Sebastián Gómez Lende *
La globalización ha impuesto un contexto de crisis y reestructuración a los circuitos productivos regionales de la Argentina. Tal es el caso de la cadena agroindustrial de la yerba mate en la provincia de Misiones, donde tanto la desregulación como la posterior re-regulación política del sector han traído aparejadas la sobreproducción de materia prima, la concentración de la tierra y la exclusión de los pequeños agricultores y peones rurales.
El circuito de la yerba mate en Misiones
Situada al oeste de Paraguay, al este, norte y sur de Brasil y al sudoeste de la provincia de Corrientes, la provincia de Misiones siempre ha sido el epicentro del cultivo de yerba mate en Argentina. Surgida al calor de las misiones jesuitas (1609-1768), la actividad fomentó el poblamiento del territorio provincial durante el modelo agroexportador (1870-1935), debido a la venta de tierras fiscales, los flujos migratorios provenientes de Brasil y Europa centro-oriental, los programas de colonización agraria y la formación de una estructura agrícola de base campesina. En el período 1935-1990, el Estado nacional, a través de la Comisión Reguladora de la Yerba Mate (CRYM) y su mercado consignatario, procuró mitigar las frecuentes crisis de sobreproducción y controlar la relación entre el eslabón primario y el oligopsonio agroindustrial a través de mecanismos tales como cupos de siembra y cosecha, precios mínimos, subsidios y financiamiento.
Crisis y reestructuración de la cadena agroindustrial yerbatera
Durante la década de 1990, el auge del neoliberalismo y la eliminación de la CRYM y su mercado consignatario sumieron a la actividad yerbatera en la crisis más profunda de su historia. Con la liberalización de la siembra y la cosecha, la superficie implantada aumentó un 40% respecto de 1988, generando una sobreproducción de tal magnitud que el precio de la materia prima cayó un 90% y la participación de los agricultores sobre la renta sectorial se redujo del 30% al 3%. Dicha crisis condujo también al aumento del nivel de concentración del capital agroindustrial y comercial, la caída del peso de los minifundios (0,1-5 has.) y la aparición de las grandes plantaciones (100-500 has.) verticalmente integradas.
A comienzos del siglo XXI, el Estado nacional reguló nuevamente el circuito a través de la creación en 2002 del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM). Similar a la extinta CRYM pero sin el respaldo de un mercado consignatario, el INYM fija semestralmente un precio político de referencia por kilogramo de materia prima que fluctúa entre el 10% y el 12% del valor comercial del producto final. No obstante, el precio realmente pagado es mucho menor, debido al peso de la industria molinera en el directorio de la CRYM, la ausencia de controles eficaces que garanticen el cumplimiento de los valores establecidos y las prácticas espurias de las firmas agroindustriales -comercio informal, pago a 180 días, descalificación de materia prima-. Como resultado, la participación de los agricultores en la renta yerbatera era de apenas el 5,3% en 2011, a pesar del boom de las exportaciones a Medio y Lejano Oriente y los reiterados aumentos de precio del producto en el mercado doméstico.
La concentración de la tierra y la producción ha aumentado. En 2010, las grandes plantaciones daban cuenta del 1,4% de los agricultores, pero representaban el 21% del área sembrada y el 22% de la producción, obteniendo una renta diferencial varias veces mayor a los ingresos de los minifundistas. Los campesinos continúan sumidos en la pobreza, al igual que los peones rurales fuertemente afectados por la mecanización parcial de la cosecha, la caída de sus remuneraciones y la precarización laboral -subcontratación, trabajo infantil-.
La desregulación de la cadena agroindustrial de la yerba mate durante la década de 1990 puso fin a más de medio siglo de intervención estatal en el sector, generando crisis e impactos estructurales |
Los cambios impuestos por la globalización
Ante los profundos cambios impuestos por la globalización, la cadena agroindustrial de la yerba mate de la provincia de Misiones ha sufrido una dramática metamorfosis. Poniendo fin a más de medio siglo de intervención estatal, la supresión de la CRYM y su mercado consignatario dejó librado al sector al arbitrio del capital agroindustrial y comercial, desatando una aguda crisis de sobreproducción que erosionó la rentabilidad de los minifundios y propició la aparición de grandes plantaciones verticalmente integradas. El retorno del Estado al circuito, a través de las políticas del INYM, no ha conseguido impedir la profundización de las asimetrías heredadas de la fase neoliberal, tales como la concentración de tierras y producción y el aumento de la vulnerabilidad de campesinos y peones rurales.
Para ampliar la información: GÓMEZ LENDE, Sebastián. Agricultura, agroindustria y territorio: crisis y reestructuración del circuito de la yerba-mate en la Provincia de Misiones (Argentina) 1990-2014. Cuadernos de Geografía. Revista Colombiana de Geografía [en línea]. Enero-junio de 2016, vol. 25, no. 1. p. 45-63. Disponible en <http://www.revistas.unal.edu.co/index.php/rcg/article/viewFile/44288/54920>.
* Sebastián Gómez Lende es Doctor en Geografía, Investigador Adjunto del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Instituto de Geografía, Historia y Ciencias Sociales, CONICET/Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires; y profesor de Geografía de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, Tandil, Argentina.