Martín Checa-Artasu*
Los pasados 8 y 9 de julio de 2017 se celebró la Primera reunión de geógrafos españoles en México. Ésta fue organizada por la reciente creada Red de Científicos Españoles en México, una de las varias asociaciones de científicos españoles en el extranjero que existen. Contó con el apoyo delCentro Cultural España en México y la Consejería de Cultura y Ciencia de la Embajada de España en México. Dicha reunión tenía como objetivo principal: reunir a todos aquellos investigadores españoles, tanto con trayectoria consolidada como aquellos que realizan estudios de posgrado o estancias posdoctorales, que desarrollan investigaciones propias de la ciencia geográfica en México. Todo ello con el fin de establecer un intercambio de experiencias y metodologías, pero también, con el interés de visibilizar a un colectivo poco conocido en los ámbitos geográficos en México y desconocido en España.
Efectivamente, en los últimos 15 años han salido de España no pocos científicos que hoy están desarrollando su actividad en el extranjero. Las causas de ello son varias: la falta de empleos cualificados, los efectos de la crisis económica, la reducción de plazas en las universidades, la muy ineficiente política científica española, etc.
Sorpresivamente, México ha sido uno de los países que ha recibido a un destacado número de ellos. Actualmente se contabilizan 336 investigadores de nacionalidad española adscritos al Sistema Nacional de investigadores del Consejo Nacional de Ciencia y tecnología (CONACYT). La mayoría de ellos trabajan como profesores e investigadores en distintas universidades y centros de investigación del país. Número similar es el de los estudiantes de españoles que desde 2007 han cursado y cursan, becados, algún posgrado en México.
La geografía mexicana ha sido una de las disciplinas que más se ha beneficiado de esta movilidad laboral. En la actualidad, más de una veintena de investigadores y estudiantes de posgrado españoles, vinculados a la geografía y a disciplinas afines desarrollan su actividad en tierras aztecas, haciendo distintas aportaciones que enriquecen el desarrollo de esa ciencia en el país y dan continuidad a la labor que desarrollaron otros geógrafos provenientes del exilio de la guerra civil como: Carlos Sáenz de Calzada, Josefina Oliva Teixell, Felipe Guerra Peña o Leonardo Martín Echevarría.
Esta primera reunión fue resultado de la inquietud personal de dos geógrafos llegados a México en la última década: Sara Barrasa García, madrileña e investigadora del Centro de investigaciones en Geografía Ambiental de la Universidad Nacional Autónoma de México y Martín Checa-Artasu, barcelonés, profesor titular de la licenciatura de geografía humana de la Universidad Autónoma Metropolitana.
La reunión tuvo dos conferenciantes magistrales de excepción. Por un lado, Carmen Delgado Viñas, presidenta de la Asociación de Geógrafos Españoles y profesora del Departamento de Geografía, Urbanismo y Ordenación del Territorio de la Universidad de Cantabria quién relató la reciente evolución de la geografía española. Y Omar Moncada Maya, ex director del Instituto de Geografía, de la Universidad Nacional Autónoma de México quien a través de su vivencia profesional desgranó los numerosos vínculos que las geografías mexicanas y españolas han tenido en los últimos 75 años.
De igual forma, se presentaron 14 ponencias encuadradas en tres sesiones. Una primera centrada en el análisis territorial y la gestión de los recursos naturales, donde se analizó el papel del petróleo en la conformación territorial del país; las posibilidades de gestión de áreas naturales protegidas a través del desarrollo local y la situación de la geografía de la montaña en México. En una segunda sesión, a través de tres trabajos se mostraron las posibilidades técnicas de distintas herramientas: sistemas de información geográfica, drones e imágenes de video para el análisis territorial. La tercera sesión aglutinó seis ponencias con temáticas en relación a los vínculos de la sociedad con el territorio desde facetas como los sistemas alimentarios locales, la relación de la etnohistoria con la geografía, los riesgos ambientales, los procesos territoriales de la actividad pesquera, las disputas territoriales interestatales y la migración de personal cualificado extranjero a México.
Las conclusiones de esta reunión no pueden ser más positivas. Por un lado, sirvió para mostrar la diversidad de análisis geográficos sobre asuntos mexicanos realizados por geógrafos españoles que se encuentra plenamente integrados en la realidad de ese país. Por otro lado, permitió conocer los esfuerzos de unos y otros para conformar líneas de investigación coherentes a lo largo del tiempo, que en muchos casos les han permitido consolidar su actividad científica. Finalmente, también sirvió como punto de partida para dar a conocer a un colectivo y establecer vínculos solidos con la geografía española. Algo que a nuestro entender, hoy resulta del todo necesario.
* Martín Checa-Artasu es profesor titular de la licenciatura de geografía humana de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa.