Patrimonio y paisaje en España y Portugal. De lo singular a lo territorial

Mª Isabel Martín Jiménez

La protección y conservación del patrimonio se hace, en un principio, a título individual y en relación con el arte, la naturaleza o la historia; es el monumento o el parque natural “per se”. Al valor singular se añaden pronto otras consideraciones y se van incorporando aspectos culturales hasta llegar al paisaje y al patrimonio territorial. En la actualidad, el patrimonio se asocia con la interacción entre el grupo humano y la naturaleza en un espacio determinado a lo largo del tiempo; es pues un “palimpsesto” que conserva las huellas de generaciones anteriores y sobre él ponemos nuevas letras que lo convierten en un recurso para el desarrollo territorial.

El patrimonio en las recomendaciones internacionales

De manera muy sintética podemos decir que se pasa del monumento al monumento histórico, del monumento histórico al conjunto histórico, y de ahí al patrimonio cultural y natural que desemboca en el paisaje cultural. Los textos emanados desde las instancias internacionales nos marcan este paso. La Carta de Atenas de 1931, de conservación de monumentos de Arte e Historia, centra sus esfuerzos en salvaguardar las obras maestras en las cuales la civilización ha encontrado su más alta expresión. La Carta de Venecia de 1964 considera al monumento asociado al ambiente urbano o paisajístico en el que se inserta e incorpora el significado cultural.

EL PATRIMONIO ES UN PALIMPSESTO SOBRE EL QUE PONEMOS NUEVAS LETRAS

En la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural, auspiciada en 1972 por la UNESCO y celebrada en París, se establecen los principios del Patrimonio Mundial de la Humanidad en función tanto de los valores culturales como de los naturales, se acotan las categorías de monumentos, conjuntos y lugares y se da paso a la Lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad. En 1992, el Comité de la Convención del Patrimonio Mundial añade al listado los paisajes culturales como “obras combinadas de la naturaleza y el hombre”

El Generalife, incluido como Bien cultural en la categoría de Monumento, junto con la Alhambra en la lista del Patrimonio Mundial en 1984 (Granada, España).
El Generalife, incluido como Bien cultural en la categoría de Monumento, junto con la Alhambra en la lista del Patrimonio Mundial en 1984 (Granada, España).
Viñedos cultivados en bancales en el Alto Douro Vinhateiro, considerados Paisaje Cultural Patrimonio de la Humanidad en 2001 (Portugal).

El patrimonio de España y de Portugal catalogado Patrimonio Mundial recoge en parte la evolución señalada. Primero se incorporaron monumentos culturales, como la Alhambra y el Generalife de Granada en 1984 o el Mosteiro da Batalha en 1983, y naturales: el Parque Nacional de Garajonay; después conjuntos como la Ciudad Vieja de Salamanca o el Centro Histórico de Guimarães y, con posterioridad en 2001, paisajes culturales como el de Aranjuez o el del Alto Douro Vinhateiro.

Las normativas nacionales de conservación del patrimonio

El devenir de las normas nacionales que protegen el patrimonio construido y el natural en España y en Portugal han ido de la mano, tanto en la secuencia como en la incorporación de las recomendaciones surgidas en el ámbito internacional. Primero se preocupan por el legado histórico y artístico de los pueblos que habitaron la Península Ibérica desde la prehistoria, y lo consideraron una riqueza; después se fueron sumando a las propuestas de la UNESCO, aunque en ambos países la legislación atiende de manera independiente los bienes culturales y los naturales.

DEL MONUMENTO ARTÍSTICO AL CONJUNTO HISTÓRICO

Y DE AHÍ AL PAISAJE CULTURAL

La preocupación por la salvaguarda de los bienes patrimoniales hunde sus raíces en el siglo XVIII y se vincula con las Reales Academias de la Historia, y en el caso de España también con la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, que instan a conservar y proteger los edificios histórico-artísticos. En este primer avance primaba el carácter monumental de la obra de arte y los aspectos históricos; con posterioridad se sucederán distintas declaraciones que incorporan, además, el “interés público” o el “valor para el municipio” entre los requisitos para que un bien sea catalogado como monumento, al tiempo que se señala la necesidad de proteger su entorno y, ya en la segunda mitad del siglo XX, se avanza en los aspectos culturales y en el paisaje. Los espacios naturales siguen un camino similar: primero se declaran espacios singulares como Parque Nacional, después se atiende a su valor y su representatividad.

