Carles Carreras Verdaguer
Desde el gabinete de prensa de la Universitat de Barcelona me solicitaron participar en un programa de la BBC sobre las supermanzanas de Barcelona. El programa ya está grabado y se emitirá durante las primeras semanas de 2017. Me llamó la atención que la BBC se interesara por proyectos municipales de la ciudad; pero sobre todo me preocupó que un medio de comunicación extranjero trabajara un tema sobre el que yo mismo, estudioso de la Geografía urbana, no sabía casi nada más que los ecos de unas breves noticias de prensa sobre el descontento de los vecinos ante el proyecto piloto de la supermanzana del Poble Nou.
Cuando se declara que ha habido poca información no queda otro remedio que estar de acuerdo, sin poner por ello en duda los esfuerzos que haya hecho en este sentido el ayuntamiento de Barcelona. El sitio web municipal contiene toda la información, muy completa y actualizada para que cualquiera pueda conocer, entender y opinar sobre el tema de las supermanzanas. Probablemente a nivel de calle en las áreas afectadas también se han realizado acciones y, en algunos casos, sobre todo en el del Poble Nou, diversas reuniones in situ desde el año 2015, cinco al menos, que son las que generaron las noticias periodísticas. Pero es evidente que la información en red no es nunca suficiente, aunque al mismo tiempo pueda parecer excesiva.
Cualquiera puede encontrar así en la web local información sobre las doce supermanzanas previstas hasta ahora, en nueve de los diez distritos municipales; el de Ciutat Vella, lógicamente no tiene prevista ninguna actuación de este tipo. La de Sarià-Sant Gervasi, que completaría el número 13, no está aún definida y de las doce, dos no cuentan aún con el dossier de diagnóstico. Estos dossiers contienen una información estadística, cartográfica y política muy amplia, realizada por la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona (consorcio público entre el ayuntamiento, el área metropolitana y la diputación creado en el año 2000), bajo la dirección del biólogo y psicólogo Salvador Rueda. Solamente con estos datos ya puede entenderse que el proyecto de las supermanzanas no es tan nuevo como algunos puedan pensar.
Las supermanzanas se ajustan muy bien a la trama del Eixample; al igual que otro de los grandes proyectos recientes de la Agencia de Ecología Urbana: la nueva red de autobuses. Ildefons Cerdà (1815-1876) había previsto para Barcelona una nueva ciudad igualitaria, equilibrada, geométrica y bien comunicada cuando aún no existía ni el concepto del transporte público. Pero tras el nacimiento oficial de la planificación urbana, los planteamientos cambiaron de forma substancial. Precisamente Le Corbusier (1887-1965), el principal instigador de esta nueva disciplina, cuando a principios de los años 1930 se planteó el que se llamaría Pla Macià para la ciudad, propuso ya este concepto de supermanzana. En aquel momento pretendía agrupar las manzanas del Eixample con la construcción de grandes bloques exentos, que albergaban mucha vivienda y liberaban mucho suelo. La Casa Bloc de Sant Andreu conserva vivo el recuerdo de aquella propuesta nunca realizada. Pero la idea estaba lanzada y nada menos que por el instigador del movimiento moderno y redactor de la carta fundacional de la planificación urbana.
En el plan municipal las supermanzanas se definen como una unidad urbana mayor que una isla o manzana de casas, pero más pequeña que un barrio, con calles pacificadas al tráfico. Los objetivos de su implementación son básicamente cuatro: una movilidad más sostenible, la revitalización del espacio público, el fomento de la biodiversidad y el verde urbano y la integración de los procesos de gobernanza, aumentando la participación ciudadana. El calendario de implantación es en 2016 elaboración y priorización de las propuestas; entre 2017-18 la programación, la aprobación del presupuesto y su ejecución; y, finalmente en 2019 la valoración.
Pero todo el proyecto se enmarca en una propuesta más general que enlaza también con uno de los principios básicos de la planificación urbana moderna de Le Corbusier: la jerarquización del tráfico. En efecto, el mapa que presenta el proyecto en el sitio web del ayuntamiento define muchas más supermanzanas que las que se desarrollan en estos momentos al indicar las vías de primer orden, de tráfico urbano rápido, que cruzan la ciudad en diversas direcciones. Se dibuja una red en gran parte ortogonal, con densidades distintas y una cierta irregularidad en las áreas que no tienen el trazado del Eixample, parecida a la nueva red de autobuses con la que se emparenta, que tienen que asegurar la conectividad de las actividades y personas en tiempo rápido que sostienen la economía urbana. Las intervías, que en el plano de Cerdà diseñaron sus conocidas manzanas, marcan aquí todas las posibles supermanzanas de tráfico lento y pacificado y ritmo doméstico y cotidiano.
No se trata por tanto de un proyecto inmediatista y politizado, sino de lo que puede considerarse una auténtica tradición urbana barcelonesa que traspasa coyunturas y visiones partidistas. Quizás un elemento para el debate sería si esas ideas originadas con la primera planificación urbana de principios del siglo XX pueden ser de aplicación en la actualidad, un siglo más tarde. Desde la Geografía urbana y de la Planificación territorial se debe participar en este debate siguiendo al invitación del propio ayuntamiento. Con este tipo de participación y las más concretas de los ciudadanos y ciudadanas que viven la realidad cotidiana de la ciudad se conseguirá entender, comprender, profundizar e, incluso, cambiar algunos o todos los aspectos de este proyecto.
Carles Carreras i Verdaguer es catedrático de Geografía Humana de la Universidad de Barcelona