El conflicto socioterritorial de Santa María Ostula y la lucha entre territorialidades en el campo mexicano

Emiliano Ignacio Díaz Carnero[1]

El 29 de junio de 2009, la comunidad Nahua de Santa María Ostula –ubicada en el municipio de Aquila, costa de Michoacán, México– recuperó de manera pacífica mil hectáreas de tierras costeras pertenecientes a su territorio ancestral, las cuales están incluidas y delimitadas en sus Títulos Virreinales. Ahí, la comunidad fundó un nuevo poblado al que nombró San Diego Xayakalan (“el lugar de los danzantes con máscaras” en lengua Nahua). El día de la recuperación, un grupo de narco-paramilitares los atacó con armas de grueso calibre. Según denuncian los comuneros de Ostula, el grupo fue pagado y enviado por los poderosos ganaderos, caciques y narcotraficantes con quienes llevan disputándose la tierra desde hace ya 50 años. Dichos agresores habitan en el poblado vecino de “La Placita”.

 

Figura 1. Localización de la comunidad de Sta. Ma. Ostula. Elaboración propia.
Figura 1. Localización de la comunidad de Sta. Ma. Ostula. Elaboración propia.

La comunidad de Ostula, conocedora del poder que ostentan las personas con quienes se disputan la tierra, se vieron en la necesidad de reorganizar su guardia y policía comunitaria para defenderse.

Las tierras, en disputa, son codiciadas por los particulares de La Placita, grupos del crimen organizado, el gobierno federal, estatal y municipal, la empresa minera Ternium-Hylsa y empresas hoteleras. Ahí era donde “el narco” traficaba droga y donde enterraban a sus enemigos ejecutados. Además, ahí, el gobierno de Michoacán y empresas privadas pretendían hacer un parador turístico y un pequeño puerto para sacar el mineral de hierro que se extrae de la mina “las Encinas”, propiedad de la trasnacional Ternium-Hylsa y localizada en la cabecera municipal de Aquila.

 

Figura 2. Que muestra el territorio de Ostula recuperado el 29 de junio de 2009 y que sigue en posesión de la comunidad de Ostula (relleno de cruces); Así como los linderos establecidos según el Título Virreinal (línea continua); el lindero según la ubicación real de la Resolución Presidencial de 27 de abril de 1964 (línea de guiones) y según el Plano de Ejecución del 14 de mayo de 1965 (línea punteada). Elaboración propia.
Figura 2. Que muestra el territorio de Ostula recuperado el 29 de junio de 2009 y que sigue en posesión de la comunidad de Ostula (relleno de cruces); Así como los linderos establecidos según el Título Virreinal (línea continua); el lindero según la ubicación real de la Resolución Presidencial de 27 de abril de 1964 (línea de guiones) y según el Plano de Ejecución del 14 de mayo de 1965 (línea punteada). Elaboración propia.

Desde el día de la recuperación de las tierras hasta diciembre de 2015, la comunidad de Ostula cuenta a 34 de sus comuneros asesinados y 5 desaparecidos (entre ellos Francisco de Asís Manuel, presidente de los Bienes Comunales de Ostula, desaparecido el 20 de abril de 2010), quienes habían defendido tanto sus tierras y territorios, cuanto su modo de vida comunal y su derecho a la autodeterminación por la vía de la autonomía. Todo ello hace que este conflicto social trascienda de conflicto agrario a uno de nuevo tipo.

¿A qué responde esta violencia?, ¿cómo explicar este conflicto desde la geografía política y desde una geografía crítica?, ¿cuál es el origen profundo de este conflicto?, ¿qué perspectivas de solución existen?, ¿en qué contexto del movimiento indígena, campesino y popular en México se da la acción de la comunidad de Ostula?, ¿qué relación tiene el conflicto agrario de Ostula con el actual patrón de reproducción de capital en México?, ¿qué tipo de conflicto social estamos analizando?

Esta investigación pretendió conocer, comprender y explicar el conflicto social en Santa María Ostula, en la costa Nahua de Michoacán, México. Tiene como objetivo explicar, desde la geografía política, lo que aparenta ser un conflicto agrario pero que en realidad es un conflicto diferente, un conflicto que denomino conflicto socioterritorial y que no es excepcional de Ostula, sino que se vive y padece actualmente, en otras regiones del campo mexicano. Un conflicto actual con profundas raíces históricas, que necesita ser analizado desde diferentes dimensiones para comprender su complejidad, su magnitud, sus repercusiones y los retos que nos plantea. Retos que deben servir para pensar y proponer diferentes caminos para reconciliar y reconstruir un país y una sociedad con un tejido social vulnerado y fracturado por la violencia. Un país pluricultural y una sociedad diversa necesitados de un proceso que renueve tanto al Estado y sus instituciones, como las formas de relación entre Estado-sociedad. Un proceso de reconciliación y reconstrucción que permita el dialogo plural para constituir un nuevo pacto social de convivencia.

Para mayor información:

DÍAZ CARNERO, Emiliano. El conflicto socioterritorial de Santa María Ostula y la lucha entre territorialidades en el campo mexicano. Tesis de doctorado. Ciudad de México: Universidad Nacional Autónoma de México, 2016. 220 p. [En Línea] <http://132.248.9.195/ptd2016/octubre/511014381/Index.html>

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  1. Doctor en Geografía por la UNAM. Profesor investigador del Departamento de Estudios Culturales de El Colegio de la Frontera Norte y Fundador del Instituto de Geografía para la paz A.C.

