María D. Pitarch-Garrido y F. Xavier Uceda-Maza*
Crecer en un barrio u otro de una gran ciudad como Valencia (España) implica desarrollarnos socialmente en un universo concreto y complejo. La capacidad del territorio, o los barrios urbanos, para generar por sí mismos identidad y pertenencia, así como exclusión y marginación de su población es una realidad, lo es también para conocer que trayectorias delictivas seguirán sus jóvenes.
Analizamos en el artículo el caso de la ciudad de Valencia, los barrios donde residen los jóvenes delincuentes y desarrollan su trayectoria delictiva, así como el escenario social en términos de equipamiento público, escuela, programas y talleres para jóvenes, servicios sociales, etc., ya que es clave para la prevención e intervención social con éstos jóvenes y su barrio, pues las políticas de proximidad favorecen la convivencia y la integración de las personas.
La inseguridad es consecuencia y causa del aislamiento y la descohesión social de ciertos barrios, que a su vez coinciden, con la ausencia de recursos y equipamientos públicos. La distribución espacial de los servicios públicos es una variable que explica, entre otras, la exclusión social. En el caso que nos ocupa, será de gran importancia conocer la ubicación y la accesibilidad real de los centros de reeducación (medio-cerrado) y el equipo de medidas judiciales (medio abierto) para los adolescentes de la ciudad de Valencia.
El estudio se ha basado en la geolocalización de 286 adolescentes en conflicto con la ley (ACL) con medidas judiciales derivados al Ayuntamiento de Valencia. A partir de los datos estadísticos, se han construido tres tipologías de trayectorias delictivas: trayectoria inicial (ACLTI), trayectoria moderada (ACLTM) y trayectoria consolidada (ACLTC).
No vivimos donde queremos, sino donde podemos y el lugar en el que vivimos contribuye a definir nuestra trayectoria vital.
En el artículo se muestran variaciones geográficas del riesgo de ser ACL y desarrollar una trayectoria delictiva u otra y que determinadas características en la realidad socioeconómica actual de los distritos influyen en esa variación. Vecindarios menos aventajados en términos económicos y educativos, con mayores niveles de inmigración, físicamente deteriorados y con peor calidad del equipamiento público, son aquellos donde el riesgo de desarrollar una trayectoria delictiva consolidada es mayor.
Los ACL y su trayectoria delictiva no se distribuyen al azar, sino que existe un patrón espacial vinculado a las características de los vecindarios.
En Valencia se observa que sólo dos de los diecinueve distritos de la ciudad suman el 30% de los ACL y siete distritos el 60%. Dentro de los distritos con poca presencia, se encuentra uno de los distritos centrales, precisamente el que presenta mayor renta per capita. Las tres trayectorias delictivas se producen en los mismos tres distritos, todos ellos periféricos, alejados de los centros de decisión y poder, así como con las rentas per capita más bajas. Estos suponen en cada una de las trayectorias en torno al 40% y 50% de los ACL. Esta concentración revela que son distritos donde se desarrolla la trayectoria delictiva de los ACL desde su inicio a su consolidación; en este sentido los ACL que consolidan trayectoria delictiva son los candidatos a entrar en un centro penitenciario.
A partir del uso de software SIG, se ha obtenido la cartografía de la accesibilidad desde cada sección censal al Equipo de Medio Abierto y a los Centros de Reeducación. En este territorio, la localización del Equipo de Medio Abierto y de los Centros de Reeducación es fundamental desde una doble perspectiva: la facilidad de los adolescentes conflictivos para acudir al centro y la posibilidad real de los técnicos de alcanzar un territorio -y a su población- para trabajar eficazmente.
LA DISTANCIA ES UNA BARRERA IMPORTANTE PARA UNA INTERVENCIÓN EFICAZ
Por lo que respecta a la proximidad a los Centros de Internamiento de referencia son los distritos y barrios especialmente sensibles, los que se encuentran en peor situación, a más de dos horas andando y alrededor de una hora en transporte público. La adjudicación del centro de internamiento no siempre está sujeta a la cercanía al usuario, sino, en habitualmente, a las posibilidades de oferta del servicio o al número de plazas libres. En la mayoría de los casos, pues, la distancia se incrementa respecto a lo previsible.
Cabe señalar el caso del Centro de Medidas Judiciales de medio abierto, un centro único y que debe dar servicio a toda la ciudad de Valencia. La distancia, en este caso, es una barrera importante, tanto para el usuario como para el profesional que, en ocasiones realiza el servicio en el entorno del adolescente. La distancia junto al aumento en la ratio de ACL de los educadores y trabajadores sociales impide, lógicamente, dedicar el tiempo necesario para acompañar en el proceso y facilitar su integración en los programas y recursos del territorio que son los que pueden garantizar a medio plazo el abandono de las conductas delictivas.
La relación entre la localización de las estructuras de intervención con los ACL (ya sea de medio abierto o cerrado) y la localización de la residencia de los mismos, es básica para conseguir una adecuada reinserción del joven, ya que se parte de la premisa que la trayectoria de los ACL se realiza en un territorio (barrio), que a su vez es el espacio social de la intervención profesional.
De este modo destacamos que el hecho de que existan barrios con una situación de exclusión social importante, pone de manifiesto la necesidad de que las iniciativas de intervención y prevención se dirijan a aquellas áreas de la ciudad particularmente desfavorecidas, acercando tanto los equipamientos como a los profesionales, con el fin de que sus intervenciones sean eficaces y contribuyan a mejorar la calidad de vida de todos los ciudadanos.
Para mayor información:
PITARCH-GARRIDO, María Dolores y UCEDA-MAZA, Francesc-Xavier. Análisis de la exclusión social a partir de la delincuencia juvenil en la ciudad de València. El territorio como base para la intervención. Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles, 2015, nº 69, p 63-92. http://www.age-geografia.es/ojs/index.php/bage/issue/view/102
* María D. Pitarch-Garrido y F. Xavier Uceda son profesores-investigadores del Instituto Interuniversitario de Desarrollo Local de la Universitat de València.