Fruto de la evolución del concepto de patrimonio y de su concreción legislativa en los dos países ibéricos se ha protegido mayoritariamente monumentos, casi tres cuartas partes de los bienes clasificados, mientras que los conjuntos apenas representan el 10 por ciento. El patrimonio natural se asocia directamente con los Parques y la superficie reservada a los Paisajes Protegidos oscila entre el 2 por ciento en Portugal y el 3 por ciento en España del total catalogado.

Patrimonio, paisaje y ordenación del territorio, a modo de conclusión

La trayectoria de la protección y conservación de los bienes, tanto culturales como naturales, ha recorrido el camino que lleva desde la consideración singular a la relación con el tiempo y con el lugar en el que se asientan y a la valoración del paisaje; y al valor intrínseco se ha sumado el valor de uso, sobre todo para el turismo, que convierte al patrimonio en un recurso para el desarrollo de los territorios.

La sensibilidad por el patrimonio territorial, por su ordenación y gestión, aparece en las recomendaciones internacionales y en las políticas nacionales. El Convenio Europeo del Paisaje, firmado en Florencia en 2000 introduce la dimensión social del paisaje, considerado como un elemento de bienestar, y se avanza en la necesidad de una gestión y ordenación responsable más allá de la mera conservación. Las normas estatales y regionales siguen esa senda y consideran el patrimonio un objetivo prioritario para la ordenación del territorio. Se abre así una nueva puerta para el patrimonio territorial.

Para mayor información:

MARTÍN JIMÉNEZ, Mª Isabel. Patrimonio y paisaje en España y Portugal. Del valor singular a la integración territorial. En Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles, 2016, nº 71, p. 347-374. ISSN 0212–9426. Disponible en <http://www.age-geografia.es/ojs/index.php/bage/article/viewFile/2286/2181>

Mª Isabel Martín Jiménez es profesora del Departamento de Geografia de la Universidad de Salamanca (España). imaji@usal.es

El producto turístico español y el turismo chino

Aureli Lojo*

China es el primer mercado emisor de turistas a escala internacional, y la evolución de este país y las características de este turismo es uno de los fenómenos más apasionantes que afectan a la industria turística internacional. A partir del análisis de las características del turismo en China y la evolución de España como destino turístico internacional, se ha estudiado el turismo emisor chino y su particular visión del producto turístico español. Los objetivos del estudio son: identificar los patrones de los grupos de turistas de China en España y comprender las características de los paquetes turísticos que ofrecen las agencias de viajes chinas. Se ha explorado el mercado turístico chino online a través del análisis de contenidos de las páginas web de las principales agencias de viaje que operan desde el gigante asiático.

El desarrollo económico y la aparición gradual de turismo chino se enmarca en las recientes dinámica de consumismo en China. Después de la caída del Muro de Berlín, el gobierno chino se adaptó a la nueva situación internacional y a las demandas de su población mediante la adhesión al consumismo. Desde mediados de la década de 1990 el número de turistas chinos se ha incrementado de forma más rápida que en cualquier otro país y actualmente China es el principal mercado emisor de turismo. Cuando España fue calificado como un destino aprobado por la agencia de turismo chino, el número de turistas chinos en España comenzó a aumentar y en 2015 se han recibido más de 300.000 turistas de este país.

“actualmente China es el principal mercado emisor de turismo”

Para las agencias de viajes analizadas, la actividad más importante es visitar diferentes ciudades y sus elementos patrimoniales. Los resultados indican que los turistas chinos están interesados ​​principalmente en Barcelona, ​​Madrid, Sevilla, Granada, Toledo, Mijas, Ronda, Córdoba y Zaragoza. Además, los itinerarios suelen incluir paradas en ciudades portuguesas, como Lisboa, Óbidos y Cascaes. La estancia media en España es de 7,5 días, aunque el viaje llega a 10,5 días si incluye visitas a Portugal. Si tenemos en cuenta el tiempo de vuelo, el viaje puede alcanzar los 12 días.

