El alojamiento turístico, ¿ un problema urbano ? Repensar la ciudad como espacio de equilibrio de usos y convivencias.

Josep M. Vilanova, arquitecto urbanista

El conflicto sobre el alojamiento turístico, los usos del espacio público o la transformación del comercio ha aflorado en el caso del barrio de La Barceloneta, pero es la punta de lanza de un problema de mayor escala que afecta a la ciudad de Barcelona, que se ha abierto sin control al mercado turístico con la inhibición, cuando no posición activa, del ayuntamiento como se ha constatado en el caso de La Barceloneta y sus entornos, lo que sitúa al turismo urbano como uno de los ejes fundamentales del debate sobre las políticas urbanas actuales y futuras.

Recientemente los vecinos del barrio de La Barceloneta han conseguido que se haga visible el conflicto contra las viviendas ilegales de uso turístico en el contexto del crecimiento acelerado de la actividad turística en los últimos años en la ciudad de Barcelona, que se está convirtiendo en uno de los problemas urbanos de mayor relevancia. El conflicto, inicialmente de ámbito local, hace visible un problema de mayor alcance, La Barceloneta se ha convertido en la punta de lanza de un problema de mayor dimensión relacionado con las diversas formas del alojamiento turístico, el uso del espacio público y el tipo de turismo que se quiere promocionar.

El ayuntamiento de la ciudad ha decidido desde hace años facilitar el desarrollo de todos los tipos y niveles de turismo urbano al mismo tiempo, el de negocios, el de alto poder adquisitivo, el cultural, el de ocio y diversión, el joven de borrachera, el de cruceros, incluso el de sol y playa. La diversidad de recursos turísticos y de niveles de alojamiento y servicios y de espacios públicos de la ciudad facilita su desarrollo y mezcla, el turismo se ha convertido en pocos años en un sector económico en fuerte expansión, que en un contexto de crisis económica lo convierte en una actividad que no se quiere controlar.

Los ciudadanos de muchas zonas de Barcelona hace ya tiempo que vienen percibiendo estas dinámicas en la ciudad, y soportan como pueden los inconvenientes de esta actividad respecto a la vida cotidiana en términos de usos del espacio público y de los servicios y equipamientos, especialmente los patrimoniales y culturales, de movilidad en determinadas zonas congestionadas, de convivencia con los alojamientos turísticos o viendo la presión y los cambios en el tejido comercial de proximidad.

En el caso de La Barceloneta, la presión del mercado inmobiliario en un barrio con una posición urbana y territorial privilegiada, se le suma la especulación acelerada del mercado de alojamientos turísticos, en la forma oficial de “viviendas de uso turístico”, que las estimaciones más fiables sitúan ya en el 20% de las viviendas del barrio, la gran mayoría ilegales. Y esa doble presión tiene unos efectos demoledores, que pueden ser determinantes en la transformación de la identidad del barrio si no se actúa de manera inmediata.

Desde la apertura total del barrio a la ciudad con la transformación de todas las barreras que lo aislaban, la presión del mercado residencial ha ido expulsando a la población tradicional del barrio por el coste de la vivienda, y ahora la presión altamente especulativa del mercado de alojamiento turístico está intensificando esta presión, frente a unos vecinos que en buena parte no pueden encontrar otra alternativa en el mercado inmobiliario de una ciudad como Barcelona. Un razonamiento similar se puede hacer sobre las actividades en el barrio, con las históricas actividades industriales y portuarias totalmente transformadas y otras como las mencionadas en relación a las playas (gastronomía, deporte, ocio) cada vez más alejadas de las posibilidades de los vecinos, a lo que hay que añadir un comercio de proximidad en regresión frente a la presión del relacionado con el turismo.

Hace muchos años que la ciudad de Barcelona es una ciudad abierta a los mercados especulativos, sin contrapesos públicos operativos a la acción directa de los agentes inmobiliarios, y ahora los turísticos, en una clara dejación de funciones de la administración pública. Pero además, en el entorno de La Barceloneta se han aceptado e impulsado acciones que favorecen e intensifican esa dualidad entre los que pueden por su fuerza económica y los que no pueden aunque sean los verdaderos protagonistas de la ciudad, los vecinos del barrio, como han sido las sucesivas transformaciones del Port Vell, hasta las últimas del hotel Vela, la marina de yates de super-lujo, o la desregulación del mercado inmobiliario y turístico, situando un barrio frágil como La Barceloneta a los pies de los caballos.

Para mayor información:

Pié, R., Crespo, I., Vilanova, J.M. Turismo: ¿riesgo o oportunidad?. En Documento de alternativas en el ámbito del territorio y el urbanismo, Foro 2012 Cataluña 21, http://forum.scot.cat