Los geoparques: la promoción del patrimonio natural más allá de la protección de la flora y de la fauna

José Luis Palacio Prieto

En diversos  países del mundo se ha señalado que las políticas de protección del patrimonio natural se han enfocado de manera preferente a la valoración y protección de la flora y la fauna. Así, los aspectos relativos a la protección, valoración y promoción de los componentes abióticos de los ecosistemas (rasgos geológicos y formas del relieve) han sido abordados, en el mejor de los casos, de manera marginal.


La situación anterior explica el surgimiento, hace un par de décadas en el mundo y más recientemente en México, de iniciativas que se han enfocado a la promoción y valoración de sitios o lugares de interés geológico y geomorfológico (geositios y geomorfositios, respectivamente), más que en contraposición, como una propuesta  complementaria al interés preferencial del que el entorno biótico ha sido objeto. 

Geodiversidad, y patrimonio geológico
La conservación es el conjunto de procesos y acciones encaminadas al cuidado de un lugar con el fin de mantener su importancia natural a través de acciones de protección,  mantenimiento y  vigilancia. En su sentido más amplio, debe incluir la conservación de la diversidad biológica (biodiversidad) y  la geológica (geodiversidad). La geodiversidad, entonces, es un concepto análogo al de biodiversidad, que  se refiere a la variedad de rasgos geológicos, geomorfológicos y del suelo, e incluye a los procesos que les dieron origen y que actualmente actúan sobre ellos.


Los geoparques
Para finales del siglo pasado, diferentes grupos de especialistas en ciencias de la Tierra, principalmente europeos, y la entonces División de Ciencias de la Tierra de la UNESCO junto con otras asociaciones científicas, sentaron las bases para la conformación del proyecto “Geoparques”. Un Geoparque es un territorio con límites bien definidos que tiene una superficie lo suficientemente grande como para permitir el desarrollo económico local. El Geoparque comprende un número de sitios representativos no sólo del patrimonio geológico y paleontológico, sino aquellos de interés arqueológico, ecológico, histórico y cultural. Esta definición, evidentemente geográfica, involucra un territorio en el que se establecen relaciones entre el entorno natural y la sociedad que lo conforma, dándole sentido y estructura.
Las tres principales metas de los geoparques incluyen: a) la conservación y mantenimiento de un ambiente más saludable; b) la promoción de la educación en Ciencias de la Tierra, y c) la promoción del desarrollo económico sustentable a nivel local, a través del turismo, que se concibe aquí como “geoturismo”. 

El proyecto Geoparques antes referido inicia con la creación de la Red Europea de Geoparques, que se constituyó con cuatro parques nacionales, en el año 2000. Doce años después de haber sido creada, la Red cuenta con 58 geoparques en 19 países europeos. Así mismo, en 2004 se crea una nueva red, la Red Global de Geoparques que cuenta actualmente con 100 geoparques en 29 países del mundo. 
 
La figura legal en México; alternativas
En México, como en muchos países del mundo, la legislación ambiental no hace referencia explícita a la necesidad de proteger el patrimonio geológico y geomorfológico ni a su valoración y promoción. Solamente la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticas e Históricas (2012) establece que “las disposiciones sobre monumentos y zonas arqueológicos  serán aplicables a los vestigios o restos fósiles …”.

Por otra parte, como sucede en otros países, en México la figura de Área Natural Protegida (ANP) se encuentra ampliamente difundida y constituye una de las herramientas principales encaminadas a la conservación del medio natural. No obstante, las ANP son figuras que han privilegiado  la protección del componente biótico de los ecosistemas y aunque de manera implícita también a los componentes abióticos (incluyendo la geología y la geomorfología), este reconocimiento no es explícito en la legislación que las define y regula. 

Sinergias con las Áreas Naturales Protegidas 
Estudios recientes en México demuestran que al menos un 70 por ciento de las ANP de carácter federal (118 de 174) contienen rasgos geológicos y formas de relieve notables y, en muchos casos, constituyen su  principal atractivo. No obstante, la  valoración y promoción del patrimonio geológico y geomorfológico entre los visitantes (potenciales geoturistas) es muy pobre, como puede deducirse de la falta de documentación, mapas, o explicaciones por parte de guías, cuando existen.

México requiere especificar en su legislación ambiental la necesidad de considerar a la conservación como un concepto holístico y no solo privilegiar uno de sus componentes (la flora y la fauna).”


México requiere especificar en su legislación ambiental la necesidad de considerar a la conservación como un concepto holístico y no solo privilegiar uno de sus componentes (la flora y la fauna). La oportunidad que ofrecen las ANP como herramienta para transmitir el mensaje al gran público está desaprovechada y la oportunidad de promover actividades que repercutan en el desarrollo económico y social local, como el geoturismo, son aún muy incipientes; los geoparques, como una estrategia novedosa, ha probado su efectividad en ello. En este contexto, México cuenta con un área de oportunidad que puede explorarse a través de los geoparques, incorporarse a las estrategias mundiales y jugar un papel relevante a nivel latinoamericano, en donde otros países han dado pasos firmes en la consolidación de redes nacionales y regionales de geoparques.

José Luis Palacio Prieto
palacio@unam.mx
Investigador del Instituto de Geografía, UNAM


Para mayor información:
PALACIO PRIETO, J. L. (2013) Geositios, geomorfositios y geoparques: importancia, situación actual y perspectivas en México. Investigaciones Geográficas, Boletín del Instituto de Geografía, UNAM, 2013, nº 82, p. 24-37.