Además, encontramos similitudes en la forma en la que los paquetes turísticos formulan su producto turístico. La formulación del producto por las agencias de viajes analizadas es la forma en que las empresas adaptan las cualidades del destino para adaptarse a las necesidades de sus clientes. Como parte de la formulación del producto, las agencias de viajes tratan de construir una imagen turística del destino en sus sitios web. A través de la categorización de los paquetes turísticos investigados, se generaron una serie de categorías de atracciones turísticas: los elementos históricos y culturales, el patrimonio monumental, los paisajes, el medio ambiente, el patrimonio intangible, la gastronomía y el vino, las compras y el fútbol.

La mayor parte de los elementos antes mencionados pueden ser vistos como aspectos patrimoniales del destino. El interés por la historia, los monumentos, el paisaje y el ambiente y la gastronomía revelan un interés en la cultura de España. Esto permite interpretar que las agencias de viajes están estimulando una mirada turística basada en los elementos culturales distintivos del destino. Otra dimensión que es manifestada por las agencias de viajes es la dimensión experiencial. Con el paquete turístico, el cliente podrá disfrutar de la comodidad y la facilidad del viaje organizado por las agencias de viajes. Al mismo tiempo, el viaje también es visto como una oportunidad para la educación, visitas turísticas y compras. Por lo tanto, la comodidad, la educación, el turismo y compras también están contribuyendo a la imagen global del producto ofrecido.

Las agencias de viajes chinas formulan el producto turístico en una dimensión cultural y una dimensión de experiencias ofrecidas. Formulando el producto turístico, en el ámbito cultural los elementos que interesan son el patrimonio, la historia, los paisajes, la gastronomía y el fútbol. En el ámbito de las experiencias, la comodidad, la educación, las visitas turísticas y las compras, son los principales elementos destacados.

En conclusión, la mayoría de los turistas chinos que visitan España lo hacen a través de agencias de viajes chinas y de grupos organizados. En España es necesario un trabajo adicional para mejorar los elementos clave de la industria: alojamiento, transporte, restauración y servicios en idioma chino. En estas áreas se debe hacer un esfuerzo para adaptar los servicios al turista chino. Si se superan estas debilidades, entonces los esfuerzos deben centrarse en la oferta de itinerarios de calidad de acuerdo con sus intereses. Se espera que este turismo crezca en Europa y es necesario prestar atención a sus necesidades con el fin de posicionar a España como un destino líder.

Para mayor información:

LOJO, Aureli. Chinese tourism in Spain: An analysis of the tourism product, attractions and itineraries ofered by the Chinese travel agencies. Cuadernos de Turismo, 2016, (37), p. 243–268. <http://doi.org/10.6018/turismo.37.256231>.

LOJO, Aureli & Cànoves, Gemma. El turismo chino en Barcelona. Elementos clave de un fenómeno reciente. Documents d’Anàlisi Geogràfica, 2015, 61(3), 581–599. http://doi.org/10.5565/rev/dag.267

Aureli Lojo es investigador predoctoral del Departamento de Geografía de la Universidad Autónoma de Barcelona y miembro del Grupo de Investigación en Turismo TUDISTAR.

Ficha Bibliográfica

LOJO, Aureli (2016). Chinese tourism in Spain: An analysis of the tourism product, attractions and itineraries ofered by the Chinese travel agencies. Cuadernos de Turismo, (37), 243–268. http://doi.org/10.6018/turismo.37.256231

LAS POLÍTICAS DE INFRAESTRUCTURAS DEL TRANSPORTE EN ESPAÑA

España es uno de los países mejor dotados en infraestructuras del transporte a escala mundial: Un reciente informe del Foro Económico de Davos (2012) así lo señalaba al situarla entre los diez primeros países, de los cuales seis son europeos y cuatro asiáticos. En estos momentos se hace precisa una reflexión sobre el juego de intereses que se mueven en torno a esta política y en qué medida es prioritario mantener inversiones en infraestructuras del transporte para el desarrollo económico y la cohesión social y territorial.

