Motivación personal y profesional para publicar “La palabra y el poder”

Mercedes Vilanova, catedrática emérita de la UB

La palabra y el poder es un libro que he escrito por la necesidad que he sentido de rememorar y es, a la vez, un residuo y un balance. Es un balance porque con él pretendo abandonar cuanto he sido y tenido y lo he pensado como un umbral que no permite la vuelta atrás. Lo he escrito con la ilusión de que esta decisión tan drástica que pretende romper las cadenas que me atan al pasado, me implique en otra aventura. Otra fibra, de este texto, ha sido mi intento de zanjar cualquier cuestión pendiente personal o profesional, ha sido, pues, una manera de limpiar mi memoria, de limar mi experiencia y el residuo que me queda espero poderlo y saberlo reciclar. La tercera fibra de este libro ha sido un intento de saldar el daño hecho o recibido; para reparar, en la medida de lo posible, algunas heridas; por este está escrito con agradecimiento por lo descubierto y compartido con tantos colegas, discípulos y amigos.

Si el municipio de L’Escala es, para mí, un centro afectivo, profesional y marinero, Barcelona es el núcleo y la pasión de mi vida; seguramente porque supe muy pronto – desde que di la vuelta al mundo sola a los dieciocho años – que si no era feliz en mi ciudad, no lo sería en otro lugar. Quizá, por aquel autobús rojo de dos pisos, que aparece una y otra vez en el libro, un autobús mágico que en la década de 1940 subía por la calle Balmes y me llevaba al colegio donde me encontraba con esas “niñas”, con las que hemos envejecido juntas y que representan el tesoro de una infancia compartida.

El libro lo he ordenado en tres partes que resumiré brevísimamente. En la tercera rescato a Basilisa Mira Azorín, madre de Pasqual Maragall que, como tantas mujeres, no ha sido tenida en cuenta por la historia escrita y también porque con Esther Tusquets quisimos dar a conocer el material que suprimieron o tergiversaron de nuestro libro Pasqual Maragall, el hombre y el político1. Esta biografía fue guillotinada por cuestiones económicas y, para ocultar que traicionaron al único hombre que ha sido alcalde de Barcelona y Presidente de la Generalitat. Cuando el maligno silencia nuestras palabras esconde la verdad que ellas representan. El desarrollo de un método para analizar la censura es una aportación que ayuda a escribir la historia reciente de Catalunya y que desarrollo en el epígrafe titulado “El tapiz de Walter Benjamin”.

La parte central titulada “el poder de lo escrito” aborda relatos de La Escala y de Barcelona durante los años treinta del siglo pasado y concluye que la revolución arcosindicalista no fue posible por el difícil reparto de la propiedad. “He buscado – escribo en la página 12 – sentimientos de largo recorrido que he creído encontrar en la manera de experimentar la propiedad de las cosas y también de las personas”. La propiedad es uno de los pivotes decisivos sobre el que nos movemos personal y colectivamente, en torno a ella viven clanes, tribus y familias; también el mundo de las ideas y de la ciencia, en la academia o en la universidad”.

En parte, este libro lo he escrito como un ejercicio de libertad personal, para construir puentes que me liberen y, también, puentes que me unan a los posibles lectores, pues nuestra memoria se actualiza gracias al diálogo con otras personas o, con nosotros mismos: y eso más allá de la maternidad, de la experiencia conyugal, de la amistad o del amor, de la profesión o del mar, o sencillamente, de la vida. Por este motivo inicio el libro con una cita de Basi Mira cuando se pregunta: “¿hasta cuándo oiremos sus voces, hasta cuando las nuestras les llegarán?” Y haciéndome eco de este interrogante dedico este libro a mis nietos y me hago eco de las palabras de Basi con el deseo de que mi voz les llegue y llegue a los lectores, pero sobre todo con el deseo de oíros y escucharos in saecula saeculorum.

