Ana Nieto Masot *
Debido al proceso de envejecimiento y despoblación que sufren muchas zonas rurales europeas desde hace varias décadas y con el objetivo de introducir nuevas actividades económicas complementarias al sector agropecuario tradicional y reducir en lo posible las diferencias socioeconómicas respecto a las zonas urbanas, desde los años 90 hasta la actualidad se han implantado estrategias de desarrollo denominadas Método Leader. Este método es un modelo gestionado por Grupos de Acción Local (GAL).Unas asociaciones donde participa la población, las administraciones y el tejido empresarial de dicho territorio que diseñan unas estrategias donde se ponen en marcha una serie de proyectos cofinanciados por la Unión Europea, las administraciones nacionales y agentes privados. Son por ello, políticas públicas (reciben cofinanciación de distintas administraciones) con un marcado carácter territorial (se diseña un proyecto de trabajo adaptándose a las peculiaridades de ese espacio) y con gran participación de la población local en su gestión porque eligen qué proyectos se financian («bottom up»). Es, por tanto muy interesante analizar si se están logrando los efectos esperados en territorios como la región extremeña, localizada en el SO del Estado Español, donde se está gestionando Leader en prácticamente todo su territorio desde hace más de 25 años, y que presenta unas características poblacionales, territoriales y económicas, que la sitúan como una zona con importante retraso y abandono respecto a otras regiones españolas y europeas.
Se ha determinado que en la gestión del Método Leader se pueden identificar variadas realidades socioeconómicas donde sus mayores inversiones, la concentración de participación privada y la financiación de los sectores más productivos y generadores de empleo (Pymes, Servicios y Valorización de la Producción Agraria) han tenido lugar en los ejes tradicionales de desarrollo de Extremadura, territorios en los que la agricultura ha sufrido procesos de modernización, coincidiendo con las zonas de regadío y cuencas de secano sedimentarias y en las que se ha desarrollado también una potente agroindustria o un sector servicios importante por la proximidad a las principales ciudades. Por lo que se puede afirmar, que estas políticas se caracterizan por una elevada discriminación positiva hacia los espacios rurales más dinámicos, concentrándose las actuaciones en las áreas con mayor dinamismo económico, donde se encuentran los empresarios más solventes y emprendedores.
En algunos territorios la consecución de los objetivos planteados (frenar la emigración, el envejecimiento e incrementar la actividad económica) no han tenido los resultados esperados, debido, sobre a todo, a la escasez de recursos económicos, el efecto a veces negativo de otras políticas mejor financiadas (subsidio agrario, ayudas de la PAC,…) y las condiciones excesivamente negativas de su situación de partida (unas zonas muy envejecidas, aisladas, localizadas en zonas de montaña o terrenos agrarios poco productivos y con un tejido industrial y económico casi inexistente) por lo que han resultado estas inversiones todavía escasas y destinadas fundamentalmente a la creación de una oferta de Turismo Rural y recuperación del Patrimonio Natural y Cultural, debido a la disponibilidad de ricos recursos naturales y culturales. Este tipo de actividades, no generan tanto volumen de empleo ni beneficios económicos en los municipios donde se están realizando, como para frenar esas pérdidas y envejecimiento de su población.
Aunque lo anteriormente expuesto no cuestiona que Leader ha contribuido a generar una nueva forma de plantear estrategias de desarrollo con la participación de la población local en la toma de las decisiones y con inversiones en proyectos que han ayudado al fortalecimiento y creación de empresas dedicadas a la comercialización de productos locales, mejora y consolidación de industrias agroalimentarias (cárnicas, quesería, aceite, repostería, etc..), recuperación de oficios perdidos en el sector artesanal, la introducción de las nuevas tecnologías, el respeto al medio ambiente y la identificación de nuevos yacimientos de empleo o la creación de una infraestructura turística. Y teniendo en cuenta también otras dimensiones como la participación privada que han conseguido movilizar (con un 42 % de las inversiones), una tendencia hacia el reparto equitativo entre todas las medidas de actuación (PYMES, Artesanía, Turismo, Revalorización de la Producción Agraria y Patrimonio) y, en la consecución de inversiones en municipios muy pequeños, con menos de 2.000 habitantes, que sin estas ayudas habría sido imposible realizar. Queremos destacar que el apoyo de las distintas administraciones al método LEADER todavía es claramente insuficiente, sobre todo en las zonas más deprimidas, por lo que sería conveniente aumentar sus recursos para estos territorios, y disminuir las exigencias de aportaciones de financiación privada, con el fin de evitar que se siga experimentando la concentración de las inversiones en los núcleos más desarrollados y empresarios más solventes.
La diversidad de los espacios rurales y sus comportamientos demográficos, económicos y sociales demuestran en este trabajo (en algunos casos con preocupantes indicadores como su mortalidad y envejecimiento), que, sin ánimo de ser alarmistas, pueden conducir a su desaparición en las décadas futuras.
En unas sociedades desarrolladas preocupadas por cambios económicos o medioambientales se tendría que plantear mejorar estas políticas para posibilitar un cambio demográfico en estos entornos, que proporcionan tanta riqueza en la Unión Europea y que tienden a su abandono y desaparición.
* Ana Nieto Masot es Profesora Contratada Doctor de Geografía Humana de la Universidad de Extremadura.
Para mayor información:
NIETO MASOT, A. y CÁRDENAS ALONSO, G.El Método LEADER como política de desarrollo rural en Extremadura en los últimos 20 años (1991-2013): Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles, 2015, nº 69, pp. 139-162. http://boletin.age-geografia.es/articulos/69/06%20BAGE69.pdf