por Rodrigo Rivero Cantillano*
A veces las preguntas más sencillas son las que resultan más difíciles de responder. Todavía hoy en pleno siglo XXI, no todos los países son capaces de responder con eficacia cuál es el número de sus habitantes. Si planteamos estas preguntas con un sentido histórico, la tarea de darles respuesta se hace aún más difícil.
En América Latina, la historia de la población es un tema central. La catástrofe demográfica que se produjo a raíz de la conquista, su posterior recuperación con base en el mestizaje –ethos de la identidad latinoamericana-, las migraciones masivas durante la primera globalización, el rápido crecimiento demográfico durante la segunda mitad del siglo XX, la emigración hacia el norte del hemisferio americano y Europa durante las crisis del sistema democrático y la década perdida, son sólo algunos hitos que han dejado huellas a nivel social, cultural, político y económico.
Reconstruir la historia de la población de América Latina, a través de la elaboración de series que entreguen totales anuales de población, representa una tarea de gran complejidad, pues a medida que remontamos 1950 los datos se hacen más escasos.
Pero, ¿cómo podemos conocer las cifras de la población latinoamericana de tiempos lejanos? El principal instrumento de registro de la población y sus características lo constituye el censo de población. No obstante, pese a la utilidad que representa para los gobiernos contar con este instrumento, la implementación de un sistema estadístico moderno no fue homogénea en la región, existiendo grandes diferencias en las experiencias de cada país. La mayoría de los países realiza su primer censo a fines del siglo XIX o principios del XX, pero existen casos en los que el retraso en la realización de su primer censo de población llega hasta 1950. De esta manera, a medida que retrocedemos en el tiempo la cobertura censal de la que se dispone es decreciente, lo que representa uno de los principales obstáculos a la hora de intentar conocer la población de la región con una perspectiva histórica.
Ante tales inconsistencias, la misión de reconstruir la población que tuvo América Latina a través de la elaboración de series que entreguen totales anuales de población, representa una tarea de gran complejidad. Como puede observarse en el cuadro 1, la cobertura censal a lo largo de los siglos XIX y XX es discontinua y disminuye a medida que remontamos con una perspectiva histórica 1950. Por otro lado, se certifica en dos casos el retraso en la realización del primer censo de población llega hasta mediados del siglo XX.
Pese a la complejidad que implica este propósito, no es en absoluto imposible. Las lagunas de información ante la ausencia de censos de población, pueden complementarse con distintas fuentes que nos den información demográfica. De este modo, en un trabajo reciente de profesores e investigadores de la Universitat de Barcelona, han construido veinte nuevas series anuales de población para veinte países latinoamericanos, que permiten cubrir la segunda mitad del siglo XIX (desde 1852), todo el siglo XX y hasta el 2000.
Esta tarea tiene valor en sí misma, pero también por el hecho de que es indispensable como insumo para todas las investigaciones que se plantean utilizar la población como una de sus variables. Por otro lado, utilizar series de población fiables y contrastadas, debería mejorar los resultados de todas las investigaciones sobre América Latina que necesitan expresarse en términos relativos al número de habitantes y de esta forma situar el punto exacto de desarrollo en el que la región en su conjunto y cada país han ocupado en las distintas épocas.
Los resultados de este trabajo de reconstrucción de las estadísticas demográficas, muestran una América Latina que crece a un ritmo más alto que otras regiones del mundo entre 1820 y 1973. Migraciones, una mortalidad en retroceso y una relación población recursos naturales que mantenía alto el “techo maltusiano” (con una natalidad elevada y en algunos casos en aumento), se combinaron para explicar un crecimiento excepcionalmente alto. América Latina multiplicó su población 26 veces en 180 años, mientras que en el mismo periodo la población mundial lo hacía por 6 y Europa Occidental por menos de 3.
Los resultados de esta investigación pueden sustentar futuras reinterpretaciones de la historia económica de la región en el largo plazo. La historia de la población de américa latina aún es una disciplina joven, aunque la curiosidad es antigua, sin duda merece ser estudiada con mayor detención.
Para Mayor información:
YÁÑEZ, César; RIVERO, Rodrigo; BADIA-MIRÓ, Marc; CARRERAS-MARIN, Anna. “Nuevas series anuales de población de América Latina desde el siglo XIX hasta el 2000”. Scripta Nova, Vol. XVIII, núm. 471, 10 de marzo de 2014.
Disponible en: http://www.ub.edu/geocrit/sn/sn-471.htm
*Rodrigo Rivero Cantillano es doctorando del programa de Doctorado en Historia Económica de la Universidad de Barcelona.