Este libro puede empezar a leerse, claro está, por el principio que se titula “imágenes de experiencias”. En estas primeras páginas apunto que, la memoria “feliz”, tal vez pueda ser una experiencia trabajada y rumiada, ya que en nosotros anida un espacio donde descansar, un océano, un abismo, un olvido de reserva que es el que exploran, precisamente, las fuentes orales y, por eso, es tan importante la historia que se escribe con ellas: ya que historia, historia, solo lo es la que es escrita. Rememorar a través de las entrevistas es una forma completa de ser, porque es una manera de alcanzar la plenitud, hacerlo con valentía y generosidad permite “superar” cualquier queja o lamento, prescindir de cualquier sufrimiento y afrontar con elegancia el impacto de nuestra extinción personal.

En algunos párrafos del epílogo, resuena todo el libro, especialmente cuando expreso algunos deseos de esta hora tardía de la vida: “Quisiera devolverle al mar lo que me ha dado; quisiera volver a entrevistar a las mayorías invisibles y analfabetas que componen el Atlas electoral de la segunda república en Catalunya2; quisiera volver a viajar en aquel autobús rojo de dos pisos que me llevaba al centro de la ciudad para encontrar al hijo de la mujer que conocí en un barco que nos llevó a Grecia.

Mercedes Vilanova, catedrática emérita de la UB

1 Esther Tusquets y Mercedes Vilanova, Pasqual Maragall. El hombre y el político, Ediciones B, 2018

2 Mercedes Vilanova, Atles electoral de la segona república, circumscripcions, comarques i municipis, edició bilingüe català-castellà, Enciclopèdia Catalana, 2005, vol 1. El segon volum dedicat nomes a Barcelona ciutat subratlla la col·laboració de Ramon Grau, el seu títol és Atles electoral de la segona república a Catalunya. Barcelona ciutat, edició bilingüe català-castellà, Enciclopèdia Catalana, 2006, vol 2. Tots dos volums de l’Atles es poden consultar al Dipòsit Digital de la UB: http://diposit.ub.edu/dspace/handle/2445/97491.

1 La primera versión de este libro se publicó en catalán con el título La paraula i el poder. El mar, l’Escala, Pasqual Maragall, Centre Esportiu i Recreatiu l’Escala (CER) en colaboración con el Centre de Documentació i Recerca Històrica de L’Escala (CEDRHE), 2016. En castellano se han publicado revisado y ampliado con el título La palabra y el poder. L’Escala, Anarquismo, Pasqual Maragall octubre de 2016 y una segunda edición en diciembre de 2016.

El problema de la ciencia española a través de la bibliografía apícola

José María de Jaime Lorén

Analizando la producción bibliográfica en España de textos apícolas, vemos que cuantitativa y cualitativamente el año 1621, el de la muerte de Felipe III y el de la publicación de la obra apícola de Jaime Gil, supone un antes y un después en la historia de nuestra apicultura y, pensamos, en la de la ciencia española.

Efectivamente, si hasta ese año los tratadistas hispanos de asuntos colmeneros se hallan en la vanguardia europea de los conocimientos y llevan a la imprenta obras de notable originalidad, a partir de entonces se produce una crisis de tal calibre que no se publica ni una sola obra apícola durante todo el resto del siglo XVII. Y, cuando tímidamente se reactiva la actividad editorial a lo largo del siglo XVIII, se hace con obras menores y escasamente originales que a menudo son meras traducciones de otras francesas. El cambio de paradigma que se produce en España en torno al año 1621 es, por lo tanto, espectacular, lo mismo en el terreno de los conocimientos de la biología de la abeja como en el de la explotación de las colmenas. Y, creemos, el análisis bibliométrico de la producción de textos apícolas puede sernos útil para ahondar en el conocimiento de lo que se ha dado en llamar el problema de la ciencia española.

Con estos antecedentes, nos hemos planteado la hipótesis de confirmar o de desmentir si en el campo de la apicultura se producía a la altura de 1621 el cambio de paradigma antes citado. Es decir, si los conocimientos apícolas de nuestros tratadistas de asuntos colmeneros reflejados a través de sus publicaciones, muestran también la crisis general de conocimientos que se produce en España en otros ámbitos del saber, tal como denunciaban Cabriada y el resto de novatores a finales del siglo XVII, o los ambientes ilustrados de la centuria siguiente.

