Agustín Dorta Rodríguez*
La renovación hotelera dentro del panorama internacional está en el punto de mira. Turoperadores y especialmente usuarios turísticos observan con lupa las mejoras de las instalaciones turísticas en un sector muchas veces caracterizado por el inmovilismo y sobrepasado por la tendencia y la moda. ¿Cómo satisfacer una demanda insaciable que nunca se detiene y busca nuevas experiencias? Los destinos turísticos maduros lo tienen claro: renovando, única forma para superar la situación de obsolescencia y pérdida de competitividad que sufren. Las Islas Canarias, suponen un ejemplo de destino de masas español de referencia internacional, en el que desde hace algún tiempo se trabaja intensamente para modernizar algunas de lasváreas turísticas más envejecidas después de un largo tiempo de luces y sombras.
Si bien Canarias presenta una enorme diversidad en cuanto a destinos turísticos, es importante en el proceso de renovación edificatoria del sector de alojamiento de Puerto de la Cruz (Tenerife), un área turística pionera y consolidada de los años 60 que arrastra históricamente un proceso paulatino de pérdida de competitividad. A pesar del gran potencial y reconocimiento histórico del destino, los resultados obtenidos desde los años 80 en cuanto a renovación del sector hotelero se refiere, nunca han sido muy halagüeños (más bien malos), revelando un importante déficit en mejoras, con reformas especialmente orientadas hacia la conservación y mantenimiento de las edificaciones turísticas con un carácter puramente paliativo. Un sistema basado en las “3p” (pintar, pavimentar y parchear) que ha puesto en la palestra las debilidades de un sector venido a menos.
Existen diversos factores que explican este proceso de depreciación(una normativa turística compleja con exigencias técnicas imposibles de cumplir para el sector, excesiva burocracia administrativa, falta de gobernanza, alta dependencia de turoperadores, problemas de inversión y financiación, altos costes de renovación, falta de incentivos reales, escasez de rentabilidad, modelos de negocio obsoletos, posicionamiento del destino equivocado, etc.) que ha llevado a Puerto de la Cruz a una absoluta situación de crisis turística y a la insostenibilidad de su modelo.
Sin embargo y a tenor de lo sucedido hasta fechas recientes ¿puede existir una resurrección turística en el sector hotelero? La respuesta es rotunda, sí.
Quizás para los más radicales, un destino como Puerto de la Cruz y un sector como el hotelero es difícilmente recuperable, pero lo cierto es que a medida que se ha ido avanzando en el tiempo, dejando atrás la fuerte crisis económica y especialmente, después de “tocar fondo”, solo se puede esperar crecer en positivo. El punto de inflexión lo encontramos en la constitución de la figura del Consorcio de Rehabilitación Turística de Puerto de la Cruz hace una década, ente público (con participación de varias administraciones) auspiciado y creado por la necesidad de tomar las riendas de áreas turísticas en situación K.Oy que parece haber generado un cambio de tendencia y visos de esperanza para el destino Puerto de la Cruz y particularmente para el sector hotelero. Desde el punto de vista de la nueva gobernanza turística, los resultados tendrían que haber aparecido ya, pero hay que tener en cuenta que un “proceso de renovación” conlleva, aparte de dinero, un compromiso firme y una buena dosis de paciencia”.
Así, después de casi de diez años de trabajo del Consorcio, se ha empezado a desarrollar el Plan de Modernización, mejora e incremento de la competitividad turística (piedra angular donde se sostiene el nuevo modelo de ciudad Puerto de la Cruz) donde no solo se avanza en la modernización de la oferta de alojamiento turístico sino en la estrategia del destino con nueva marca y posicionamiento en el mercado nacional e internacional. De esta forma, junto a instituciones como Cabildo de Tenerife, Turismo de Tenerife, patronales hoteleras, Ayuntamiento y restantes actores privados, se viene trabajando para atajar de una forma contundente los problemas derivados del deterioro y obsolescencia del destino, con nuevos proyectos generadores de economía y con la decidida intención de modernizar la calidad de la oferta de alojamiento turístico.
Dada la firme voluntad de cambio de los diferentes agentes sociales y económicos, durante estos años se han firmado más de 30 convenios de proyectos de rehabilitación con el empresariado hotelero que se adaptan perfectamente a la demanda actual del turista del siglo XXI. Nuevos servicios y productos turísticos adaptados al espacio geográfico, novedosos modelos de negocio, aumentos de categoría, tematización y diferenciación hotelera, sostenibilidad y medio ambiente, etc., son algunas de las estrategias planteadas para la reinvención hotelera y la nueva carta de presentación del destino. Varios de estos proyectos de renovación se vienen ejecutando desde hace algunos años a través de diferentes fases y otros se sumarán en sucesivos años con el fin de ir aportando valor añadido al sistema turístico.
El tiempo determinara el éxito o fracaso de los mismos; pero sin lugar a dudas, ya existen evidencias y datos a través de estudios e informes de coyuntura turística del destino que confirman la mejoría de Puerto de la Cruz y el comienzo de su recuperación turística. Canarias sigue siendo foco y la tendencia al alza de la renovación hotelera se consolida como clave en todo este proceso.
Para mayor información:
DORTA RODRÍGUEZ, Agustín. El proceso de renovación de la oferta de alojamiento turístico en destinos consolidados: el caso de Puerto de la Cruz (1955-2009). Cuadernos de Turismo, 2016, Núm. 38, pp, 115-145. <http://revistas.um.es/turismo/article/view/271381/199741>
* Agustín Dorta Rodríguez es Doctor en Geografía por la Universidad de la Laguna. Forma parte del grupo de investigación ReinvenTUR: renovación e innovación turística de la Universidad de la Laguna. Miembro de la Cátedra de Turismo CajaCanarias-Ashotel-ULL