¿Una geografía de la corrupción?

¿Qué tienen en común la Costa del Sol, la región china de Shenzhen, la City de Londres y el lago Leman? En todos esos puntos residen y se relacionan entre sí las grandes fortunas, personas y empresas, que tienen enormes depósitos guardados en paraísos fiscales.

La valiosa información que ha salido a la luz tras la publicación del “Panamá leaks” ha permitido construir una cartografía global de los flujos financieros internacionales. Esto permite localizar las relaciones a través de distintos países y sus conexiones, que permite crear una red de sociedades interpuestas con objeto de ocultar la identidad de los verdaderos dueños del capital.

Los datos difundidos por el “International Consortium of Investigative Journalists” (ICIJ) revelan la existencia de 1,3 millones de relaciones entre grandes fortunas y empresas financieras de todo el mundo. Los datos que han podido ser georreferenciados revelan un complejo mapa de flujos financieros y relaciones societarias. En él se dibuja un entramado compuesto por 198.000 personas y empresas cuyo capital está ligado a 311.000 sociedades offshore, con más de 751.000 relaciones entre ellas, en muchas ocasiones cruzadas y complejas. Un buen número de ellas operan habitualmente con varios intermediarios en distintos puntos del mundo, permitiendo movilizar el capital según las condiciones oportunas.

En el caso de Europa Occidental, se pueden observar las estrechas relaciones de las grandes fortunas, residentes en un eje delimitado entre la isla británica de Man y Suiza. Esta red espacial absorbe la mayor concentración de sociedades y grandes fortunas que existe en Europa, y una de las mayores del mundo. El destino de las mimas se sitúa principalmente en paraísos fiscales de pequeñas islas del Caribe (Islas Vírgenes, Bahamas, Caimán, Anguila), que a través de intermediarios y el uso de estrategias fiscales como son los convenios de doble imposición (que regulan la tributación en dos países distintos por una misma actividad), permite eludir los controles fiscales de los grandes países de origen.

Otro de los destinos destacados del capital europeo se localiza en el Pacífico. Hong Kong es el preferido, especialmente por los grandes inversores del Reino Unido, Países Bajos, Suiza, Alemania o Luxemburgo entre otros. Junto a esta ciudad, Malasia, Singapur o algunas islas como Samoa, Niue o las Cook, muy relacionadas con las empresas financieras británicas por su ascendencia colonial, son otros de los destinos favoritos de estas grandes fortunas.

En términos absolutos, el mayor número de relaciones entre sociedades se establece entre tres países europeos, Reino Unido, Suiza y Luxemburgo, y tres paraísos fiscales Bahamas, Panamá y las Islas Vírgenes Británicas. Intermediarios, accionistas o fideicomisos son los principales los tipos de relación que se establecen entre ellas.

Su localización específica está situada en casi todos los casos en los mejores espacios de cada país. Así, en Suiza una parte importante de las grandes fortunas residen alrededor del lago Leman. Son algunas de las más exclusivas zonas urbanas y rurales junto a algunas de las principales ciudades que bordean el lago especialmente Ginebra, Lausana o Montreux.

En España, se ha determinado el lugar de origen y destino de 2.040 fortunas. La mayor parte de las fugas de capital español se dirige hacia las Islas Vírgenes Británicas, Panamá o la Seychelles. Como era de esperar, las grandes fortunas residen en las zonas más exclusivas de Madrid y Barcelona. En el primero de ellos La Moraleja, La Finca o determinados sectores de La Castellana o el barrio de Salamanca son los lugares de residencia de las grandes fortunas que refugian su capital en paraísos fiscales.

También se ha localizado un importante volumen de residentes en la costa del Sol, Levante, Baleares y Canarias. Sotogrande, La Zagaleta, Puerto Banús o Son Vida son algunos de los lugares emblemáticos donde residen los inversores o se domicilian las sociedades más importantes.

Lejos de lo que en principio se podría pensar, la lista de fraude no solo afecta a un reducido grupo de políticos o personas con cierta relevancia social. La relación de sociedades y grandes fortunas es intensa y, en muchos casos, se trata de personas relativamente anónimas, pero con un elevado nivel de influencia en sus respectivos campos. La generalización de prácticas fraudulentas en los sectores sociales más destacados es, tal vez, la evidencia más peligrosa que podemos extraer de la filtración.

Naturalmente, estos movimientos “alegales” de capital tienen una estrecha relación con los flujos regulares, como es el caso de la compra-venta de deuda pública o la inversión exterior, que generan un fuerte impacto geopolítico. La toma de decisiones de los grandes grupos financieros determina dónde invertir enormes sumas de capital, que pueden afianzar determinados regímenes o desestabilizar otros. En el caso del mercado secundario de deuda soberana, la injerencia geopolítica es determinante. Un ejemplo de ello, son las recientes presiones de la oposición venezolana sobre Goldman Sachs por la adquisición en el mercado secundario de títulos de deuda por valor de 2.800 millones de dólares, y que se interpreta como un balón de oxígeno al gobierno de Maduro.

Es imprescindible regular la circulación financiera, y más aún en países como España, que tienen un elevado volumen de deuda pública y serios problemas de estabilidad presupuestaria. Estos problemas están causados, al menos en parte, por las fugas de capital a espacios offshore. Conocer los movimientos de las redes societarias permite aflorar las relaciones financieras entre países, reforzar la lucha contra el fraude y evitar que la carga fiscal recaiga sobre las clases medias y menos favorecidas. Es crítico para la supervivencia de un país evitar el tráfico financiero entre grandes fortunas y los paraísos fiscales.

La geografía financiera es una joven disciplina que puede ayudar a prevenir la corrupción, y podría convertirse en una valiosa herramienta para el control de los movimientos de capital y la detección del fraude económico.

Juan Carlos Fernández Cela

Profesor Asociado de Geografía Política. Universidad Complutense de Madrid (UCM), España.

Para mayor información.

FERNÁNDEZ CELA, Juan Carlos. Geografía de la deuda pública española. Algunas consideraciones espaciales desde la perspectiva política. Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles, 2015, no 67, p. 167-188. ISSN 0212-9426. Disponible en https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5035572