Bibliometría apícola

Para comprobar la hipótesis, hemos recogido y analizado toda la extensa bibliografía utilizada en las investigaciones que nos han permitido sacar a la luz los tres volúmenes de nuestra Historia de la apicultura española, desde la antigüedad hasta 1975. Se trata de una importante colección que hoy alcanza casi los 1.500 documentos (aunque en nuestros análisis biliométricos hemos usado 1.232). Para hacernos una idea de su carácter exhaustivo, cabe señalar que la bibliografía histórico-apícola de la gran especialista británica Eva Crane contiene 2.129 ítems, pero considerando que su obra es de ámbito universal. De hecho, referidas en exclusiva a lo que podemos llamar apicultura hispánica, periodo colonial incluido, la cifra desciende a apenas 150 referencias bibliográficas, algo más de la décima parte de la lograda en nuestras pesquisas.

Aunque la mayor parte son textos escritos por autores hispanos (867 items, 72’12 %), es también muy importante la presencia de autores extranjeros, entre los que destacan los franceses (115, con diferencia los autores más influentes en nuestra apicultura), británicos (62), norteamericanos (57), alemanes (20, a pesar de la barrera idiomática), portugueses (18), mejicanos (16), italianos (13), griegos (10, casi todos del periodo clásico), suizos (9, influye asimismo la cuestión de los idiomas), argentinos (6), brasileños (5), egipcios (4) y ya con dos o una referencia casi dos docenas de autores de otros países.

De toda esta bibliografía, hemos estudiado los documentos científicos y técnicos y los hemos clasificado por periodos históricos. Nos hemos fijado especialmente en aquellos de autores españoles comprendidos entre el Renacimiento y el Barroco, para ver la cantidad y la calidad intrínseca de los documentos, comparados con los saberes apícolas que por entonces circulaban en el resto de Europa. Para así, de esta forma, poder apreciar si, efectivamente, se produce el cambio de paradigma aventurado en nuestra hipótesis.

Centrándonos en los dos periodos que queremos comparar, vemos que en el Renacimiento (desde el descubrimiento de América hasta la muerte de Felipe III) los españoles redactan 20 textos de contenido apícola, mientras que en el Barroco (desde 1492 hasta el final de la guerra de Sucesión) componen 30.

Sin embargo, la gran diferencia que se da entre los periodos renacentista y barroco en España en cuanto a la producción de literatura apícola no afecta tanto a los aspectos cuantitativos, ya hemos dicho que el aumento no es muy significativo, como a los cualitativos.

Efectivamente, durante los años de la llamada hegemonía española (1492 a 1621) vamos a encontrar autores apícolas de la talla de Gabriel Alonso de Herrera, Fr. Luis de Granada, Luis Méndez de Torres, Jerónimo Cortes, Miquel Agustí y Jaime Gil, con obras de gran originalidad que se llevan a la imprenta, junto a Alonso de la Fuente Montalbán que nos deja un manuscrito inédito pero de gran interés. Mientras tanto, en el periodo siguiente apenas nos vamos a encontrar con unos pocos manuscritos en absoluto originales que componen autores menores en comparación con los anteriores, como Fr. Francisco de la Cruz, Fr. Toribio de Pumarada y algún otro anónimo, y ninguna obra impresa de apicultura.

Con la excepción de Gabriel Alonso de Herrera, cuya obra agrícola aparece en los comienzos del periodo, en 1513, los otros tres autores la dan a luz cuando el mismo se halla ya bastante avanzado, concretamente en los años 1586, 1594 y 1621. Es decir poco antes de que acceda al trono Felipe III y el mismo año de su muerte.

A pesar de que aumenta en el Barroco el número de textos apícolas escritos por nuestros tratadistas, en su mayor parte se trata de crónicas que llegan de América, sin interés para nuestro estudio pues nunca hablan de Apis mellifera, o de textos breves y de escasa calidad científica. Hasta tal punto son pobres de contenidos, que ninguno de ellos, repetimos, ninguno, mereció ser llevado a la imprenta y quedaron todos manuscritos.

GIL, J. (2002): Perfecta y curiosa declaración de los provechos grandes, que dan las colmenas bien administradas y alabanças de las abejas. Ed. J.M. de Jaime Lorén; J. de Jaime Gómez. Zaragoza, Diputación provincial, 571 p.

