Horacio Capel *
La necesidad de prologar la vida activa de las personas es cada vez más evidente, ya que el aumento de la esperanza de vida es muy fuerte. Tras la jubilación, muchos trabajadores pueden desarrollar una actividad muy apreciable y en buenas condiciones durante una o dos décadas más.
Las empresas e instituciones españolas y de otros países deberían cambiar la legislación laboral urgentemente, para seguir contando con la colaboración de trabajadores que son obligados a jubilarse cuando podrían desarrollar una actividad muy provechosa. La edad de la jubilación debería ser establecida flexiblemente, y de acuerdo con la voluntad y las posibilidades de los trabajadores.
En el caso de la Universidad española, en que la jubilación de catedráticos y profesores titulares se realiza habitualmente a los 70 años, la pérdida es muy grande.
Un ejemplo eminente de ello es sin duda el del profesor Claudio Esteva Fabregat, fallecido a comienzos de septiembre de 2017 en Barcelona a punto de cumplir los 99 años de edad, después de más de sesenta años de intensa actividad en el campo de la antropología. Ha sido sin duda uno de los maestros de la antropología mundial por su investigación, su magisterio y sus iniciativas académicas
Esteva Fabregat se vio afectado por la Ley de Reforma de la Función Pública de 1984, que −durante unos años− fijó la jubilación para los funcionarios en los 65 años.
Tras su jubilación ha desarrollado en México una actividad investigadora memorable, desaprovechada por la Universidad española. Durante varias décadas ha impartido cursos y ha realizado investigaciones en diversas instituciones de Estados Unidos y de México, y durante 13 años ha estado vinculado a la prestigiosa institución académica El Colegio de Jalisco, en México. Sobre la actividad que ha desarrollado desde su jubilación, baste decir que después de ella ha publicado 14 libros y un centenar de artículos científicos.
El caso de Esteva es un ejemplo muy significativo de un maestro científico de alcance mundial, que no fue aprovechado por la Universidad de Barcelona, donde realizó su magisterio durante veinte años, y de la pérdida grave que se produce con ello.
La vida de Esteva Fabregat se vio afectada por la Guerra Civil Española, ya que en 1939, a los 21 años, se vio obligado a exiliarse de España. Estudió antropología en México, en la Escuela Nacional de Antropología (ENAH), donde tuvo relación con Pedro Bosch Gimpera, que había sido rector de la Universidad de Barcelona.
En 1956 pudo volver a España aprovechando una cierta apertura, que impulsó Manuel Fraga Iribarne como Ministro de Información y Turismo. En Madrid estuvo vinculado a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad, y al Consejo Superior de Investigaciones Científicas. En 1958 Esteva obtendría el Doctorado con una Tesis sobre Carácter nacional azteca, presentada en la Universidad de Madrid. Y al año siguiente fue nombrado profesor de dicha Universidad, en la sección de Historia de América, donde impartió clases durante un decenio. También pudo colaborar con el CSIC y publicar en la Revista de Indias.
En 1965 fue nombrado Director del Museo Nacional de Etnología de Madrid, sustituyendo a Julio Caro Baroja; desde esa nueva posición pudo crear la Escuela de Estudios Antropológicos del Centro Iberoamericano de Antropología, a cuyo frente estuvo entre 1966 y 1968
Esteva llegó a la Universidad de Barcelona como profesor en 1968. Durante veinte años desarrolló su magisterio en ella, primero como Profesor Agregado de Etnología y luego como Catedrático de Antropología Cultural. Aunque el inventario de los trabajos que orientó se está realizando todavía, puede decirse que, al menos, dirigió unas 30 Tesis de Licenciatura y 25 Tesis Doctorales, con discípulos que han sido después profesores o investigadores muy reputados. Fue el organizador de los estudios de Antropología y fundó la revista Étnica en el CSIC, desarrollando una larga trayectoria de investigación, con numerosos temas y programas de investigación sobre etnicidad, mestizaje, indigenismo y antropología cultural e industrial.
Tras su jubilación en 1988 Esteva se desplazó durante dos años a Estados Unidos como Fulbright Visiting Profesor en la Universidad de Arizona. De regreso impartió cursos en el Doctorado de la UB en 1989-1994, y fue Director de una colección de Historia de la Fundación MAPFRE, y co-dorector del Handbook of Spanish Cultures in the United States. En 1994 recibió el Malinowski Award, una de los máximos reconocimientos internacionales en el campo de la antropología.
También se desplazó a México, donde desarrolló una actividad docente e investigadora en diversas instituciones: Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), Escuela Nacional de Antropología (ENAH), Universidad Autónoma de México (UNAM). En 2003 fue contratado como Profesor-Investigador por el Colegio de Jalisco, donde tuvo el máximo reconocimiento como Profesor-Investigador por el Sistema Nacional de Investigación de México. Allí ha realizado una importante labor, que se refleja en el homenaje que le organizó la institución al cumplir sus 90 años, con un libro dedicado a él.
No perdió la conexión con España, Cada año volvía a Barcelona en mayo, y siempre nos asombraba por su vitalidad.
Fue una personalidad compleja, que no se agoto en su dimensión de antropólogo, ya que se extendió también a la etnohistoria y a la psicología; en este campo tuvo relación con Erich Fromm y fue secretario del grupo pasicoanlista mexicano. También se extendió, en el campo personal e íntimo a la poesía. Queremos mostrar nuestro pesar a sus tres hijos y a su mujer la antropóloga Berta Alcañiz. Y a la Universidad de Barcelona, a la que tanto aportó y que no supo continuar benefiándose del magisterio de esta figura de la antropología mundial.
Para mayor información:
CAPEL, H. La antropología española y el magisterio de Claudio Esteva Fabregat. Estrategias institucionales y desarrollo intelectual en las disciplinas científicas. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias sociales. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de abril de 2009, vol. XIII, núm. 287<http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-287.htm>. [ISSN: 1138-9788].
*Horacio Capel es profesor emérito de la Universidad de la Universidad de Barcelona.