El problema de la ciencia española a través de la bibliografía apícola

José María de Jaime Lorén

Analizando la producción bibliográfica en España de textos apícolas, vemos que cuantitativa y cualitativamente el año 1621, el de la muerte de Felipe III y el de la publicación de la obra apícola de Jaime Gil, supone un antes y un después en la historia de nuestra apicultura y, pensamos, en la de la ciencia española.

Efectivamente, si hasta ese año los tratadistas hispanos de asuntos colmeneros se hallan en la vanguardia europea de los conocimientos y llevan a la imprenta obras de notable originalidad, a partir de entonces se produce una crisis de tal calibre que no se publica ni una sola obra apícola durante todo el resto del siglo XVII. Y, cuando tímidamente se reactiva la actividad editorial a lo largo del siglo XVIII, se hace con obras menores y escasamente originales que a menudo son meras traducciones de otras francesas. El cambio de paradigma que se produce en España en torno al año 1621 es, por lo tanto, espectacular, lo mismo en el terreno de los conocimientos de la biología de la abeja como en el de la explotación de las colmenas. Y, creemos, el análisis bibliométrico de la producción de textos apícolas puede sernos útil para ahondar en el conocimiento de lo que se ha dado en llamar el problema de la ciencia española.

Con estos antecedentes, nos hemos planteado la hipótesis de confirmar o de desmentir si en el campo de la apicultura se producía a la altura de 1621 el cambio de paradigma antes citado. Es decir, si los conocimientos apícolas de nuestros tratadistas de asuntos colmeneros reflejados a través de sus publicaciones, muestran también la crisis general de conocimientos que se produce en España en otros ámbitos del saber, tal como denunciaban Cabriada y el resto de novatores a finales del siglo XVII, o los ambientes ilustrados de la centuria siguiente.

Bibliometría apícola

Para comprobar la hipótesis, hemos recogido y analizado toda la extensa bibliografía utilizada en las investigaciones que nos han permitido sacar a la luz los tres volúmenes de nuestra Historia de la apicultura española, desde la antigüedad hasta 1975. Se trata de una importante colección que hoy alcanza casi los 1.500 documentos (aunque en nuestros análisis biliométricos hemos usado 1.232). Para hacernos una idea de su carácter exhaustivo, cabe señalar que la bibliografía histórico-apícola de la gran especialista británica Eva Crane contiene 2.129 ítems, pero considerando que su obra es de ámbito universal. De hecho, referidas en exclusiva a lo que podemos llamar apicultura hispánica, periodo colonial incluido, la cifra desciende a apenas 150 referencias bibliográficas, algo más de la décima parte de la lograda en nuestras pesquisas.

Aunque la mayor parte son textos escritos por autores hispanos (867 items, 72’12 %), es también muy importante la presencia de autores extranjeros, entre los que destacan los franceses (115, con diferencia los autores más influentes en nuestra apicultura), británicos (62), norteamericanos (57), alemanes (20, a pesar de la barrera idiomática), portugueses (18), mejicanos (16), italianos (13), griegos (10, casi todos del periodo clásico), suizos (9, influye asimismo la cuestión de los idiomas), argentinos (6), brasileños (5), egipcios (4) y ya con dos o una referencia casi dos docenas de autores de otros países.

De toda esta bibliografía, hemos estudiado los documentos científicos y técnicos y los hemos clasificado por periodos históricos. Nos hemos fijado especialmente en aquellos de autores españoles comprendidos entre el Renacimiento y el Barroco, para ver la cantidad y la calidad intrínseca de los documentos, comparados con los saberes apícolas que por entonces circulaban en el resto de Europa. Para así, de esta forma, poder apreciar si, efectivamente, se produce el cambio de paradigma aventurado en nuestra hipótesis.

Centrándonos en los dos periodos que queremos comparar, vemos que en el Renacimiento (desde el descubrimiento de América hasta la muerte de Felipe III) los españoles redactan 20 textos de contenido apícola, mientras que en el Barroco (desde 1492 hasta el final de la guerra de Sucesión) componen 30.

Sin embargo, la gran diferencia que se da entre los periodos renacentista y barroco en España en cuanto a la producción de literatura apícola no afecta tanto a los aspectos cuantitativos, ya hemos dicho que el aumento no es muy significativo, como a los cualitativos.