José María de Jaime Lorén. Universidad CEU Cardenal Herrera (Valencia, España)

  • EN 1621, SE PRODUCE EN ESPAÑA UN BRUSCO CAMBIO DE PARADIGMA. EN POCO TIEMPO PASAMOS DE ESTAR EN LA VANGUARDIA DEL SABER APÍCOLA EUROPEO A NO REALIZAR APORTACIÓN ALGUNA DE INTERÉS DURANTE MÁS DE UN SIGLO.
  • DESDE 1513 HASTA 1621, NOS ENCONTRAMOS EN ESPAÑA CON ALGUNOS DE LOS MEJORES TRATADISTAS EUROPEOS DE ASUNTOS COLMENEROS, ESPECIALMENTE LUIS MÉNDEZ DE TORRES Y JAIME GIL.
  • DESDE 1621 HASTA BIEN ENTRADO EL SIGLO XVIII NO SE PUBLICA EN ESPAÑA NI UN SOLO LIBRO DE TEMA APÍCOLA, Y LOS ESCASOS TEXTOS MANUSCRITOS QUE SE ESCRIBEN MUESTRAN UN NIVEL DE CONOCIMIENTOS MUY POBRE.
  • ANALIZANDO LA PRODUCCIÓN BIBLIOGRÁFICA APÍCOLA EN ESPAÑA, COMPROBAMOS QUE NUESTRA CRISIS CIENTÍFICA ARRANCA EN 1621. DESDE ENTONCES SE SUMIRÁ EN UN BACHE DEL QUE TODAVÍA NO HEMOS SALIDO.

JAIME GÓMEZ, J. DE; JAIME LORÉN, J.M. DE (2001): Historia de la apicultura española, 1. Desde los orígenes hasta 1492. Calamocha, 338 p.

JAIME LORÉN, J.M. DE; JAIME GÓMEZ, J. DE (2002): Historia de la apicultura española, 2. Desde 1492 hasta 1808. Calamocha, 455 p.

JAIME LORÉN, J.M. DE; JAIME GÓMEZ, J. DE (2013): Historia de la apicultura española, 3. Desde 1808 hasta 1975. Calamocha, 616 p.

CRANE, E. (1994): Beekeeping in the world and honey hunting. Duckworth, 682 p.

Nuevas aportaciones a la iconografía hispánica del darwinismo

15 de mayo, 2016 by F. Xavier Vall Solaz

Se ha producido un auge del estudio de las representaciones visuales de la ciencia, no solamente como productos artísticos o soportes gráficos, sino como medios de proyección cultural y social, en los que se combinan arte, ciencia, filosofía, literatura… Contrastando con otros países, particularmente la Gran Bretaña, la iconografía darwinista y antidarwinista hispánica a pesar de algunas aportaciones, entre las que destacan las de A. Gomis y J. Josa, aún se ha desarrollado poco. Primordialmente en el curso de otras investigaciones, he ido encontrando diversas muestras, la mayoría desconocidas, creadas o reproducidas durante el siglo xix en Cataluña, particularmente en Barcelona, o en una revista editada por emigrantes catalanes en los Estados Unidos, La Llumanera de Nova York.

Los tratamientos del tema responden a representaciones habituales de la naturaleza, del pasado o de la ciencia.

Abundan imágenes relativas al darwinismo en varios formatos: una escultura presentada en la Exposición Universal de 1888, publicaciones periódicas (generales, culturales, humorísticas…), libros originales o traducidos (científicos, divulgativos, literarios…), la decoración de la Biblioteca Pública Arús, álbumes artísticos, fotografías, etiquetas comerciales…

A partir de la documentación del Archivo Histórico de la Oficina Nacional de Patentes y Marcas, de Madrid, se precisan los orígenes de la tan controvertida etiqueta de Anís del Mono, que, a pesar de que lleva la fecha de 1870, fue registrada en 1878, cuando las polémicas en torno del darwinismo eran especialmente candentes. Aunque a menudo la imagen se ha interpretado como antidarwinista, la empresa, además de no tener inconveniente en anunciar su producto en publicaciones predominantemente darwinistas, donó botellas del mismo a una tómbola benéfica del Ateneo Libre de Cataluña, fundado aquel año como reacción a la prohibición de conferencias positivistas y darwinistas en el Ateneo Barcelonés.

