¿Cómo se ha incorporado la sostenibilidad medioambiental en los últimos planes turísticos de España? Repercusiones

Raquel Santos-Lacueva*

El turismo es una actividad estratégica para la economía española. Los ricos recursos naturales, culturales y patrimoniales contribuyen a situar al país en segunda posición a nivel mundial en número de visitantes (2017). La actividad turística en España se distribuye de forma desigual espacial y temporalmente y mayormente se concentra en la costa mediterránea y en las islas, siendo el turismo de sol y playa uno de sus productos principales. La oferta de sol y playa se fundamenta en el clima y en los recursos naturales de las zonas costeras. El medioambiente es su medio de producción, y al mismo tiempo, su espacio de consumo y un condicionante para la satisfacción de una demanda cada vez más sensibilizada. La sostenibilidad medioambiental del turismo de sol y playa es fundamental para la competitividad de la actividad turística española.

El patrón de desarrollo de los primeros destinos de sol y playa se replicó a lo largo de toda la costa mediterránea e insular a partir de los años 60s del pasado siglo. Dos décadas después, comenzaron a observarse signos de madurez e incluso de declive en el crecimiento. Se iniciaron a partir de entonces procesos de recualificación y reconversión que aún continúan y que, aunque con resultados variables, en general han permitido reposicionar en los mercados algunos de los destinos principales de sol y playa españoles.

No obstante, para garantizar la sostenibilidad futura del turismo español de sol y playa como actividad estratégica deben afrontarse algunos de los problemas que le acompañan desde sus inicios. Principalmente, los ligados a la concentración espacial y temporal, a la sobreocupación del litoral, a la masificación y al abaratamiento de la oferta. Todos ellos influyen en la calidad de su recurso clave: el medioambiente. El agua del mar, las playas y el paisaje, pero también los resultados económicos y empresariales del sector se ven afectados. Además deben enfrentarse nuevos retos ambientales globales como el cambio climático.

Tradicionalmente, la planificación turística española ha sido deficitaria a la hora de dar respuesta a dichos problemas. Los impactos negativos del turismo sobre el medio ambiente, la necesidad de protección de las costas y de gestionar la calidad del paisaje, se recogían ya en el II Plan de Desarrollo Económico (1968-71). Casi tres décadas después aparecían las primeras referencias concretas a la sostenibilidad ambiental en el II Plan Futures (1996-99). Aunque han existido acciones que demuestran la voluntad de coordinación entre la administración turística y la medioambiental, éstas han sido puntuales e insuficientes.

Teniendo en cuenta la complejidad y la transversalidad de los problemas medioambientales y de la propia actividad turística, resulta inevitable y del todo necesaria la intervención pública. De hecho, la eficiencia y pertinencia de la acción pública es determinante para el éxito y la sostenibilidad futura de los destinos. Cómo los poderes públicos conciben, explican y priorizan la sostenibilidad medioambiental y cómo lo incorporan en sus políticas y procesos de planificación, tiene implicaciones directas sobre la sostenibilidad y la competitividad del turismo.

Los planes turísticos, además de ser fruto de procesos técnicos y de conocimiento experto, son el resultado de negociaciones entre poderes y demandas en conflicto. Su análisis permite distinguir las ideas, los valores y los argumentos predominantes de los poderes públicos sobre un determinado tema. Así, estudiándolo planes más recientes al respecto pueden comprenderse algunas de las dinámicas turísticas actuales y las respuestas que se han negociado por parte de los agentes actuantes en relación al persistente problema de la reducción de los impactos ambientales generados por el turismo. Con el análisis del Plan de Turismo Español Horizonte 2020 (en adelante, Plan 2020), vigente hasta 2012; y del Plan Nacional e Integral de Turismo 2012-2015 (en adelante, Plan 1215), todavía vigente; se observan similitudes, diferencias y replanteamientos de una misma cuestión –la sostenibilidad medioambiental del turismo de sol y playa- por parte de dos gobiernos distintos en España. El primero, fue elaborado por el gobierno socialista de Zapatero, y el segundo, por el gobierno del partido popular de Rajoy.

Ambos planes incluyen referencias concretas a la cuestión medioambiental, pero, teniendo en cuenta la importancia del medioambiente para el turismo de sol y playa en España, éste es un tema que no recibe la atención que requiere. Además, la comparación entre planes permite apreciar incluso una disminución del peso de los planteamientos asociados sostenibilidad medioambiental en el Plan 12-15, el más reciente, que en su predecesor. Por otra parte, si bien el Plan 2020 supuso un hito en la planificación turística española al contar con una estrategia a largo plazo, más allá de los ciclos legislativos esta visión largoplacista se interrumpió con el cambio de gobierno y el Plan 2012-15. Sea como fuere, de lo que no hay duda es que una visión al largo plazo es necesaria para incorporar de forma efectiva la sostenibilidad medioambiental en la política y planificación turísticas.

*Raquel Santos-Lacueva es investigadora en el GRATET (Grupo de Análisis Territorial y Estudios Turísticos) del Departamento de Geografía, Universidad Rovira i Virgili.

Para mayor información: SANTOS-LACUEVA, Raquel, ANTON CLAVÉ, Salvador y SALADIÉ, Òscar. Discontinuidades y limitaciones de los últimos planes turísticos de España en relación a la sostenibilidad ambiental del turismo de sol y playa. Cuadernos de Turismo, 2017, 40, p. 599-626. http://revistas.um.es/turismo/article/view/310121/220261