Efectivamente, durante los años de la llamada hegemonía española (1492 a 1621) vamos a encontrar autores apícolas de la talla de Gabriel Alonso de Herrera, Fr. Luis de Granada, Luis Méndez de Torres, Jerónimo Cortes, Miquel Agustí y Jaime Gil, con obras de gran originalidad que se llevan a la imprenta, junto a Alonso de la Fuente Montalbán que nos deja un manuscrito inédito pero de gran interés. Mientras tanto, en el periodo siguiente apenas nos vamos a encontrar con unos pocos manuscritos en absoluto originales que componen autores menores en comparación con los anteriores, como Fr. Francisco de la Cruz, Fr. Toribio de Pumarada y algún otro anónimo, y ninguna obra impresa de apicultura.

Con la excepción de Gabriel Alonso de Herrera, cuya obra agrícola aparece en los comienzos del periodo, en 1513, los otros tres autores la dan a luz cuando el mismo se halla ya bastante avanzado, concretamente en los años 1586, 1594 y 1621. Es decir poco antes de que acceda al trono Felipe III y el mismo año de su muerte.

A pesar de que aumenta en el Barroco el número de textos apícolas escritos por nuestros tratadistas, en su mayor parte se trata de crónicas que llegan de América, sin interés para nuestro estudio pues nunca hablan de Apis mellifera, o de textos breves y de escasa calidad científica. Hasta tal punto son pobres de contenidos, que ninguno de ellos, repetimos, ninguno, mereció ser llevado a la imprenta y quedaron todos manuscritos.

GIL, J. (2002): Perfecta y curiosa declaración de los provechos grandes, que dan las colmenas bien administradas y alabanças de las abejas. Ed. J.M. de Jaime Lorén; J. de Jaime Gómez. Zaragoza, Diputación provincial, 571 p.

José María de Jaime Lorén. Universidad CEU Cardenal Herrera (Valencia, España)

  • EN 1621, SE PRODUCE EN ESPAÑA UN BRUSCO CAMBIO DE PARADIGMA. EN POCO TIEMPO PASAMOS DE ESTAR EN LA VANGUARDIA DEL SABER APÍCOLA EUROPEO A NO REALIZAR APORTACIÓN ALGUNA DE INTERÉS DURANTE MÁS DE UN SIGLO.
  • DESDE 1513 HASTA 1621, NOS ENCONTRAMOS EN ESPAÑA CON ALGUNOS DE LOS MEJORES TRATADISTAS EUROPEOS DE ASUNTOS COLMENEROS, ESPECIALMENTE LUIS MÉNDEZ DE TORRES Y JAIME GIL.
  • DESDE 1621 HASTA BIEN ENTRADO EL SIGLO XVIII NO SE PUBLICA EN ESPAÑA NI UN SOLO LIBRO DE TEMA APÍCOLA, Y LOS ESCASOS TEXTOS MANUSCRITOS QUE SE ESCRIBEN MUESTRAN UN NIVEL DE CONOCIMIENTOS MUY POBRE.
  • ANALIZANDO LA PRODUCCIÓN BIBLIOGRÁFICA APÍCOLA EN ESPAÑA, COMPROBAMOS QUE NUESTRA CRISIS CIENTÍFICA ARRANCA EN 1621. DESDE ENTONCES SE SUMIRÁ EN UN BACHE DEL QUE TODAVÍA NO HEMOS SALIDO.

JAIME GÓMEZ, J. DE; JAIME LORÉN, J.M. DE (2001): Historia de la apicultura española, 1. Desde los orígenes hasta 1492. Calamocha, 338 p.

JAIME LORÉN, J.M. DE; JAIME GÓMEZ, J. DE (2002): Historia de la apicultura española, 2. Desde 1492 hasta 1808. Calamocha, 455 p.

JAIME LORÉN, J.M. DE; JAIME GÓMEZ, J. DE (2013): Historia de la apicultura española, 3. Desde 1808 hasta 1975. Calamocha, 616 p.

CRANE, E. (1994): Beekeeping in the world and honey hunting. Duckworth, 682 p.