Apel·les Mestres, Llibre Vert, vol. 2, imagen 35. Arxiu Històric de la Ciutat de Barcelona, Departamento de Gráficos, 15467-15468.
Apel·les Mestres, Llibre Vert, vol. 2, imagen 35. Arxiu Històric de la Ciutat de Barcelona, Departamento de Gráficos, 15467-15468.

Además de reproducirse imágenes propiamente darwinistas de Haeckel, R. Loewenstein y H. Montford, se presentan como tales otras el «hombre fósil» imaginado por el escritor P. Boitard y dibujado por J. C. Susemihl, las analogías de S. Schack entre fisonomías humanas y animales y la escena de los monos jugando al billar de P. F. Meyerheim,). Por otra parte, crean representaciones propias, si bien a veces inspirándose en las extranjeras, artistas hispánicos y, en especial, catalanes: J. L. Pellicer, J. Bastinos, A. Maestros, M. Foix Prats, J. de Pasos, F. Badillo Rodrigo, J. Serra Pausas, F. Gómez Soler, J. Costa Ferrer, M. Camón Torra… A pesar de que predominan las ilustraciones darwinistas y sus autores son más famosos, no faltan otras de signo contrario.

mientras que los darwinistas integran el hombre en la naturaleza, los antidarwinistas muestran como degradante el parentesco animal.

Los tratamientos del tema responden a representaciones habituales de la naturaleza, del pasado o de la ciencia: las secuencias evolutivas (incluyendo la búsqueda de los ancestros), a veces parodiadas, la animalización del hombre (a menudo como simio), la humanización de los animales (particularmente de los primates) y la mitificación del científico (sobre todo Darwin). Mientras que los darwinistas integran el hombre en la naturaleza, los antidarwinistas muestran como degradante el parentesco animal.

Para mayor información:

VALL I SOLAZ, Francesc Xavier. Representacions visuals catalanes del darwinisme durant el segle xix. Actes d’Història de la Ciència i de la Tècnica. Barcelona: Societat Catalana d’Història de la Ciència i de la Tècnica (Institut d’Estudis Catalans), 2015, vol. 8, p. 85-136. <http://revistes.iec.cat/index.php/AHCT> (revista) y <http://revistes.iec.cat/index.php/AHCT/article/view/140801> (artículo).

F. Xavier Vall Solaz es miembro del Departament de Filologia Catalana de la Universitat Autònoma de Barcelona y del Centre d’Història de la Ciència (CEHIC). El artículo se inscribe en el proyecto HAR2012-36204-C02-02.

¿Es autónoma la Ciencia?

“La crisis que se plantea hoy en la sociedad y que afecta a todos los estratos culturales ¿requiere una ruptura radical con la continuidad que hasta ahora se viene dando?” Así comenzaba Serguei Kara-Murza, Catedrático de Historia de la Ciencia y de la Tecnología, doctor en Ciencias Químicas y miembro de la Academia de Ciencias de Moscú, su primera clase en un curso sobre Filosofía de la Ciencia en la Universidad de Zaragoza en el año académico 94/95. Por aquel entonces realizaba el investigador ruso una estancia en la capital aragonesa, aunque ya en años anteriores había sido invitado en diferentes ámbitos universitarios en España. De esas fechas datan ya algunos de los artículos que publicó junto con el prematuramente fallecido Mariano Hormigón, matemático e historiador de la Ciencia, al que también es justo recordar desde estas líneas por la inmensa labor que, junto con otros pioneros, realizó en el desarrollo de la Historia de la Ciencia en España. Por cierto, que subrayar la importancia de la Historia y de la Filosofía de la Ciencia en los planes de estudio universitarios y en los demás niveles académicos es propuesta que se deriva del núcleo de este artículo en el que, a la luz del pensamiento de Serguei Kara-Murza, se reclama en definitiva la unidad del saber. El conocimiento de la Historia y la Filosofía, así como de las instituciones, es tarea imprescindible para una mejor comprensión del momento presente.

