PEQUEÑAS ISLAS, GRANDES TESOROS

by María José Viñals, Mario Planelles, Pau Alonso-Monasterio y Maryland Morant.

Las pequeñas islas, aquellas cuya superficie es menor de 1 km2, esconden valiosos tesoros, aunque no se trate de la Isla del Esqueleto (isla ficticia en la que Stevenson sitúa su “Isla del Tesoro”), ni de la “Isla de Coral”, donde Ballantyne sitúa las aventuras de su novela homónima. Es cierto que los piratas utilizaron algunas pequeñas islas del Mediterráneo como base para sus incursiones en el continente pero, realmente, los tesoros a los que nos referimos tienen más que ver con el patrimonio natural y cultural que contienen, algo que, unido a las sensaciones de “escapada”, aventura y cierta exclusividad que ofrecen, las han convertido en auténticos focos de atracción para numerosos y modernos Jim Hawkins, o sea, aventureros, ecoturistas, practicantes de turismo activo o, simplemente, turistas en busca de experiencias diferentes. La atracción es tal que, actualmente, resulta necesario regular sus usos y ahí es donde, precisamente, debe tener un papel importante la “Capacidad de Carga Recreativa” como herramienta para regular el uso y, a la vez, garantizar una experiencia turística de calidad.

La determinación de la Capacidad de Carga Recreativa puede tener un papel importante en la regulación del uso recreativo de las pequeñas islas, garantizando una experiencia turística de calidad.

Desde el punto de vista ambiental, las pequeñas islas son ecosistemas frágiles y vulnerables como consecuencia de su exclusiva dotación de recursos naturales, de su origen geológico, de su distancia al continente, y de su estructura ecológica pobre en especies. Sin embargo, estas mismas características han provocado la existencia de su mayor tesoro natural, los endemismos. En algunos casos, y hay que pensar que en el Mediterráneo existen en torno a 15.000 islas de este tipo de las que únicamente 35 están gestionadas de alguna forma, ha de añadirse al valor naturalístico un patrimonio cultural con cierta relevancia y, sobre todo, el componente escénico, el paisaje.

Naturaleza, cultura y paisaje son los recursos a proteger, pero no hay que olvidar que la experiencia turística integra diversos componentes de carácter psicológico, relacionados con ese “espíritu de escapada”, que se traducen en la necesidad de un mayor espacio personal entre visitantes, de evitar los encuentros o las interacciones entre ellos, de salvaguardar las cuencas visuales de la intromisión de otros usuarios e, incluso, otros relacionados con las sensaciones de seguridad o riesgo que dependerán, en gran medida, del perfil del visitante.

El estudio sobre la Capacidad de Carga Recreativa al que hace referencia este artículo se ha centrado en tres pequeñas islas mediterráneas: las Islas Columbretes y la de S’Espalmador, en España, y la Isla de Chikly, en Túnez. Se trata de tres espacios protegidos, que comparten algunas características ambientales y culturales y que están sometidas a presión turística aunque, ciertamente, en distinto grado. Columbretes y S’Espalmador destacan por su naturaleza mientras que Chikly, aunque sin carecer de esta, presenta un patrimonio cultural más importante, constituido principalmente por el Fuerte Santiago.

Los métodos de estimación de la Capacidad de Carga Recreativa suelen basarse en el análisis de las características físico-biológicas del lugar para determinar su “fragilidad vs. resistencia” a los impactos generados por la actividad recreativa, incluyendo aspectos cuantitativos y cualitativos relacionados con los usuarios y los equipamientos existentes. Así, es necesario identificar los factores limitantes del medio físico-natural para implementar medidas que garanticen la conservación de los recursos; pero, además, existe otra serie de factores relacionados con el confort físico y psicológico de los visitantes que deben ser observados para garantizar una experiencia recreativa satisfactoria.

Tras analizar los casos de estudio mencionados, puede concluirse que en este tipo de ecosistemas insulares, el componente ecológico tiene un peso específico mucho mayor que en otros, especialmente en lo relacionado con el número de especies endémicas y los aspectos vinculados con sus ciclos vitales, así como la potencialidad de ser lugar de nidificación o reproducción de especies importantes desde el punto de vista de la conservación.

Por lo que hace referencia a los factores psicológicos, resulta bastante evidente que el punto importante de la gestión se sitúa en controlar el número de visitantes que disfrutan de la experiencia al mismo tiempo, lo que ha sido definido como el “people at one time” (PAOT). Las pequeñas islas que disponen de algún tipo de equipamiento (centro de visitantes, edificios históricos, etc.) lo tienen, indudablemente, más fácil, porque pueden evitar los encuentros entre grupos si la gestión de visitantes se hace de forma adecuada.

Sin embargo, el factor que ha proporcionado unas conclusiones más interesantes ha sido el análisis del componente escénico en relación con las cuencas visuales. El pequeño tamaño de estas islas las hace especialmente vulnerables en este sentido dado que, al estar el campo visual delimitado por el ángulo de visión del ojo humano, cualquier intromisión u obstrucción de este campo visual por parte de otros visitantes o grupos de visitantes resulta especialmente llamativa.

La clave de la gestión de los usos y los visitantes en ambientes con un elevado grado de clausura, como son las pequeñas islas, está en el control de los accesos.

Como consecuencia, se puede afirmar que la clave de la gestión de los usos y los visitantes en ambientes con un elevado grado de clausura, como son las pequeñas islas, está en el control de los accesos. En el fondo, los piratas no tenían “ni un pelo de tontos”, y sabían que sus tesoros estaban más seguros en lugares a los que no todo el mundo podía acceder…

Para mayor información:

Viñals, M.J.; Planelles, M.; Alonso-Monasterio, P.; Morant, M., 2016. Recreational Carrying Capacity on small Mediterranean islands. Cuadernos de Turismo, nº 37: 437-463. ISSN: 1139-7861. eISSN: 1989-4635. DOI: http://dx.doi.org/10.6018/turismo.37_256341

http://revistas.um.es/turismo/article/view/256341/194301

Los autores son expertos en gestión turística del patrimonio natural y cultural de la Universitat Politècnica de València.