.ub.edu/geocrit/xiv-coloquio/xiv-coloquio-portada.htm>

LOSADA, Justino. La representación geográfico-musical de Roma mediante las obras de Ottorino Respighi, en SIMEONOVA, Velislava; SANTASUSAGNA, Albert; LOSADA, Justino; YAÑEZ, Sandra (eds.) EJIG Conference Proceedings (Encuentro de Jóvenes Investigadores en Geografía y Estudios del Territorio) Barcelona, 2015 pp: 209-222. <https://issuu.com/ejig2014/docs/actas_ejig_2014/209>

*Justino Losada Gómez es geógrafo.