Pues bien, la inequívoca respuesta de Kara-Murza a la pregunta que inicia esta reflexión puede resumirse como sigue: si se quiere evitar el desplome en las relaciones económicas, políticas, ambientales, sociales, habrá que romper definitivamente con ciertos postulados de la Modernidad y, en particular, habrá que recuperar la unidad del conocimiento y la adecuada relación entre la Ciencia y sus alrededores – valores y tradiciones, ética y estética – alejándose del cuestionado pero aún imperante modelo antropológico mecanicista que concibe al hombre como desarraigado de la naturaleza; y deberá recuperarse a la vez la unidad entre los conceptos de libertad y responsabilidad.

Tras la propuesta karamurzana se escuchan ecos de científicos, filósofos, economistas y pensadores diversos que han reaccionado frente a la Modernidad incluso desde posturas antagónicas. Kara-Murza, buen conocedor de la Historia de Occidente, se une desde su perspectiva rusa a la crítica de la razón moderna, denunciando que todavía hoy demasiadas estructuras siguen basadas en un caduco modelo supuestamente avalado por la Ciencia, cuando la realidad es que ni la Ciencia actual es la del siglo XVII ni tampoco el modo de comprender la relación con su entorno.

Lo interdisciplinar, lo complejo, lo cooperativo, los conceptos de redes e interconexión son realidades que van sustituyendo viejas ideas mecanicistas. Pero esta visión cosmista – que pensadores rusos como Vernadsky promovieron ya hace un siglo – apenas existe hoy en occidente donde más bien perviven los dualismos que establecen arbitrariamente fronteras entre hombre y mundo, ser y deber, ciencia y valores, razón y corazón, yo y mi cuerpo…

Indudablemente, la racionalidad autónoma derivó en el magnífico desarrollo científico y tecnológico que trajo la Modernidad, pero esa autonomía necesaria entre la Ciencia y otras instancias del conocimiento, extrapolada y radicalizada, condujo a una cierta mutilación de la razón al confundirse su autonomía con su aislamiento. Y así, la razón entendida como sola razón científica produjo los monstruos de las sociedades tecnomorfas – marxistas o capitalistas – denunciadas por tantos. Resulta indiscutible que la alternativa a la Ciencia autónoma propia de la Modernidad – Ciencia aislada de sus alrededores – no puede ser la Ciencia bajo censura propia de los totalitarismos; pero, afortunadamente, éstas no son las únicas respuestas.

Tal vez, inspirado en el famoso grabado de Goya a su paso por Zaragoza, afirmó Kara-Murza que “el sueño de la razón produce monstruos pero el sueño del corazón también”, preguntándose si pueden realmente el corazón y la razón ser autónomos, a lo que responde que el verdadero progreso sólo será posible si se vuelven a tender los puentes que se derribaron, paradójicamente, en aras del progreso. La Ciencia y la Ética no pueden separarse, como tampoco la razón y el corazón. Y el ser humano se rebela reclamando el reconocimiento de su puesto – ni desarraigado de la naturaleza de la que forma parte, ni reducido a la condición de pieza en el engranaje de los totalitarismos mercantilistas, ni reducido tampoco a sistema bioquímico desligado de lo cultural – que será clave imprescindible para asumir, en el día a día y en el curso de la Historia, el binomio libertad-responsabilidad.

Sirvan pues estas líneas para invitar a la discusión sobre la propuesta de construir una nueva autonomía de la Ciencia en intrínseca y armónica unidad con la Ética, restaurando a la vez los mejores valores de la Modernidad.

Dos ideas destacadas

Lo interdisciplinar, lo complejo, lo cooperativo, los conceptos de redes e interconexión son realidades que van sustituyendo viejas ideas mecanicistas

La alternativa a la Ciencia autónoma propia de la Modernidad – Ciencia aislada de sus alrededores – no puede ser la Ciencia bajo censura propia de los totalitarismos; pero, afortunadamente, éstas no son las únicas respuestas

Para mayor información:

PELACHO, M.T. Otra autonomía de la Ciencia. Reflexiones a la luz del pensamiento de Serguei Kara-murzá. Naturaleza y Libertad. Revista de Estudios Interdisciplinares, 2014, Vol.4, p.157-187

MªTeresa Pelacho López es Licenciada en Física y profesora de Enseñanzas Medias en Zaragoza

Pie de ilustración: El sueño de la razón produce monstruos.1799