Un primer hecho a destacar es que ésta ha sido una política desarrollada con continuidad, sin fisuras, en los últimos 30-40 años por todos los Gobiernos en España, desde el tardo-franquismo y cuantos se han sucedido desde la instauración de la democracia. Las inversiones en infraestructuras del transporte se han visto incrementadas año tras año en los Presupuestos Generales, a los que se incorporan los fondos comunitarios desde la integración de España en la Unión Europea (UE). La mayor inversión en términos de PIB se registró en 2008 (1,74% del PIB solo en inversiones estatales, frente al 0,85-1,0% que de media se registra en la UE).

Como primer objetivo de esta política se plantea su papel en el desarrollo económico y en la mejora de la competitividad de la economía (si bien ya es una axioma que las infraestructuras son una condición necesaria pero no suficiente para que se alcance el desarrollo económico). A este primer objetivo se une la importancia que una adecuada dotación en infraestructuras tiene en la cohesión social y territorial y, más recientemente, se incorporan los argumentos de la seguridad y sostenibilidad del sistema de transporte.

En base, pues, a estos objetivos, y sobre todo en base a las inversiones realizadas, España consigue situarse en esa destacada posición, con la red de autovías y línea de alta velocidad ferroviaria de mayor extensión de Europa, la remodelación o construcción de nueva planta de los principales aeropuertos del país, iconos de la modernidad, y la realización de inversiones en seguridad en todos los modos de transporte. Sin embargo, en los momentos de máxima inversión, e incluso en los primeros años de la actual crisis económica, el balance político-social dominante pone más el acento en las demandas (o promesas) insatisfechas y en los agravios territoriales por las diferencias existentes en dotación de infraestructuras, o por la percepción que se tiene de esas diferencias desde perspectivas locales. Sólo la tozudez de la crisis económica ha dejado en hibernación muchas de estas demandas, pero no han sido definitivamente abandonadas.

Seguimos anclados en un modelo de crecimiento que concede un importante papel a las infraestructuras del transporte, que han pasado de ser una condición necesaria para el desarrollo a considerarse motor de crecimiento por sí mismas, por la inversión y el empleo directo (pero limitado temporalmente) que generan. Al mismo tiempo, el propio sector de la construcción, de gran peso económico y por tanto de gran influencia política, reclama el mantenimiento de elevadas inversiones ya que en los periodos de expansión ha adquirido unas dimensiones que ahora hay que sostener. Y, además, muchos políticos piensan que sus electores los valoran (y votarán) en la medida que defiendan nuevas infraestructuras para su circunscripción. Se produce así una coincidencia, no casual, que tiene una inercia muy fuerte a favor de la continuidad de tales inversiones, con independencia de los objetivos que se dicen perseguir y su eficiencia en un contexto de rendimientos decreciente.

Por ello, en estos momentos que la crisis económica ha obligado a frenar las inversiones en infraestructuras del transporte; en estos momentos que de forma reiterada se viene hablando de repensar el modelo de crecimiento económico en España; en estos momentos en los que no constituyen un factor limitante a la competitividad de la economía (siempre se podrán citar casos de carencias o infradotación); en estos momentos, pues, es necesario reconducir a sus justos términos cuáles han de ser las inversiones realmente necesarias en función de los objetivos perseguidos, tanto de orden económico, como de equilibrio y cohesión territorial o social, así como en el cambio hacia un sistema de transporte más seguro y sostenible, pero que estas razones no enmascaren otros intereses políticos y económicos.

No se me escapa la dificultad política que entraña esta propuesta y por tal razón parece que ha sido preferible seguir cabalgando el tigre antes que el tigre nos devore, según reza el proverbio chino. Pero al menos el debate debe ser planteado.

Para mayor información:

CRUZ VILLALÓN, J. Las infraestructuras del transporte: Magnitud y contrastes de una transformación histórica. En: GÓMEZ MENDOZA, J., LOIS GONZÁLEZ, R. C. y NEL.LO COLOM, O. (Ed.) Repensar el Estado. Crisis económica, conflictos territoriales e identidades políticas en España. Santiago de Compostela: Universidad Santiago de Compostela, 2013. p. 93-100

Josefina Cruz Villalón es Catedrática de Geografía Humana de la Universidad de Sevilla y ha sido Secretaria General y Secretaria de Estado de Infraestructuras del Gobierno de España entre 2005 y 2009

Categoría: Territorio